

Pasado un gran primer día del Killtown Deathfest 2025, nos embarcamos al segundo. Una potente lluvia nos prohibió llegar a la primera banda, que tocaba al aire libre. Por lo cual, vimos toda la actividad en los escenarios techados. Siguiendo con el detalle de sonido y los tapones para los oídos, aclaro que todos los conciertos fueron vistos con estos puestos.
Con una propuesta orientada al death metal sueco, de la escuela de Estocolmo, Galvanizer salió a escena. Son provenientes de Finlandia, como muchas otras bandas de este cartel. Por lo cual, notamos que hay una gran escena under de este género en dicho país. Con canciones de sus dos trabajos de estudio, dieron un show conciso y preciso. Muy bien ejecutado y con un sonido claro. La interacción con el público a través de gestos y movimientos fue aumentando al correr del show, cosa que elevó de a poco el interés de los presentes. Una presentación sólida y a la altura de una banda con 12 años de trayectoria.
Bajo una opaca y quieta luz roja, los oriundos de Seattle, Noroth comenzaron su concierto. El trío sonó muy compacto. Creó una base sólida de bajo y batería, para que la guitarra se pasee con diferentes riffs. Estos evocaban maldad, muy al estilo de Morbid Angel. Su estilo es un death metal básico y compacto, sin demasiada técnica y con algunos toques grooveros muy leves, que recordaban a Obituary, otra clara influencia. Luego de 30 minutos de presentación se retiraron a puro grito y con un público conforme.
TAMBIEN TE PUEDE INTERESAR: Svartsot en Copenhague: “Folk escandinavo en una noche épica”
Tras 25 minutos de descanso, Fleshrot subió a las tablas con un sonido confuso. El bajo estaba con una distorsión muy sucia y encima muy alto, sumado a que las guitarras estaban bajas. Por suerte esto solo duró la primera canción, y si bien el bajo seguía un poco fuerte, el sonido mejoró notablemente. Su propuesta es un death metal arrastrado y pantanoso, bien en la vena de Incantation. Los momentos veloces también estaban muy bien llevados, adornados con distintos tipos de blast beats y solos con muy buen gusto. Con el público tan contento, que inició el primer gran moshpit del festival, Fleshrot se retiró triunfante.
Desde Norteamérica, Purulency vino a honrar los orígenes del género. Con un death metal old school, hizo mover a una planta baja abarrotada de gente. Esto a base de canciones propias y algunos covers de bandas clásicas. Un sonido grave y nítido los acompañó toda la presentación. La batería sonaba muy potente en la base, las guitarras adelante y la voz por encima de todo. Al final del show, les sucedió lo mejor que le puede suceder a un artista: el público pidió una más, y recibieron la aprobación para hacerla. El momento emotivo del día. Un show muy bueno de una banda que promete.
Ha llegado el turno de uno de los platos fuertes del día. El de los death/black metaleros disonantes, Mitochondrion. Con una propuesta envolvente hipnotizó a todo el público. Esto a base de riffs súper intrincados, sobre un ritmo a medio tiempo en su mayoría. Esto también suma la estructura de las canciones, que son desordenadas y sin forma, con riffs entrecruzándose, solos disparados sin previo aviso y un bajo y batería llevando el ritmo sin perderse. La mezcla sonora tenía la característica de tener las guitarras paneadas a cada lado, por lo que la ubicación ideal era el medio, donde el sonido era abrazador. El show tuvo una atmósfera ritualística, donde los músicos transmitían temor y la sensación de que se encontraban poseídos. Para el final, se guardaron la poca interacción que hubo con el público, haciéndolo agitar los brazos y cantar el coro de su canción. Cierre épico para un concierto hipnótico.
TAMBIEN TE PUEDE INTERESAR:Cannonball Festival toma K.B. Hallen con dos días de rock explosivo
Segunda banda mexicana del line up, Reverence To Paroxysm, quienes comparten integrantes con Castleumbra, que tocaron el día anterior. El estilo de la banda es un death metal lento, que de vez en cuando llega al medio tiempo, con riffs que invitan al cabeceo y una base muy sólida y grave. Esta propuesta atrajo a muchos asistentes; incluso muchos decidieron amontonarse adelante, hábito poco usual en estos lados. Si bien en el medio había una buena mezcla sonora, había quejas de que adelante y en el escenario la voz no se escuchaba. Esto hizo que el vocalista forzara la voz y se notara cierto cansancio. Después de varias quejas con el sonidista, todo parecía indicar que el problema se solucionó. Aunque por momentos se notó a los músicos molestos por el imperfecto, la gente disfrutó mucho el show y aplaudió a los músicos.
