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Death Covenant (2022)
Hammerheart Records
1. End ov Wars (Tikva)
2. Prophecy of the Dead
3. Ruler of the Seven Worlds
4. Under Jerusalem’s Temple Mount
5. Satanic Spirit
6. Mystical Sultan
7. Desert Shadow Will Rise
8. Humanity Death Embrace
9. Empire of Salt
10. Skeleton Battlefield
Este está lejos de ser mi primer acercamiento a la obra de los israelíes Arallu, de quienes ya reseñé la reedición de 2021 de su álbum Desert Battles (2009) y más atrás en el tiempo su trabajo En Olam (2019) en cierta página horrible de clickbait metalero que es mejor no mencionar. Para hacerle una presentación rápida, este cuarteto oriundo del asentamiento de Ma’ale Adumim se adscribe dentro de esa etiqueta tan particular de “metal mesopotámico”, con un sonido metalero que incluye influencias de música árabe y otras culturas del Cercano Oriente. La primera banda en la que muchos piensen puede ser Orphaned Land, lo cual marca lo ambigua que es la etiqueta, siendo que Arallu tiene poco que ver con el refinamiento progresivo del quinteto al tener influencias metaleras tomadas directamente del black y el death metal.
Con fecha de edición del 11 de noviembre a través del sello neerlandés Hammerheart Records, Death Covenant es el octavo LP de este grupo liderado por el cantante y bajista Butchered, único miembro constante de la banda, y el debut en ese ámbito del guitarrista Omnius y del baterista Richard Zwaigoft, quienes se incorporaron en 2019.
Como mencioné antes, lo de Arallu está firmemente posicionado en los sonidos del Cercano Oriente, como ya se puede ver en la atmósfera de la intro “End Ov Wars (Tikva)”, con sus coros y el uso de instrumentos tradicionales. Y ya con la primera canción “Prophecy of the Dead” queda establecido que lo de Arallu sigue siendo extremadamente pesado más allá de cualquier influencia folclórica, con la combinación de blast beats y voces desgarradas y brutales.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: Arallu – Desert Battles (2009) (Reedición 2021)
Los riffs de guitarra son estructuralmente simples pero pegan como Mike Tyson en su mejor época, ya sea cuando se guían por los parámetros del black metal, como en “Under Jerusalem’s Temple Mount”, o cuando Omnius se saca de la manga algún momento excepcionalmente motörheadesco, como en “Satanic Spirit”. No sería descabellado comparar el estilo con el Celtic Frost de To Mega Therion, sobre todo en la habilidad para crear atmósferas legítimamente oscuras y al mismo tiempo tener esos riffs motosierra. Y si el oyente es más purista, “Desert Shadow Will Rise” muestra que el cuarteto no le tiene miedo a esos riffs fríos y densos típicos del género.
Ahora, el tema con Arallu es que trae a la mesa todos los elementos que uno buscaría en un disco de black metal y los presenta de manera más que satisfactoria, pero no de una manera que le vaya a volar la cabeza a alguien que no sea ya fan del estilo: en cuanto al combo de guitarra-bajo-batería, esta es una banda que cumple su tarea y por si sola hace un trabajo más que decente pero que no deslumbra. Sin embargo, hay un ingrediente que viene elevando los últimos trabajos del grupo israelí por sobre la media, y es la participación del cuarto miembro de la banda.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: Darkthrone – Astral Fortress (2022)
Lo de Eylon Bart, incorporado a la banda en 2016, es un elemento invaluable en el sonido de Arallu: Bart es el encargado del saz, un instrumento del Cercano Oriente que provee la atmósfera desértica y hasta casi diría mística a las canciones. Por si solos los tracks son ejercicios de metal extremo más que decentes, pero esas siete cuerdas le agregan el toque oriental que hace que destaquen de verdad: donde muchas bandas buscan replicar imágenes de bosques nevados noruegos, Arallu llevan el black metal a los desiertos orientales. Por sólo por un ejemplo, una canción como “Empire of Salt” no tendría la enorme calidad que tiene sin esa introducción a su cargo.
Es con eso que Death Covenant suma muchos puntos y se convierte en un disco mucho más que recomendable. Con una producción clara pero sin caer en la sobreproducción, permitiendo notar todos los instrumentos pero manteniendo la suciedad característica de Arallu, es un trabajo tanto para el fan del black metal como para el que quiera buscar nuevas sonoridades en materia pesada, sobre todo para los que gustaron de los últimos discos de los saudíes Al-Namrood.
