Para el tercer día del festival del Copenhell, me despertaba con una sensación de quinceañero, porque sabía que de desayuno iba a contar con la presencia de los únicos sudamericanos en todo el festival: los brasileros Angra. Esta es una banda que marcó mi gusto por la música pesada en los 90’s y que me llevó al momento de haber descubierto Angels Cry en el Musimundo de Alto Avellaneda, cambiándome por completo la vida. Con todo ese dramatismo, me dirigí al escenario Helviti a registrar lo que sería un evento también histórico a nivel personal… La banda que tantas veces vi en Buenos Aires, la banda que generó que me escapara de casa siendo un adolescente, para verlos en directo en el estadio de Vélez Sarsfield, la banda que hizo que me enamorara de la velocidad en el metal… ya no existía.
Si bien cuentan con la figura del mítico Fabio Lione en las voces, al italiano se le notaron muchas dificultades para cantar, al contrario del resto de la banda que sonó ajustadísima repasando su discografía con grandes éxitos como “Carry On”, “Rebirth” y “Nothing to Say” entre otros, celebrando su gira aniversario The Best of 30 Years. A nivel personal ha sido una gran decepción, sobre todo por la performance de Lione, y a una banda como Angra, le vendría muy bien un excelente cantante. Si pudieron reemplazar a Kiko Loureiro pueden reemplazar a cualquiera. Pueden escucharlo a Fabio Lione intentando cantar en inglés a través del siguiente enlace de Spotify.
Pero así como el tiempo pasa, también van apareciendo bandas nuevas que nos llaman muchísimo la atención. Tal es el caso de nuestro próximo acto, los locales Defacing God. Liderados por Sandie The Lilith, la banda está creciendo exponencialmente con giras a través de todo Europa. Track To Hell hizo la cobertura del concierto un mes atrás en Barcelona y Madrid, y la noticia de que iban a participar en Copenhell, fue realmente una alegría. Como parte de la misma gira, repitieron el set basado en su único disco The Resurrection of Lilith que nuevamente deleitó al público con un sonido y estética tan oscuros que por momentos uno perdía de vista que estaban tocando a las tres de la tarde.
Para seguir con los relatos folklóricos, en el escenario Helviti tendríamos una adición de último momento al festival: los divertidos finlandeses de Korpiklaani. Siempre con una sonrisa en la cara, los músicos repasaron su discografía con un set muy ajustado y bailable, haciendo sentir al público estar realmente en una fiesta de taberna… Y a juzgar por la cantidad de cervezas que pululaban por el lugar, estaban cumpliendo su cometido. Con clásicos como “Wooden Pints” o “Vodka”, Korpiklaani ha sido una gran adición a último momento que no permitió que baje el ritmo de la fiesta por un minuto.
Todo era fiesta y baile, pero la cuestión se iba a poner un poco oscura… Tanto musical como climáticamente. Las amenazas de lluvias fuertes antes del concierto de los únicos representantes españoles del festival, Angelus Apatrida hicieron temer por la integridad de su presentación, y después de algunos minutos de retraso en los cuales se cubrió el sistema de sonido para evitar que la lluvia lo afectase, los originarios de Albacete tomaron el escenario del bosque para volver loca a toda la audiencia temerosa por el aguacero que caería momentos más tarde. Con su thrash filoso y violento, Angelus Apatrida recorrió parte de su discografía, pero centrándose en su último trabajo de estudio de 2021 autodenominado Angelus Apatrida. De lo mejor que hemos visto en este festival, y definitivamente un acto obligado para las próximas ediciones del Copenhell.
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La lluvia no solamente iba a ser una amenaza, sino que ya era una realidad y también el viento estaba causando que algunas partes de la decoración se mantuviesen tan estáticas como estaba previsto. Es por ello que la producción decidió cerrar el acceso a la colina por precaución climática, ya que los vientos estaban siendo muy poco misericordiosos por aquella zona geográfica. Pero claro, nada de esto iba a detener al señor Barney Greenway y compañía, que vienen sufriendo una cantidad de imprevistos muy bizarros últimamente. Napalm Death es una de las bandas pilares del grindcore y death metal, que solo este año se les cayó el techo de un escenario, padecieron la lesión de Greenway teniendo que actuar sentado (debe haber sido una tortura para él), y esta vez no iba a ser la excepción: Shane Embury, el bajista del conjunto inglés no se presentó por problemas de salud inesperados, y en su lugar, tocó un reemplazo.
