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Lo acontecido el pasado jueves 1 de diciembre en el imponente Palacio de Vistalegre situado en el barrio de Vista Alegre en Carabanchel (Madrid), evidencia cómo a veces al asistir a ver un grupo como cabeza de cartel, este acaba siendo superado ampliamente por su invitado especial para dicho evento.
Los australianos Airbourne volvían a nuestro país, tras su experiencia junto a los míticos Iron Maiden y Within Temptation en Barcelona el pasado 29 de julio, y lo hacían en una gran plaza como es Vistalegre y acompañados por una de las mejores bandas de la década, como son los suecos Blues Pills, una alianza a priori curiosa, pero que era muy atractiva para el directo.
Cuando se confirmó la presencia de la bellísima Elin Larsson y sus Blues Pills, como invitados de Airbourne, a algunos nos sorprendió ya que su exquisito blues rock poco tiene que ver con el rock and roll macarra y fiestero de los australianos, pero cualquier duda que pudiese haber, se despejó casi al momento, en el que las luces se apagaron y los suecos salieron al escenario.
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Ya la presencia de Elin empezó a arrebatar todas las miradas y más de algún suspiro, cuando los primeros acordes de “Proud Woman”, comenzaron a sonar y es que la rubia cantante desprende una magia única que no entiende de posiciones en un cartel, su espectacular voz sigue sonando hermosa y potente, llenado de melodías todo el recinto madrileño.
La banda, heredera de leyendas como Janis Joplin, Led Zeppelin y Fleetwood Mac, desplegó en 45 un set que se hizo bastante corto (y del cual obviaron canciones de su segundo disco Lady In Gold) pero que fue muy bien ejecutado y celebrado por todos los allí presentes.
Elin acabó por ganarse el corazón de los que no conocían mucho sobre ella y la banda, cuando tras saludar en perfecto castellano al público no dudo en bajarse a canturrear parte del himno “High Class Woman” con las primeras filas que emocionadas se acercaban con los móviles a capturar alguna imagen o vídeo del momento.
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A pesar de que su último disco Holy Molly ya tiene dos años de antigüedad, la banda descargó algunas canciones de este como “Dust” y la impresionante “Bye Bye Birdy” y un poquito antes de despedirse prometieron volver el próximo año con su propia gira y nuevas canciones, vista la respuesta del público estamos convencidos de que más de uno de los que los vio el jueves en Madrid, repetirá la experiencia cuando anuncien su propia fecha en la capital.
Con la clásica “Devil Man”, uno de sus primeros éxitos, la banda se despidió de Madrid, dejando un sabor de boca excelente y proclamándose vencedores a juzgar por lo que vimos unos minutos después.
Airbourne, por su parte venían ya con dos problemas principales, el primero y quizás más grave era el no tener un nuevo disco bajo el brazo, su último esfuerzo Boneshaker, data de 2019, curiosamente un año en el que lo presentaron por varias ciudades y en el que salieron bastante bien parados de todas ellas.
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El segundo problema, era la ubicación en la que se presentaron, que los llevó a alquilar el Palacio de Vistalegre si no tenían un nuevo disco, con nueva escenografía, ni nada nuevo que presentar, esto se notó en que el Palacio se les quedó un poquito grande.
Sea como fuese y bastante puntuales salieron a escena los hermanos O’Keffee con una imponente pared de Marshalls detrás, algo que ya viene siendo habitual en la banda, el telón y no mucho más que unas ganas de rockear duro durante una hora y poquito más.
La banda arrancó con el potente “Ready to Rock” y si, listos estábamos, pero lo que quizás no esperábamos era encontrarnos con lo mismo de siempre, así de claro lo tenemos que decir: el concierto fue un calco de su última gira, sin una sola novedad en el setlist.
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Tras este inicio llegaron la clásica “Too Much, Too Young, Too Fast” y la enérgica “Firepower” y ya empezamos con los clichés de siempre, Joel bajando en hombros a la pista, saludar al público, destrozar una pobre lata de cerveza contra su cabeza en medio del interludio “Girls in Black”, volver al escenario para interpretar “Back In The Game” y así sucesivamente con las siguientes dos piezas, “Boneshaker” y “Burnout The Nitro”, que, siendo justos, pasó sin pena ni gloria.
A partir de este punto, el concierto se tornó cada vez más predecible y no miento si digo que consulté el setlist para ver cuánto iba quedando, porque las jams instrumentales larguísimas y esa manía que tienen de alargar ciertos temas más de la cuenta, en lugar de sumar alguna canción al set, aunque fuese una versión, empezó a causar una sensación de “deja vu” bastante molesta y cansina.
Al menos “Breakin’ Outta Hell”, levantó un poco el asunto, lo mismo que “Stand Up For Rock And Roll”, pero era tan previsible todo que ya el interés se había esfumado casi en su totalidad y estaba allí plantado casi por inercia.
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Con la imprescindible “Livin’ It Up”, acabaron por levantar un poco el show y el himno clásico “Runnin’ Wild”, puso el fin de una fiesta, que, si somos justos, se la llevaron de calle, los suecos Blues Pills, con su clase, elegancia, grandes canciones y una hermosa y carismática cantante como es Elin Larsson.
Los que les pediríamos a Airbourne, ya casi con urgencia, es que, si van a volver pronto a otras ciudades españolas, que lo hagan o bien con canciones nuevas, o con un set algo más arriesgado, porque lo visto esta noche de jueves, ya lo conocemos y lo hemos visto bastante mejor hace tres años en su última gira por España, la de hoy ha sido una fiesta un tanto agridulce y que estoy seguro no recordaré mucho cuando acabe el año.
