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Cult Of Luna
The Long Road North (2022)
Metal Blade Records / Reed Creek Recordings 

Tracklist: 
01. Cold Burn 
02. The Silver Arc 
03. Beyond I 
04. An Offering to the Wild 
05. Into the Night 
06. Full Moon 
07. The Long Road North 
08. Blood Upon Stone 
09. Beyond II 


Con frecuencia, el último disco de toda banda consolidada es juzgado con el peso de la novedad, y eso suele distorsionar la percepción. Puede hacer que parezca maravilloso algo que, con el tiempo, deja de parecerlo, o que, en principio, no resulte tan atractiva una obra que se va puliendo con cada escucha hasta brillar. “The Long Road North” es el noveno álbum de estudio de esta banda sueca de Post Metal, tras el magnífico “A Dawn to Fear” (2019), aclarando que la cuenta deja a un lado el disco en colaboración con Julie Christmas (“Mariner”, 2016), “The Raging River” (EP editado en 2021) y los registros en vivo.  

Nuevamente publicado por el sello propio del grupo, Reed Creek Recordings (algo que comenzó a suceder con el EP de 2021), y también por Metal Blade Records, este trabajo deja en claro que hubo una fuerte apuesta a lo “épico”, si se quiere, a nivel cinematográfico. Esto, sin dudas, se debe a la colaboración con el compositor estadounidense-canadiense de bandas sonoras y saxofonista Colin Stetson (quien hizo el OST del film “Hereditary”, 2018). En ese sentido, es comprensible que tanta gente ya crea que estamos ante la obra cumbre de la banda. Sin embargo, que se trate de un álbum excelente, no necesariamente implica que sea el máximo logro creativo del grupo hasta el momento. En una discografía completa de enorme calidad, siguen destacándose fuertemente “Salvation” (2004), “Vertikal”  (2013) y “A Dawn To Fear” (2019).

Te puede interesar, reseña Celeste – Assassine(s) (2022)

En la actualidad, Cult Of Luna es un quinteto formado por Johannes Persson (voz y guitarra), Fredrik Kihlberg (guitarra y voz), Kristian Karlsson (teclados y voz), Andreas Johansson (bajo) y Thomas Hedlund (batería y percusión), con Marcus Lindberg encargado de la producción, casi a modo de sexto integrante. Es curioso que el disco más orquestal sea el que encuentra a la banda en su versión más reducida y cercana, gracias a las mudanzas que les permitieron pasar más tiempo juntos para hacer música.  

Es evidente que el conjunto ha sido muy prolífico en los últimos años. “The Long Road North” reitera todas las características ya conocidas de COL: un disco de más de una hora de duración, con tracks extensos, sonido impactante, el aspecto progresivo dado por los cambios de clima y una constante emotividad a flor de piel. Pero también se repiten algunos aspectos que, a esta altura, ya empiezan a desgastarse por el uso: la inclusión esporádica de percusión melódica, instrumentos de viento de metal y alguna voz femenina invitada (este último recurso ya se está volviendo un lugar común dentro del género, con los antecedentes de Neurosis y Amenra haciendo lo mismo). Después de lo monumental de este disco, quizás el camino a seguir podría ser explorar la intensidad afectiva de la que son capaces, pero con un enfoque más íntimo y visceral. Ir tras una solemnidad que no se confunda con grandilocuencia. Con respecto al arte de tapa, sigue el patrón minimalista y abstracto, de tan buen gusto, que se inició con “Vertikal”.  

“Cold Burn” ya empieza con un sonido similar al que se ha vuelto típico de las bandas sonoras de las películas y series de los últimos años. Fue el primer single con videoclip, y ciertamente logró entusiasmar al público, entregándole todo lo que podía esperar de la banda: un viaje musical extraordinario y variado, propiciado por una batería ejecutada con técnica admirable, un bajo que se impone con fuerza, riffs y melodías de guitarra de cuidada elaboración, teclados evocativos y una voz poderosa, al límite de desgarrarse. Ya se nota una búsqueda distinta en las armonías.  