Como siempre, los movimientos erráticos de Greenway en el escenario y su dudoso estado mental mientras actúa se hicieron presentes en Copenhell, pero esta vez, solamente durante 4 canciones (unos 3 minutos aproximadamente) ya que como había mencionado antes, el viento estaba más enojado que el sonido de Napalm Death y decidió deshacerse de una de las pantallas gigantes que colgaban al lado del escenario. Antes de que la pantalla cayera, se había suspendido el concierto, provocando decepción en los fans, y tristeza en los ejecutivos de la compañía de seguros.
La inclemencia del estado climático también provocó que se suspendiese el muy esperado concierto de Architects, pero estimo que no faltará la oportunidad de escribir acerca de semejante banda en un futuro cercano.
Una vez que el clima perdonó un poco, los locales CABAL se subieron al escenario secundario para presentar su disco Magno Interitus, lanzado el año pasado. Con su metalcore técnico, el joven grupo, que dispone de una gran cantidad de seguidores, a juzgar por cómo toda la gente de las primeras filas se sabía las canciones, sorprendieron gratamente a quien nunca los había escuchado en directo. También contaron con invitados de la escena local, que aportaron más voces brutales sobre la base rítmica y pesada de la banda.
Después de tanta incertidumbre por el clima, finalmente podíamos relajarnos y saber que el ENORME concierto de Slipknot, finalmente se iba a realizar. En el escenario mayor del festival, se preparaba una escenografía impresionante con varios niveles, mucho fuego, y sobre todo, volumen. Corey Taylor salió al escenario con su compañía de enmascarados para sacudir los cimientos de Copenhague. Repasando toda su discografía, los clásicos de Iowa deleitaron al público con un sonido avasallante, y una claridad cristalina en cada uno de los instrumentos. Da gusto ver que bandas de este calibre trabajen de forma tan profesional, y se preocupe mucho por el espectáculo y la música. Porque como todos sabemos, si bien la música es lo más importante, tampoco se tiene que dejar de lado el espectáculo visual, porque para algo estamos allí.
Para el tercer día del festival del Copenhell, me despertaba con una sensación de quinceañero, porque sabía que de desayuno iba a contar con la presencia de los únicos sudamericanos en todo el festival: los brasileros Angra. Esta es una banda que marcó mi gusto por la música pesada en los 90’s y que me llevó al momento de haber descubierto Angels Cry en el Musimundo de Alto Avellaneda, cambiándome por completo la vida. Con todo ese dramatismo, me dirigí al escenario Helviti a registrar lo que sería un evento también histórico a nivel personal… La banda que tantas veces vi en Buenos Aires, la banda que generó que me escapara de casa siendo un adolescente, para verlos en directo en el estadio de Vélez Sarsfield, la banda que hizo que me enamorara de la velocidad en el metal… ya no existía.
Si bien cuentan con la figura del mítico Fabio Lione en las voces, al italiano se le notaron muchas dificultades para cantar, al contrario del resto de la banda que sonó ajustadísima repasando su discografía con grandes éxitos como “Carry On”, “Rebirth” y “Nothing to Say” entre otros, celebrando su gira aniversario The Best of 30 Years. A nivel personal ha sido una gran decepción, sobre todo por la performance de Lione, y a una banda como Angra, le vendría muy bien un excelente cantante. Si pudieron reemplazar a Kiko Loureiro pueden reemplazar a cualquiera. Pueden escucharlo a Fabio Lione intentando cantar en inglés a través del siguiente enlace de Spotify.
Pero así como el tiempo pasa, también van apareciendo bandas nuevas que nos llaman muchísimo la atención. Tal es el caso de nuestro próximo acto, los locales Defacing God. Liderados por Sandie The Lilith, la banda está creciendo exponencialmente con giras a través de todo Europa. Track To Hell hizo la cobertura del concierto un mes atrás en Barcelona y Madrid, y la noticia de que iban a participar en Copenhell, fue realmente una alegría. Como parte de la misma gira, repitieron el set basado en su único disco The Resurrection of Lilith que nuevamente deleitó al público con un sonido y estética tan oscuros que por momentos uno perdía de vista que estaban tocando a las tres de la tarde.
