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Rhapsody of Fire
Glory for Salvation (2021)
AFM Records

TRACKLIST

1. Son of Vengeance
2. The Kingdom of Ice
3. Glory for Salvation
4. Eternal Snow
5. Terial the Hawk
6. Maid of the Secret Sand
7. Abyss of Pain II
8. Infinitae Gloriae
9. Magic Signs
10. I’ll Be Your Hero
11. Chains of Destiny
12. Un’Ode per L’Eroe
13. La Esencia de un Rey

Diez años atrás, no se me hubiera ocurrido decir que la división de Rhapsody of Fire en varios proyectos terminaría dando muy buenos resultados: aunque la salida del guitarrista Luca Turilli y posteriormente la de Fabio Lione se dio en un marco amigable y evitó de hablar de alguna situación similar a la de Queensrÿche o Batushka cuando apareció Luca Turilli’s Rhapsody y Turilli / Lione Rhapsody, este tipo de movidas no suelen terminar bien en cuanto al material. 

Pero los dos álbumes de LTR (Ascending to Infinity de 2012, y Prometheus, Symphonia Ignis Divinus de 2015) y sobre todo Zero Gravity (Rebirth and Evolution) (2019) de T / LR son de los mejores álbumes editados bajo el nombre Rhapsody en varios años, apelando en mayor medida a los elementos sinfónicos y progresivos para formar esa atmósfera cinematográfica y de fantasía que en discos anteriores se había logrado llevando los clichés del power metal a límites más exagerados y excesivos. Es por eso que creo que el Rhapsody original, sin apellidos al frente, la tendría complicada de ahora en más, o al menos eso pensé antes de ponerme a escuchar Glory for Salvation, su decimotercer álbum de estudio, el cual editaron el 26 de noviembre a través de AFM Records.

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Puede que con esa descripción esté siendo un tanto injusto con estos últimos: aunque tanto Dark Wings of Steel (2013) como Into The Legend (2016), ahora con el guitarrista Roby de Micheli, habían sufrido sin la presencia de Turilli y no habían dado resultados de verdad memorables, el anterior The Eighth Mountain (2019) ya los mostraba mucho mejor encaminados en este nuevo contexto, ya habiendo iniciado un nuevo ciclo conceptual. Pero incluso si se había recuperado la calidad de álbumes anteriores, era inevitable comparar el material con aquel que sus dos ex caras más conocidas estaban editando en su propio proyecto y sentir que era bastante menos sustancioso comparado con esto último: mientras Lione y Turilli experimentaban un poco más con su sonido, el combo ahora liderado por el tecladista Alex Staropoli seguía adelante con su fórmula tradicional de power metal sinfónico.

Al momento de darle play a Glory for Salvation, los oriundos de Trieste no gastan tiempo y arrancan directamente con una introducción orquestada y épica, a la que no tardan de sumarse las guitarras y la batería, esta última ahora a cargo del debutante Paolo Marchesich. Este primer track va más a medio tiempo y se apoya más en los teclados de Staropoli y la voz de Giacomo Voli, acompañado por coros, introduciendo al personaje de Kreel, el “hijo de la venganza”. No sé hasta qué punto al oyente le importará toda la idea conceptual, pero es una canción entretenida e incluye uno de esos solos neoclásicos que la banda hace de taquito. Material clásico, pero efectivo.

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Esto último también podría decirse de las siguientes “The Kingdom of Ice” y el tema título “Glory for Salvation”. La primera ya apreta un poco el acelerador y nos da más del repiqueteo constante del doble bombo en el estribillo, mientras que la segunda es más pesada y tiene una participación muy grande de los coros, tanto en inglés como en italiano, sirviendo en algunos casos como contrapunto de Voli. Junto con el interludio “Eternal Snow”, a cualquier fan de la banda debería agradarle todo lo mostrado hasta este punto porque es una buena interpretación de un sonido ya establecido y probado, y a cualquiera que no le guste le confirmará que Rhapsody es un rejunte de todos los peores clichés del power metal llevados a nuevos límites, así que no es algo que vaya a cambiarle la vida a nadie.

Pero ya con “Terial the Hawk” nos encontramos con la primera sorpresa del álbum, porque la canción continúa la melodía del interludio anterior y le mete una dosis extra de folk metal al asunto. Aunque no es la primera vez que Rhapsody of Fire experimenta con este sonido, es una gran adición al disco, además de que la melodía es muy pegadiza.

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Para no hacerla muy larga, “Maid of the Secret Land” ya tiene el doble bombo a lo largo de toda la canción y tiene algunas vocalizaciones más rasposas, que se usan de manera más prominente en “Abyss of Pain II”, el cual es una secuela de la introducción del álbum anterior. Este es el track principal del álbum, una épica de casi once minutos que va cambiando entre el inglés y el italiano, con coros, solos de guitarra y teclado y una transición a un final de tono pastoral. Aunque Rhapsody no siempre den en el blanco con sus canciones súper largas, creo que este es un caso donde funciona.

