Después de la salida de la cantante y bajista Fernanda Lira y de la baterista Luana Dametto del trío brasileño Nervosa, es seguro decir que la incógnita acerca del futuro de ambas partes estaba en la mente de muchos. Y llama la atención que tanto Lira y Dametto como Prika Amaral eligieron la ruta internacional para continuar sus carreras: la guitarrista reformó Nervosa con un seleccionado de otras músicos de Grecia, Italia y España, y sus excompañeras se enfocaron en Crypta, el cuarteto que habían formado poco antes junto a las guitarristas Tainá Bergamaschi y Sonia Anubis, esta última de los Países Bajos.

Con la salida de Perpetual Chaos, primer álbum de Nervosa con esta nueva formación, y el buen recibimiento que tuvo por parte de la crítica, ahora quedaba por ver qué sería de Crypta, que ya habían dado varias entrevistas antes siquiera de haber editado material. Con la salida de los adelantos “Starvation” y “From The Ashes” en mayo de este año, era claro que las múltiples menciones de la pasión de sus integrantes por el death metal no era sólo algo al pasar, porque Crypta iban por un camino mucho más pesado que el de la banda madre de Lira y Dametto. Y con la edición de su debut Echoes of the Soul este 11 de junio, a cargo de Napalm Records, ahora podemos apreciar todo el alcance del sonido del cuarteto.

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Tal como adelantaron en sus primeros singles, Crypta va por un camino bastante más pesado que el de Nervosa:  mientras el por entonces power trío siempre basó su propuesta instrumental en el thrash metal de la vieja escuela escuela, el cuarteto brasileño-neerlandés se apoya casi completamente en el costado death metal que siempre aportó la voz de Fernanda Lira. Ese estilo agudo y corrosivo, comparable con el de Chuck Schuldiner (Death) o incluso con Dani Filth (Cradle of Filth), siempre fue uno de los puntos más llamativos y destacables en Nervosa, y acá va de la mano con música más pesada y oscura, con muchos blastbeats y riffs serpenteantes. Pero a partir de este punto, vamos a dejar de lado las comparaciones con Nervosa y nos centraremos en el material de Echoes of the Soul, para ver si las canciones se pueden sostener por sí solas.

Sin contar la intro “Awakening”, un collage de sonidos ambientales de terror que sirve para establecer la atmósfera del álbum y poco más, el álbum arranca con la antes mencionada “Starvation”, que sirviera como adelanto junto a “From The Ashes”. Estas canciones abren y cierran el disco respectivamente y por eso no interfieren en la escucha a quienes le hayan dado una oída al single. Tampoco vendría mal analizarlas una después de la otra, siendo lo primero que se escuchó de este trabajo: “Starvation” es un death metal clásico en la línea de Morbid Angel, con sus riffs podridos y alta velocidad combinados con solos virtuosos y melódicos, mientras que “From The Ashes” explota la misma fórmula pero agrega una gran presencia de voces guturales graves, logrando un contraste muy atractivo, y dándole un cierre interesante a Echoes of the Soul al finalizar con los mismos teclados de la intro, cerrando así el círculo.

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Con esos dos ejemplos, uno pensaría que el resto del material sería fácil de dilucidar, y lo es al menos en su mayoría: Crypta no parece una banda a la que le interese variar mucho la fórmula entre canciones, sino que se contenta con entregar ese death metal clásico, pesado y violento. Esta no es una crítica a la banda: si les pongo una lista de mis cien discos favoritos de heavy metal en todas sus variantes van a ver que la mayoría no lo son porque sean profundamente experimentales y únicos, y el cuarteto logra justificar su propuesta a lo largo de 41 minutos con riffs tradicionales pero efectivos. Riffs como los de “Possessed” o “Kali” los habré escuchado mil veces, pero hay una razón por la que otras bandas los eligieron mil veces y Crypta logran rodearlos con bastante cambios de ritmo como para justificarlos. Y tampoco hay que ignorar momentos como “Under The Black Wings”, que baja un poco la velocidad y mete algo de groove a las baterías al no enfocarse tanto en los blastbeats, con un buen uso del doble bombo en varios pasajes. 

Antes mencionábamos el componente melódico del álbum, que termina siendo bastante más prominente de lo que uno imaginaría viendo la portada símil Altars of Madness diseñada por el estadounidense Wes Benscoter: canciones como “Blood Stained Heritage”, “Shadow Within” o la mencionada “From the Ashes” no sonarían fuera de lugar en un disco de The Black Dahlia Murder, y hay más que un puñado de momentos o incluso secciones enteras en otros tracks que parecen tomar inspiración del costado más pesado del death melódico, incluso metiendo algún detalle blackmetalero a lo Dissection. Los solos de Anubis y Bergamaschi también aportan a ese estilo.

La producción, a cargo de Arthur Rizk (Eternal Champion, Cirith Ungol, Goat Semen y un largo etcétera de heavy metal clásico, black y death metal) en la mezcla y Jens Bogren (Amon Amarth, Amorphis y Angra, entre muchos otros) en el masterizado, logra ese sonido de death metal vieja escuela que no es ultra inmaculado o limpio pero que tampoco suena como grabado en una caverna húmeda. Las guitarras son claras pero bien distorsionadas, la batería es poderosa y el bajo es perfectamente discernible, todo lo que se puede pedir de un disco así.

Echoes of the Soul es un álbum que no toma muchos riesgos y va a lo seguro en cuanto a su propuesta de death metal clásico, con sus riffs disonantes y ritmos violentos que se pueden rastrear de manera directa a lo hecho a fines de los ochentas y principios de los noventas. Sin embargo, es interesante escuchar la excepcional voz de Fernanda Lira en este nuevo contexto, y se nota que todas las involucradas no sólo aprecian todo lo que tenga que ver con este sonido extremo, sino que además tienen el talento como para llevarlo adelante de manera óptima. A futuro no estaría mal que se formaran una identidad más propia y menos pegada a un sonido más específico, pero si uno es fan del death metal y está buscando alguna propuesta bien directa y sin vueltas, este álbum debut de Crypta le vendrá más que bien para saciar esa sed.