

El pasado sábado, Garaje Beat Club en Murcia acogió una noche de oscuridad sonora con los conciertos de The Holeum y Celeste, dos bandas de atmósfera densa y sonidos contundentes. La sala, cuya apertura de puertas fue a las 20:00 horas, se fue llenando lentamente, aunque nunca alcanzó ni la mitad de su capacidad. Un ambiente íntimo y cargado de misterio se apoderó del lugar desde el inicio, presagiando lo que sería una velada envolvente para los asistentes.
The Holeum fue el encargado de abrir el evento con un inicio puntual. Las luces de contra y el denso humo cubrieron el escenario, creando una atmósfera casi fantasmagórica que acentuaba su sonido pesado y melancólico. Pese a la poca asistencia, la banda no dejó de impresionar con su ejecución, en la que destacó especialmente la potencia de la batería. Durante los 45 minutos que estuvieron sobre el escenario, despidieron su set con una nueva canción que formará parte de su próximo disco, dejando a los presentes con una grata expectativa para el futuro.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: Rotting Christ en Pamplona: “La carga del metal helénico”
A continuación, Celeste tomó el relevo, también de manera puntual, pero ante una audiencia que seguía siendo reducida. La banda francesa, conocida por sus impactantes presentaciones en vivo, inició su actuación sin las características luces rojas sobre sus cabezas, un elemento que incorporaron a partir de la segunda canción. Su directo fue arrollador, con un sonido que llenó la sala, apoyado por la potente atmósfera creada con el uso de luces rojas, humo denso y un constante juego de sombras, sin iluminación frontal en ningún momento.
El concierto de Celeste, aunque intenso, dejó a más de uno sorprendido por su brevedad. Apenas 50 minutos de show, en los que repasaron casi todo su último disco, no fueron suficientes para saciar el hambre de música de los presentes, quienes se quedaron con una sensación de extrañeza al notar lo corto que había sido el set. Aunque la ejecución fue impecable, la duración del concierto dejó un amargo sabor en una noche que podría haber dado mucho más.


El pasado sábado, Garaje Beat Club en Murcia acogió una noche de oscuridad sonora con los conciertos de The Holeum y Celeste, dos bandas de atmósfera densa y sonidos contundentes. La sala, cuya apertura de puertas fue a las 20:00 horas, se fue llenando lentamente, aunque nunca alcanzó ni la mitad de su capacidad. Un ambiente íntimo y cargado de misterio se apoderó del lugar desde el inicio, presagiando lo que sería una velada envolvente para los asistentes.
The Holeum fue el encargado de abrir el evento con un inicio puntual. Las luces de contra y el denso humo cubrieron el escenario, creando una atmósfera casi fantasmagórica que acentuaba su sonido pesado y melancólico. Pese a la poca asistencia, la banda no dejó de impresionar con su ejecución, en la que destacó especialmente la potencia de la batería. Durante los 45 minutos que estuvieron sobre el escenario, despidieron su set con una nueva canción que formará parte de su próximo disco, dejando a los presentes con una grata expectativa para el futuro.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: Rotting Christ en Pamplona: “La carga del metal helénico”
A continuación, Celeste tomó el relevo, también de manera puntual, pero ante una audiencia que seguía siendo reducida. La banda francesa, conocida por sus impactantes presentaciones en vivo, inició su actuación sin las características luces rojas sobre sus cabezas, un elemento que incorporaron a partir de la segunda canción. Su directo fue arrollador, con un sonido que llenó la sala, apoyado por la potente atmósfera creada con el uso de luces rojas, humo denso y un constante juego de sombras, sin iluminación frontal en ningún momento.
El concierto de Celeste, aunque intenso, dejó a más de uno sorprendido por su brevedad. Apenas 50 minutos de show, en los que repasaron casi todo su último disco, no fueron suficientes para saciar el hambre de música de los presentes, quienes se quedaron con una sensación de extrañeza al notar lo corto que había sido el set. Aunque la ejecución fue impecable, la duración del concierto dejó un amargo sabor en una noche que podría haber dado mucho más.