El pasado domingo 22 de septiembre, MON Madrid volvió a vibrar al ritmo del death metal, en una velada organizada por Madness Live que no dejó indiferente a ningún asistente. La puntualidad fue, como siempre, marca de la casa, y la noche arrancó con la potente actuación de MONASTERY, banda oriunda de Hungría, que desató la tormenta desde el primer acorde.
Con un sonido crudo y agresivo, los húngaros dieron el pistoletazo de salida a una noche de furia musical. Los primeros acordes fueron suficientes para que el público, que aún se encontraba en la entrada, comenzara a entrar y agitar los puños al ritmo del metal. El vocalista no dejó de interactuar con la audiencia, provocando gritos y respuestas energéticas, en las que, confieso, también participé con entusiasmo.
El siguiente turno fue para INTREPID, provenientes de Estonia. Aunque son jóvenes, demostraron tener un sonido sólido y de la vieja escuela, sorprendiendo a todos con su contundencia. El frontman, con sus rastas al viento, se adueñó del escenario, girando el pie del micrófono mientras mantenía al público conectado, a pesar de la tenue iluminación que cubría el escenario.
La tercera banda en subir fue HIDEOUS DIVINITY, de Italia, y qué decir… se ganaron una nueva seguidora. Su estilo, más técnico y con tintes de death-doom, nos cautivó por completo. La precisión con la que ejecutaron cada tema fue impresionante, ofreciendo un show compacto y muy ajustado. Para este momento, la sala ya estaba completamente llena y el público no dejó de poguear al ritmo de la banda romana, que mantuvo la energía a tope.
Finalmente, llegó el turno de la esperadísima NILE. Aunque la banda se retrasó ligeramente y enfrentó algunos desperfectos técnicos, supieron sobreponerse y cumplir con las expectativas de manera magistral, como nos tienen acostumbrados. La ausencia de Kingsland, que fue noticia durante esta gira europea, no afectó el espectáculo: NILE salió con todo, y el público lo agradeció.
El repertorio fue un viaje a través de toda su discografía, deleitando tanto a los fans veteranos como a los más nuevos. El primer gran pogo de la noche estalló con “Call to Destruction”, seguido por “Stelae of Vultures”, uno de los temas de su último álbum The Underworld Awaits Us All. Durante toda su actuación, Nile hicieron un repaso bastante equilibrado de casi toda su discografía: con excepción del debut Amongst the Catacombs of Nephren-Ka, de At The Gates of Sethu y de Ithyphallic, todos los discos de la banda tuvieran una e inclusos dos canciones en el setlist. Sanders y Zach Jeter demostraron ser una dupla brutal en las guitarras y en cada uno de los riffs retorcidos de las canciones de Nile, con Sanders relatando estos viajes a través de las catacumbas del antiguo Egipto y sus secretos con su voz podrida característica.
Cerrando con “Black Seeds of Vengeance”, la banda estadounidense dio una muestra de cómo se debe hacer un recital de death metal brutal y complejo, con el público quedando extremadamente complacido con todo lo mostrado y dedicando muchos aplausos al grupo.
El pasado domingo 22 de septiembre, MON Madrid volvió a vibrar al ritmo del death metal, en una velada organizada por Madness Live que no dejó indiferente a ningún asistente. La puntualidad fue, como siempre, marca de la casa, y la noche arrancó con la potente actuación de MONASTERY, banda oriunda de Hungría, que desató la tormenta desde el primer acorde.
Con un sonido crudo y agresivo, los húngaros dieron el pistoletazo de salida a una noche de furia musical. Los primeros acordes fueron suficientes para que el público, que aún se encontraba en la entrada, comenzara a entrar y agitar los puños al ritmo del metal. El vocalista no dejó de interactuar con la audiencia, provocando gritos y respuestas energéticas, en las que, confieso, también participé con entusiasmo.
El siguiente turno fue para INTREPID, provenientes de Estonia. Aunque son jóvenes, demostraron tener un sonido sólido y de la vieja escuela, sorprendiendo a todos con su contundencia. El frontman, con sus rastas al viento, se adueñó del escenario, girando el pie del micrófono mientras mantenía al público conectado, a pesar de la tenue iluminación que cubría el escenario.
La tercera banda en subir fue HIDEOUS DIVINITY, de Italia, y qué decir… se ganaron una nueva seguidora. Su estilo, más técnico y con tintes de death-doom, nos cautivó por completo. La precisión con la que ejecutaron cada tema fue impresionante, ofreciendo un show compacto y muy ajustado. Para este momento, la sala ya estaba completamente llena y el público no dejó de poguear al ritmo de la banda romana, que mantuvo la energía a tope.
Finalmente, llegó el turno de la esperadísima NILE. Aunque la banda se retrasó ligeramente y enfrentó algunos desperfectos técnicos, supieron sobreponerse y cumplir con las expectativas de manera magistral, como nos tienen acostumbrados. La ausencia de Kingsland, que fue noticia durante esta gira europea, no afectó el espectáculo: NILE salió con todo, y el público lo agradeció.
El repertorio fue un viaje a través de toda su discografía, deleitando tanto a los fans veteranos como a los más nuevos. El primer gran pogo de la noche estalló con “Call to Destruction”, seguido por “Stelae of Vultures”, uno de los temas de su último álbum The Underworld Awaits Us All. Durante toda su actuación, Nile hicieron un repaso bastante equilibrado de casi toda su discografía: con excepción del debut Amongst the Catacombs of Nephren-Ka, de At The Gates of Sethu y de Ithyphallic, todos los discos de la banda tuvieran una e inclusos dos canciones en el setlist. Sanders y Zach Jeter demostraron ser una dupla brutal en las guitarras y en cada uno de los riffs retorcidos de las canciones de Nile, con Sanders relatando estos viajes a través de las catacumbas del antiguo Egipto y sus secretos con su voz podrida característica.
Cerrando con “Black Seeds of Vengeance”, la banda estadounidense dio una muestra de cómo se debe hacer un recital de death metal brutal y complejo, con el público quedando extremadamente complacido con todo lo mostrado y dedicando muchos aplausos al grupo.