

Ikarûs es una banda emergente de rock nacida en Barcelona, integrada por Edgar, Jordi, Àlex y Héctor. Con energía y pasión, trabajan en la creación de un sonido fresco y único que será la base de su próximo EP, buscando revitalizar y dar fuerza al rock en la escena local.
En su último concierto en La Báscula, dentro del distrito de Sants-Montjuïc, presentaron canciones inéditas de su próximo proyecto, alternando con versiones de sus influencias más destacadas: Arctic Monkeys, Måneskin y Arde Bogotá. Ante un público joven y familiar que llenó la sala, Ikarûs demostró su potencial y conexión con los asistentes desde el primer momento.
Desde su entrada al escenario, con “Cariño”, la banda desplegó una energía arrolladora. El repertorio incluyó composiciones propias y reinterpretaciones que encendieron la atmósfera de la sala. En el momento de versionar “Wanna Be Your Slave” (cover de Måneskin), un solo de guitarra y la arenga para saltar a la cuenta de tres desataron el entusiasmo del público.
Tras un electrizante solo, continuaron con “Kill All My Monsters”, donde el bajista asumió el rol de cantante, haciendo que todo el público se agachara para luego levantarse al compás de la música, con un guiño al solo de “Crazy Train” que se convirtió en una invitación irresistible a la pista de baile.
El ritmo frenético se mantuvo con “Kool Kids”, seguido por “A Contrarreloj” y “Carlota”. En la emotiva balada “La República de La Tramuntana”, el baterista asumió el papel de maestro de ceremonias, dedicando la canción a sus padres.
El momento más íntimo llegó con “Tu Veneno”, una balada donde resonó la frase: “Muérdeme, tapándome la boca porque si no gritaré…”, preparando el terreno para el desenfreno de “Sound of the Wolf”, en la que los asistentes aullaron y abarrotaron las primeras filas.
El cierre del concierto incluyó “Medicine”, un tema perfecto para enlazar con el bis. Finalmente, “Glass House” fue el broche de oro: guitarra y bajo se acercaron a las primeras filas mientras el vocalista lideraba un contagioso estribillo. Ikarûs cerró una hora de repertorio diseñado para la pista de baile y la intensidad de ser joven, marcando un hito en su prometedora trayectoria en la Ciudad Condal.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: Sum 41 en Barcelona: “Gran despedida”
Hekate Heads es una banda punk rock femenina y multicultural, formada en 2024 en Barcelona por integrantes de Europa y Sudamérica. Iniciaron su carrera versionando temas de vocalistas femeninas icónicas del punk y el rock, y ahora están en pleno proceso creativo, componiendo sus primeras canciones.
Debutaron en La Báscula con un repertorio cargado de energía, combinando covers potentes y temas originales bajo su lema: “Girls Just Wanna Have Punk”, un grito que quedará grabado en la memoria de quienes asistieron.
Desde que las luces se apagaron, la energía se apoderó de la sala. Al compás de los primeros acordes, el público, formado por jóvenes y adultos, se agitó frenéticamente, creando un pogo en el centro de la pista. La banda comenzó con un popurrí de versiones de sus favoritas: “Drain the Blood” de The Distillers, adaptada con frases en español; “Take the Power Back” de Interrupters; “Radio Rebelde” de The Baboon Show; y su interpretación punk de “Girls Just Wanna Have Fun” de Cyndi Lauper, rebautizada como “Girls Just Wanna Have Punk”.
Entre las versiones, presentaron su primera canción original, “Sozinha”, en portugués, influenciada por la batería Louise. Luego, sorprendieron con una punkerizada “Man! I Feel Like a Woman” de Shania Twain, entrelazada con “City of Angels” de Brody Dalle. Simona, la vocalista, arengó al público: “¡Esto no para!”, mientras rendían homenaje a las heroínas que las inspiraron a formar la banda. Saludando a la audiencia multicultural que se acercó a ver a esta joven banda que se pasea por la vereda de ,los dos acordes del punk aunque coqueteaban con el grunge de “Celebrity Skin” de la viuda del grunge Courtney Love. Sin duda “Fucking Police”, es una declaración de guerra contra la autoridad, un claro rechazo al statu quo.
El segundo tema original de la noche, “Prayer”, destacó por el fraseo de guitarra de Paula, que promete evolucionar con el tiempo. La noche continuó con una selección de riot punk, incluyendo “Cherry Bomb” de The Runaways con fraseo en español, con un guiño a Bikini Kill y su combativo “Rebel Girl”. Entre canción y canción, presentaron a la banda: Maud al bajo (Francia), Louise en la batería (Brasil), Paula en la guitarra (Argentina), y Simona en la voz (Italia).
El concierto cerró con un homenaje a la familia en particular a la de Simona que vino desde Italia que engloba “Got Each Other” de The Interrupters, y la archiconocida “Baby One More Time” dando un par de voltios más al ritmo poniendo fin a una noche que combinó la energía del punk y la pasión de una banda joven y cosmopolita. Al despedirse, Paula desde su guitarra proclamó con simpatía: “ ¿Cuales fallos?, ¡esto es punk, con eso zafamos!”, arrancando risas y aplausos.
Al final, el público, eufórico, salió con una sensación de liberación y empoderamiento, marcando esta velada como una noche para debutantes de rock y punk feminista en Barcelona.