Para seguir con los relatos folklóricos, en el escenario Helviti tendríamos una adición de último momento al festival: los divertidos finlandeses de Korpiklaani. Siempre con una sonrisa en la cara, los músicos repasaron su discografía con un set muy ajustado y bailable, haciendo sentir al público estar realmente en una fiesta de taberna… Y a juzgar por la cantidad de cervezas que pululaban por el lugar, estaban cumpliendo su cometido. Con clásicos como “Wooden Pints” o “Vodka”, Korpiklaani ha sido una gran adición a último momento que no permitió que baje el ritmo de la fiesta por un minuto.
Todo era fiesta y baile, pero la cuestión se iba a poner un poco oscura… Tanto musical como climáticamente. Las amenazas de lluvias fuertes antes del concierto de los únicos representantes españoles del festival, Angelus Apatrida hicieron temer por la integridad de su presentación, y después de algunos minutos de retraso en los cuales se cubrió el sistema de sonido para evitar que la lluvia lo afectase, los originarios de Albacete tomaron el escenario del bosque para volver loca a toda la audiencia temerosa por el aguacero que caería momentos más tarde. Con su thrash filoso y violento, Angelus Apatrida recorrió parte de su discografía, pero centrándose en su último trabajo de estudio de 2021 autodenominado Angelus Apatrida. De lo mejor que hemos visto en este festival, y definitivamente un acto obligado para las próximas ediciones del Copenhell.
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La lluvia no solamente iba a ser una amenaza, sino que ya era una realidad y también el viento estaba causando que algunas partes de la decoración se mantuviesen tan estáticas como estaba previsto. Es por ello que la producción decidió cerrar el acceso a la colina por precaución climática, ya que los vientos estaban siendo muy poco misericordiosos por aquella zona geográfica. Pero claro, nada de esto iba a detener al señor Barney Greenway y compañía, que vienen sufriendo una cantidad de imprevistos muy bizarros últimamente. Napalm Death es una de las bandas pilares del grindcore y death metal, que solo este año se les cayó el techo de un escenario, padecieron la lesión de Greenway teniendo que actuar sentado (debe haber sido una tortura para él), y esta vez no iba a ser la excepción: Shane Embury, el bajista del conjunto inglés no se presentó por problemas de salud inesperados, y en su lugar, tocó un reemplazo.
Como siempre, los movimientos erráticos de Greenway en el escenario y su dudoso estado mental mientras actúa se hicieron presentes en Copenhell, pero esta vez, solamente durante 4 canciones (unos 3 minutos aproximadamente) ya que como había mencionado antes, el viento estaba más enojado que el sonido de Napalm Death y decidió deshacerse de una de las pantallas gigantes que colgaban al lado del escenario. Antes de que la pantalla cayera, se había suspendido el concierto, provocando decepción en los fans, y tristeza en los ejecutivos de la compañía de seguros.
La inclemencia del estado climático también provocó que se suspendiese el muy esperado concierto de Architects, pero estimo que no faltará la oportunidad de escribir acerca de semejante banda en un futuro cercano.
Una vez que el clima perdonó un poco, los locales CABAL se subieron al escenario secundario para presentar su disco Magno Interitus, lanzado el año pasado. Con su metalcore técnico, el joven grupo, que dispone de una gran cantidad de seguidores, a juzgar por cómo toda la gente de las primeras filas se sabía las canciones, sorprendieron gratamente a quien nunca los había escuchado en directo. También contaron con invitados de la escena local, que aportaron más voces brutales sobre la base rítmica y pesada de la banda.
Después de tanta incertidumbre por el clima, finalmente podíamos relajarnos y saber que el ENORME concierto de Slipknot, finalmente se iba a realizar. En el escenario mayor del festival, se preparaba una escenografía impresionante con varios niveles, mucho fuego, y sobre todo, volumen. Corey Taylor salió al escenario con su compañía de enmascarados para sacudir los cimientos de Copenhague. Repasando toda su discografía, los clásicos de Iowa deleitaron al público con un sonido avasallante, y una claridad cristalina en cada uno de los instrumentos. Da gusto ver que bandas de este calibre trabajen de forma tan profesional, y se preocupe mucho por el espectáculo y la música. Porque como todos sabemos, si bien la música es lo más importante, tampoco se tiene que dejar de lado el espectáculo visual, porque para algo estamos allí.