


La tormenta que azotó Buenos Aires la tarde del domingo 5 de octubre no fue suficiente para frenar a los valientes que se acercaron a El Teatrito para presenciar lo que fue uno de los eventos metaleros de la semana, el Union Metal Fest. Si bien el cambio de venue (originalmente programado para realizarse en el Teatro Flores) no afectó la intensidad, hubo una aceptable cantidad de público para una jornada que reunió a cuatro bandas locales y culminó con Brujería, la banda mexicana que sigue honrando la memoria de Juan Brujo y Pinche Peach.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: Argentina Metal Fest 2025: “El caos y la esperanza”
Al momento de mi arribo al local, y bajo una lluvia que se hacía cada vez más presente, unos cincuenta valientes llegaron temprano para apoyar a los chicos de Inner, banda de apertura que presentó una propuesta particular: death metal progresivo con tintes de heavy y mucho groove. Lamentablemente, el guitarrista rítmico no contó con un sonido acorde, opacando parcialmente una presentación que por momentos prometía mucho más. El bajista se destacó con una ejecución virtuosa, aunque fue el trabajo del baterista el que realmente brilló durante el set. Sin embargo, la propuesta de Inner merece celebrarse, en un panorama saturado de bandas tributo a glorias nacionales como Hermética, Malón y Almafuerte, encontrar grupos que apuestan por material original resulta refrescante.
Los riojanos de Fuerza Activa subieron al escenario con su propuesta orientada a sonidos bien extremos, rozando el deathcore, y enfrentaron inmediatamente problemas técnicos que complicaron su presentación. Cortes en la guitarra y una batería que literalmente se desmontaba durante la ejecución amenazaron con arruinar el set.
Pero el cuarteto demostró actitud y profesionalismo, enfrentando los golpes del vivo con la determinación característica de las bandas que vienen del interior. Le pusieron garra y salieron adelante pese a las adversidades técnicas, terminando su presentación a las 19:20 entre aplausos que reconocieron más el esfuerzo que la calidad del sonido obtenido. Pasadas las 19:35, Nómade salió a destrozar El Teatrito. Su set de 35 minutos mantuvo la intensidad y dejó el alma sobre las tablas, dejando claro por qué son una de las propuestas más sólidas del metal extremo local.
Tras veinte minutos de espera y ajustes técnicos, el venue se fue poblando para la llegada de Acosados Nuestros Indios Murieron Al Luchar (A.N.I.M.A.L.). ¿Qué se puede agregar acerca de esta leyenda? Una banda que revolucionó el sonido local allá por los años noventa y que, a pesar de los cambios de formación, sigue manteniendo el poderío que la caracterizó.
Un Andrés Giménez en plena forma vocal, Cristian “Titi” Lapolla algo más contenido de lo habitual —sin tantas interrupciones ni chistes, quizás por el escaso tiempo disponible—, y Marcelo Castro tras los parches cumpliendo con lo suyo le demostraron a todos que siguen vigentes.
La lista estuvo cargada de clásicos, rondas de pogo por aquí y por allá mientras los 4 integrantes (contando al encargado de la consola de sonidos), interpretaban temas como “Sol”, “Familia”, “El legado”, “El nuevo camino del hombre” entre otras. Para el final, Andrés divisó entre el público a un amigo de años, un compañero de ruta, un batallador del metal extremo: Cristian de Avernal pasó del pit al escenario para interpretar el clásico “Cop Killer” de Body Count, generando la mayor respuesta del público hasta ese momento. La banda cerró su set a las 21:30 entre aplausos, pedidos de listas y púas, preparando el terreno para el plato fuerte de la noche.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: Elnueveonce en Málaga: “Querer es Poder”
Los mexicanos Brujería tomaron el escenario cargando el peso de dos ausencias irreparables: Juan Brujo y Pinche Peach, fallecidos en 2024. La formación actual —El Sangrón (voz), El Criminal (guitarra), El Zángano (bajo) y El Sativo (batería, hijo de Juan Brujo)— llegó con la misión de mantener vivo el legado.
“Brujería no murió, aquí tengo su espíritu“, declaró El Sangrón desde el escenario, frase que resumió perfectamente la actitud de una banda que se niega a convertirse en museo de su propio pasado.
