

“Nací en una Argentina marcada por el vaciamiento y el olvido, donde la guerra de Malvinas fue silenciada mientras se firmaban acuerdos que beneficiaban al enemigo aún ocupante de nuestro territorio. A través de diplomáticos, universidades, medios y otros dispositivos de poder blando, se ha intentado borrar el significado de aquella lucha y sus protagonistas.
Sin embargo, muchos elegimos recordar y reivindicar las proezas de nuestros héroes. La historia de Malvinas no es solo pasado, sino una pieza clave para nuestro futuro. No podemos concebir una Argentina soberana sin sus islas, su Patagonia, su Atlántico Sur y su Antártida. La tarea de nuestra generación es transmitir esta memoria, identificar a quienes debilitan nuestra identidad y seguir dando batalla en todos los frentes. Malvinizar es un deber para fortalecer nuestro país y asegurar que la historia no se pierda en el olvido“. Federico Gervan (Against).
Nuevamente, en otro 2 de abril conmemoramos a los veteranos y caídos en la guerra de Malvinas. El staff de Track To Hell se contactó de manera directa con Marcelo Pérez Schneider, líder de la banda Presto Vivace, excombatiente de Malvinas. Además, contamos con la colaboración de Against, una de las bandas más representativas de la escena local, quienes toman como uno de sus ejes compositivos la reivindicación de los próceres y héroes del país. Mantenemos hoy encendida la llama de una lucha que pareciera interminable, y que a través de la paz, algún momento tendrá el desenlace correcto, al ver izarse nuevamente la bandera argentina en suelo malvinense.
El 2 de abril de 1982 se hizo público algo que llevaba quizás un año gestándose: la bandera argentina flameaba nuevamente en las Islas Malvinas, ocupadas por Gran Bretaña desde el siglo pasado. Inmediatamente, Marcelo Pérez Schneider se presentaba voluntariamente en el cuartel, como nos cuenta él, “motivado porque sabía que la clase que había entrado del ‘63 no había llegado a la formación que tenía, y por un sentimiento patriótico y de pertenencia que era familiar”. Su rol, como apuntador de ametralladora pesada en la unidad de artillería de defensa aérea Teniente General Ricchieri N° 101, era una especialidad en la que no todos habían recibido instrucción.
Así comenzaba su participación en Malvinas. Desde Comodoro Rivadavia a Puerto Argentino, con una sensación de cautela y tensión constante en la isla, sin tener la certeza de si llegarían o no al combate. Esto cambió diametralmente cuando los ingleses hundieron el General Belgrano y bombardearon el aeropuerto aquel primero de mayo. “De ahí nos trasladaron a una península, llamada Camber, de 6 u 8 kilómetros, con las ocho piezas de artillería con las que contábamos. Además, terminamos participando activamente en una defensa de infantería”.
Pese a las condiciones, reducidas a instintos de supervivencia durante meses bajo fuego enemigo, el espíritu se mantenía en alto. Al estar cerca de Puerto Argentino, las cartas iban y venían, y la comunicación con el suelo continental era constante. Internamente y por necesidad, la línea de mando comunicaba también lo necesario. “La carta era una cosa maravillosa. Saber que te habían escrito, que también sabían cómo estabas”, nos cuenta Marcelo
Más tarde que temprano, la tensión en la Península Camber se volvió combate. Durante los últimos dos días, la segunda sección de la unidad a la que Marcelo pertenecía recibió el grueso de la tropa inglesa, bajo ataque de infantería. Mientras estaban sumidos en un cruento combate, a la primera sección (donde Marcelo defendía) le tocaba enfrentar al SAS y al SUB, las fuerzas especiales británicas, conocidas como “boinas rojas”. Así nos contaba lo ocurrido:
“Los últimos días, 13 y 14 de junio, estuvimos combatiendo. Yo estuve al frente, combatiendo con la ametralladora, lo que comúnmente se ve como una persona disparándole a los enemigos. En este famoso combate de Camber, derrotamos a estas fuerzas especiales inglesas. El día de la rendición (14 de junio, a las 7 a. m.), nosotros, siendo las 11 de la mañana, estábamos en nuestros puestos de combate. Nos avisaron tarde que Argentina sí se había rendido. No sé por qué habrán tardado en avisarnos. Pero habíamos visualizado, desde Puerto Argentino, allá a lo lejos, una gran cantidad de tropas, prácticamente todas.
