Luego de 12 meses de inanición, una acalorada ciudad de buenos aires se tiñe de una negra navidad a puro Death Metal. Tras una pandemia que nos condenó al encierro y nos alejó de los escenarios, el “protocolo metal” nos saca de nuestra condena, con entradas limitadas, amigos y distanciamiento social obligatorio.
La cita del 25/12 en Uniclub fue la vuelta a las tablas de una de las bandas más extremas que Buenos Aires puede ofrecer, con una formación renovada, un nuevo disco y muchos meses para poner toda la maquinaria de Avernal a tiro nuevamente.
A pesar de este año sumamente complicado, Avernal tuvo su cuota de bonanza con su último lanzamiento Tzompantli, su octavo disco de estudio, presentado en pandemia en un show live streaming desde la taberna de Odín. El disco tuvo una aceptación muy buena tanto por parte de los fanáticos como de las disqueras, teniendo ediciones en Latinoamérica (México, Portugal) y por primera vez una edición en vinilo, que está en fabricación. Luego de todo lo sucedido, tocaba presentar Tzompantli en vivo junto a los fans.
El encuentro estaba pautado para las 21 hs del pasado viernes, con una ciudad con poca actividad tras la Nochebuena y el calor del verano y las ansias de disfrutar un rato de buena música extrema hizo que los fans llegaran puntuales para retirar sus entradas previamente adquiridas. Dados unos problemas en la organización por parte del bar, la entrega de entradas y prueba de sonido se retrasó una hora aproximadamente. Una vez retiradas las entradas, el check in fue un proceso veloz, con medición de temperatura y alcohol en spray antes de entrar. Siguiendo con el tema protocolar, hay que aclarar (nobleza obliga) que la distribución de las mesas fue la adecuada, con una buena vista al escenario desde todo el local. Otro punto fuerte para el protocolo metal fue el personal de Uniclub que tomaba los pedidos de bebidas en las mesas, para evitar la aglomeración de gente en la zona de las barras. La mesas fueron adecuadas para los distintos grupos de amigos que se reunieron en el bar e incluso para compartir entre los que fuimos en solitario. El público por su parte hizo lo propio disfrutando el show desde sus asientos, la gran mayoría con barbijo/tapabocas.
Ahora si, se acercaba el momento que todos estábamos esperando desde hacía tantos meses. Ya detrás del telón Avernal, alistaba los últimos detalles mientras empezaba a sonar “Frío despertar apocalíptico”; el instrumental de su último disco; en cuanto se abrió el telón comenzaron un setlist aniquilador. Iniciando con el clásico “Tormenta después de la calma” seguido por “Mediador”, Avernal nos dejaba en claro que la furia de la bestia sigue intacta y, (creo yo) que si las condiciones sanitarias hubieran sido otras el pogo no se hubiese hecho esperar. En esta primera parte del show, dieron un repaso por sus canciones clásicas de toda su carrera. Desde Avernal I, hasta la quimera de la perfección. A nivel sonoro se mostraron impecables y muy afilados en la ejecución, ensamblando de una manera excelente, a pesar de casi no tener actividad este año. Para Gonzalo fue su tercer presentación, contando el show por streaming, demostrando toda su habilidad le brinda a Avernal un blend entre el sonido clásico al que estamos acostumbrados, con un impronta propia e incluso unos arreglos y solos en algunas canciones de Tzompantli.
Que nos queda para decir en cuestiones de sonido, sacando un pequeño detalle de la falta de volumen en los solos de Gonza, la mezcla fue buena y Cris nuevamente nos demuestra su poder vocal en los guturales, demostrando que los 25 años de brutalidad pueden seguir en la vanguardia. Continuando con el show, Avernal se dispuso a tocar el nuevo álbum completo hasta “La Densidad”, donde hicieron dos canciones de la “Quimera de la Perfección”, seguidas por el final del Tzompantli.
Luego de un show de una hora y media prácticamente, Cris nos saluda y nos comunica la alegría de volver a sonar en los escenarios, ya para el cierre se disponen a tocar las dos últimas canciones, (que claramente no podían faltar en esta vuelta). “La Resurrección” y “Hoy Puedes Pudrirte”.
Sin dudas la vuelta a los escenarios en el underground, es una excelente noticia, y los shows que se están realizando en este fin de año tan complicado es una esperanza para lo que nos espera en el 2021, sea con protocolos y localidades reducidas pero juntos entre amigos y metal.
