A pesar de la cantidad de eventos y la proximidad entre ellos, los norteamericanos Alter Bridge volvían a la ciudad condal para presentar su último disco Pawns & Kings y lo hacían muy bien acompañados por Halestorm, reviviendo aquella mágica gira de 2013 juntos y por el combo que lidera Wolfgang Van Halen, conocido por su labor en el proyecto de Mark Tremonti y por su apellido, evidentemente.
A juzgar por la infinita cola que rodeaba la sala Razzmatazz, había muchas ganas de volver a Myles Kennedy y compañía, así como a Lzzy Hale y los suyos ya que son ambas, de esas bandas que pueden gustar a diferente tipo de público, tanto a cuarentones que vivieron en primera persona el fenómeno de Metallica, Pantera, Whitesnake o Skid Row, como a gente mucho más joven que tiene en Lzzy y Myles modelos a seguir dentro del rock y lo cierto es que ambos lo son.
Con la puntualidad que caracteriza a estos eventos internacionales, salieron a escena Mammoth VH, y como intuía en el disco, la banda es como un barrilete, puede volar muy alto, pero no se puede comparar ni de lejos con un avión de verdad.
Los chicos, sonaron bien, Wolfgang tiene presencia escénica, ya nos jodería no tenerla siendo hijo del mítico e insuperable EVH, del cual heredo sus guitarras, pero y quizás como ocurre con otros compañeros de profesión, suenan bien, conectaron con el público que iba llenando la pista de la Razz, pero muy pocos se iban a acordar de ellos cuando los siguientes invitados salieran a tocar.
Podemos destacar canciones como “Distance” y “Epiphany”, pero lo dicho, por muy bien que hayan podido sonar, lo suyo fue una anécdota, muy buena sí, pero anécdota.
Todo lo contario ocurría con la actuación de Halestorm y es que con los años Lzzy Hale y los suyos se han convertido en una de las mejores bandas de hard rock del mundo y su directo siempre mejora lo ofrecido en el disco, sea en una gira como reclamo principal, así como en esta ocasión en donde su papel era el de invitados de lujo (mucho lujo, si me preguntan).
Sabes que la banda te gana la partida antes de siquiera empezar cuando Lzzy , hace su entrada triunfal y con su sola presencia puede hacer estremecer a todos los que allí nos dábamos cita, desplegando belleza ataviada con su guitarra fender colgada y una gran sonrisa, Halestorm con su arsenal de hits, se proclamarían vencedores de esta gran cita en los 45 minutos siguientes.
A pesar de su aguerrido comienzo con “The Steeple”, perteneciente a su último disco “Back From The Dead”, la sala explotó aún más cuando los primeros acordes de la mítica “Love Bites (So Do I)” comenzaron a sonar y el bestia (en el mejor sentido de la palabra) de Arejay Hale le empezaba a pegar a su batería para dar comienzo a uno de los mejores temas de la banda en toda su carrera.
La banda hizo un repaso bastante completo a su último disco, pudimos contar hasta cinco piezas de este y no se olvidó de lo que muchos queríamos escuchar en esta fría tarde de noviembre, los clásicos y de ellos al no tener mucho tiempo sonaron “I Get Off”, otra pieza básica y fundamental de la banda de Philadelphia, la melancólica “Familiar Taste Of Poison” y ese final de infarto con “I Miss The Misery”, con la que se despidieron a pesar de que se nos hizo cortísimo el set y nos quedamos con ganas de más.
La energía de Lzzy, el muy buen papal de John y Josh y la impecable labor de Arejay, sumado a los “Hits” que tienen y la buena puesta en escena a nivel visual, hacen de Halestorm uno de los mejores grupos de rock de la última década y esta tarde/noche en Barcelona, lo volvieron a demostrar una vez más y si somos honestos, ojalá tarden lo menos posible en volver y si puede ser como cabezas de cartel, porque hoy por hoy Halestorm ya deben encabezar sus propias giras incluso en nuestro país.
Con Alter Bridge, me pasa que tengo la ligera sensación de que la banda vive una especie de acomodamiento sonoro a nivel de estudio, pero que siempre que voy a verlos, vuelvo con una gran sonrisa a casa, sabiendo que hice bien en asistir a su contundente directo y esta noche no iba a ser la excepción.
