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Kathryn Mohr
Waiting Room (2025)
The Flenser

TRACKLIST
1 – Diver
2 – Rated
3 – Driven
4 – Petrified
5 – Take It
6 – Elevator
7 – Prove It
8 – Horizonless
9 – Cornered
10 – Wheel
11 – Waiting Room

Kathryn Mohr es una artista estadounidense de folk experimental, actualmente residente en Oakland, pero proveniente de San Francisco, y que ha empezado a hacerse escuchar desde 2020, en plena pandemia. Esto podría ser un dato anecdótico, pero su obra tiene mucho que ver con la sensación de transitar espacios y vivir experiencias como una suerte de viajera constante en este mundo.

Si bien ya había lanzado varios EP y singles, Waiting Room es su primer LP, compuesto y grabado por ella misma en el transcurso de un mes mientras se encontraba en Islandia, en el marco de una residencia artística. El proceso se desarrolló estando encerrada en una habitación de concreto sin ventanas dentro de una planta de procesamiento industrial de pescado. Precisamente, de eso se trata: de buscar la expresión sonora que, de alguna manera, represente esa mezcla de recuerdos reconstruidos, bizarras fantasías y realismo doloroso. Ella misma sacó la fotografía para el arte de tapa.

El disco empieza con “Diver”: una guitarra lánguida y una voz frágil que suena siempre al borde de desgarrarse, un anuncio del minimalismo intimista que se nos promete, siempre en la búsqueda de una sutil disonancia para generar medidas precisas de incomodidad. “Rated” abre paso a una mayor presencia de los sintetizadores analógicos con una actitud noise, como fondo de un discurso introspectivo, propio de las circunstancias de aislamiento. Lo atmosférico en este trabajo muchas veces remite, justamente, al registro de los fenómenos del entorno físico real, de allí que Mohr se considere una trabajadora de campo.

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“Driven” se vuelve etérea, flotante, hechizando el ambiente, con ecos de un canto reverberante y una línea de bajo opaca y meditativa. Mohr parece una sirena angustiada atrapada en las redes de una leyenda urbana. La irrupción de “Petrified” es bienvenida, pues es una canción dulce de un espíritu folk más tradicional. Tiene algunas reminiscencias de la obra solista de Dorthia Cottrell. Dicho sea de paso, las temáticas de la muerte, el sexo, el amor, el consumismo y la violencia son bastante transversales. Luego, “Take It” sorprende con fuerza y una impronta casi grunge. Aparecen unos coros espectrales a cargo de la misma Mohr, y un despliegue más amplio de la guitarra, que siempre suena sucia y genuina. La brumosa distorsión de “Elevator” y la voz más arriesgada continúan elevando la intensidad de la propuesta musical. Algo que resulta muy interesante es que, cada canción, si bien está reducida a lo expresivamente indispensable, parece condensar en sí misma una esencia que podría explotarse de otra forma con un conjunto instrumental de rock. Eso es indicador de una apuesta estética y de una gran calidad compositiva. La influencia de Midwife también es muy notable.

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 “Prove”, con su teclado lúgubre y la voz quebradiza, recuerda mucho al estilo de Björk. ¿Tendrá algo que ver la grabación en Islandia? Todo se hunde en una espesura siniestra. “Horizonless” retorna la senda hipnótica de tramos anteriores. La repetición es la eterna clave del trance y, en efecto, “Cornered” profundiza el enclaustramiento moderno con ruidos y samples de contestadoras automáticas. Las capturas ambientales adquieren protagonismo y generan un clima envolvente que nos transporta.

En “Wheel” retorna la energía de ese folk ácido que emerge episódicamente; acidez mezclada con notas de madera y óxido. Hay que destacar el talento para producir belleza con una sinceridad que no evita la aspereza de lo cotidiano. Finalmente, el track homónimo al disco nos propone un camino de despedida que nos va sumergiendo suavemente, de vuelta, en la realidad, o, tal vez, a esa simulación que vivimos hace varios años, pantalla en mano, cual prótesis de nuestras precarizadas identidades.

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Waiting Room (2025)
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1 – Diver
2 – Rated
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4 – Petrified
5 – Take It
6 – Elevator
7 – Prove It
8 – Horizonless
9 – Cornered
10 – Wheel
11 – Waiting Room




Kathryn Mohr es una artista estadounidense de folk experimental, actualmente residente en Oakland, pero proveniente de San Francisco, y que ha empezado a hacerse escuchar desde 2020, en plena pandemia. Esto podría ser un dato anecdótico, pero su obra tiene mucho que ver con la sensación de transitar espacios y vivir experiencias como una suerte de viajera constante en este mundo.

Si bien ya había lanzado varios EP y singles, Waiting Room es su primer LP, compuesto y grabado por ella misma en el transcurso de un mes mientras se encontraba en Islandia, en el marco de una residencia artística. El proceso se desarrolló estando encerrada en una habitación de concreto sin ventanas dentro de una planta de procesamiento industrial de pescado. Precisamente, de eso se trata: de buscar la expresión sonora que, de alguna manera, represente esa mezcla de recuerdos reconstruidos, bizarras fantasías y realismo doloroso. Ella misma sacó la fotografía para el arte de tapa.

El disco empieza con “Diver”: una guitarra lánguida y una voz frágil que suena siempre al borde de desgarrarse, un anuncio del minimalismo intimista que se nos promete, siempre en la búsqueda de una sutil disonancia para generar medidas precisas de incomodidad. “Rated” abre paso a una mayor presencia de los sintetizadores analógicos con una actitud noise, como fondo de un discurso introspectivo, propio de las circunstancias de aislamiento. Lo atmosférico en este trabajo muchas veces remite, justamente, al registro de los fenómenos del entorno físico real, de allí que Mohr se considere una trabajadora de campo.

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