“Infinitae Gloriae” vuelve al terreno del power metal más directo, mientras que “Magic Signs” es una balada con momentos pesados en el medio como para no ahogarse en todo el azúcar de las partes más suaves. 

“I’ll be your Hero” es un track a medio tiempo que se pudo escuchar en el EP adelanto del mismo nombre, aunque en este caso es una versión de casi 80 segundos más larga a pesar de que ambas estén marcadas con el subtítulo “Single Edit”. Los versos le dan un lugar para lucirse al bajista Alessandro Sala, mientras que el solo es contagioso en la energía positiva que transmite, como si hubieran querido confirmar cuando alguien dijo que el power metal era “happy metal”.

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El álbum en sí cierra con “Chains of Destiny”, que vuelve a introducir elementos de folk metal, con uno de esos estribillos verbosos típicos de Rhapsody. Es una de esas canciones que podrían estar en cualquier otro disco de la banda, pero aunque sea predecible y no haga nada nuevo no molesta.

Sin embargo, en este punto quedan dos canciones más, que en la práctica funcionan como bonus tracks. Ambas son reversiones de “Magic Signs” en otros idiomas: “Un’ode per l’eroe” está en italiano, mientras que “La esencia de un rey” hace lo mismo en español. Son buenas curiosidades (escuchar a Voli interpretar la última canción con acento español le da un toque un tanto Eros Ramazzotti, por si no se dieron cuenta de que mi conocimiento de cantantes italianos es limitado), aunque me hubiera gustado que tradujeran alguno de los tracks más pesados e interesantes.

Glory for Salvation es un disco más de Rhapsody of Fire, con sus cosas buenas y malas. Pero es uno que se deja escuchar, no aburre, y mantiene la atención del oyente a lo largo de sus 56 minutos (o 66, si uno cuenta los bonus tracks). Giacomo Voli logra mostrarse como algo más que un reemplazante de Lione, y aunque los riffs de Micheli no sean ultra interesantes el apoyo de las orquestaciones y los solos logran compensarlo y hacer que funcionen en su propio espacio. Así que si el lector es fan de la banda, no le tenga miedo y dele una oportunidad, que no se va a arrepentir.

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Glory for Salvation (2021)
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1. Son of Vengeance
2. The Kingdom of Ice
3. Glory for Salvation
4. Eternal Snow
5. Terial the Hawk
6. Maid of the Secret Sand
7. Abyss of Pain II
8. Infinitae Gloriae
9. Magic Signs
10. I’ll Be Your Hero
11. Chains of Destiny
12. Un’Ode per L’Eroe
13. La Esencia de un Rey




Diez años atrás, no se me hubiera ocurrido decir que la división de Rhapsody of Fire en varios proyectos terminaría dando muy buenos resultados: aunque la salida del guitarrista Luca Turilli y posteriormente la de Fabio Lione se dio en un marco amigable y evitó de hablar de alguna situación similar a la de Queensrÿche o Batushka cuando apareció Luca Turilli’s Rhapsody y Turilli / Lione Rhapsody, este tipo de movidas no suelen terminar bien en cuanto al material. 

Pero los dos álbumes de LTR (Ascending to Infinity de 2012, y Prometheus, Symphonia Ignis Divinus de 2015) y sobre todo Zero Gravity (Rebirth and Evolution) (2019) de T / LR son de los mejores álbumes editados bajo el nombre Rhapsody en varios años, apelando en mayor medida a los elementos sinfónicos y progresivos para formar esa atmósfera cinematográfica y de fantasía que en discos anteriores se había logrado llevando los clichés del power metal a límites más exagerados y excesivos. Es por eso que creo que el Rhapsody original, sin apellidos al frente, la tendría complicada de ahora en más, o al menos eso pensé antes de ponerme a escuchar Glory for Salvation, su decimotercer álbum de estudio, el cual editaron el 26 de noviembre a través de AFM Records.

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Puede que con esa descripción esté siendo un tanto injusto con estos últimos: aunque tanto Dark Wings of Steel (2013) como Into The Legend (2016), ahora con el guitarrista Roby de Micheli, habían sufrido sin la presencia de Turilli y no habían dado resultados de verdad memorables, el anterior The Eighth Mountain (2019) ya los mostraba mucho mejor encaminados en este nuevo contexto, ya habiendo iniciado un nuevo ciclo conceptual. Pero incluso si se había recuperado la calidad de álbumes anteriores, era inevitable comparar el material con aquel que sus dos ex caras más conocidas estaban editando en su propio proyecto y sentir que era bastante menos sustancioso comparado con esto último: mientras Lione y Turilli experimentaban un poco más con su sonido, el combo ahora liderado por el tecladista Alex Staropoli seguía adelante con su fórmula tradicional de power metal sinfónico.