Con el dolor del alma, nos obligaron a ir a Puerto Argentino y dejar nuestros puestos. Había cuadros que se quisieron quedar, hubo que ir a buscarlos porque querían morir ahí. Habían jurado que iban a morir y defender la patria. Tuvimos que convencerlos de que lo que más servía era volver a Argentina para prepararse nuevamente y ver de qué forma recuperar nuevamente las Malvinas.
Lo que recuerdo es que fue un dolor inmenso cuando bajaron la bandera argentina. Vemos esa situación y se iza la bandera inglesa. Te explota el pecho con una bronca contenida, que no la podés sacar por ningún lado en ese momento.”
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Una lucha que sigue vigente
Coincidimos con Marcelo en que Malvinas es “un punto genuino de unidad del pueblo argentino, lo que demuestra que cuando hay causas en común, el pueblo argentino se une, porque es muy solidario”. Esto es importante, ya que la ocupación del suelo malvinense es ilegítima.
En el caso de Against, la postura es clarísima y absolutamente parcial. La memoria es una herramienta fundamental. Tal como nos dice Iván Monastirsky (Against), “la causa Malvinas es la causa nacional más troncal de lo que es Argentina, como país, como nación, y de los argentinos como ideal”. No nos olvidemos de que la disputa con el imperio británico viene de hace más de 200 años, con los primeros intentos de invasión. Para Sebastián Radrizzani, la lucha presente está en lograr visibilizar todo lo que intentan callar: “hoy, ante la sociedad, que es bastante negacionista de todo esto, frente a una postura que en realidad está más en el individualismo y cancelar a otra persona por cualquier tipo de cuestión para que este relato no exista. Es importante reivindicar a nuestros próceres y nuestros excombatientes. Es la historia del país, que nos permite entender un poco lo que es el presente y lo que será el futuro, siempre recordando el pasado.”
Cerramos con una reflexión, nuevamente, de Iván: “La causa Malvinas es algo constitutivo de cualquier argentino. A los metaleros nos toca de cerca porque el crecimiento del metal se empieza a dar justo en la época del conflicto Malvinas, más o menos, con V8. El único género musical que realmente tomó la bandera de la causa es el metal pesado argentino. Entonces, uno no puede salir de eso. El mayor exponente, Ricardo Iorio, siempre abanderó al respecto. Como metalero, uno no puede ser ajeno a la tradición de este estilo, todos estamos interpelados por ahí, y gracias a Ricardo, la mayoría entramos en todo lo que es la ‘malvinización’. Estamos en una época donde la presencia británica en la zona de Malvinas es cada vez mayor, sobre todo militarmente. Se está disputando la Antártida, que es más o menos el cincuenta por ciento del territorio argentino, incluyendo las Malvinas, la Antártida y las aguas del sur. No hay futuro argentino sin Malvinas, por todos los recursos que tiene, por la importancia geopolítica y porque se está disputando nada más y nada menos que la Antártida.”
Desde Track to Hell, agradecemos a Iván Monastirsky, Sebastián Radrizzani y Federico Gerván, de Against, por participar aportando sus reflexiones y postura sobre el hecho; a Marcela Scorca, prensa de Icarus Music, por facilitarnos el contacto con Presto Vivace; y, por último, pero no por eso menos importante, a Marcelo Pérez Schneider, por su tiempo para esta nota, por acceder a una entrevista abierta, sin censuras, y por, sobre todo, defender nuestra bandera y nuestra patria. Por los 649 caídos en la guerra y por aquellos veteranos que volvieron, la llama de Malvinas seguirá encendida.