- Airbourne
- Airbourne
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- Airbourne
- Airbourne
- Airbourne
- Airbourne
- Blues Pills
- Blues Pills
- Blues Pills
- Blues Pills
- Blues Pills
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Lo acontecido el pasado jueves 1 de diciembre en el imponente Palacio de Vistalegre situado en el barrio de Vista Alegre en Carabanchel (Madrid), evidencia cómo a veces al asistir a ver un grupo como cabeza de cartel, este acaba siendo superado ampliamente por su invitado especial para dicho evento.
Los australianos Airbourne volvían a nuestro país, tras su experiencia junto a los míticos Iron Maiden y Within Temptation en Barcelona el pasado 29 de julio, y lo hacían en una gran plaza como es Vistalegre y acompañados por una de las mejores bandas de la década, como son los suecos Blues Pills, una alianza a priori curiosa, pero que era muy atractiva para el directo.
Cuando se confirmó la presencia de la bellísima Elin Larsson y sus Blues Pills, como invitados de Airbourne, a algunos nos sorprendió ya que su exquisito blues rock poco tiene que ver con el rock and roll macarra y fiestero de los australianos, pero cualquier duda que pudiese haber, se despejó casi al momento, en el que las luces se apagaron y los suecos salieron al escenario.
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La banda, heredera de leyendas como Janis Joplin, Led Zeppelin y Fleetwood Mac, desplegó en 45 un set que se hizo bastante corto (y del cual obviaron canciones de su segundo disco Lady In Gold) pero que fue muy bien ejecutado y celebrado por todos los allí presentes.
Elin acabó por ganarse el corazón de los que no conocían mucho sobre ella y la banda, cuando tras saludar en perfecto castellano al público no dudo en bajarse a canturrear parte del himno “High Class Woman” con las primeras filas que emocionadas se acercaban con los móviles a capturar alguna imagen o vídeo del momento.
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A pesar de que su último disco Holy Molly ya tiene dos años de antigüedad, la banda descargó algunas canciones de este como “Dust” y la impresionante “Bye Bye Birdy” y un poquito antes de despedirse prometieron volver el próximo año con su propia gira y nuevas canciones, vista la respuesta del público estamos convencidos de que más de uno de los que los vio el jueves en Madrid, repetirá la experiencia cuando anuncien su propia fecha en la capital.
Con la clásica “Devil Man”, uno de sus primeros éxitos, la banda se despidió de Madrid, dejando un sabor de boca excelente y proclamándose vencedores a juzgar por lo que vimos unos minutos después.
Airbourne, por su parte venían ya con dos problemas principales, el primero y quizás más grave era el no tener un nuevo disco bajo el brazo, su último esfuerzo Boneshaker, data de 2019, curiosamente un año en el que lo presentaron por varias ciudades y en el que salieron bastante bien parados de todas ellas.
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Sea como fuese y bastante puntuales salieron a escena los hermanos O’Keffee con una imponente pared de Marshalls detrás, algo que ya viene siendo habitual en la banda, el telón y no mucho más que unas ganas de rockear duro durante una hora y poquito más.
La banda arrancó con el potente “Ready to Rock” y si, listos estábamos, pero lo que quizás no esperábamos era encontrarnos con lo mismo de siempre, así de claro lo tenemos que decir: el concierto fue un calco de su última gira, sin una sola novedad en el setlist.
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Tras este inicio llegaron la clásica “Too Much, Too Young, Too Fast” y la enérgica “Firepower” y ya empezamos con los clichés de siempre, Joel bajando en hombros a la pista, saludar al público, destrozar una pobre lata de cerveza contra su cabeza en medio del interludio “Girls in Black”, volver al escenario para interpretar “Back In The Game” y así sucesivamente con las siguientes dos piezas, “Boneshaker” y “Burnout The Nitro”, que, siendo justos, pasó sin pena ni gloria.
A partir de este punto, el concierto se tornó cada vez más predecible y no miento si digo que consulté el setlist para ver cuánto iba quedando, porque las jams instrumentales larguísimas y esa manía que tienen de alargar ciertos temas más de la cuenta, en lugar de sumar alguna canción al set, aunque fuese una versión, empezó a causar una sensación de “deja vu” bastante molesta y cansina.
Al menos “Breakin’ Outta Hell”, levantó un poco el asunto, lo mismo que “Stand Up For Rock And Roll”, pero era tan previsible todo que ya el interés se había esfumado casi en su totalidad y estaba allí plantado casi por inercia.
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Con la imprescindible “Livin’ It Up”, acabaron por levantar un poco el show y el himno clásico “Runnin’ Wild”, puso el fin de una fiesta, que, si somos justos, se la llevaron de calle, los suecos Blues Pills, con su clase, elegancia, grandes canciones y una hermosa y carismática cantante como es Elin Larsson.
Los que les pediríamos a Airbourne, ya casi con urgencia, es que, si van a volver pronto a otras ciudades españolas, que lo hagan o bien con canciones nuevas, o con un set algo más arriesgado, porque lo visto esta noche de jueves, ya lo conocemos y lo hemos visto bastante mejor hace tres años en su última gira por España, la de hoy ha sido una fiesta un tanto agridulce y que estoy seguro no recordaré mucho cuando acabe el año.
- Airbourne
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