Quién diría que han pasado ya 18 años desde que Evanescence se dieran a conocer y explotasen a nivel mundial con su multiplatino “Fallen” conquistando el corazón de millones de personas alrededor del mundo gracias a temazos como “Bring Me To Life” , “Tourniquet” , “My Immortal” o la explosiva “Going Under”.

Pero si amigos, a más de tres lustros de su debut y a una década de su último disco con material original, Amy Lee y los suyos vuelven con su cuarto disco de estudio “The Bitter Truth” para demostrar que este letargo los ha hecho renacer con más fuerza que nunca.
Y lo cierto es que si uno se pone a analizar el disco y sus matices, parece que estuviésemos en la década pasada y que no hubiera pasado tanto tiempo sin música nueva de la banda.

Esto se deduce en que tras una intro oscura y susurrante como “Intro,Artifact,The Truth” , la banda arranca con un binomio como es “Broken Pieces Shine” y “The Game Is Over” , que parecen extraídos de “The Open Door” y nos invade una sensación de nostalgia muy poderosa , que hará las delicias de los seguidores más antiguos de la banda norteamericana.

Pero tras estas dos, nos toparemos con “Yeah Right”, una de las sorpresas del disco que presenta un tratado medio electrónico que recuerda a la mejor época de Muse mezclada con toques de Lacuna Coil pero siempre sonando personales gracias a la exquisita voz de Amy Lee, la cual sigue siendo una de las mejores voces de su generación.

Luego hay espacio para canciones más rockeras como puede ser “Better Off Without You” , en donde la dupla de las seis cuerdas Jen / Troy adornan muy bien la canción con sus punteos y se complementan perfectamente con una Amy que alcanza todas las notas a las que se enfrenta, poniendo los pelos de punta al oyente desde el segundo uno.

Y por supuesto hay lugar para las baladas, terreno en donde Evanescence son prácticamente invencibles (a canciones como “My Immortal” , “Lithium” o “Hello” me remito) y en este disco tenemos dos casos muy marcados como son “Wasted On You” , en donde el piano es el único acompañante para Lee y enmudece a todo aquel que la vaya a escuchar por primera vez creándote un nudo en el estómago impresionante por que la voz de Amy suena tan delicada, triste, bonita y a la vez tan real que lo puedes percibir en la primera escucha.

Lo mismo ocurre con “Far From Heaven”, que te hace añicos por dentro y podría ser una hermanita pequeña de “Lithium” o “My Immortal” y seguramente ponga aún más los pelos como escarpias si la tocan en directo con Lee sola al piano y una luz tenue iluminándola, ambas piezas son de lo mejorcito del disco y ponen de manifiesto que sin la distorsión ni los arreglos electrónicos, Evanescence también brillan con luz propia.

Otra pieza a destacar es “Use My Voice” en donde Amy saca su lado más reivindicativo y empoderativo ya que debido a los acosos que viven diariamente las mujeres y las agresiones que sufren hay que levantarse y seguir luchando para erradicar la lacra que es la violencia de género, pero curiosamente en 2021 esta canción podría servir también como himno político contra todo aquel que no nos represente y el fraseo en donde ella grita cabreada “Don’t You Speak For Me” (No hables por mi, ndr.) bien podría ser el lema de muchos de nosotros como muestra del cansancio que sentimos contra los políticos que se llenan la boca hablando por el bien del país y luego lo único que hacen es nada… simplemente miran para sí mismos. Me parece un tema muy interesante y muy bien abordado por la banda de Arkansas.

Quizás diez años sin sacar material nuevo sea un pelín excesivo y seguramente los tiempos dorados de “Fallen” ya no volverán, pero lo que no se puede negar es que a pesar de lo que digan los “iluminados” de turno y los descreídos, Evanescence ha vuelto por la puerta grande y acaban de editar uno de los discos del año, le pese a quién le pese.
Sólo esperemos que la suerte y la industria les acompañe esta vez y volvamos a ver el resurgimiento de una de las bandas más importantes de la década del 2000, bienvenidos de vuelta chicos.