

De tantos brutales tours que están pasando por Europa, y en especial por Copenhagen, este viernes 16 tuvimos el poderoso Slashing Europe Tour, que contaba con los multinacionales Aborted como plato principal y precedidos por Crypta, The Zenith Passage y Organectomy. Un combo de Death Metal en distintas variantes con el objetivo de destruir los oídos de todos los fans.
La primera banda en pisar las tablas fueron los neozelandeses Organectomy, que con un Brutal Death Metal con mucho slam, calentaron el escenario. Una propuesta donde hubo tanto momentos veloces como breakdowns endemoniados que desataron los primeros mosh pits de la noche.
La técnica de los músicos fue algo a destacar, ya que las composiciones intrincadas y cambiantes fueron perfectamente ejecutadas. Especialmente por el baterista Levi Sheehan que, con una perfecta independencia de sus miembros, recorrió todo el drum set coloreando las composiciones. Un detalle que llamó la atención fue que, en vez de tener un bajista, decidieron usar pistas de bajo; detalle que abordaremos más adelante en esta reseña. Otro punto fuerte fue la buena recepción que tuvieron por parte del público que, luego de que la banda anunciara que habían sufrido un robo en el tour, los aplaudió y fue a su stand de merch a comprar algo en forma de ayuda.
Tras unos 20 minutos de receso, los californianos The Zenith Passage subieron al escenario con un Death Metal Técnico también muy bien ejecutado. Este tipo de grupos suele tener músicos muy profesionales y virtuosos pero nuevamente vimos el detalle de que no contaban con un bajista, sino con pistas. Según lo que pudimos averiguar, estos grupos tan pequeños salen de gira con un miembro menos para abaratar costos. Cosa triste pero entendible, ya que parte de estas giras son financiadas por las propias bandas. Volviendo a la presentación, fue muy sólida y bien recibida. Solo contó con un momento extraño donde una de las canciones se tornó más melosa y progresiva, e incluso incluyó una voz limpia que no se entendió y desentonó bastante del resto del set. Dejando de lado ese detalle, fue una gran presentación.
Llegó el turno de la última banda telonera, pero llamativamente la que más fans tenía entre el público: las brasileñas Crypta. La presentación empezó con “Death Arcana” y notables problemas técnicos, en especial por parte de la guitarrista Tainá, quien bromeó diciendo: “Dios no quiere que toque metal hoy, lo siento. Estoy solucionando el problema”. Dicho inconveniente necesitó casi tres canciones para solucionarse, con la ayuda de miembros de las otras bandas. Al alcanzar la solución para el final de “Stronghold“, el recinto entero aplaudió y la guitarrista demostró su felicidad sonriendo y moviendo su cabeza de manera frenética. Así mismo, la respuesta del público mejoró notablemente, iniciando circle pits y coreando el nombre del grupo.
En este tour, ellas presentan a su nueva guitarrista Helena Nagata que, técnicamente, hizo una labor impecable. Le faltó soltura en el escenario, cosa que contrasta mucho con la energía de la vocalista y bajista Fernanda y la ya mencionada guitarrista.
Ya a partir de la cuarta canción, “Outsiders“, hasta el final del concierto, se contó con un audio excelente y un clima de fiesta y alegría, con muchas rondas, sonrisas y mucho headbanging. La propuesta de Crypta, si bien se basa en un Death Metal clásico, suele coquetear con otros géneros como el Thrash o el Black, como en el caso de “Lord of Ruins” y la final “From the Ashes“, que fue seguida por una cálida ovación y un pedido de más canciones, que desafortunadamente no pudo ser concedido.
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Si bien fue una gran presentación, muchos quedamos con un sabor agridulce ya que, si el problema técnico no hubiera sucedido, hubiéramos tenido un show de mayor calidad. Sin embargo, es destacable el profesionalismo de las integrantes que siguieron tocando sin parar, tratando de ignorar este inconveniente y evitando que el show se cayera a pedazos.
