
Noctambulist I: Elegieën (2021)
Northern Silence Productions
Tracklist:
01. Elegieën
02. Klatergoud
03. De Leegte Wenkt
04. Vagevuur
05. Vreugd
06. Kraaienmars
Noctambulist es una banda holandesa de Post Black Metal formada en 2015. Está integrada por Jesper de Kruyff (voz y guitarra), Sam van de Leur (voz y bajo), Stef Heesakkers (guitarra), Tristan Tabbers (guitarra) y Mitchell Scheerder (batería). Se trata de su primer álbum, lanzado por el sello alemán Northern Silence Productions, y ya demuestran su intención de crear una música plantada en el Black Metal, pero nutrida con los elementos de otros géneros, tales como el Post-Punk y New Wave.
“Elegieën” es una breve introducción, una convocatoria a ingresar en la atmósfera sonora que propone el grupo, ya exponiendo su potencia en “Klatergoud”. Se destaca la calidad de cada componente y la claridad de la mezcla. Riffs bien elaborados, trémolos, arpegios y etéreas melodías de guitarra; un bajo nítido, una batería precisa y una voz poderosa. Resalta un interesante corte a mediados del track, con un cambio significativo en el carácter general, que vuelve a modificarse hacia el final: un recurso que se usa en varios temas. El ímpetu de la banda puede asociarse con el de otras como Bosse-De-Nage, Hope Drone o Mourir. También hay ecos del Black Metal islandés más melódico, como el de Auðn o Dynfari.
“De Leegte Wenkt” empieza con un clima distinto, más ligado a las influencias por fuera del Black Metal. No obstante, tras un lapso calmo, el conjunto hace emerger una fuerza concentrada en evocar la melancolía. Las guitarras rítmicas y el bajo sobresalen, y la melodía central se entrama con la totalidad. Incluso hay momentos para los blast beats de batería. Otra vez, a medio recorrido, se apela a ese corte que altera el ánimo que la canción tenía y luego vuelve a mutar llegando al fin, con un ritmo mucho más rápido.
Sigue “Vagevuur” de inicio nostálgico, con un punteo de guitarra, que da paso a un tema en el que se abren espacios para la mixtura que Noctabulist propone. La melodía en este caso resulta memorable, y esporádicamente sobresale el bajo. La batería se luce demostrando versatilidad.
“Vreugd” apuesta más fuerte al factor melódico. Resuenan las tendencias actuales, sin embargo, ciertas pinceladas a la Brut Aus Nord (sobre todo en su último disco) a lo largo del álbum, le dan a Noctabulist una sutil complejidad distintiva. De hecho, en este tema, hay pasajes que remiten a la música instrumental contemporánea de algunos guitarristas solistas europeos. Es otra la paleta de colores, tal como en la portada del disco. Cabe señalar el detalle significativo de que se utilizan tres guitarras en la banda.
“Kraaienmars” vuelve a conmover, intercalando momentos de paz resignada, con raptos de clamor. Las guitarras siguen mostrando más variedad que la frecuente en muchas obras dentro del estilo, y la culminación está marcada por el sonido de teclas y cuerdas. Un disco que merece una escucha profunda, libre de los prejuicios que supura gran parte de una escena montada en torno a un género que oscila entre imitaciones de imitaciones y contorsiones que reclaman mérito por el solo hecho de ser dolorosas.

Noctambulist I: Elegieën (2021)
Northern Silence Productions
Tracklist:
01. Elegieën
02. Klatergoud
03. De Leegte Wenkt
04. Vagevuur
05. Vreugd
06. Kraaienmars
Noctambulist es una banda holandesa de Post Black Metal formada en 2015. Está integrada por Jesper de Kruyff (voz y guitarra), Sam van de Leur (voz y bajo), Stef Heesakkers (guitarra), Tristan Tabbers (guitarra) y Mitchell Scheerder (batería). Se trata de su primer álbum, lanzado por el sello alemán Northern Silence Productions, y ya demuestran su intención de crear una música plantada en el Black Metal, pero nutrida con los elementos de otros géneros, tales como el Post-Punk y New Wave.
“Elegieën” es una breve introducción, una convocatoria a ingresar en la atmósfera sonora que propone el grupo, ya exponiendo su potencia en “Klatergoud”. Se destaca la calidad de cada componente y la claridad de la mezcla. Riffs bien elaborados, trémolos, arpegios y etéreas melodías de guitarra; un bajo nítido, una batería precisa y una voz poderosa. Resalta un interesante corte a mediados del track, con un cambio significativo en el carácter general, que vuelve a modificarse hacia el final: un recurso que se usa en varios temas. El ímpetu de la banda puede asociarse con el de otras como Bosse-De-Nage, Hope Drone o Mourir. También hay ecos del Black Metal islandés más melódico, como el de Auðn o Dynfari.
“De Leegte Wenkt” empieza con un clima distinto, más ligado a las influencias por fuera del Black Metal. No obstante, tras un lapso calmo, el conjunto hace emerger una fuerza concentrada en evocar la melancolía. Las guitarras rítmicas y el bajo sobresalen, y la melodía central se entrama con la totalidad. Incluso hay momentos para los blast beats de batería. Otra vez, a medio recorrido, se apela a ese corte que altera el ánimo que la canción tenía y luego vuelve a mutar llegando al fin, con un ritmo mucho más rápido.
Sigue “Vagevuur” de inicio nostálgico, con un punteo de guitarra, que da paso a un tema en el que se abren espacios para la mixtura que Noctabulist propone. La melodía en este caso resulta memorable, y esporádicamente sobresale el bajo. La batería se luce demostrando versatilidad.
“Vreugd” apuesta más fuerte al factor melódico. Resuenan las tendencias actuales, sin embargo, ciertas pinceladas a la Brut Aus Nord (sobre todo en su último disco) a lo largo del álbum, le dan a Noctabulist una sutil complejidad distintiva. De hecho, en este tema, hay pasajes que remiten a la música instrumental contemporánea de algunos guitarristas solistas europeos. Es otra la paleta de colores, tal como en la portada del disco. Cabe señalar el detalle significativo de que se utilizan tres guitarras en la banda.
“Kraaienmars” vuelve a conmover, intercalando momentos de paz resignada, con raptos de clamor. Las guitarras siguen mostrando más variedad que la frecuente en muchas obras dentro del estilo, y la culminación está marcada por el sonido de teclas y cuerdas. Un disco que merece una escucha profunda, libre de los prejuicios que supura gran parte de una escena montada en torno a un género que oscila entre imitaciones de imitaciones y contorsiones que reclaman mérito por el solo hecho de ser dolorosas.