Fotografias gentileza: CuervoDeath
Luego de 12 meses de inanición, una acalorada ciudad de buenos aires se tiñe de una negra navidad a puro Death Metal. Tras una pandemia que nos condenó al encierro y nos alejó de los escenarios, el “protocolo metal” nos saca de nuestra condena, con entradas limitadas, amigos y distanciamiento social obligatorio.
La cita del 25/12 en Uniclub fue la vuelta a las tablas de una de las bandas más extremas que Buenos Aires puede ofrecer, con una formación renovada, un nuevo disco y muchos meses para poner toda la maquinaria de Avernal a tiro nuevamente.
A pesar de este año sumamente complicado, Avernal tuvo su cuota de bonanza con su último lanzamiento Tzompantli, su octavo disco de estudio, presentado en pandemia en un show live streaming desde la taberna de Odín. El disco tuvo una aceptación muy buena tanto por parte de los fanáticos como de las disqueras, teniendo ediciones en Latinoamérica (México, Portugal) y por primera vez una edición en vinilo, que está en fabricación. Luego de todo lo sucedido, tocaba presentar Tzompantli en vivo junto a los fans.
El encuentro estaba pautado para las 21 hs del pasado viernes, con una ciudad con poca actividad tras la Nochebuena y el calor del verano y las ansias de disfrutar un rato de buena música extrema hizo que los fans llegaran puntuales para retirar sus entradas previamente adquiridas. Dados unos problemas en la organización por parte del bar, la entrega de entradas y prueba de sonido se retrasó una hora aproximadamente. Una vez retiradas las entradas, el check in fue un proceso veloz, con medición de temperatura y alcohol en spray antes de entrar. Siguiendo con el tema protocolar, hay que aclarar (nobleza obliga) que la distribución de las mesas fue la adecuada, con una buena vista al escenario desde todo el local. Otro punto fuerte para el protocolo metal fue el personal de Uniclub que tomaba los pedidos de bebidas en las mesas, para evitar la aglomeración de gente en la zona de las barras. La mesas fueron adecuadas para los distintos grupos de amigos que se reunieron en el bar e incluso para compartir entre los que fuimos en solitario. El público por su parte hizo lo propio disfrutando el show desde sus asientos, la gran mayoría con barbijo/tapabocas.
Ahora si, se acercaba el momento que todos estábamos esperando desde hacía tantos meses. Ya detrás del telón Avernal, alistaba los últimos detalles mientras empezaba a sonar “Frío despertar apocalíptico”; el instrumental de su último disco; en cuanto se abrió el telón comenzaron un setlist aniquilador. Iniciando con el clásico “Tormenta después de la calma” seguido por “Mediador”, Avernal nos dejaba en claro que la furia de la bestia sigue intacta y, (creo yo) que si las condiciones sanitarias hubieran sido otras el pogo no se hubiese hecho esperar. En esta primera parte del show, dieron un repaso por sus canciones clásicas de toda su carrera. Desde Avernal I, hasta la quimera de la perfección. A nivel sonoro se mostraron impecables y muy afilados en la ejecución, ensamblando de una manera excelente, a pesar de casi no tener actividad este año. Para Gonzalo fue su tercer presentación, contando el show por streaming, demostrando toda su habilidad le brinda a Avernal un blend entre el sonido clásico al que estamos acostumbrados, con un impronta propia e incluso unos arreglos y solos en algunas canciones de Tzompantli.
Que nos queda para decir en cuestiones de sonido, sacando un pequeño detalle de la falta de volumen en los solos de Gonza, la mezcla fue buena y Cris nuevamente nos demuestra su poder vocal en los guturales, demostrando que los 25 años de brutalidad pueden seguir en la vanguardia. Continuando con el show, Avernal se dispuso a tocar el nuevo álbum completo hasta “La Densidad”, donde hicieron dos canciones de la “Quimera de la Perfección”, seguidas por el final del Tzompantli.
Luego de un show de una hora y media prácticamente, Cris nos saluda y nos comunica la alegría de volver a sonar en los escenarios, ya para el cierre se disponen a tocar las dos últimas canciones, (que claramente no podían faltar en esta vuelta). “La Resurrección” y “Hoy Puedes Pudrirte”.
Sin dudas la vuelta a los escenarios en el underground, es una excelente noticia, y los shows que se están realizando en este fin de año tan complicado es una esperanza para lo que nos espera en el 2021, sea con protocolos y localidades reducidas pero juntos entre amigos y metal.
Fotografias gentileza: CuervoDeath