Ahora, con la disponibilidad del escenario completo y la gran batería en el fondo descubierta, Aborted salió a escena con “Dreadbringer“, canción que abre su último disco Vaults of Horrors, que presentaban en este tour. La lista siguió a puro poder con “Retrogore” y “Brotherhood of Sleep“, donde ya los mosh pits y crowd surfers tomaron control de la situación. Cabe destacar también el carisma y buena onda del vocalista Sven de Caluwé, único miembro original del grupo, que todo el tiempo hacía bromas con el público e ideaba ideas muy graciosas y ocurrentes para animar el pit. Entre ellas, pidió al público que, en el breakdown de “Infinite Terror“, hiciera el conocido ejercicio de “Jumping Jacks”, donde se salta abriendo las piernas y aplaudiendo.
El sonido fue muy bueno y potente, sobre todo en la batería, donde Kevin Paradis descargó toda su técnica y furia. Cabe aclarar que tuvo muy poco tiempo para aprenderse el set, ya que el baterista oficial de la banda fue echado poco antes de comenzar la gira por un caso de corrupción de menores. Si bien en este caso fue por decisión propia de la banda, tampoco contaron con un bajista, aunque dicha ausencia no fue tan notoria, ya que las canciones estaban trabajadas para que las dos guitarras cubrieran todos los huecos posibles.
Para “From a Tepid Whiff“, llamaron como invitado al vocalista de The Zenith Passage y animaron al público a que levantara gente y la hiciera volar por toda la sala, pedido que no fue correspondido. Sin embargo, el momento con dos vocalistas en escena fue muy destacable.
A partir de este momento, el show decayó bastante en energía, ya que siguieron tres canciones del último trabajo que, recordemos, no fue muy bien recibido. Dicha situación se remedió para el final con la última canción “Hecatomb“, donde el entusiasmo volvió a los niveles de la primera mitad del concierto. Con el público pidiendo una más y los músicos en escena, creímos que evidentemente iba a sonar otra canción, pero en cambio una música electrónica muy feliz tomó los parlantes y el concierto terminó con los integrantes bailando en el escenario y los asistentes también disfrutando el momento.
Se vivió una buena noche de Death Metal en el Pumpehuset de Copenhagen, con buenos shows, pero también dejó la sensación de que faltó un poco más para que la noche pasará a ser memorable. Esto, debido a la falta de bajista en varias agrupaciones y los problemas de sonido de las brasileñas.



De tantos brutales tours que están pasando por Europa, y en especial por Copenhagen, este viernes 16 tuvimos el poderoso Slashing Europe Tour, que contaba con los multinacionales Aborted como plato principal y precedidos por Crypta, The Zenith Passage y Organectomy. Un combo de Death Metal en distintas variantes con el objetivo de destruir los oídos de todos los fans.
La primera banda en pisar las tablas fueron los neozelandeses Organectomy, que con un Brutal Death Metal con mucho slam, calentaron el escenario. Una propuesta donde hubo tanto momentos veloces como breakdowns endemoniados que desataron los primeros mosh pits de la noche.
La técnica de los músicos fue algo a destacar, ya que las composiciones intrincadas y cambiantes fueron perfectamente ejecutadas. Especialmente por el baterista Levi Sheehan que, con una perfecta independencia de sus miembros, recorrió todo el drum set coloreando las composiciones. Un detalle que llamó la atención fue que, en vez de tener un bajista, decidieron usar pistas de bajo; detalle que abordaremos más adelante en esta reseña. Otro punto fuerte fue la buena recepción que tuvieron por parte del público que, luego de que la banda anunciara que habían sufrido un robo en el tour, los aplaudió y fue a su stand de merch a comprar algo en forma de ayuda.
Tras unos 20 minutos de receso, los californianos The Zenith Passage subieron al escenario con un Death Metal Técnico también muy bien ejecutado. Este tipo de grupos suele tener músicos muy profesionales y virtuosos pero nuevamente vimos el detalle de que no contaban con un bajista, sino con pistas. Según lo que pudimos averiguar, estos grupos tan pequeños salen de gira con un miembro menos para abaratar costos. Cosa triste pero entendible, ya que parte de estas giras son financiadas por las propias bandas. Volviendo a la presentación, fue muy sólida y bien recibida. Solo contó con un momento extraño donde una de las canciones se tornó más melosa y progresiva, e incluso incluyó una voz limpia que no se entendió y desentonó bastante del resto del set. Dejando de lado ese detalle, fue una gran presentación.