Pero empecemos por una serie de puntos claves por si no has visto nunca a AB en directo, lo primero y principal es que ellos nunca van a ser Kiss, Alice Cooper o Rammstein ni lo pretenden, son cuatro tipos con vaqueros y camisetas negras, tocando 90 minutos y aun así con la capacidad para convencerte de que su directo es más que interesante.
Lo siguiente que hay que apuntar es que si somos justos, virtuosos en la banda hay dos personas y las otras dos cumplen muy bien su papel en esta, evidentemente en el primer dúo entrarían Myles Kennedy, quizás el mejor cantante de rock de la década y además un gran guitarrista que ha ido perfeccionando la técnica (la diferencia entre la primera gira y la última es abismal a nivel instrumental) hasta consolidarse como un ejecutante más sólido con su instrumento y evidentemente Mark Tremonti, alguien que te pone los pelos de punta cada vez que ejecuta un solo con sus seis cuerdas y que al revés que su compañero, se ha posicionado como un cantante más que bueno con el correr de los años.
Por el otro lado el bajista Brian Marshall y el batería Scott Phillips, con un perfil más bajo, pero con mucha calidad se complementan a la perfección con sus compañeros, como hacían en los días de la archi famosa (y odiada) Creed.
Y para finalizar, la banda no hace alarde ni de innovación ni de experimentación, su discografía no entiende de eso, pero si de un gran número de temazos y justamente esto, es lo que nos ofrecieron en Barcelona, una vez más.
Con todo esto ya apuntado, es justo decir que esta visita de AB a la ciudad condal, ¿ha sido la mejor desde hace casi una década?, pues seguramente si y os voy a contar por qué.
Básicamente, porque el setlist ha sido mucho mejor que el de su visita previa y la puesta en escena sobre todo a nivel de luces fue mucho más efectiva que en la anterior gira por nuestro país.
En este caso, al venir presentando un disco (“Pawns And Kings”) mucho mejor que el más mediocre y prescindible “Walk the Sky”, los temas nuevos fueron mucho mejor recibidos que los de aquel disco y en lugar de restar, sumaron algunos puntos al resultado final del concierto.
Pero evidentemente son los clásicos los que (y como pasó con Halestorm) siguen enamorando a los fans y subiendo el nivel en directo para deleite de los presentes.
Desde el espectacular binomio conformado por “Addicted to Pain” y “Before Tomorrow Comes”, la hermosa y clásica “Broken Wings”, las dos celebradas “Rise Today” y la épica “Blackbird”, hicieron las delicias del respetable.
Añadir que el solo de Blackbird, si en audio ya te pone los pelos de punta, en directo puede hacer que incluso te emociones ante la grandeza de este.
Mark Tremonti demostró su poderío vocal en “Burn It Down” y la escalofriante “In Loving Memory” consiguió emocionar hasta la última persona que estaba en la sala, por mucho que pasen los años, esta es una de las mejores piezas de su carrera y la delicadeza con que es interpretada está al nivel de muy pocos.
Quizás la sorpresa vino al final del concierto, cuando los primeros acordes de la mítica “Open Your Eyes”, el primer gran single de la banda, extraído de su debut “One Day Remains”, que hoy parece tan lejano en el tiempo, pero que para muchos es uno de los mejores cuatro trabajos de la banda estadounidense.
Sinceramente no esperaba ver esta pieza tan abajo en el setlist y es más tenía cierto temor de no poder escucharla, así que fue una gozada poder volver a escuchar la canción que me hizo conocer a la banda más de 15 años atrás.
A pesar de no haber podido reunir (o arriesgarse a no llenar) tanta gente como para cubrir el espacio del espacio del Sant Jordi Club, lo cierto es que los que estuvimos en la Sala Razzmatazz, fuimos testigos de uno de los mejores conciertos realizados por AB en Barcelona sin lugar a duda y que demuestra que la banda sigue recorriendo el camino correcto para afianzarse como una de las mejores bandas de rock alternativo del siglo XXI y no podemos estar más felices por ellos.
