Disharmonium – Undreamable Abysses se trata del decimocuarto álbum de Blut Aus Nord, esta consagrada banda francesa de avant-garde black metal. El trío conformado por Vindsval, W.D. Feld y GhÖst se posiciona en este subgénero cuya denominación advierte que nos hallamos en territorio experimental, donde predomina una búsqueda sonora incesante, muy lejos de respetar tradiciones o seguir tendencias. Esto es así mucho más al hablar de la música de estos autoproclamados “teóricos del esteticismo insano” en pos de generar un “desasosiego armónico sombríamente maximalista”. El disco fue grabado y mezclado por el mismo Vindsval en Earthsound Studio. Bruno Varea fue el responsable de la masterización en Upload Studio. El arte visual estuvo a cargo de Maciej Kamuda y la edición en todos los formatos físicos sigue siendo mérito del sello Debemur Morti Productions.

En su brillante obra anterior, Hallucinogen (2019), el grupo había sorprendido con una propuesta mucho más melódica que lo habitual, aunque no por ello menos enigmática y sugerente, a la vez que profundizaron en la exploración psicodélica. Ahora, esa indagación persiste aunque inspirada por los horrores creados por H.P. Lovecraft, cuya literatura trascendía el espacio y tiempo conocidos para incursionar en siniestras dimensiones apenas aprehensibles para la mente humana, desoladas o habitadas por seres ancestrales, tan insoportables que perturban el sueño hasta llevar a la locura.

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“Tales of the Old Dreamer” fue el single con un videoclip animado, y junto con “Chants of the Deep Ones”, “Into the Woods” y “That Cannot Be Dreamed” son los tramos más destacables en este viaje abismal. A medida que se avanza, el poder hipnótico de las fuerzas conjuradas hace que, por lapsos, se disuelva la conciencia despertada por el llamado de los detalles distintivos, y la escucha genera un estado de fusión causado por una composición engañosamente repetitiva a grandes rasgos. Las voces mantienen el enfoque coral del disco anterior, formando capas que se entraman con las texturas instrumentales palpitantes, recordando al trabajo de compositores contemporáneos como György Ligeti, Iannis Xenakis o Krzysztof Penderecki. Ocasionalmente emerge una voz siniestra que sobresale en la neblina espectral evocada por el resto.

En comparación con lo que sucedía en el álbum precedente, en esta entrega no hallaremos diversidad a lo largo de la experiencia como oyentes, sino continuidad en el tejido vibrante surgido de las complejas estructuras rítmicas y las fantasmales progresiones disonantes. Las melodías son minimalistas, casi como lamentos. Cabe la posibilidad de pensar que, ya desde el título mismo de cada obra, hay un claro deseo de establecer una distinción. Si bien la psicodelia sigue, hay un contraste entre la apuesta melódica de Hallucinogen, que lo convirtió en un disco excelente a la vez que “accesible”, y la intención textural de Disharmonium – Undreamable Abysses, un trabajo mucho más desafiante, pero, sin dudas, adecuado a las características del universo literario del escritor estadounidense en cuyas historias se basa el disco.