

Crónica y fotografías: Unai Endemaño
El domingo, con el cansancio acumulado de todo el festi en nuestras espaldas, nos arrastraríamos hasta Vuur And Zijde para ir abriendo boca, y tendríamos estómago como para degustar otra de las maravillas del underground holandés. Unos Bacht´n De Vulle Moane que nos propondrían un black industrial que por momentos se asemejaba al de unos Mysticum menos apocalípticos.
Tocaba el turno a uno de los platos fuertes para el que suscribe y es que no se ve todos los días, ni todos los años, una conjunción de stoner con rock andaluz sobre el escenario del Roadburn. Los protagonistas fueron los sevillanos Frente Abierto, quienes mezclaron sin vergüenza ninguna, el cante más jondo, con un stoner, doom que se escoraba hacia el progresivo. Me recordaron mucho lo que hicieron Exquirla en su momento, aunque este proyecto tiene pinta de poder tener una mayor continuidad que el mencionado.
Saltándonos la actuación del cascarrabias Michael Gira, acabaríamos metidos en la batalla campal que se vivió en el secret show de Oust, una provocativa banda de hardcore en la que la cantante se dedicó todo el bolo a pasearse entre la peña con un micro con cable e ir corriendo de un lado a otro mientras la gente se volvía loca. Actitud sobresaliente, la de estos jóvenes holandeses.
Tendríamos fuerzas aún para ver la presentación del último disco de Sumac en escenario grande, lamentando que no fuesen a tocar nada de sus anteriores obras, pero admirando una vez más, lo bien que suenan en directo los de Aaron Turner. Terminaríamos de rebote, una vez más en el skate hall, contemplando una inclasificable actuación de hardcore a cargo de Bombstrap. Esto último puede que fuese lo más flojo que pudimos ver en la edición de 2025.
Para quitarnos el mal sabor de boca, concluiríamos el Roadburn con dos señores conciertos protagonizados por conjuntos que serán grandes dentro de no mucho tiempo. Por un lado Ponte Del Diavolo, quienes embrujaron con su puesta en escena y por el otro, los belgas Pothamus, que parecen poder llegar a dar el relevo a los ya gigantes Amenra. No nos dio para más, desgraciadamente, pero tampoco para menos.


Crónica y fotografías: Unai Endemaño
El domingo, con el cansancio acumulado de todo el festi en nuestras espaldas, nos arrastraríamos hasta Vuur And Zijde para ir abriendo boca, y tendríamos estómago como para degustar otra de las maravillas del underground holandés. Unos Bacht´n De Vulle Moane que nos propondrían un black industrial que por momentos se asemejaba al de unos Mysticum menos apocalípticos.
Tocaba el turno a uno de los platos fuertes para el que suscribe y es que no se ve todos los días, ni todos los años, una conjunción de stoner con rock andaluz sobre el escenario del Roadburn. Los protagonistas fueron los sevillanos Frente Abierto, quienes mezclaron sin vergüenza ninguna, el cante más jondo, con un stoner, doom que se escoraba hacia el progresivo. Me recordaron mucho lo que hicieron Exquirla en su momento, aunque este proyecto tiene pinta de poder tener una mayor continuidad que el mencionado.
Saltándonos la actuación del cascarrabias Michael Gira, acabaríamos metidos en la batalla campal que se vivió en el secret show de Oust, una provocativa banda de hardcore en la que la cantante se dedicó todo el bolo a pasearse entre la peña con un micro con cable e ir corriendo de un lado a otro mientras la gente se volvía loca. Actitud sobresaliente, la de estos jóvenes holandeses.
Tendríamos fuerzas aún para ver la presentación del último disco de Sumac en escenario grande, lamentando que no fuesen a tocar nada de sus anteriores obras, pero admirando una vez más, lo bien que suenan en directo los de Aaron Turner. Terminaríamos de rebote, una vez más en el skate hall, contemplando una inclasificable actuación de hardcore a cargo de Bombstrap. Esto último puede que fuese lo más flojo que pudimos ver en la edición de 2025.
Para quitarnos el mal sabor de boca, concluiríamos el Roadburn con dos señores conciertos protagonizados por conjuntos que serán grandes dentro de no mucho tiempo. Por un lado Ponte Del Diavolo, quienes embrujaron con su puesta en escena y por el otro, los belgas Pothamus, que parecen poder llegar a dar el relevo a los ya gigantes Amenra. No nos dio para más, desgraciadamente, pero tampoco para menos.