El sábado 20 de septiembre, la sala Silikona de Madrid acogió un evento muy esperado: el debut en la capital de Vermilia, la banda finlandesa de metal con tintes paganos. Un espectáculo lleno de energía y misticismo, que nos ofreció una noche inolvidable para los amantes del género.
La velada comenzó puntual con la actuación de Vertebrae, una banda local de black-death que arrancó la noche con fuerza. Su actuación destacó no solo por su sonido potente, sino también por un curioso bastón con luces, que añadía un toque visual llamativo y divertido. Aunque la sala aún no estaba completamente llena, los acordes de la banda resonaban mientras el público iba entrando poco a poco en la atmósfera oscura y envolvente.
Tras los ajustes técnicos y los cambios de instrumentos a la vista de todos, llegó el momento más esperado: el ritual sonoro de Vermilia. La banda nórdica nos sumergió de inmediato en su particular mezcla de folk y metal, con temas como “Nocturne” y varios cortes de su segundo álbum RUSKA, el cual ha sido clave en consolidar su singular estilo. La ejecución fue impecable, y aunque el aforo no alcanzó su capacidad máxima, los presentes respondieron con entusiasmo, incluso a las canciones más recientes de la banda, lanzadas apenas días antes del concierto.
Como cierre perfecto para la noche, los miembros de Vermilia demostraron su cercanía al público al atender personalmente su puesto de merchandising. Fotografiándose y firmando autógrafos, dejaron claro que su conexión con los fans va más allá del escenario.
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El sábado 20 de septiembre, la sala Silikona de Madrid acogió un evento muy esperado: el debut en la capital de Vermilia, la banda finlandesa de metal con tintes paganos. Un espectáculo lleno de energía y misticismo, que nos ofreció una noche inolvidable para los amantes del género.
La velada comenzó puntual con la actuación de Vertebrae, una banda local de black-death que arrancó la noche con fuerza. Su actuación destacó no solo por su sonido potente, sino también por un curioso bastón con luces, que añadía un toque visual llamativo y divertido. Aunque la sala aún no estaba completamente llena, los acordes de la banda resonaban mientras el público iba entrando poco a poco en la atmósfera oscura y envolvente.
Tras los ajustes técnicos y los cambios de instrumentos a la vista de todos, llegó el momento más esperado: el ritual sonoro de Vermilia. La banda nórdica nos sumergió de inmediato en su particular mezcla de folk y metal, con temas como “Nocturne” y varios cortes de su segundo álbum RUSKA, el cual ha sido clave en consolidar su singular estilo. La ejecución fue impecable, y aunque el aforo no alcanzó su capacidad máxima, los presentes respondieron con entusiasmo, incluso a las canciones más recientes de la banda, lanzadas apenas días antes del concierto.
Como cierre perfecto para la noche, los miembros de Vermilia demostraron su cercanía al público al atender personalmente su puesto de merchandising. Fotografiándose y firmando autógrafos, dejaron claro que su conexión con los fans va más allá del escenario.