Nunca llegué a tener una cuenta en MySpace: digamos que por la época en la que aquella página se volvía en la plataforma que definía gran parte de la música pesada de la década del 2000, yo no tenía computadora en mi casa y ni siquiera estaba metido en toda esa onda. Pero en estos días estoy muy al tanto de todo la onda de metalcore que solía ser el estilo predilecto de los grupos que se promocionaban a través de esa red social, y como tal creo que Tears Seven Times debe ser alguna clase de viajero del tiempo o debe haber quedado congelado a lo Fry en Futurama y lo descongelaron el 7 de enero último, con la salida de su disco debut independiente As Porphyria Once Went.

Llevado adelante en solitario por un músico estadounidense sólo conocido como Sid K, T7T (que parece tomar su nombre del instrumental “Tears Seven Times Salt” de los pioneros Undying) es un proyecto que bebe de esa combinación de guitarras ultra melódicas, voces gritadas y limpias, breakdowns y baterías inquietas: “Hot Topic-core”, como le suelen decir en la prensa pesada estadounidense (no sé, nunca fui a un Hot Topic). La fuerza del tiempo terminó por redimir todo este estilo ante los ojos de la prensa metalera o debe ser que los que crecieron escuchando toda esa onda ahora escriben reseñas, pero más allá de T7T últimamente me encontré con varios ejemplos de grupos probando suerte con toda esta onda, lo cual demuestra el carácter cíclico de las tendencias musicales.

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Sin embargo, As Porphyria Once Went es un disco con una estructura bastante particular, y su actitud al momento de tomar influencia de todas esas bandas a lo Underoath o los mismos Undying (reconocidos por T7T como referencias directas) es menos “copiar y pegar” de lo que pude haber dado a entender antes. Los tracks “Could Tell a Love” y “Sombering My Last Chapter” son las más “normales”, con esa energía inmediata y su énfasis en el riff (que, nota aparte, tienen muy buena calidad a lo largo de todo el álbum), y son las que más recuerdan a la onda tradicional de aquellos grupos. Pero en el panorama general del disco son la minoría: en el medio de ambas está el instrumental lento “Forever Beautiful”, que enlaza directamente con “Sombering My Last Chapter”, y la segunda mitad del álbum mete un cantidad de influencias inusuales.

Las tres canciones que conforman la otra mitad de este disco, que apenas rasca los 33 minutos, superan todas los seis minutos de duración, e incluyen el uso de algunos pianos, guitarras acústicas y hasta un par de arreglos sinfónicos, sin dejar de lado los riffs y la base de metalcore melódico de las primeras canciones, que más de una vez cruza la línea y se mete de lleno en el melodeath. “Metalcore gótico” puede llegar a parecer alguna clase de chiste, pero es la manera más acertada de describir un track como “The Stained Glass Romance” o “A Return To Melancholy”, con esas secciones acústicas y atmósferas melancólicas.

Claro que estos son sólo detalles: a fin de cuentas, creo que T7T funciona tanto si uno es un treintañero que quiere hacer como si el 2009 nunca hubiera terminado o si simplemente busca un muy buen disco para pasar el rato: APOW es la clase de álbum que habría dado mucho más que hablar si hubiera salido hace una década y media a través de un sello onda Sumerian Records o Epitaph. Pero sin importar si pueda quedar un tanto desplazado temporalmente, su álbum debut es un disco extremadamente recomendable, con o sin nostalgia de por medio.