

A pesar de no ser un oyente asiduo del estilo grindcore (en realidad, debo confesar que no he escuchado ni un disco entero), me interesó la propuesta de cubrir a Gutalax más por vivir la experiencia y tratar de sentir de primera mano lo que nuestro amigo y jefe, Pablo Gandara, nos ha comentado acerca de lo que implica un show de los checos.
El pasado 20 de marzo quedará inmortalizado por haberse cumplido un sueño para muchos: la visita de Gutalax, uno de los nombres más candentes de la escena mundial del grindcore, que se hizo presente en Uniclub bajo la producción de Criminal Metal Camp, a quienes por supuesto agradezco la acreditación correspondiente y la buena onda.
En una acertada decisión por parte de la producción del evento, el papel de los teloneros fue asumido por bandas locales oriundas de varios puntos del país, con propuestas variadas de hardcore/punk, pinceladas de death, grindcore y más.
La venta de entradas demostró que el apoyo al festival fue total y que existe una buena base para confirmar que las cosas se pueden hacer, y MUY BIEN.
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Alrededor de las 18:30, ya se encontraba sobre las tablas la primera banda y, en el campo, una más que aceptable cantidad de público que se aventuró a ser la primera en llegar y ubicarse en el venue. Cahnalet, con Brenda Cuesta como frontwoman y guitarrista, me recibió con un golpe al mentón. Su propuesta, más relacionada con el hardcore/punk, fue un excelente aperitivo para lo que vendría después. La noche anterior había tenido la oportunidad de ver a Brenda con su otra banda, Bloodparade, siendo soporte de Sirenia. Claro que sí, propuestas totalmente opuestas, y ni siquiera habían pasado 24 horas. Con un set corto pero efusivo, la banda salió airosa, recibiendo los cálidos aplausos de los asistentes.
CranialgrinD, banda radicada en la provincia de Tucumán, se destacó por su fuerza escénica y por el poderío de su vocalista, Mike Veliz, que solo tenía que mirar. Sus ojos irradiaban una autoridad natural y carismática mientras observaba con confianza al público. En ningún momento hubo dudas de a quién pertenecía el escenario. Demostraron gran talento, y la gente comenzó a armar las primeras rondas y a empujarse, manteniendo la cordialidad que caracteriza al metalero en todas sus variantes. Excelente propuesta, y volvería a verlos sin dudarlo.
La tercera banda en subir a escena fueron los “mierdocinos” Buköwski, provenientes de Mendoza, con su propuesta de grind combativo. Su potencia escénica se hizo notar desde el inicio, ingresando al escenario con caretas y pasamontañas que sumaron un toque visual interesante. Para una de las canciones contaron con la participación de una señorita (mil disculpas por no saber su nombre) que destrozó con su voz todo lo que encontró a su paso. Otro punto a favor de la organización, ya que hasta este momento todas las bandas elegidas ofrecieron algo distinto a lo que suelo escuchar, logrando que el evento no se volviera monótono.
Y, como por arte de magia, llegó el turno de Displeasure, un exponente local, más precisamente de la ciudad de La Plata. Aquí la cosa cambió hacia un sonido más “light”, por así decirlo. No había los famosos “pig squeals”, tanto es así que alguien del público (en avanzado estado de ebriedad) increpó a la banda, gritando que no pertenecían a la escena y debían bajarse del escenario. El vocalista, sin inmutarse, solo atinó a aceptar el comentario y continuar con el show. A pesar de este momento incómodo, la banda se retiró con el deber cumplido y con aplausos en reconocimiento a su entrega.
El último acto antes de que se desatara la barbarie checa estuvo a cargo de los cordobeses bRuTaL nOiSe, una banda legendaria del circuito under. Con 30 años de carrera, saben bien cómo triturar cabezas. Su propuesta es brutal, tal como indica su nombre, con “FAQ” (como se hace llamar su vocalista/bajista) demostrando un poder inmensurable. Junto al resto de la banda, ejecutó cada tema con total confianza. En un momento, cuando FAQ bajó al pit, tuvo problemas técnicos, ya que su micrófono dejó de funcionar. Sin embargo, logró mantener el ánimo del público en alto, tanto que nuestros tímpanos volaban por los aires con esas explosiones de graves de gran potencia.
