Darkthrone, la mejor dupla noruega de metal extremo, lo hace una vez más y nos regala uno de los mejores álbumes del año. Una producción primitiva, minimalista y orgánica, Astral Fortress es todo lo que los fans del black, heavy, thrash y doom metal a la vieja usanza pueden esperar y más.

Grabado una vez más en los Chaka Khan Studios de Oslo y con la ayuda de Ole Øvstedal y Silje Høgevold, Fenriz y Nocturno Culto continúan el legado de su última placa Eternal Hails….. (2021) con todo el poder del metal extremo clásico. Recuperando una vez más el sonido que el dúo había trabajado en sus últimas producciones como Arctic Thunder (2016)y Old Star(2019) en contraposición con el sonido más ahogado del disco pasado, los padrinos del black metal noruego parecen ya haberse apropiado y familiarizado de su nuevo lugar de grabación.

A través de las siete canciones que componen este material se nos presenta un metalero universo de bosques obscuros, mundos perdidos y maldiciones satánicas, siempre con una saludable dosis de humor, Darkthrone tiene el beneficio de ser una de las bandas “serias” y “kult” menos serias del medio, evidente desde el material de promoción de este disco en el que se ve a Fenriz melodramáticamente proclamando el lanzamiento del mismo a través de una cámara de celular para luego ser atacado por un balón de fútbol y después correr hacia el atacante, amenazándolo con sus conocimientos de “Feng Shui”.

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El mismo video para el single, Caravan of Broken Ghosts es una cámara vertical en un interminable paseo por el bosque, que nos sirve para recordar una vez más que, sí, efectivamente es Darkthrone y ellos siempre han hecho lo que les de la gana. La siguiente canción, Impeccable Caverns of Satan, termina por ser un microcosmos del resto del álbum, sintetizado por el peculiar riff que combina un fraseo rítmico, rematado por un agudo trémulo de la vieja escuela de black metal a la cual ayudaron a formar. Es en Satalagmite Necklace que hacen uso de su as bajo la manga, con un siniestro y alienígena uso de sintetizadores, cerrando la primera mitad del disco.

The Sea Beneath the Sea es otra canción que destaca del resto del álbum, con la adición de un inesperado grito de poder a la heavy metal que refuerza la comedia tan autoreflexiva que caracteriza esta banda, sin por eso dejar de ser un tema serio, poderoso y con un riff entrañable que evoluciona a lo largo de sus más de 10 minutos de duración, el plato fuerte del trabajo.

Con Kevorkian Times es que encontramos quizás la canción más doom y heavy, primero enfocándose en un arrastrado riff inicial para después doblar el ritmo a mitad de la canción y volver con el groove. Luego del interludio atmosférico de Kolbotn, West of the Vest Forest, el álbum finaliza con la épica y cósmica Eon 2. 

En definitiva, Darkthrone ha estado muy activo desde hace unos cuantos años y es una verdadera fortuna que hayan decidido evolucionar su sonido para integrar todos aquellos gustos de la adolescencia en un solo material (o serie de materiales) como lo han estado haciendo. Esperemos que les quede mucho poder por delante, aunque las esperanzas son positivas, pues este dúo no parece tener ganas de abandonarlo todo.