Llegó el turno de la última banda telonera, pero llamativamente la que más fans tenía entre el público: las brasileñas Crypta. La presentación empezó con “Death Arcana” y notables problemas técnicos, en especial por parte de la guitarrista Tainá, quien bromeó diciendo: “Dios no quiere que toque metal hoy, lo siento. Estoy solucionando el problema”. Dicho inconveniente necesitó casi tres canciones para solucionarse, con la ayuda de miembros de las otras bandas. Al alcanzar la solución para el final de “Stronghold“, el recinto entero aplaudió y la guitarrista demostró su felicidad sonriendo y moviendo su cabeza de manera frenética. Así mismo, la respuesta del público mejoró notablemente, iniciando circle pits y coreando el nombre del grupo.
En este tour, ellas presentan a su nueva guitarrista Helena Nagata que, técnicamente, hizo una labor impecable. Le faltó soltura en el escenario, cosa que contrasta mucho con la energía de la vocalista y bajista Fernanda y la ya mencionada guitarrista.
Ya a partir de la cuarta canción, “Outsiders“, hasta el final del concierto, se contó con un audio excelente y un clima de fiesta y alegría, con muchas rondas, sonrisas y mucho headbanging. La propuesta de Crypta, si bien se basa en un Death Metal clásico, suele coquetear con otros géneros como el Thrash o el Black, como en el caso de “Lord of Ruins” y la final “From the Ashes“, que fue seguida por una cálida ovación y un pedido de más canciones, que desafortunadamente no pudo ser concedido.
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Si bien fue una gran presentación, muchos quedamos con un sabor agridulce ya que, si el problema técnico no hubiera sucedido, hubiéramos tenido un show de mayor calidad. Sin embargo, es destacable el profesionalismo de las integrantes que siguieron tocando sin parar, tratando de ignorar este inconveniente y evitando que el show se cayera a pedazos.
Ahora, con la disponibilidad del escenario completo y la gran batería en el fondo descubierta, Aborted salió a escena con “Dreadbringer“, canción que abre su último disco Vaults of Horrors, que presentaban en este tour. La lista siguió a puro poder con “Retrogore” y “Brotherhood of Sleep“, donde ya los mosh pits y crowd surfers tomaron control de la situación. Cabe destacar también el carisma y buena onda del vocalista Sven de Caluwé, único miembro original del grupo, que todo el tiempo hacía bromas con el público e ideaba ideas muy graciosas y ocurrentes para animar el pit. Entre ellas, pidió al público que, en el breakdown de “Infinite Terror“, hiciera el conocido ejercicio de “Jumping Jacks”, donde se salta abriendo las piernas y aplaudiendo.
El sonido fue muy bueno y potente, sobre todo en la batería, donde Kevin Paradis descargó toda su técnica y furia. Cabe aclarar que tuvo muy poco tiempo para aprenderse el set, ya que el baterista oficial de la banda fue echado poco antes de comenzar la gira por un caso de corrupción de menores. Si bien en este caso fue por decisión propia de la banda, tampoco contaron con un bajista, aunque dicha ausencia no fue tan notoria, ya que las canciones estaban trabajadas para que las dos guitarras cubrieran todos los huecos posibles.
Para “From a Tepid Whiff“, llamaron como invitado al vocalista de The Zenith Passage y animaron al público a que levantara gente y la hiciera volar por toda la sala, pedido que no fue correspondido. Sin embargo, el momento con dos vocalistas en escena fue muy destacable.
A partir de este momento, el show decayó bastante en energía, ya que siguieron tres canciones del último trabajo que, recordemos, no fue muy bien recibido. Dicha situación se remedió para el final con la última canción “Hecatomb“, donde el entusiasmo volvió a los niveles de la primera mitad del concierto. Con el público pidiendo una más y los músicos en escena, creímos que evidentemente iba a sonar otra canción, pero en cambio una música electrónica muy feliz tomó los parlantes y el concierto terminó con los integrantes bailando en el escenario y los asistentes también disfrutando el momento.
Se vivió una buena noche de Death Metal en el Pumpehuset de Copenhagen, con buenos shows, pero también dejó la sensación de que faltó un poco más para que la noche pasará a ser memorable. Esto, debido a la falta de bajista en varias agrupaciones y los problemas de sonido de las brasileñas.