Desde Estados Unidos y haciendo honor a su escena, Mausoleum desplegó un death metal clásico. Con riffs certeros y contundentes, con momentos lentos y otros veloces, y una base sólida, hicieron delirar a los presentes. La concurrencia fue aumentando con el correr del set, y así mismo la respuesta de la misma. Se encuentran presentando su segundo larga duración editado el año pasado, Defiling the Decayed. El sonido fue nítido y claro desde el principio hasta el final del show. El único detalle que no se apreció fueron los coros de un vocalista invitado en la anteúltima canción. Con una canción de su primer álbum se despidieron del público.
Desde Canadá, Ceremonial Bloodbath desató su caótico blackened death metal, con clara influencia de Blasphemy, banda pionera del sonido más bestial del black metal. Con un sonido fuerte y al borde de la saturación, desplegaron canciones simples y caóticas. El objetivo de las mismas es transmitir maldad y violencia. Más allá de un momento donde se cortaron las guitarras, no tuvieron mayores sobresaltos y los presentes disfrutaron del concierto. Aunque ya para el final, el mismo resultó redundante, ya que este estilo carece de cambios y matices.
El gran final de la noche fue con Antediluvian, grupo canadiense de black/death metal disonante y caótico. Con una cortina blanca de fondo, bañada por proyecciones en blanco y negro, los músicos tomaron escena. Cabe aclarar que ellos también se encontraban tapados con una túnica blanca, por lo que las imágenes también se veían reflejadas en ellos. Con un sonido alto y potente desplegaron caos y locura, sin ningún tipo de atenuante o lógica. Las canciones eran una seguidilla de riffs intrincados y solos de guitarra desordenados a base de efectos. La batería y el bajo iban llevando la parte rítmica a pura velocidad, aunque por momentos se dedicaban a sumar atmósfera con arreglos más simples y lentos. Si bien fue un show contundente, la poca comunicación con el público y la falta de matices lo volvieron un poco redundante. Pero esto fue un detalle menor, ya que en general tuvieron muy buena recepción.
Así pasó una segunda jornada, donde seguimos presenciando artistas súper under, en un contexto de festival de primera línea.
Etiquetas: Antediluvian, Blackened Death Metal, Brutal Death, Ceremonial Bloodbath, Death Metal, Fleshrot, Galvanizer, Killtown Deathfest, Mausoleum, Mitochondrion, Noroth, Purulency, Reverence to Paroxyxyn

Pasado un gran primer día del Killtown Deathfest 2025, nos embarcamos al segundo. Una potente lluvia nos prohibió llegar a la primera banda, que tocaba al aire libre. Por lo cual, vimos toda la actividad en los escenarios techados. Siguiendo con el detalle de sonido y los tapones para los oídos, aclaro que todos los conciertos fueron vistos con estos puestos.
Con una propuesta orientada al death metal sueco, de la escuela de Estocolmo, Galvanizer salió a escena. Son provenientes de Finlandia, como muchas otras bandas de este cartel. Por lo cual, notamos que hay una gran escena under de este género en dicho país. Con canciones de sus dos trabajos de estudio, dieron un show conciso y preciso. Muy bien ejecutado y con un sonido claro. La interacción con el público a través de gestos y movimientos fue aumentando al correr del show, cosa que elevó de a poco el interés de los presentes. Una presentación sólida y a la altura de una banda con 12 años de trayectoria.
Bajo una opaca y quieta luz roja, los oriundos de Seattle, Noroth comenzaron su concierto. El trío sonó muy compacto. Creó una base sólida de bajo y batería, para que la guitarra se pasee con diferentes riffs. Estos evocaban maldad, muy al estilo de Morbid Angel. Su estilo es un death metal básico y compacto, sin demasiada técnica y con algunos toques grooveros muy leves, que recordaban a Obituary, otra clara influencia. Luego de 30 minutos de presentación se retiraron a puro grito y con un público conforme.
TAMBIEN TE PUEDE INTERESAR: Svartsot en Copenhague: “Folk escandinavo en una noche épica”
Tras 25 minutos de descanso, Fleshrot subió a las tablas con un sonido confuso. El bajo estaba con una distorsión muy sucia y encima muy alto, sumado a que las guitarras estaban bajas. Por suerte esto solo duró la primera canción, y si bien el bajo seguía un poco fuerte, el sonido mejoró notablemente. Su propuesta es un death metal arrastrado y pantanoso, bien en la vena de Incantation. Los momentos veloces también estaban muy bien llevados, adornados con distintos tipos de blast beats y solos con muy buen gusto. Con el público tan contento, que inició el primer gran moshpit del festival, Fleshrot se retiró triunfante.