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Arranco esta etapa de la crónica con una pequeña introducción acerca de la banda que nos visitaba por primera vez en el país. En la tranquila ciudad de Křemže, sobre los pintorescos paisajes de la República Checa, se gestó uno de los proyectos más revolucionarios de los últimos años. Corría el año 2009, un momento histórico para la escena musical grindcore, ya que marcó el nacimiento de Gutalax. Formada inicialmente bajo el nombre de Fastfood, esta banda pronto evolucionaría hasta convertirse en una figura emblemática del subgénero goregrind, o como lo llaman cariñosamente, “Gore ‘n Roll”.
La música de Gutalax no es para los débiles. Se aventuran con audacia en territorios que otras bandas rara vez tocan, utilizando temáticas centradas en las heces. Esta obsesión, aunque pueda parecer extraña, es una tendencia común dentro del goregrind y se ha convertido en la firma distintiva de la banda. Aquella noche de marzo, Gutalax estaría pisando suelo argentino, más precisamente el barrio de Almagro.
Tras una demora de aproximadamente 30 minutos, en los que se comenzó a preparar la fiesta, se repartieron mamelucos blancos, espuma, papel higiénico y preservativos inflados como globos. Además, se desplegó una enorme bandera que cubrió casi todo el campo, dándole la bienvenida a los europeos. Como si todo esto no fuera suficiente, también había un baño químico para quienes quisieran sacarse fotos antes de la barbarie, pero aún faltaban más sorpresas.
Como sucede en casi todas las coberturas que hago para TTH o cuando voy como simple espectador, esta vez no estuve en primera fila. Mi miedo a los gérmenes me hizo alejarme un poco de la horda de hombres vestidos de blanco, armados con papel higiénico, escobillas y cosas inimaginables. Sobre todo, del pogo, que se olía a leguas que iba a ser violento.
Cuando se abrió el telón y Gutalax subió al escenario, rápidamente se desmadró todo. El líder Maty se lo pasó en grande, bailando por el escenario y bromeando (literal y figuradamente) con el guitarrista Koja y el bajista Kebab. La fiesta había comenzado, y los argentinos demostraron que estaban dispuestos a retribuir a la banda toda esa energía. Nunca estabas seguro de lo que iba a pasar y, de alguna manera, el humor escatológico de la banda seguía siendo divertido.
Desde la primera canción, “Fartherapy“, la explosión de energía y la tormenta de espuma se apoderaron del recinto. Para la segunda canción del set, comenzaron a volar muñecas inflables por todo el local. Algunos las besaban, acariciaban y hacían demás obscenidades que no voy a detallar… Lo que pasó en Uniclub, quedará en Uniclub.
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Después de eso, “Shit of it All” y “Buttmann” mantuvieron el ímpetu, mientras Gutalax se metía completamente en el bolsillo al público. Interacción del público?: un concierto de metal que parecía una fiesta de carnaval
El ambiente íntimo del lugar intensificó aún más la euforia del público. En varias ocasiones, se tuvo que intervenir para bajar a los fanáticos que subían al escenario, no solo para saludar a los músicos, sino también para hacer el famoso stage diving.
Promediando el show, llegó la canción que ya se ha convertido en un clásico de la banda: “Diarrhero“, con su icónica introducción sampleada, que hizo que el público enloqueciera y desatara un mosh brutal.
La voz de Maty era una mutilación gutural de las cuerdas vocales muy bien ejecutada, basada en gruñidos porcinos durante casi toda la ejecución, técnica conocida como pig squeals, aunque no melódica.
En resumen, Un show extremadamente divertido, gracioso, pesado y enérgico. Gutalax es una de esas bandas que hace que todos salgan con una sonrisa al volver a casa. Vale la pena mencionar que su nombre proviene del medicamento Guttalax, que, por supuesto, sirve para aliviar el estreñimiento. ¿Qué otra cosa podía ser, no?
No estoy seguro de lo que presencié ni de cómo reaccionar ante ello. Gutalax es, sin duda, difícil de reseñar, pero lo que es seguro es que, a pesar de no haber escuchado más de cinco canciones previamente, la pasé genial. Agradecimientos a la organización y producción de Criminal, que apostó a lo grande, logrando un resultado mejor de lo imaginado.
Agradecemos a Gonzalo Soutric de Metal Argentum por las fotos.
