
Unatøned (2025)
Nuclear Blast
Tracklist:
01. Landscape Of Thorns (0:31)
02. Atomic Revelations (3:42)
03. Unbound (3:57)
04. Outsider (3:57)
05. Not Long For This World (3:55)
06. These Scars Won’t Define Us (3:30)
07. Dustmaker (2:10)
08. Bonescraper (3:33)
09. Addicted To Pain (3:11)
10. Bleeding Me Dry (5:36)
11. Shards Of Shattered Dreams (3:29)
12. Scorn (4:16)

El pasado 25 de abril, Machine Head editó su undécimo disco de estudio, titulado UNATØNED. Si, nuevamente utilizando la misma tipografía que su antecesor, ØF KINGDØM AND CRØWN, en mayúsculas y con las letras O tachadas como en las lenguas danesa, feroesa y noruega. ¿Y por qué demoré tanto en escribir estas líneas? Un poco de contexto: me declaro fanático confeso de los liderados por Robb Flynn desde Burn My Eyes, más conocido como el debut discográfico de la banda, irrumpiendo con todo su poer en el vasto mundillo del metal, con un groove metal al mejor estillo Pantera, aunque un poco más oscuro. A lo largo de su hoy extensa discografía, la banda mutó en varias ocasiones, pasando del antes mencionado groove metal al nü metal, para luego encontrar su sonido en un thrash moderno, groovero y un tanto melódico. Tuvieron picos altos (The Blackening), picos bajos (Supercharger) y ahora me encuentro con un pico aún más bajo, de la mano del disco que ¿motivó? esta reseña. Aclaro que siempre me mantuve fiel a la banda y todos sus cambios, no solo de orientación musical (siempre dentro del thrash y el groove) sino además de formación.
Recordemos que hoy por hoy, el cantante y guitarrista Robb Flynn es el único miembro original de la banda. Pero cuando escuché UNATØNED por vez primera, me llevé una cierta decepción. No por el sonido, soberbio por donde se lo escuche (aunque demasiado producido para mi gusto), sino por el exceso de melodías, precisamente en las voces. No es novedad que a Robb le gustan las voces limpias y melódicas. Pero en este nuevo registro discográfico no solo hizo uso de las mismas, sino abuso. Y no es que estén mal, todo lo contrario. Si no que llega un punto en que empalagan, tienden a aburrir. Y este punto es a los pocos segundos de comenzar a escuchar el disco. Quizás haya tenido que ver el ingreso del bajista Jared MacEachern (ex-Sanctity, banda de metalcore… con voces limpias y melódicas) hace poco más de diez años, quien no solo demuestra ser un hábil bajista, sino además un muy buen cantante e incluso gran ladero de Flynn.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: Machine Head en Buenos Aires: Cheers, motherfuckers!
El arranque, de la mano de “Atomic Revelations“, parece indicar que lo que sigue es una aplanadora sónica. Pero llega el estribillo y esta aplanadora se cae a pedazos. Es el típico tema cuya fórmula se viene repitiendo en los últimos discos de Machine Head: intro demoledora, estrofa aún más explosiva, estribillo excesivamente melódico, solos de guitarra épicos y nuevamente el exceso de azúcar. Para el segundo track, “Unbound“, uno piensa que todo va a cambiar cuando comienza la introducción a todo vapor, blast beat de batería y riff 100% groovero mediante. El tema promete, pero una vez más llega el estribillo y el azúcar en sangre aumenta descaradamente. Así y todo, el track en cuestión es de los mejores del disco. Le sigue “Outsider” y ya desde el arranque, el exceso de melodías en las voces. Van tres temas y la fórmula es la misma. “Not Long for This World” comienza básicamente como un hit radial a medio tiempo. Transcurre igual. Y termina igual. “These Scars Won’t Define Us” cambia un poco el paradigma que venimos escuchando: una banda a toda velocidad, pero que nuevamente se pincha en un estribillo pegadizo, sumamente melódico aunque no menos épico. La particularidad de este tema es que tiene como invitados a miembros de las bandas que acompañaron a Machine Head durante una reciente gira norteamericana: In Flames, Lacuna Coil y Unearth. Tiene sus buenos momentos, pero nuevamente… la melodía en exceso en el estribillo. “Dustmaker“, séptimo track del disco, es un tema de dream pop al cual nos tiene acostumbrado Deftones, el cual hace las veces de un interludio instrumental de dos minutos de duración.