Al momento de darle play a Glory for Salvation, los oriundos de Trieste no gastan tiempo y arrancan directamente con una introducción orquestada y épica, a la que no tardan de sumarse las guitarras y la batería, esta última ahora a cargo del debutante Paolo Marchesich. Este primer track va más a medio tiempo y se apoya más en los teclados de Staropoli y la voz de Giacomo Voli, acompañado por coros, introduciendo al personaje de Kreel, el “hijo de la venganza”. No sé hasta qué punto al oyente le importará toda la idea conceptual, pero es una canción entretenida e incluye uno de esos solos neoclásicos que la banda hace de taquito. Material clásico, pero efectivo.

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Esto último también podría decirse de las siguientes “The Kingdom of Ice” y el tema título “Glory for Salvation”. La primera ya apreta un poco el acelerador y nos da más del repiqueteo constante del doble bombo en el estribillo, mientras que la segunda es más pesada y tiene una participación muy grande de los coros, tanto en inglés como en italiano, sirviendo en algunos casos como contrapunto de Voli. Junto con el interludio “Eternal Snow”, a cualquier fan de la banda debería agradarle todo lo mostrado hasta este punto porque es una buena interpretación de un sonido ya establecido y probado, y a cualquiera que no le guste le confirmará que Rhapsody es un rejunte de todos los peores clichés del power metal llevados a nuevos límites, así que no es algo que vaya a cambiarle la vida a nadie.

Pero ya con “Terial the Hawk” nos encontramos con la primera sorpresa del álbum, porque la canción continúa la melodía del interludio anterior y le mete una dosis extra de folk metal al asunto. Aunque no es la primera vez que Rhapsody of Fire experimenta con este sonido, es una gran adición al disco, además de que la melodía es muy pegadiza.

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Para no hacerla muy larga, “Maid of the Secret Land” ya tiene el doble bombo a lo largo de toda la canción y tiene algunas vocalizaciones más rasposas, que se usan de manera más prominente en “Abyss of Pain II”, el cual es una secuela de la introducción del álbum anterior. Este es el track principal del álbum, una épica de casi once minutos que va cambiando entre el inglés y el italiano, con coros, solos de guitarra y teclado y una transición a un final de tono pastoral. Aunque Rhapsody no siempre den en el blanco con sus canciones súper largas, creo que este es un caso donde funciona.

“Infinitae Gloriae” vuelve al terreno del power metal más directo, mientras que “Magic Signs” es una balada con momentos pesados en el medio como para no ahogarse en todo el azúcar de las partes más suaves. 

“I’ll be your Hero” es un track a medio tiempo que se pudo escuchar en el EP adelanto del mismo nombre, aunque en este caso es una versión de casi 80 segundos más larga a pesar de que ambas estén marcadas con el subtítulo “Single Edit”. Los versos le dan un lugar para lucirse al bajista Alessandro Sala, mientras que el solo es contagioso en la energía positiva que transmite, como si hubieran querido confirmar cuando alguien dijo que el power metal era “happy metal”.

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El álbum en sí cierra con “Chains of Destiny”, que vuelve a introducir elementos de folk metal, con uno de esos estribillos verbosos típicos de Rhapsody. Es una de esas canciones que podrían estar en cualquier otro disco de la banda, pero aunque sea predecible y no haga nada nuevo no molesta.

Sin embargo, en este punto quedan dos canciones más, que en la práctica funcionan como bonus tracks. Ambas son reversiones de “Magic Signs” en otros idiomas: “Un’ode per l’eroe” está en italiano, mientras que “La esencia de un rey” hace lo mismo en español. Son buenas curiosidades (escuchar a Voli interpretar la última canción con acento español le da un toque un tanto Eros Ramazzotti, por si no se dieron cuenta de que mi conocimiento de cantantes italianos es limitado), aunque me hubiera gustado que tradujeran alguno de los tracks más pesados e interesantes.

Glory for Salvation es un disco más de Rhapsody of Fire, con sus cosas buenas y malas. Pero es uno que se deja escuchar, no aburre, y mantiene la atención del oyente a lo largo de sus 56 minutos (o 66, si uno cuenta los bonus tracks). Giacomo Voli logra mostrarse como algo más que un reemplazante de Lione, y aunque los riffs de Micheli no sean ultra interesantes el apoyo de las orquestaciones y los solos logran compensarlo y hacer que funcionen en su propio espacio. Así que si el lector es fan de la banda, no le tenga miedo y dele una oportunidad, que no se va a arrepentir.

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