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25 años de “Us and Them” de Godflesh: “Carne contra tecnología”
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Tras su breve paso por los pioneros del grindcore Napalm Death, con quienes llegó a grabar la primera mitad del debut Scum, y su todavía más breve estadía con Head of David, a quienes se había incorporado como baterista, en 1988 el cantante y guitarrista Justin Broadrick decidió reunirse con el bajista G. C. Green y revivir su antiguo proyecto experimental Fall of Because, ahora con el bautizados como Godflesh. La propuesta de Broadrick y Green era innovadora, ya que se limitarían al formato de dúo e, inspirados por grupos de hip hop como Public Enemy y Beastie Boys, delegarían las tareas de la batería a una máquina de ritmos. Los ritmos mecánicos de la Alesis HR-16, con numerosos kicks programados uno encima del otro y combinados con el sonido ultra pesado de las guitarras y el bajo, ayudarían a canalizar las influencias de los músicos y dar forma a su propuesta, con Godflesh siendo considerada como una de las bandas pioneras del “metal industrial” con su debut Streetcleaner, y con la llegada de los noventas el timing no podría haber sido mejor.

Esta nueva década sería una época de mucha convulsión en el mundo de la música. La explosión alternativa había agarrado a un montón de artistas desprevenidos y con ganas de no quedarse atrás ni parecer obsoletos, así que la última década del siglo XX fue la mejor para ser un artista establecido y sacar un disco experimental que dejara desconcertados a tus legiones de fans: busquen a cualquier artista de los ochentas y les aseguro que habrán hecho eso en la siguiente década. 

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Una de las movidas más influyentes en el sonido del rock de esta nueva década fue, justamente. la industrial: ya con gente como Killing Joke y Skinny Puppy teniendo sus encuentros con el mainstream en los ochentas, el éxito de bandas como NIN y Ministry hizo que la idea de mezclar guitarras con ritmos programados y samples sonara como una propuesta atractiva. Es así que artistas tan diversos como Danzig, Annihilator, Samael, Atrocity, Sarcófago, Mötley Crüe, David Bowie, Billy Idol y hasta Rob Halford se verían seducidos por estos sonidos, con distintos niveles de éxito. 

Godflesh encajaba dentro de esto como uno de los grupos más experimentales del metal industrial, de los que más tomaban influencia directa de pioneros avantgarde como Throbbing Gristle y Nurse With Wound. Esto aseguraba que no fueran a tener el éxito mainstream de gente como Trent Reznor, Marilyn Manson o siquiera Fear Factory, pero sí que fueran no sólo un grupo de culto sino también “la banda favorita de tu banda favorita”: Fear Factory y Pitchshifter eran fans absolutos, Metallica contrataron a Andrés Serrano para hacer las portadas de Load y ReLoad tras ver su trabajo en el video de “Crush My Soul”, y Kirk Hammett la considera una de sus bandas favoritas. 

Lejos del estereotipo del artista misterioso, Justin Broadrick varias veces expresó cierta inseguridad con que tantas bandas influenciadas por Godflesh tuvieran mucho más éxito en el mainstream que ellos. Pero con el paso de los discos y la llegada de la segunda mitad de la década, se notaba que Broadrick y Green no querían verse limitados artísticamente tanto por el sonido metalero como por la máquina de ritmos. Esto quedó bien claro en Songs of Love and Hate (1996), donde Bryan Mantia sería el primer ser humano en tocar la batería en un disco de Godflesh, y con Love and Hate in Dub (1997), su álbum de remixes, ambos siendo trabajos que anticipaban un poco el sonido del nu metal que explotaría poco después. Pero nada de esto podía llegar a preparar a los fans para cuando Godflesh editaran un disco que demostró que hasta el artista más experimental puede lanzar un álbum que deje a muchos, incluido el mismo artista, sin saber cómo reaccionar.