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Death Covenant (2022)
Hammerheart Records
1. End ov Wars (Tikva)
2. Prophecy of the Dead
3. Ruler of the Seven Worlds
4. Under Jerusalem’s Temple Mount
5. Satanic Spirit
6. Mystical Sultan
7. Desert Shadow Will Rise
8. Humanity Death Embrace
9. Empire of Salt
10. Skeleton Battlefield
Este está lejos de ser mi primer acercamiento a la obra de los israelíes Arallu, de quienes ya reseñé la reedición de 2021 de su álbum Desert Battles (2009) y más atrás en el tiempo su trabajo En Olam (2019) en cierta página horrible de clickbait metalero que es mejor no mencionar. Para hacerle una presentación rápida, este cuarteto oriundo del asentamiento de Ma’ale Adumim se adscribe dentro de esa etiqueta tan particular de “metal mesopotámico”, con un sonido metalero que incluye influencias de música árabe y otras culturas del Cercano Oriente. La primera banda en la que muchos piensen puede ser Orphaned Land, lo cual marca lo ambigua que es la etiqueta, siendo que Arallu tiene poco que ver con el refinamiento progresivo del quinteto al tener influencias metaleras tomadas directamente del black y el death metal.
Con fecha de edición del 11 de noviembre a través del sello neerlandés Hammerheart Records, Death Covenant es el octavo LP de este grupo liderado por el cantante y bajista Butchered, único miembro constante de la banda, y el debut en ese ámbito del guitarrista Omnius y del baterista Richard Zwaigoft, quienes se incorporaron en 2019.
Como mencioné antes, lo de Arallu está firmemente posicionado en los sonidos del Cercano Oriente, como ya se puede ver en la atmósfera de la intro “End Ov Wars (Tikva)”, con sus coros y el uso de instrumentos tradicionales. Y ya con la primera canción “Prophecy of the Dead” queda establecido que lo de Arallu sigue siendo extremadamente pesado más allá de cualquier influencia folclórica, con la combinación de blast beats y voces desgarradas y brutales.
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Los riffs de guitarra son estructuralmente simples pero pegan como Mike Tyson en su mejor época, ya sea cuando se guían por los parámetros del black metal, como en “Under Jerusalem’s Temple Mount”, o cuando Omnius se saca de la manga algún momento excepcionalmente motörheadesco, como en “Satanic Spirit”. No sería descabellado comparar el estilo con el Celtic Frost de To Mega Therion, sobre todo en la habilidad para crear atmósferas legítimamente oscuras y al mismo tiempo tener esos riffs motosierra. Y si el oyente es más purista, “Desert Shadow Will Rise” muestra que el cuarteto no le tiene miedo a esos riffs fríos y densos típicos del género.
Ahora, el tema con Arallu es que trae a la mesa todos los elementos que uno buscaría en un disco de black metal y los presenta de manera más que satisfactoria, pero no de una manera que le vaya a volar la cabeza a alguien que no sea ya fan del estilo: en cuanto al combo de guitarra-bajo-batería, esta es una banda que cumple su tarea y por si sola hace un trabajo más que decente pero que no deslumbra. Sin embargo, hay un ingrediente que viene elevando los últimos trabajos del grupo israelí por sobre la media, y es la participación del cuarto miembro de la banda.
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Lo de Eylon Bart, incorporado a la banda en 2016, es un elemento invaluable en el sonido de Arallu: Bart es el encargado del saz, un instrumento del Cercano Oriente que provee la atmósfera desértica y hasta casi diría mística a las canciones. Por si solos los tracks son ejercicios de metal extremo más que decentes, pero esas siete cuerdas le agregan el toque oriental que hace que destaquen de verdad: donde muchas bandas buscan replicar imágenes de bosques nevados noruegos, Arallu llevan el black metal a los desiertos orientales. Por sólo por un ejemplo, una canción como “Empire of Salt” no tendría la enorme calidad que tiene sin esa introducción a su cargo.
Es con eso que Death Covenant suma muchos puntos y se convierte en un disco mucho más que recomendable. Con una producción clara pero sin caer en la sobreproducción, permitiendo notar todos los instrumentos pero manteniendo la suciedad característica de Arallu, es un trabajo tanto para el fan del black metal como para el que quiera buscar nuevas sonoridades en materia pesada, sobre todo para los que gustaron de los últimos discos de los saudíes Al-Namrood.