Con “Bonescraper” parecería que todo va cambiar, al menos por el nombre del tema, sumamente metalero. Pero no. La melodía. La maldita melodía y un estribillo no solo endulzado al máximo, sino con un coro digno de banda de pop, que entiendo Robb Flynn disfrutaría mucho arengando en vivo. Tiene un buen breakdown, pero no más que eso. En “Addicted to Pain“, la cosa cambia. De hecho, arranca rabiosamente dando a entender que hasta acá llegó lo que venían haciendo. Pero adivinen qué pasa en el estribillo. Con “Bleeding Me Dry” me pasó algo parecido a “Not Long for This World”, pero en este caso hay un poco (y solo un poco) más de la violencia característica de la banda en trabajos anteriores. Nuevamente, un breakdown más que digno, de hecho está más que bien. “Shards of Shattered Dreams” promete ser el gran tema del disco, el más violento. De hecho, así arranca. Hasta que, nuevamente, llega el estribillo y el tema parece otro. Es como si fueran dos temas en uno. No obstante, en el global, es un muy buen tema, super característico del Machine Head de siempre. De lo mejor de UNATØNED. Y el cierre de la mano de “Scorn” deja gusto a muy poco. Se trata de una balada de piano que “explota” en un determinado momento y se mantiene así prácticamente a lo largo del tema.En esta reseña, se repitió mucho la palabra “estribillo” porque resulta ser gran protagonista. Lo mismo la palabra “melodía”. Y es que es inevitable caer en estas dos palabras con un disco así.
Da la impresión que los de Flynn están en búsqueda de nuevas generaciones en cuanto a su base de fans se refiere. Porque para el hardcore fan, como quien suscribe, UNATØNED resulta monótono. Sin temor a equivocarme, creo estar en presencia de lo más bajo de Machine Head, banda que sigo y supongo seguiré por siempre. Puede ser la edad. Puede ser que no termino de comprender el volantazo en torno al cambio de orientación musical en busca de nuevos horizontes. Pero este décimo primer disco de la banda me dejó con gusto a poco. A nada incluso. Sí hay que aplaudir de pie los riffs y los breakdowns, esto no se discute. Pero el resto… no, gracias!|

Unatøned (2025)
Nuclear Blast
Tracklist:
01. Landscape Of Thorns (0:31)
02. Atomic Revelations (3:42)
03. Unbound (3:57)
04. Outsider (3:57)
05. Not Long For This World (3:55)
06. These Scars Won’t Define Us (3:30)
07. Dustmaker (2:10)
08. Bonescraper (3:33)
09. Addicted To Pain (3:11)
10. Bleeding Me Dry (5:36)
11. Shards Of Shattered Dreams (3:29)
12. Scorn (4:16)

El pasado 25 de abril, Machine Head editó su undécimo disco de estudio, titulado UNATØNED. Si, nuevamente utilizando la misma tipografía que su antecesor, ØF KINGDØM AND CRØWN, en mayúsculas y con las letras O tachadas como en las lenguas danesa, feroesa y noruega. ¿Y por qué demoré tanto en escribir estas líneas? Un poco de contexto: me declaro fanático confeso de los liderados por Robb Flynn desde Burn My Eyes, más conocido como el debut discográfico de la banda, irrumpiendo con todo su poer en el vasto mundillo del metal, con un groove metal al mejor estillo Pantera, aunque un poco más oscuro. A lo largo de su hoy extensa discografía, la banda mutó en varias ocasiones, pasando del antes mencionado groove metal al nü metal, para luego encontrar su sonido en un thrash moderno, groovero y un tanto melódico. Tuvieron picos altos (The Blackening), picos bajos (Supercharger) y ahora me encuentro con un pico aún más bajo, de la mano del disco que ¿motivó? esta reseña. Aclaro que siempre me mantuve fiel a la banda y todos sus cambios, no solo de orientación musical (siempre dentro del thrash y el groove) sino además de formación.