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Tras su primer álbum con un baterista humano, Godflesh volvería a utilizar ritmos programados en el siguiente. Sin embargo, no regresarían al sonido aplastante y robótico de discos anteriores, sino que buscarían inspiración en otro lado. Si en Songs of Love and Hate los ritmos habían tomado inspiración del hip hop, en este nuevo álbum vendría por el lado de la música dance underground, sobre todo del breakbeat y el drum & bass: estas habían sido las influencias principales detrás de Love and Hate in Dub, y ahora Broadrick quiso incorporarlas a sus composiciones originales. Tampoco sorprendería que el éxito de The Prodigy hubiera aportado un enorme granito de arena.

De esta simple idea salió Us and Them, editado el 17 de mayo de 1999 por Earache Records. El quinto LP del dúo de Birmingham deja en claro que las cosas van a ser bastante diferentes cuando arranca con “I Me Mine”, una composición puntuada por los ritmos vertiginosos en crescendo, al que al poco tiempo se les suma el sonido percusivo de la guitarra y el bajo, menos un riff hecho y derecho y más un pulso que remarca el golpe fuerte de la batería. Más tarde se le agrega una guitarra oscilante y otros efectos que dan una atmósfera de desolación casi distópica, mientras la voz de Broadrick sigue siendo un rugido monstruoso y por lejos el elemento más humano no sólo en este disco sino también en toda la propuesta de Godflesh.

Aunque dan comienzo al álbum, los breakbeats no son tan prominentes en Us and Them, con “Defiled” y “Control Freak” (que además tiene una intro de bajo que recuerda a la de “Sober” de Tool) como las únicas otras que están construidas de la misma manera alrededor de esos ritmos. 

Pero la experimentación no se queda en un par de “amen breaks” acelerados porque tenemos la oscura “Endgames”, con ese bajo que parece directamente ruido blanco y más riffs oscilantes, y la groovera “Whose Truth Is Your Truth”, donde la influencia hip hop se muestra a flor de piel. Hablando de hip hop, “Nail” arranca con un sample de “The Humpty Dance” de Digital Underground, con la canción sonando como algo que Sepultura hubiera grabado en Roots, y “Descent” es de los puntos más altos del álbum, con su batería lenta y distorsionada con más guitarras oscilantes, ese bajo sucio y las voces limpias de Broadrick. 

El álbum cierra con dos de sus canciones más particulares, “The Internal” y “Live To Lose” esta última originalmente grabada en 1995. Lo llamativo de estos tracks está en su énfasis melódico y en más voces limpias de Broadrick, acompañadas por las olas de distorsión guitarrera. Con el diario del lunes, está claro que estas composiciones auguraban el estilo que Broadrick adoptaría con Jesu, la otra gran banda que el guitarrista formaría tras la separación de Godflesh. Su estilo más calmado es una buena manera de darle un cierre al álbum, como un final donde nos sentimos seguros después de la destrucción que vivimos.

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Al igual que con casi cualquier disco de los noventas, Us and Them puede sentirse muy largo, con 64 minutos de ritmos distorsionados y guitarras crujientes. No siempre los ritmos electrónicos pegan del todo con las voces gritadas de Broadrick, como pasa en “Defiled” que funcionaría mejor como un instrumental, aunque hace un buen trabajo incorporando los ritmos hip hop sin que suene como un Vanilla Ice criado en una comuna punk anarquista. En entrevistas posteriores, Godflesh varias veces mencionaron que estaban trabajando en un álbum de remixes al que llamarían Us and Them in Dub, al estilo de lo que habían hecho con Songs of Love and Hate. Sin embargo, y por razones desconocidas, sólo se terminaron dos remixes y el álbum fue cancelado, aunque estas dos grabaciones aparecerían en el compilado de éxitos y rarezas In All Languages en 2001.

En los años posteriores, Broadrick hizo comentarios bastante negativos acerca de Us and Them, calificándolo como una “crisis de identidad”, hablando de lo agotador que había sido el proceso e incluso sintiendo que estaba remixando un disco de remixes. Sin embargo, con los años parece que la opinión del músico sobre este álbum se ha vuelto más positiva, y lo mismo ha pasado con el público, con mucha gente valorándolo como uno de los mejores trabajos de Godflesh, otros destacándolo como uno de sus más particulares, o aunque fuera viéndolo como un experimento muy interesante en el mundo del metal de fines de los noventas. En la gira de presentación de su disco Purge, Broadrick y Green tocaron “I Me Mine” en un par de fechas, siendo la primera vez que incluían material de este álbum en más de 20 años, demostrando que ellos comparten esta reevaluación.