Ikarûs es una banda emergente de rock nacida en Barcelona, integrada por Edgar, Jordi, Àlex y Héctor. Con energía y pasión, trabajan en la creación de un sonido fresco y único que será la base de su próximo EP, buscando revitalizar y dar fuerza al rock en la escena local.
En su último concierto en La Báscula, dentro del distrito de Sants-Montjuïc, presentaron canciones inéditas de su próximo proyecto, alternando con versiones de sus influencias más destacadas: Arctic Monkeys, Måneskin y Arde Bogotá. Ante un público joven y familiar que llenó la sala, Ikarûs demostró su potencial y conexión con los asistentes desde el primer momento.
Desde su entrada al escenario, con “Cariño”, la banda desplegó una energía arrolladora. El repertorio incluyó composiciones propias y reinterpretaciones que encendieron la atmósfera de la sala. En el momento de versionar “Wanna Be Your Slave” (cover de Måneskin), un solo de guitarra y la arenga para saltar a la cuenta de tres desataron el entusiasmo del público.
Tras un electrizante solo, continuaron con “Kill All My Monsters”, donde el bajista asumió el rol de cantante, haciendo que todo el público se agachara para luego levantarse al compás de la música, con un guiño al solo de “Crazy Train” que se convirtió en una invitación irresistible a la pista de baile.
El ritmo frenético se mantuvo con “Kool Kids”, seguido por “A Contrarreloj” y “Carlota”. En la emotiva balada “La República de La Tramuntana”, el baterista asumió el papel de maestro de ceremonias, dedicando la canción a sus padres.
El momento más íntimo llegó con “Tu Veneno”, una balada donde resonó la frase: “Muérdeme, tapándome la boca porque si no gritaré…”, preparando el terreno para el desenfreno de “Sound of the Wolf”, en la que los asistentes aullaron y abarrotaron las primeras filas.
El cierre del concierto incluyó “Medicine”, un tema perfecto para enlazar con el bis. Finalmente, “Glass House” fue el broche de oro: guitarra y bajo se acercaron a las primeras filas mientras el vocalista lideraba un contagioso estribillo. Ikarûs cerró una hora de repertorio diseñado para la pista de baile y la intensidad de ser joven, marcando un hito en su prometedora trayectoria en la Ciudad Condal.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: Sum 41 en Barcelona: “Gran despedida”
Hekate Heads es una banda punk rock femenina y multicultural, formada en 2024 en Barcelona por integrantes de Europa y Sudamérica. Iniciaron su carrera versionando temas de vocalistas femeninas icónicas del punk y el rock, y ahora están en pleno proceso creativo, componiendo sus primeras canciones.
Debutaron en La Báscula con un repertorio cargado de energía, combinando covers potentes y temas originales bajo su lema: “Girls Just Wanna Have Punk”, un grito que quedará grabado en la memoria de quienes asistieron.
Desde que las luces se apagaron, la energía se apoderó de la sala. Al compás de los primeros acordes, el público, formado por jóvenes y adultos, se agitó frenéticamente, creando un pogo en el centro de la pista. La banda comenzó con un popurrí de versiones de sus favoritas: “Drain the Blood” de The Distillers, adaptada con frases en español; “Take the Power Back” de Interrupters; “Radio Rebelde” de The Baboon Show; y su interpretación punk de “Girls Just Wanna Have Fun” de Cyndi Lauper, rebautizada como “Girls Just Wanna Have Punk”.
Entre las versiones, presentaron su primera canción original, “Sozinha”, en portugués, influenciada por la batería Louise. Luego, sorprendieron con una punkerizada “Man! I Feel Like a Woman” de Shania Twain, entrelazada con “City of Angels” de Brody Dalle. Simona, la vocalista, arengó al público: “¡Esto no para!”, mientras rendían homenaje a las heroínas que las inspiraron a formar la banda. Saludando a la audiencia multicultural que se acercó a ver a esta joven banda que se pasea por la vereda de ,los dos acordes del punk aunque coqueteaban con el grunge de “Celebrity Skin” de la viuda del grunge Courtney Love. Sin duda “Fucking Police”, es una declaración de guerra contra la autoridad, un claro rechazo al statu quo.
El segundo tema original de la noche, “Prayer”, destacó por el fraseo de guitarra de Paula, que promete evolucionar con el tiempo. La noche continuó con una selección de riot punk, incluyendo “Cherry Bomb” de The Runaways con fraseo en español, con un guiño a Bikini Kill y su combativo “Rebel Girl”. Entre canción y canción, presentaron a la banda: Maud al bajo (Francia), Louise en la batería (Brasil), Paula en la guitarra (Argentina), y Simona en la voz (Italia).
El concierto cerró con un homenaje a la familia en particular a la de Simona que vino desde Italia que engloba “Got Each Other” de The Interrupters, y la archiconocida “Baby One More Time” dando un par de voltios más al ritmo poniendo fin a una noche que combinó la energía del punk y la pasión de una banda joven y cosmopolita. Al despedirse, Paula desde su guitarra proclamó con simpatía: “ ¿Cuales fallos?, ¡esto es punk, con eso zafamos!”, arrancando risas y aplausos.
Al final, el público, eufórico, salió con una sensación de liberación y empoderamiento, marcando esta velada como una noche para debutantes de rock y punk feminista en Barcelona.