Sigue “The Silver Arc”, manteniendo todas las virtudes ya mencionadas, aunque con reminiscencias más familiares a algunas canciones de otros discos, lo que puede deberse a no ser tan “teatral”. El bajo se luce más que en el track anterior y hay tramos mucho más calmos, con una propuesta introspectiva. Luego, “Beyond I” es un tema romántico, con la voz de Mariam Wallentin, cantante sueca de Jazz, atravesando una atmósfera creada, sobre todo, por el sonido de placas.   

“An Offering to the Wild” también remite a otras experiencias previas con la banda, y encima de todo lo ya destacado, en esta ocasión resaltan las melodías de guitarra. Los cambios en el recorrido son tremendamente potentes, y hacia el final encontramos un riff aplastante. Pero hay que decirlo: ya promediando el disco, la percusión melódica empieza a saturar. Esta canción tiene pequeñas participaciones de los saxos y la flauta de Colin Stetson en distintos momentos. 

La canción “Into the Night” nos lleva de vuelta a un espacio melancólico, casi como “Beyond I”, pero con una opaca voz masculina que recuerda al track cantado por Mark Lanegan en el EP anterior (“Inside of a Dream”), o al clásico “Passing Through” de “Vertikal”, aunque tiene detalles armónicos interesantes y un final mucho más poderoso. El trayecto continúa con “Full Moon”, una suerte de interludio instrumental con texturas casi Post-Rock, que abre paso al tema homónimo al disco, de una composición que se va revelando lentamente, hasta desatar la furia que podríamos calificar de identitaria. Vale la pena volver a enfatizar el aporte del baterista, Thomas Hedlund. 

“Blood Upon Stone” es, junto con el primer y el segundo track, uno de los puntos más altos del álbum. Aquí aparecen como invitados los guitarristas Christian Mazzalai y Laurent Brancowitz. Es una canción de tremenda energía, manifestación de la esencia de la banda. Más tracks con la actitud de estos tres hubieran hecho del álbum una obra con un “tanteo” menos evidente, pues se nota que quisieron darle al asunto otra vuelta de tuerca. “Beyond II” da cierre al disco, otra vez con esa sonoridad entre Ambient y Post-Rock en la que vuelve a participar Colin Stetson. 

Anticipar la ubicación de “The Long Road North” entre lo mejor del año no es para nada arriesgado. Sin embargo, esto no implica afirmar que sea lo más destacado en la discografía de Cult Of Luna. Hace falta dejar pasar más tiempo, superar el entusiasmo inicial, para madurar la escucha y comparar con sus lanzamientos anteriores.  

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Cult Of Luna
The Long Road North (2022)
Metal Blade Records / Reed Creek Recordings 

Tracklist: 
01. Cold Burn 
02. The Silver Arc 
03. Beyond I 
04. An Offering to the Wild 
05. Into the Night 
06. Full Moon 
07. The Long Road North 
08. Blood Upon Stone 
09. Beyond II 





Con frecuencia, el último disco de toda banda consolidada es juzgado con el peso de la novedad, y eso suele distorsionar la percepción. Puede hacer que parezca maravilloso algo que, con el tiempo, deja de parecerlo, o que, en principio, no resulte tan atractiva una obra que se va puliendo con cada escucha hasta brillar. “The Long Road North” es el noveno álbum de estudio de esta banda sueca de Post Metal, tras el magnífico “A Dawn to Fear” (2019), aclarando que la cuenta deja a un lado el disco en colaboración con Julie Christmas (“Mariner”, 2016), “The Raging River” (EP editado en 2021) y los registros en vivo.  

Nuevamente publicado por el sello propio del grupo, Reed Creek Recordings (algo que comenzó a suceder con el EP de 2021), y también por Metal Blade Records, este trabajo deja en claro que hubo una fuerte apuesta a lo “épico”, si se quiere, a nivel cinematográfico. Esto, sin dudas, se debe a la colaboración con el compositor estadounidense-canadiense de bandas sonoras y saxofonista Colin Stetson (quien hizo el OST del film “Hereditary”, 2018). En ese sentido, es comprensible que tanta gente ya crea que estamos ante la obra cumbre de la banda. Sin embargo, que se trate de un álbum excelente, no necesariamente implica que sea el máximo logro creativo del grupo hasta el momento. En una discografía completa de enorme calidad, siguen destacándose fuertemente “Salvation” (2004), “Vertikal”  (2013) y “A Dawn To Fear” (2019).