Us and Them está lejos de ser un disco perfecto. Pero sí es un disco fascinante, que captura un momento específico no sólo en el heavy metal, sino también en la música en general, con su mezcla de elementos de electrónica y hip hop con rock y metal, sumado a la oscuridad característica de Godflesh. No creo que otro artista haya logrado el sonido que Broadrick y Green lograron en Us and Them, y por eso es una experiencia única en su género.

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25 años de “Us and Them” de Godflesh: “Carne contra tecnología”
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Tras su breve paso por los pioneros del grindcore Napalm Death, con quienes llegó a grabar la primera mitad del debut Scum, y su todavía más breve estadía con Head of David, a quienes se había incorporado como baterista, en 1988 el cantante y guitarrista Justin Broadrick decidió reunirse con el bajista G. C. Green y revivir su antiguo proyecto experimental Fall of Because, ahora con el bautizados como Godflesh. La propuesta de Broadrick y Green era innovadora, ya que se limitarían al formato de dúo e, inspirados por grupos de hip hop como Public Enemy y Beastie Boys, delegarían las tareas de la batería a una máquina de ritmos. Los ritmos mecánicos de la Alesis HR-16, con numerosos kicks programados uno encima del otro y combinados con el sonido ultra pesado de las guitarras y el bajo, ayudarían a canalizar las influencias de los músicos y dar forma a su propuesta, con Godflesh siendo considerada como una de las bandas pioneras del “metal industrial” con su debut Streetcleaner, y con la llegada de los noventas el timing no podría haber sido mejor.

Esta nueva década sería una época de mucha convulsión en el mundo de la música. La explosión alternativa había agarrado a un montón de artistas desprevenidos y con ganas de no quedarse atrás ni parecer obsoletos, así que la última década del siglo XX fue la mejor para ser un artista establecido y sacar un disco experimental que dejara desconcertados a tus legiones de fans: busquen a cualquier artista de los ochentas y les aseguro que habrán hecho eso en la siguiente década. 

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Godflesh encajaba dentro de esto como uno de los grupos más experimentales del metal industrial, de los que más tomaban influencia directa de pioneros avantgarde como Throbbing Gristle y Nurse With Wound. Esto aseguraba que no fueran a tener el éxito mainstream de gente como Trent Reznor, Marilyn Manson o siquiera Fear Factory, pero sí que fueran no sólo un grupo de culto sino también “la banda favorita de tu banda favorita”: Fear Factory y Pitchshifter eran fans absolutos, Metallica contrataron a Andrés Serrano para hacer las portadas de Load y ReLoad tras ver su trabajo en el video de “Crush My Soul”, y Kirk Hammett la considera una de sus bandas favoritas. 

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De esta simple idea salió Us and Them, editado el 17 de mayo de 1999 por Earache Records. El quinto LP del dúo de Birmingham deja en claro que las cosas van a ser bastante diferentes cuando arranca con “I Me Mine”, una composición puntuada por los ritmos vertiginosos en crescendo, al que al poco tiempo se les suma el sonido percusivo de la guitarra y el bajo, menos un riff hecho y derecho y más un pulso que remarca el golpe fuerte de la batería. Más tarde se le agrega una guitarra oscilante y otros efectos que dan una atmósfera de desolación casi distópica, mientras la voz de Broadrick sigue siendo un rugido monstruoso y por lejos el elemento más humano no sólo en este disco sino también en toda la propuesta de Godflesh.

Aunque dan comienzo al álbum, los breakbeats no son tan prominentes en Us and Them, con “Defiled” y “Control Freak” (que además tiene una intro de bajo que recuerda a la de “Sober” de Tool) como las únicas otras que están construidas de la misma manera alrededor de esos ritmos. 

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