A pesar de la cantidad de eventos y la proximidad entre ellos, los norteamericanos Alter Bridge volvían a la ciudad condal para presentar su último disco Pawns & Kings y lo hacían muy bien acompañados por Halestorm, reviviendo aquella mágica gira de 2013 juntos y por el combo que lidera Wolfgang Van Halen, conocido por su labor en el proyecto de Mark Tremonti y por su apellido, evidentemente.
A juzgar por la infinita cola que rodeaba la sala Razzmatazz, había muchas ganas de volver a Myles Kennedy y compañía, así como a Lzzy Hale y los suyos ya que son ambas, de esas bandas que pueden gustar a diferente tipo de público, tanto a cuarentones que vivieron en primera persona el fenómeno de Metallica, Pantera, Whitesnake o Skid Row, como a gente mucho más joven que tiene en Lzzy y Myles modelos a seguir dentro del rock y lo cierto es que ambos lo son.
Con la puntualidad que caracteriza a estos eventos internacionales, salieron a escena Mammoth VH, y como intuía en el disco, la banda es como un barrilete, puede volar muy alto, pero no se puede comparar ni de lejos con un avión de verdad.
Los chicos, sonaron bien, Wolfgang tiene presencia escénica, ya nos jodería no tenerla siendo hijo del mítico e insuperable EVH, del cual heredo sus guitarras, pero y quizás como ocurre con otros compañeros de profesión, suenan bien, conectaron con el público que iba llenando la pista de la Razz, pero muy pocos se iban a acordar de ellos cuando los siguientes invitados salieran a tocar.
Podemos destacar canciones como “Distance” y “Epiphany”, pero lo dicho, por muy bien que hayan podido sonar, lo suyo fue una anécdota, muy buena sí, pero anécdota.
Todo lo contario ocurría con la actuación de Halestorm y es que con los años Lzzy Hale y los suyos se han convertido en una de las mejores bandas de hard rock del mundo y su directo siempre mejora lo ofrecido en el disco, sea en una gira como reclamo principal, así como en esta ocasión en donde su papel era el de invitados de lujo (mucho lujo, si me preguntan).
Sabes que la banda te gana la partida antes de siquiera empezar cuando Lzzy , hace su entrada triunfal y con su sola presencia puede hacer estremecer a todos los que allí nos dábamos cita, desplegando belleza ataviada con su guitarra fender colgada y una gran sonrisa, Halestorm con su arsenal de hits, se proclamarían vencedores de esta gran cita en los 45 minutos siguientes.
A pesar de su aguerrido comienzo con “The Steeple”, perteneciente a su último disco “Back From The Dead”, la sala explotó aún más cuando los primeros acordes de la mítica “Love Bites (So Do I)” comenzaron a sonar y el bestia (en el mejor sentido de la palabra) de Arejay Hale le empezaba a pegar a su batería para dar comienzo a uno de los mejores temas de la banda en toda su carrera.
La banda hizo un repaso bastante completo a su último disco, pudimos contar hasta cinco piezas de este y no se olvidó de lo que muchos queríamos escuchar en esta fría tarde de noviembre, los clásicos y de ellos al no tener mucho tiempo sonaron “I Get Off”, otra pieza básica y fundamental de la banda de Philadelphia, la melancólica “Familiar Taste Of Poison” y ese final de infarto con “I Miss The Misery”, con la que se despidieron a pesar de que se nos hizo cortísimo el set y nos quedamos con ganas de más.
La energía de Lzzy, el muy buen papal de John y Josh y la impecable labor de Arejay, sumado a los “Hits” que tienen y la buena puesta en escena a nivel visual, hacen de Halestorm uno de los mejores grupos de rock de la última década y esta tarde/noche en Barcelona, lo volvieron a demostrar una vez más y si somos honestos, ojalá tarden lo menos posible en volver y si puede ser como cabezas de cartel, porque hoy por hoy Halestorm ya deben encabezar sus propias giras incluso en nuestro país.
Con Alter Bridge, me pasa que tengo la ligera sensación de que la banda vive una especie de acomodamiento sonoro a nivel de estudio, pero que siempre que voy a verlos, vuelvo con una gran sonrisa a casa, sabiendo que hice bien en asistir a su contundente directo y esta noche no iba a ser la excepción.