El setlist funcionó como homenaje y celebración simultánea. “Brujerismo”,y “Desmadre” abrieron el show con la brutalidad característica que ha definido a los mexicanos desde sus inicios. Los primeros mosh pits de verdadera intensidad se formaron de inmediato, con el público respondiendo a esa energía confrontacional que caracteriza cada presentación de la banda. El repertorio continuó con “Anti Castro” y “La Migra”, manteniendo el ritmo sin respiro. Cuando llegó el turno de “Colas de Rata”, “La Ley del Plomo”, “División del Norte” y “Revolución”, las canciones funcionaron como recordatorio constante de por qué Brujería sigue siendo una referencia del grindcore en español.
El momento más característico llegó cuando el dueño del micrófono solicitó un “porro” que no tardó en llegar al escenario. Varios cigarros de marihuana surcaron entre los asistentes y fueron el vocalista y el baterista quienes los consumieron ante la risa general del público, algo que solo sucede en shows de Brujería y que forma parte integral de su identidad como banda. La noche se acercaba a su fin cuando irrumpieron con “Consejos Narcos” y “Pito Wilson”, que precedieron el cierre definitivo: “Matando Güeros”, el himno que funciona como detonante final en cada presentación. El público respondió con la intensidad acumulada durante toda la noche, coreando cada línea de una canción que trasciende generaciones.
La presentación de Brujería en El Teatrito demostró que el espíritu de Juan Brujo y Pinche Peach permanece intacto. La banda no solo interpreta canciones, sino que mantiene viva una actitud, una filosofía, una manera de entender el metal extremo que va más allá de la técnica o la producción. El Sativo, hijo de Juan Brujo, honró la memoria de su padre desde la batería, demostrando que el legado también se transmite por sangre. Antón Reisenegger, figura del metal latinoamericano, aportó la experiencia y solidez que la banda requiere en esta etapa de transición. El sonido estuvo a la altura durante toda la presentación de Brujería, permitiendo apreciar cada matiz de su propuesta sin los problemas técnicos que habían afectado a las bandas locales.
Agradecimiento a la producción por la acreditación correspondiente que permitió realizar esta cobertura.
Fotos de Matias Carrera
- Inner
- Fuerza Activa
- Nomade
- A.N.I.M.A.L
- A.N.I.M.A.L
- A.N.I.M.A.L
- Brujería
- Brujería
- Brujería
- Brujería
- Brujería
- Brujería
Etiquetas: A.N.I.M.A.L., Avernal, Body Count, Brujería, Deathmetal, Fuerza Activa, Groove, Inner, Nómade, thrash



La tormenta que azotó Buenos Aires la tarde del domingo 5 de octubre no fue suficiente para frenar a los valientes que se acercaron a El Teatrito para presenciar lo que fue uno de los eventos metaleros de la semana, el Union Metal Fest. Si bien el cambio de venue (originalmente programado para realizarse en el Teatro Flores) no afectó la intensidad, hubo una aceptable cantidad de público para una jornada que reunió a cuatro bandas locales y culminó con Brujería, la banda mexicana que sigue honrando la memoria de Juan Brujo y Pinche Peach.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: Argentina Metal Fest 2025: “El caos y la esperanza”
Al momento de mi arribo al local, y bajo una lluvia que se hacía cada vez más presente, unos cincuenta valientes llegaron temprano para apoyar a los chicos de Inner, banda de apertura que presentó una propuesta particular: death metal progresivo con tintes de heavy y mucho groove. Lamentablemente, el guitarrista rítmico no contó con un sonido acorde, opacando parcialmente una presentación que por momentos prometía mucho más. El bajista se destacó con una ejecución virtuosa, aunque fue el trabajo del baterista el que realmente brilló durante el set. Sin embargo, la propuesta de Inner merece celebrarse, en un panorama saturado de bandas tributo a glorias nacionales como Hermética, Malón y Almafuerte, encontrar grupos que apuestan por material original resulta refrescante.
Los riojanos de Fuerza Activa subieron al escenario con su propuesta orientada a sonidos bien extremos, rozando el deathcore, y enfrentaron inmediatamente problemas técnicos que complicaron su presentación. Cortes en la guitarra y una batería que literalmente se desmontaba durante la ejecución amenazaron con arruinar el set.
Pero el cuarteto demostró actitud y profesionalismo, enfrentando los golpes del vivo con la determinación característica de las bandas que vienen del interior. Le pusieron garra y salieron adelante pese a las adversidades técnicas, terminando su presentación a las 19:20 entre aplausos que reconocieron más el esfuerzo que la calidad del sonido obtenido. Pasadas las 19:35, Nómade salió a destrozar El Teatrito. Su set de 35 minutos mantuvo la intensidad y dejó el alma sobre las tablas, dejando claro por qué son una de las propuestas más sólidas del metal extremo local.