Desde Norteamérica, Purulency vino a honrar los orígenes del género. Con un death metal old school, hizo mover a una planta baja abarrotada de gente. Esto a base de canciones propias y algunos covers de bandas clásicas. Un sonido grave y nítido los acompañó toda la presentación. La batería sonaba muy potente en la base, las guitarras adelante y la voz por encima de todo. Al final del show, les sucedió lo mejor que le puede suceder a un artista: el público pidió una más, y recibieron la aprobación para hacerla. El momento emotivo del día. Un show muy bueno de una banda que promete.
Ha llegado el turno de uno de los platos fuertes del día. El de los death/black metaleros disonantes, Mitochondrion. Con una propuesta envolvente hipnotizó a todo el público. Esto a base de riffs súper intrincados, sobre un ritmo a medio tiempo en su mayoría. Esto también suma la estructura de las canciones, que son desordenadas y sin forma, con riffs entrecruzándose, solos disparados sin previo aviso y un bajo y batería llevando el ritmo sin perderse. La mezcla sonora tenía la característica de tener las guitarras paneadas a cada lado, por lo que la ubicación ideal era el medio, donde el sonido era abrazador. El show tuvo una atmósfera ritualística, donde los músicos transmitían temor y la sensación de que se encontraban poseídos. Para el final, se guardaron la poca interacción que hubo con el público, haciéndolo agitar los brazos y cantar el coro de su canción. Cierre épico para un concierto hipnótico.
TAMBIEN TE PUEDE INTERESAR:Cannonball Festival toma K.B. Hallen con dos días de rock explosivo
Segunda banda mexicana del line up, Reverence To Paroxysm, quienes comparten integrantes con Castleumbra, que tocaron el día anterior. El estilo de la banda es un death metal lento, que de vez en cuando llega al medio tiempo, con riffs que invitan al cabeceo y una base muy sólida y grave. Esta propuesta atrajo a muchos asistentes; incluso muchos decidieron amontonarse adelante, hábito poco usual en estos lados. Si bien en el medio había una buena mezcla sonora, había quejas de que adelante y en el escenario la voz no se escuchaba. Esto hizo que el vocalista forzara la voz y se notara cierto cansancio. Después de varias quejas con el sonidista, todo parecía indicar que el problema se solucionó. Aunque por momentos se notó a los músicos molestos por el imperfecto, la gente disfrutó mucho el show y aplaudió a los músicos.
Desde Estados Unidos y haciendo honor a su escena, Mausoleum desplegó un death metal clásico. Con riffs certeros y contundentes, con momentos lentos y otros veloces, y una base sólida, hicieron delirar a los presentes. La concurrencia fue aumentando con el correr del set, y así mismo la respuesta de la misma. Se encuentran presentando su segundo larga duración editado el año pasado, Defiling the Decayed. El sonido fue nítido y claro desde el principio hasta el final del show. El único detalle que no se apreció fueron los coros de un vocalista invitado en la anteúltima canción. Con una canción de su primer álbum se despidieron del público.
Desde Canadá, Ceremonial Bloodbath desató su caótico blackened death metal, con clara influencia de Blasphemy, banda pionera del sonido más bestial del black metal. Con un sonido fuerte y al borde de la saturación, desplegaron canciones simples y caóticas. El objetivo de las mismas es transmitir maldad y violencia. Más allá de un momento donde se cortaron las guitarras, no tuvieron mayores sobresaltos y los presentes disfrutaron del concierto. Aunque ya para el final, el mismo resultó redundante, ya que este estilo carece de cambios y matices.
El gran final de la noche fue con Antediluvian, grupo canadiense de black/death metal disonante y caótico. Con una cortina blanca de fondo, bañada por proyecciones en blanco y negro, los músicos tomaron escena. Cabe aclarar que ellos también se encontraban tapados con una túnica blanca, por lo que las imágenes también se veían reflejadas en ellos. Con un sonido alto y potente desplegaron caos y locura, sin ningún tipo de atenuante o lógica. Las canciones eran una seguidilla de riffs intrincados y solos de guitarra desordenados a base de efectos. La batería y el bajo iban llevando la parte rítmica a pura velocidad, aunque por momentos se dedicaban a sumar atmósfera con arreglos más simples y lentos. Si bien fue un show contundente, la poca comunicación con el público y la falta de matices lo volvieron un poco redundante. Pero esto fue un detalle menor, ya que en general tuvieron muy buena recepción.
Así pasó una segunda jornada, donde seguimos presenciando artistas súper under, en un contexto de festival de primera línea.
Etiquetas: Antediluvian, Blackened Death Metal, Brutal Death, Ceremonial Bloodbath, Death Metal, Fleshrot, Galvanizer, Killtown Deathfest, Mausoleum, Mitochondrion, Noroth, Purulency, Reverence to Paroxyxyn