Dos años después de su desgarrador album “Orphans” (2019), The Agonist nos presenta un nuevo trabajo en formato de EP que obliga a recordarnos que la presencia de los canadienses dentro de la escena mundial está más que justificada y vigente, aportando un sonido salvaje, pero técnico y sutil en sus arreglos, que se siente como un brisa refrescante dentro de un género que desde hace tiempo mengua en las listas de reproducción del público metalero.

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Con apenas cinco tracks, este material de mediana duración es capaz de entregarnos un panorama musical de melancolía, rabia y desesperación por el incierto futuro de la humanidad; sentimiento bastante reconocible para muchas de las producciones de 2020 y 2021, pero que bajo la mirada creativa de Danny Marino (guitarra), Vicky Psarakis (voz), Simon McKay (batería), Chris Kells (bajo) y Pascal Jobin (segunda guitarra) ha adquirido un toque dramático y casi Shakespeareano en la ejecución de sus temas, en lugar de la sencilla melancolía o incertidumbre de otros trabajos.

La producción dirigida por Christian Donaldson (Cryptosy, Despised Icon) y lanzada por el sello austriaco Napalm Records triunfa a la hora de otorgar brillo e intensidad a las partes que lo requieren. Con un sonido indudablemente canadiense que en ocasiones llega a sonar como una mezcla entre Unleash the Archers y Unexpect (especialmente en la dupla de guitarras y piano, sin llegar al avant-garde), el trepidante golpeteó de McKay y la versátil voz de Psarakis, se llevan una mención honorífica por ser dos de los elementos que más destacan de toda la producción.

Es indudable que este proyecto nacido en 2004 ha podido mantener un sonido único y original a pesar de haber sufrido el golpe casi fatal de perder a su vocalista principal, un padecimiento que no muchos grupos pueden soportar. Y es que a siete años de la partida de Alissa White-Gluz, The Agonist ha sabido mantener su esencia más allá de quién se encuentre en las vocales, y aunque el talento de Alissa sea innegable, la nueva producción viene a cimentar lo que ya se sospechaba: que Vicky Psarakis se encuentra lejos de ser un mero reemplazo y aunque las similitudes entre los estilos sean también innegables, Psarakis ha sabido aportar cosas nuevas y originales a las ya monumentales composiciones de Marino.

Este EP no debería pasar desapercibido por los amantes del melo-death (o en general de cualquier subgénero del metal extremo), pues su fuerza, intensidad y poesía son dignas de los momentos históricos en los que vivimos, y en Track to Hell aseguramos que Days Before The World Wept, será un acompañante perfecto para aquellas tardes de tragos apocalípticos en el fin del mundo.