Recordemos que hoy por hoy, el cantante y guitarrista Robb Flynn es el único miembro original de la banda. Pero cuando escuché UNATØNED por vez primera, me llevé una cierta decepción. No por el sonido, soberbio por donde se lo escuche (aunque demasiado producido para mi gusto), sino por el exceso de melodías, precisamente en las voces. No es novedad que a Robb le gustan las voces limpias y melódicas. Pero en este nuevo registro discográfico no solo hizo uso de las mismas, sino abuso. Y no es que estén mal, todo lo contrario. Si no que llega un punto en que empalagan, tienden a aburrir. Y este punto es a los pocos segundos de comenzar a escuchar el disco. Quizás haya tenido que ver el ingreso del bajista Jared MacEachern (ex-Sanctity, banda de metalcore… con voces limpias y melódicas) hace poco más de diez años, quien no solo demuestra ser un hábil bajista, sino además un muy buen cantante e incluso gran ladero de Flynn.
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El arranque, de la mano de “Atomic Revelations“, parece indicar que lo que sigue es una aplanadora sónica. Pero llega el estribillo y esta aplanadora se cae a pedazos. Es el típico tema cuya fórmula se viene repitiendo en los últimos discos de Machine Head: intro demoledora, estrofa aún más explosiva, estribillo excesivamente melódico, solos de guitarra épicos y nuevamente el exceso de azúcar. Para el segundo track, “Unbound“, uno piensa que todo va a cambiar cuando comienza la introducción a todo vapor, blast beat de batería y riff 100% groovero mediante. El tema promete, pero una vez más llega el estribillo y el azúcar en sangre aumenta descaradamente. Así y todo, el track en cuestión es de los mejores del disco. Le sigue “Outsider” y ya desde el arranque, el exceso de melodías en las voces. Van tres temas y la fórmula es la misma. “Not Long for This World” comienza básicamente como un hit radial a medio tiempo. Transcurre igual. Y termina igual. “These Scars Won’t Define Us” cambia un poco el paradigma que venimos escuchando: una banda a toda velocidad, pero que nuevamente se pincha en un estribillo pegadizo, sumamente melódico aunque no menos épico. La particularidad de este tema es que tiene como invitados a miembros de las bandas que acompañaron a Machine Head durante una reciente gira norteamericana: In Flames, Lacuna Coil y Unearth. Tiene sus buenos momentos, pero nuevamente… la melodía en exceso en el estribillo. “Dustmaker“, séptimo track del disco, es un tema de dream pop al cual nos tiene acostumbrado Deftones, el cual hace las veces de un interludio instrumental de dos minutos de duración.
Con “Bonescraper” parecería que todo va cambiar, al menos por el nombre del tema, sumamente metalero. Pero no. La melodía. La maldita melodía y un estribillo no solo endulzado al máximo, sino con un coro digno de banda de pop, que entiendo Robb Flynn disfrutaría mucho arengando en vivo. Tiene un buen breakdown, pero no más que eso. En “Addicted to Pain“, la cosa cambia. De hecho, arranca rabiosamente dando a entender que hasta acá llegó lo que venían haciendo. Pero adivinen qué pasa en el estribillo. Con “Bleeding Me Dry” me pasó algo parecido a “Not Long for This World”, pero en este caso hay un poco (y solo un poco) más de la violencia característica de la banda en trabajos anteriores. Nuevamente, un breakdown más que digno, de hecho está más que bien. “Shards of Shattered Dreams” promete ser el gran tema del disco, el más violento. De hecho, así arranca. Hasta que, nuevamente, llega el estribillo y el tema parece otro. Es como si fueran dos temas en uno. No obstante, en el global, es un muy buen tema, super característico del Machine Head de siempre. De lo mejor de UNATØNED. Y el cierre de la mano de “Scorn” deja gusto a muy poco. Se trata de una balada de piano que “explota” en un determinado momento y se mantiene así prácticamente a lo largo del tema.En esta reseña, se repitió mucho la palabra “estribillo” porque resulta ser gran protagonista. Lo mismo la palabra “melodía”. Y es que es inevitable caer en estas dos palabras con un disco así.
Da la impresión que los de Flynn están en búsqueda de nuevas generaciones en cuanto a su base de fans se refiere. Porque para el hardcore fan, como quien suscribe, UNATØNED resulta monótono. Sin temor a equivocarme, creo estar en presencia de lo más bajo de Machine Head, banda que sigo y supongo seguiré por siempre. Puede ser la edad. Puede ser que no termino de comprender el volantazo en torno al cambio de orientación musical en busca de nuevos horizontes. Pero este décimo primer disco de la banda me dejó con gusto a poco. A nada incluso. Sí hay que aplaudir de pie los riffs y los breakdowns, esto no se discute. Pero el resto… no, gracias!|