Tras veinte minutos de espera y ajustes técnicos, el venue se fue poblando para la llegada de Acosados Nuestros Indios Murieron Al Luchar (A.N.I.M.A.L.). ¿Qué se puede agregar acerca de esta leyenda? Una banda que revolucionó el sonido local allá por los años noventa y que, a pesar de los cambios de formación, sigue manteniendo el poderío que la caracterizó.
Un Andrés Giménez en plena forma vocal, Cristian “Titi” Lapolla algo más contenido de lo habitual —sin tantas interrupciones ni chistes, quizás por el escaso tiempo disponible—, y Marcelo Castro tras los parches cumpliendo con lo suyo le demostraron a todos que siguen vigentes.
La lista estuvo cargada de clásicos, rondas de pogo por aquí y por allá mientras los 4 integrantes (contando al encargado de la consola de sonidos), interpretaban temas como “Sol”, “Familia”, “El legado”, “El nuevo camino del hombre” entre otras. Para el final, Andrés divisó entre el público a un amigo de años, un compañero de ruta, un batallador del metal extremo: Cristian de Avernal pasó del pit al escenario para interpretar el clásico “Cop Killer” de Body Count, generando la mayor respuesta del público hasta ese momento. La banda cerró su set a las 21:30 entre aplausos, pedidos de listas y púas, preparando el terreno para el plato fuerte de la noche.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: Elnueveonce en Málaga: “Querer es Poder”
Los mexicanos Brujería tomaron el escenario cargando el peso de dos ausencias irreparables: Juan Brujo y Pinche Peach, fallecidos en 2024. La formación actual —El Sangrón (voz), El Criminal (guitarra), El Zángano (bajo) y El Sativo (batería, hijo de Juan Brujo)— llegó con la misión de mantener vivo el legado.
“Brujería no murió, aquí tengo su espíritu“, declaró El Sangrón desde el escenario, frase que resumió perfectamente la actitud de una banda que se niega a convertirse en museo de su propio pasado.
El setlist funcionó como homenaje y celebración simultánea. “Brujerismo”,y “Desmadre” abrieron el show con la brutalidad característica que ha definido a los mexicanos desde sus inicios. Los primeros mosh pits de verdadera intensidad se formaron de inmediato, con el público respondiendo a esa energía confrontacional que caracteriza cada presentación de la banda. El repertorio continuó con “Anti Castro” y “La Migra”, manteniendo el ritmo sin respiro. Cuando llegó el turno de “Colas de Rata”, “La Ley del Plomo”, “División del Norte” y “Revolución”, las canciones funcionaron como recordatorio constante de por qué Brujería sigue siendo una referencia del grindcore en español.
El momento más característico llegó cuando el dueño del micrófono solicitó un “porro” que no tardó en llegar al escenario. Varios cigarros de marihuana surcaron entre los asistentes y fueron el vocalista y el baterista quienes los consumieron ante la risa general del público, algo que solo sucede en shows de Brujería y que forma parte integral de su identidad como banda. La noche se acercaba a su fin cuando irrumpieron con “Consejos Narcos” y “Pito Wilson”, que precedieron el cierre definitivo: “Matando Güeros”, el himno que funciona como detonante final en cada presentación. El público respondió con la intensidad acumulada durante toda la noche, coreando cada línea de una canción que trasciende generaciones.
La presentación de Brujería en El Teatrito demostró que el espíritu de Juan Brujo y Pinche Peach permanece intacto. La banda no solo interpreta canciones, sino que mantiene viva una actitud, una filosofía, una manera de entender el metal extremo que va más allá de la técnica o la producción. El Sativo, hijo de Juan Brujo, honró la memoria de su padre desde la batería, demostrando que el legado también se transmite por sangre. Antón Reisenegger, figura del metal latinoamericano, aportó la experiencia y solidez que la banda requiere en esta etapa de transición. El sonido estuvo a la altura durante toda la presentación de Brujería, permitiendo apreciar cada matiz de su propuesta sin los problemas técnicos que habían afectado a las bandas locales.
Agradecimiento a la producción por la acreditación correspondiente que permitió realizar esta cobertura.
Fotos de Matias Carrera
- Inner
- Fuerza Activa
- Nomade
- A.N.I.M.A.L
- A.N.I.M.A.L
- A.N.I.M.A.L
- Brujería
- Brujería
- Brujería
- Brujería
- Brujería
- Brujería
Etiquetas: A.N.I.M.A.L., Avernal, Body Count, Brujería, Deathmetal, Fuerza Activa, Groove, Inner, Nómade, thrash
