Pero empecemos por una serie de puntos claves por si no has visto nunca a AB en directo, lo primero y principal es que ellos nunca van a ser Kiss, Alice Cooper o Rammstein ni lo pretenden, son cuatro tipos con vaqueros y camisetas negras, tocando 90 minutos y aun así con la capacidad para convencerte de que su directo es más que interesante.
Lo siguiente que hay que apuntar es que si somos justos, virtuosos en la banda hay dos personas y las otras dos cumplen muy bien su papel en esta, evidentemente en el primer dúo entrarían Myles Kennedy, quizás el mejor cantante de rock de la década y además un gran guitarrista que ha ido perfeccionando la técnica (la diferencia entre la primera gira y la última es abismal a nivel instrumental) hasta consolidarse como un ejecutante más sólido con su instrumento y evidentemente Mark Tremonti, alguien que te pone los pelos de punta cada vez que ejecuta un solo con sus seis cuerdas y que al revés que su compañero, se ha posicionado como un cantante más que bueno con el correr de los años.
Por el otro lado el bajista Brian Marshall y el batería Scott Phillips, con un perfil más bajo, pero con mucha calidad se complementan a la perfección con sus compañeros, como hacían en los días de la archi famosa (y odiada) Creed.
Y para finalizar, la banda no hace alarde ni de innovación ni de experimentación, su discografía no entiende de eso, pero si de un gran número de temazos y justamente esto, es lo que nos ofrecieron en Barcelona, una vez más.
Con todo esto ya apuntado, es justo decir que esta visita de AB a la ciudad condal, ¿ha sido la mejor desde hace casi una década?, pues seguramente si y os voy a contar por qué.
Básicamente, porque el setlist ha sido mucho mejor que el de su visita previa y la puesta en escena sobre todo a nivel de luces fue mucho más efectiva que en la anterior gira por nuestro país.
En este caso, al venir presentando un disco (“Pawns And Kings”) mucho mejor que el más mediocre y prescindible “Walk the Sky”, los temas nuevos fueron mucho mejor recibidos que los de aquel disco y en lugar de restar, sumaron algunos puntos al resultado final del concierto.
Pero evidentemente son los clásicos los que (y como pasó con Halestorm) siguen enamorando a los fans y subiendo el nivel en directo para deleite de los presentes.
Desde el espectacular binomio conformado por “Addicted to Pain” y “Before Tomorrow Comes”, la hermosa y clásica “Broken Wings”, las dos celebradas “Rise Today” y la épica “Blackbird”, hicieron las delicias del respetable.
Añadir que el solo de Blackbird, si en audio ya te pone los pelos de punta, en directo puede hacer que incluso te emociones ante la grandeza de este.
Mark Tremonti demostró su poderío vocal en “Burn It Down” y la escalofriante “In Loving Memory” consiguió emocionar hasta la última persona que estaba en la sala, por mucho que pasen los años, esta es una de las mejores piezas de su carrera y la delicadeza con que es interpretada está al nivel de muy pocos.
Quizás la sorpresa vino al final del concierto, cuando los primeros acordes de la mítica “Open Your Eyes”, el primer gran single de la banda, extraído de su debut “One Day Remains”, que hoy parece tan lejano en el tiempo, pero que para muchos es uno de los mejores cuatro trabajos de la banda estadounidense.
Sinceramente no esperaba ver esta pieza tan abajo en el setlist y es más tenía cierto temor de no poder escucharla, así que fue una gozada poder volver a escuchar la canción que me hizo conocer a la banda más de 15 años atrás.
A pesar de no haber podido reunir (o arriesgarse a no llenar) tanta gente como para cubrir el espacio del espacio del Sant Jordi Club, lo cierto es que los que estuvimos en la Sala Razzmatazz, fuimos testigos de uno de los mejores conciertos realizados por AB en Barcelona sin lugar a duda y que demuestra que la banda sigue recorriendo el camino correcto para afianzarse como una de las mejores bandas de rock alternativo del siglo XXI y no podemos estar más felices por ellos.