- Cahnalet
- Bukowski
- Displeasure
- bRuTaL-nOiSe
- Gutalax
- Gutalax
- Gutalax
- Gutalax
- Gutalax


A pesar de no ser un oyente asiduo del estilo grindcore (en realidad, debo confesar que no he escuchado ni un disco entero), me interesó la propuesta de cubrir a Gutalax más por vivir la experiencia y tratar de sentir de primera mano lo que nuestro amigo y jefe, Pablo Gandara, nos ha comentado acerca de lo que implica un show de los checos.
El pasado 20 de marzo quedará inmortalizado por haberse cumplido un sueño para muchos: la visita de Gutalax, uno de los nombres más candentes de la escena mundial del grindcore, que se hizo presente en Uniclub bajo la producción de Criminal Metal Camp, a quienes por supuesto agradezco la acreditación correspondiente y la buena onda.
En una acertada decisión por parte de la producción del evento, el papel de los teloneros fue asumido por bandas locales oriundas de varios puntos del país, con propuestas variadas de hardcore/punk, pinceladas de death, grindcore y más.
La venta de entradas demostró que el apoyo al festival fue total y que existe una buena base para confirmar que las cosas se pueden hacer, y MUY BIEN.
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Alrededor de las 18:30, ya se encontraba sobre las tablas la primera banda y, en el campo, una más que aceptable cantidad de público que se aventuró a ser la primera en llegar y ubicarse en el venue. Cahnalet, con Brenda Cuesta como frontwoman y guitarrista, me recibió con un golpe al mentón. Su propuesta, más relacionada con el hardcore/punk, fue un excelente aperitivo para lo que vendría después. La noche anterior había tenido la oportunidad de ver a Brenda con su otra banda, Bloodparade, siendo soporte de Sirenia. Claro que sí, propuestas totalmente opuestas, y ni siquiera habían pasado 24 horas. Con un set corto pero efusivo, la banda salió airosa, recibiendo los cálidos aplausos de los asistentes.
CranialgrinD, banda radicada en la provincia de Tucumán, se destacó por su fuerza escénica y por el poderío de su vocalista, Mike Veliz, que solo tenía que mirar. Sus ojos irradiaban una autoridad natural y carismática mientras observaba con confianza al público. En ningún momento hubo dudas de a quién pertenecía el escenario. Demostraron gran talento, y la gente comenzó a armar las primeras rondas y a empujarse, manteniendo la cordialidad que caracteriza al metalero en todas sus variantes. Excelente propuesta, y volvería a verlos sin dudarlo.
La tercera banda en subir a escena fueron los “mierdocinos” Buköwski, provenientes de Mendoza, con su propuesta de grind combativo. Su potencia escénica se hizo notar desde el inicio, ingresando al escenario con caretas y pasamontañas que sumaron un toque visual interesante. Para una de las canciones contaron con la participación de una señorita (mil disculpas por no saber su nombre) que destrozó con su voz todo lo que encontró a su paso. Otro punto a favor de la organización, ya que hasta este momento todas las bandas elegidas ofrecieron algo distinto a lo que suelo escuchar, logrando que el evento no se volviera monótono.
Y, como por arte de magia, llegó el turno de Displeasure, un exponente local, más precisamente de la ciudad de La Plata. Aquí la cosa cambió hacia un sonido más “light”, por así decirlo. No había los famosos “pig squeals”, tanto es así que alguien del público (en avanzado estado de ebriedad) increpó a la banda, gritando que no pertenecían a la escena y debían bajarse del escenario. El vocalista, sin inmutarse, solo atinó a aceptar el comentario y continuar con el show. A pesar de este momento incómodo, la banda se retiró con el deber cumplido y con aplausos en reconocimiento a su entrega.
El último acto antes de que se desatara la barbarie checa estuvo a cargo de los cordobeses bRuTaL nOiSe, una banda legendaria del circuito under. Con 30 años de carrera, saben bien cómo triturar cabezas. Su propuesta es brutal, tal como indica su nombre, con “FAQ” (como se hace llamar su vocalista/bajista) demostrando un poder inmensurable. Junto al resto de la banda, ejecutó cada tema con total confianza. En un momento, cuando FAQ bajó al pit, tuvo problemas técnicos, ya que su micrófono dejó de funcionar. Sin embargo, logró mantener el ánimo del público en alto, tanto que nuestros tímpanos volaban por los aires con esas explosiones de graves de gran potencia.