Te puede interesar, reseña Celeste – Assassine(s) (2022)

En la actualidad, Cult Of Luna es un quinteto formado por Johannes Persson (voz y guitarra), Fredrik Kihlberg (guitarra y voz), Kristian Karlsson (teclados y voz), Andreas Johansson (bajo) y Thomas Hedlund (batería y percusión), con Marcus Lindberg encargado de la producción, casi a modo de sexto integrante. Es curioso que el disco más orquestal sea el que encuentra a la banda en su versión más reducida y cercana, gracias a las mudanzas que les permitieron pasar más tiempo juntos para hacer música.  

Es evidente que el conjunto ha sido muy prolífico en los últimos años. “The Long Road North” reitera todas las características ya conocidas de COL: un disco de más de una hora de duración, con tracks extensos, sonido impactante, el aspecto progresivo dado por los cambios de clima y una constante emotividad a flor de piel. Pero también se repiten algunos aspectos que, a esta altura, ya empiezan a desgastarse por el uso: la inclusión esporádica de percusión melódica, instrumentos de viento de metal y alguna voz femenina invitada (este último recurso ya se está volviendo un lugar común dentro del género, con los antecedentes de Neurosis y Amenra haciendo lo mismo). Después de lo monumental de este disco, quizás el camino a seguir podría ser explorar la intensidad afectiva de la que son capaces, pero con un enfoque más íntimo y visceral. Ir tras una solemnidad que no se confunda con grandilocuencia. Con respecto al arte de tapa, sigue el patrón minimalista y abstracto, de tan buen gusto, que se inició con “Vertikal”.  

“Cold Burn” ya empieza con un sonido similar al que se ha vuelto típico de las bandas sonoras de las películas y series de los últimos años. Fue el primer single con videoclip, y ciertamente logró entusiasmar al público, entregándole todo lo que podía esperar de la banda: un viaje musical extraordinario y variado, propiciado por una batería ejecutada con técnica admirable, un bajo que se impone con fuerza, riffs y melodías de guitarra de cuidada elaboración, teclados evocativos y una voz poderosa, al límite de desgarrarse. Ya se nota una búsqueda distinta en las armonías.  

Sigue “The Silver Arc”, manteniendo todas las virtudes ya mencionadas, aunque con reminiscencias más familiares a algunas canciones de otros discos, lo que puede deberse a no ser tan “teatral”. El bajo se luce más que en el track anterior y hay tramos mucho más calmos, con una propuesta introspectiva. Luego, “Beyond I” es un tema romántico, con la voz de Mariam Wallentin, cantante sueca de Jazz, atravesando una atmósfera creada, sobre todo, por el sonido de placas.   

“An Offering to the Wild” también remite a otras experiencias previas con la banda, y encima de todo lo ya destacado, en esta ocasión resaltan las melodías de guitarra. Los cambios en el recorrido son tremendamente potentes, y hacia el final encontramos un riff aplastante. Pero hay que decirlo: ya promediando el disco, la percusión melódica empieza a saturar. Esta canción tiene pequeñas participaciones de los saxos y la flauta de Colin Stetson en distintos momentos. 

La canción “Into the Night” nos lleva de vuelta a un espacio melancólico, casi como “Beyond I”, pero con una opaca voz masculina que recuerda al track cantado por Mark Lanegan en el EP anterior (“Inside of a Dream”), o al clásico “Passing Through” de “Vertikal”, aunque tiene detalles armónicos interesantes y un final mucho más poderoso. El trayecto continúa con “Full Moon”, una suerte de interludio instrumental con texturas casi Post-Rock, que abre paso al tema homónimo al disco, de una composición que se va revelando lentamente, hasta desatar la furia que podríamos calificar de identitaria. Vale la pena volver a enfatizar el aporte del baterista, Thomas Hedlund. 

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