Disco debut de QAALM, esta banda oriunda de Los Angeles, California. El grupo está conformado por Pete Majors (voz principal), Henry Derek Elis (guitarra líder y voz), Brock Elmore (guitarra rítmica y voz), David Huet (bajo) y Dave Ferrara (batería). Además, participan en este álbum Steve White como tecladista y baterista invitado (e ingeniero a cargo de la grabación y mezcla) y Kakophonix tocando el violonchelo en dos tracks. Su música es un doom metal atmosférico y melódico con fuertes influencias death y black, que pueden resultar atractivas al público de bandas como Paradise Lost, My Dying Bride y Evoken, pero también de otras más modernas como Cult Of Luna o Amenra. La edición en vinilo es realizada por el sello Hypaethral Records, mientras el lanzamiento en CD y cassette lo hace Trepanation Records.

Resilience and Despair está compuesto por cuatro tracks muy extensos: todos superan los catorce minutos, por lo que el disco dura más de una hora. Sin embargo, la escucha no se torna aburrida, ya que hay un enfoque progresivo en la construcción de las canciones. “Reflections Doubt” ya marca la pauta de ese tempo lento tan propio del género (aunque siempre se intercalan compases más rápidos), sobre el que se plasman arpegios melancólicos y riffs apesadumbrados. La repetición aparece como un recurso muy usado, pero no al punto de las propuestas más del tipo drone. He allí una virtud de QAALM: lograr el justo equilibrio con la diversidad. También empieza notarse la otra gran cualidad de este proyecto: la variedad de voces. Los teclados tienen siempre un rol sutil pero significativo dentro del conjunto.  

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“Existence Asunder” incorpora una sonoridad que, tal como anunciamos previamente, aproxima a este proyecto a la música de otros consagrados que se ubican dentro de lo que hoy llamamos post metal. A su vez, vocalmente es el track que más remite al black. No obstante, las guitarras, tanto en sus riffs como en el solo, no tardan en hacerse eco de lo más clásico dentro del doom de estilo oscuro y depresivo. 

Luego, en “Cosmic Descent” nos topamos con la voz más gutural, en una canción donde se siguen trazando líneas de guitarra reflexivas, introspectivas, que hacen aumentar la secreción de bilis negra. Unos machaques certeros dan un toque diferencial, y las reminiscencias de los pioneros en el camino seguido por QAALM vuelven a ser claras, tal como sucede al comienzo de “Lurking Death” que sorprende con una voz limpia diferente a la escuchada hasta el momento, en un track que, como los precedentes, se va desarrollando a lo largo del tiempo, sufriendo metamorfosis que van haciendo gala de todos los recursos ya demostrados, sumando una guitarra prístina y un breve relato procesado que suena a sample. Estas dos últimas canciones son las que suman el aporte de un violonchelo. 

Así termina un muy buen trabajo en el que es evidente la intención de canalizar varias influencias fácilmente identificables y amalgamadas en un todo sólido y contundente, destinado a un nicho particular dentro de la audiencia de la música pesada.