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Arranco esta etapa de la crónica con una pequeña introducción acerca de la banda que nos visitaba por primera vez en el país. En la tranquila ciudad de Křemže, sobre los pintorescos paisajes de la República Checa, se gestó uno de los proyectos más revolucionarios de los últimos años. Corría el año 2009, un momento histórico para la escena musical grindcore, ya que marcó el nacimiento de Gutalax. Formada inicialmente bajo el nombre de Fastfood, esta banda pronto evolucionaría hasta convertirse en una figura emblemática del subgénero goregrind, o como lo llaman cariñosamente, “Gore ‘n Roll”.
La música de Gutalax no es para los débiles. Se aventuran con audacia en territorios que otras bandas rara vez tocan, utilizando temáticas centradas en las heces. Esta obsesión, aunque pueda parecer extraña, es una tendencia común dentro del goregrind y se ha convertido en la firma distintiva de la banda. Aquella noche de marzo, Gutalax estaría pisando suelo argentino, más precisamente el barrio de Almagro.
Tras una demora de aproximadamente 30 minutos, en los que se comenzó a preparar la fiesta, se repartieron mamelucos blancos, espuma, papel higiénico y preservativos inflados como globos. Además, se desplegó una enorme bandera que cubrió casi todo el campo, dándole la bienvenida a los europeos. Como si todo esto no fuera suficiente, también había un baño químico para quienes quisieran sacarse fotos antes de la barbarie, pero aún faltaban más sorpresas.
Como sucede en casi todas las coberturas que hago para TTH o cuando voy como simple espectador, esta vez no estuve en primera fila. Mi miedo a los gérmenes me hizo alejarme un poco de la horda de hombres vestidos de blanco, armados con papel higiénico, escobillas y cosas inimaginables. Sobre todo, del pogo, que se olía a leguas que iba a ser violento.
Cuando se abrió el telón y Gutalax subió al escenario, rápidamente se desmadró todo. El líder Maty se lo pasó en grande, bailando por el escenario y bromeando (literal y figuradamente) con el guitarrista Koja y el bajista Kebab. La fiesta había comenzado, y los argentinos demostraron que estaban dispuestos a retribuir a la banda toda esa energía. Nunca estabas seguro de lo que iba a pasar y, de alguna manera, el humor escatológico de la banda seguía siendo divertido.
Desde la primera canción, “Fartherapy“, la explosión de energía y la tormenta de espuma se apoderaron del recinto. Para la segunda canción del set, comenzaron a volar muñecas inflables por todo el local. Algunos las besaban, acariciaban y hacían demás obscenidades que no voy a detallar… Lo que pasó en Uniclub, quedará en Uniclub.
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Después de eso, “Shit of it All” y “Buttmann” mantuvieron el ímpetu, mientras Gutalax se metía completamente en el bolsillo al público. Interacción del público?: un concierto de metal que parecía una fiesta de carnaval
El ambiente íntimo del lugar intensificó aún más la euforia del público. En varias ocasiones, se tuvo que intervenir para bajar a los fanáticos que subían al escenario, no solo para saludar a los músicos, sino también para hacer el famoso stage diving.
Promediando el show, llegó la canción que ya se ha convertido en un clásico de la banda: “Diarrhero“, con su icónica introducción sampleada, que hizo que el público enloqueciera y desatara un mosh brutal.
La voz de Maty era una mutilación gutural de las cuerdas vocales muy bien ejecutada, basada en gruñidos porcinos durante casi toda la ejecución, técnica conocida como pig squeals, aunque no melódica.
En resumen, Un show extremadamente divertido, gracioso, pesado y enérgico. Gutalax es una de esas bandas que hace que todos salgan con una sonrisa al volver a casa. Vale la pena mencionar que su nombre proviene del medicamento Guttalax, que, por supuesto, sirve para aliviar el estreñimiento. ¿Qué otra cosa podía ser, no?
No estoy seguro de lo que presencié ni de cómo reaccionar ante ello. Gutalax es, sin duda, difícil de reseñar, pero lo que es seguro es que, a pesar de no haber escuchado más de cinco canciones previamente, la pasé genial. Agradecimientos a la organización y producción de Criminal, que apostó a lo grande, logrando un resultado mejor de lo imaginado.
Agradecemos a Gonzalo Soutric de Metal Argentum por las fotos.
- Cahnalet
- Bukowski
- Displeasure
- bRuTaL-nOiSe
- Gutalax
- Gutalax
- Gutalax
- Gutalax
- Gutalax