Etiquetas: Against, argentina, especiales, icarus music, Imperio, Islas Malvinas, Malicia, Malvinas, Nepal, Presto Vivace, Tren Loco

“Nací en una Argentina marcada por el vaciamiento y el olvido, donde la guerra de Malvinas fue silenciada mientras se firmaban acuerdos que beneficiaban al enemigo aún ocupante de nuestro territorio. A través de diplomáticos, universidades, medios y otros dispositivos de poder blando, se ha intentado borrar el significado de aquella lucha y sus protagonistas.
Sin embargo, muchos elegimos recordar y reivindicar las proezas de nuestros héroes. La historia de Malvinas no es solo pasado, sino una pieza clave para nuestro futuro. No podemos concebir una Argentina soberana sin sus islas, su Patagonia, su Atlántico Sur y su Antártida. La tarea de nuestra generación es transmitir esta memoria, identificar a quienes debilitan nuestra identidad y seguir dando batalla en todos los frentes. Malvinizar es un deber para fortalecer nuestro país y asegurar que la historia no se pierda en el olvido“. Federico Gervan (Against).
Nuevamente, en otro 2 de abril conmemoramos a los veteranos y caídos en la guerra de Malvinas. El staff de Track To Hell se contactó de manera directa con Marcelo Pérez Schneider, líder de la banda Presto Vivace, excombatiente de Malvinas. Además, contamos con la colaboración de Against, una de las bandas más representativas de la escena local, quienes toman como uno de sus ejes compositivos la reivindicación de los próceres y héroes del país. Mantenemos hoy encendida la llama de una lucha que pareciera interminable, y que a través de la paz, algún momento tendrá el desenlace correcto, al ver izarse nuevamente la bandera argentina en suelo malvinense.
El 2 de abril de 1982 se hizo público algo que llevaba quizás un año gestándose: la bandera argentina flameaba nuevamente en las Islas Malvinas, ocupadas por Gran Bretaña desde el siglo pasado. Inmediatamente, Marcelo Pérez Schneider se presentaba voluntariamente en el cuartel, como nos cuenta él, “motivado porque sabía que la clase que había entrado del ‘63 no había llegado a la formación que tenía, y por un sentimiento patriótico y de pertenencia que era familiar”. Su rol, como apuntador de ametralladora pesada en la unidad de artillería de defensa aérea Teniente General Ricchieri N° 101, era una especialidad en la que no todos habían recibido instrucción.
Así comenzaba su participación en Malvinas. Desde Comodoro Rivadavia a Puerto Argentino, con una sensación de cautela y tensión constante en la isla, sin tener la certeza de si llegarían o no al combate. Esto cambió diametralmente cuando los ingleses hundieron el General Belgrano y bombardearon el aeropuerto aquel primero de mayo. “De ahí nos trasladaron a una península, llamada Camber, de 6 u 8 kilómetros, con las ocho piezas de artillería con las que contábamos. Además, terminamos participando activamente en una defensa de infantería”.
Pese a las condiciones, reducidas a instintos de supervivencia durante meses bajo fuego enemigo, el espíritu se mantenía en alto. Al estar cerca de Puerto Argentino, las cartas iban y venían, y la comunicación con el suelo continental era constante. Internamente y por necesidad, la línea de mando comunicaba también lo necesario. “La carta era una cosa maravillosa. Saber que te habían escrito, que también sabían cómo estabas”, nos cuenta Marcelo
Más tarde que temprano, la tensión en la Península Camber se volvió combate. Durante los últimos dos días, la segunda sección de la unidad a la que Marcelo pertenecía recibió el grueso de la tropa inglesa, bajo ataque de infantería. Mientras estaban sumidos en un cruento combate, a la primera sección (donde Marcelo defendía) le tocaba enfrentar al SAS y al SUB, las fuerzas especiales británicas, conocidas como “boinas rojas”. Así nos contaba lo ocurrido:
“Los últimos días, 13 y 14 de junio, estuvimos combatiendo. Yo estuve al frente, combatiendo con la ametralladora, lo que comúnmente se ve como una persona disparándole a los enemigos. En este famoso combate de Camber, derrotamos a estas fuerzas especiales inglesas. El día de la rendición (14 de junio, a las 7 a. m.), nosotros, siendo las 11 de la mañana, estábamos en nuestros puestos de combate. Nos avisaron tarde que Argentina sí se había rendido. No sé por qué habrán tardado en avisarnos. Pero habíamos visualizado, desde Puerto Argentino, allá a lo lejos, una gran cantidad de tropas, prácticamente todas.
Con el dolor del alma, nos obligaron a ir a Puerto Argentino y dejar nuestros puestos. Había cuadros que se quisieron quedar, hubo que ir a buscarlos porque querían morir ahí. Habían jurado que iban a morir y defender la patria. Tuvimos que convencerlos de que lo que más servía era volver a Argentina para prepararse nuevamente y ver de qué forma recuperar nuevamente las Malvinas.
Lo que recuerdo es que fue un dolor inmenso cuando bajaron la bandera argentina. Vemos esa situación y se iza la bandera inglesa. Te explota el pecho con una bronca contenida, que no la podés sacar por ningún lado en ese momento.”
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Una lucha que sigue vigente
Coincidimos con Marcelo en que Malvinas es “un punto genuino de unidad del pueblo argentino, lo que demuestra que cuando hay causas en común, el pueblo argentino se une, porque es muy solidario”. Esto es importante, ya que la ocupación del suelo malvinense es ilegítima.
En el caso de Against, la postura es clarísima y absolutamente parcial. La memoria es una herramienta fundamental. Tal como nos dice Iván Monastirsky (Against), “la causa Malvinas es la causa nacional más troncal de lo que es Argentina, como país, como nación, y de los argentinos como ideal”. No nos olvidemos de que la disputa con el imperio británico viene de hace más de 200 años, con los primeros intentos de invasión. Para Sebastián Radrizzani, la lucha presente está en lograr visibilizar todo lo que intentan callar: “hoy, ante la sociedad, que es bastante negacionista de todo esto, frente a una postura que en realidad está más en el individualismo y cancelar a otra persona por cualquier tipo de cuestión para que este relato no exista. Es importante reivindicar a nuestros próceres y nuestros excombatientes. Es la historia del país, que nos permite entender un poco lo que es el presente y lo que será el futuro, siempre recordando el pasado.”
Cerramos con una reflexión, nuevamente, de Iván: “La causa Malvinas es algo constitutivo de cualquier argentino. A los metaleros nos toca de cerca porque el crecimiento del metal se empieza a dar justo en la época del conflicto Malvinas, más o menos, con V8. El único género musical que realmente tomó la bandera de la causa es el metal pesado argentino. Entonces, uno no puede salir de eso. El mayor exponente, Ricardo Iorio, siempre abanderó al respecto. Como metalero, uno no puede ser ajeno a la tradición de este estilo, todos estamos interpelados por ahí, y gracias a Ricardo, la mayoría entramos en todo lo que es la ‘malvinización’. Estamos en una época donde la presencia británica en la zona de Malvinas es cada vez mayor, sobre todo militarmente. Se está disputando la Antártida, que es más o menos el cincuenta por ciento del territorio argentino, incluyendo las Malvinas, la Antártida y las aguas del sur. No hay futuro argentino sin Malvinas, por todos los recursos que tiene, por la importancia geopolítica y porque se está disputando nada más y nada menos que la Antártida.”
Desde Track to Hell, agradecemos a Iván Monastirsky, Sebastián Radrizzani y Federico Gerván, de Against, por participar aportando sus reflexiones y postura sobre el hecho; a Marcela Scorca, prensa de Icarus Music, por facilitarnos el contacto con Presto Vivace; y, por último, pero no por eso menos importante, a Marcelo Pérez Schneider, por su tiempo para esta nota, por acceder a una entrevista abierta, sin censuras, y por, sobre todo, defender nuestra bandera y nuestra patria. Por los 649 caídos en la guerra y por aquellos veteranos que volvieron, la llama de Malvinas seguirá encendida.
Etiquetas: Against, argentina, especiales, icarus music, Imperio, Islas Malvinas, Malicia, Malvinas, Nepal, Presto Vivace, Tren Loco