

Sarin es un grupo que acaba de editar un muy buen disco, You Can’t Go Back, lanzado por Prosthetic Records. Tuvimos la posibilidad de entrevistar a Andrew Salmon, su bajista y abordar cuestiones sumamente interesantes acerca de la banda, el álbum, los videoclips, la escena musical canadiense y las consecuencias de la pandemia.
Antes que nada, quería agradecerte, Andrew, por brindar esta entrevista a Head-banger.com.
– Estamos frente a su primer álbum editado por Prosthetic Records, pero ya tienen bastante material publicado. ¿Cómo presentarías a Sarin a la gente que todavía no los escuchó? ¿Considerás que hubo algún cambio importante en el sonido que lograron para su nuevo trabajo?
AS: Lo primero que algunas personas podrán notar, desde la perspectiva sonora, es que quitamos los sintetizadores y los recursos de electrónica para volver a un sonido más despojado, más crudo. Mantenemos el espíritu experimental cuando sentimos que la canción así lo requiere, pero se materializa de una manera distinta, ya sea mediante elementos más aleatorios, o variando la estructura en la composición. Creemos que dimos unos buenos pasos en definir nuestro sonido con este disco.
– ¿Qué nos podés comentar acerca del proceso creativo detrás de “You Can’t Go Back”? ¿Se vio afectado de alguna manera por la pandemia?
AS: El proceso de composición probablemente haya sido el más fácil para nosotros hasta la fecha. La música fue escrita por Dave (vocalista y guitarrista) en un momento en el que estaba atravesando una ruptura complicada, y logró capturar algo de esa polaridad emocional con la que todos podemos relacionarnos. Hay bajones profundos causados por el sufrimiento, enojo, confusión y sentimiento de pérdida, pero también picos de euforia dados por el impacto positivo de la reflexión acerca de uno mismo, el cambio de perspectiva y, en definitiva, la transformación. Creo que ese es el aspecto que termina sobresaliendo, y se manifiesta triunfante hacia el final con “Leave Your Body”.
En cuanto a lo que es el Metal, puede que haya una exploración de estados anímicos un tanto más notable que lo usual dentro del género, más espacio para lo contemplativo, incluso hermoso por momentos, y me encanta como quedó.
Hablando de la pandemia, en lo único que nos afectó fue en la fecha de lanzamiento. Ya habíamos acordado con Prosthetic varios meses antes de que el COVID empezara a cerrar todo, y pienso que todos tratamos de dar lo mejor para posponer el lanzamiento con la idea de que demorarlo podría permitir -eventualmente- la correspondiente gira promocional. Eso obviamente no va a suceder, pero no podíamos seguir reteniendo el material por más tiempo.
– También leí que tuvieron algunos cambios de formación. ¿Te parece que influyeron sobre el sonido del grupo?
AS: Justamente yo entré en enero de 2019. Como te decía, no tuve mucho que ver en la escritura de la música, es más, me incorporé cuando la grabación estaba terminada y el disco iba a ser mezclado. Como podrás imaginarte, mi contribución al álbum fue muy sutil. No obstante, ya empezamos a componer para el próximo disco y creo que en lo nuevo estará mi marca, así que estoy ansioso por ver cómo mi participación afecta la evolución del sonido. Pero como te decía antes, la diferencia más evidente en este disco en comparación con los anteriores pasa por el abandono de los sintetizadores y la electrónica. Opino que es un paso, un capítulo que recordaremos como un avance en la búsqueda de nuestra propia identidad.
– ¿Qué nos podés decir sobre las letras? ¿Cuáles son las temáticas que abordan y por qué?
AS: La verdad es que las partes cantadas son bastante escasas en el disco, y la voz se usa como un instrumento más, como la batería, la guitarra limpia, etc. Suma un efecto deseado, pero la música no se apoya en el hecho de que la voz provea una narrativa, no completamente, al menos. Dos de los seis temas son instrumentales y “When You Melt”, que dura ocho minutos, tiene letra en los últimos veinte segundos. Cuando aparece el canto, es para reforzar el concepto transversal a todo el álbum que es la auto-transformación luego de un evento difícil. La temática principal gira en torno a la ruptura y el cambio personal que conlleva, aunque creo que eso remite también a cualquier tipo de experiencia que derive en un mayor autoconocimiento.
– Las categorías Doom/Sludge/Post Metal vienen a mi mente cuando escucho Sarin pero también encuentro elementos que hacen que su música sea más dinámica, trascendiendo los límites de esos estilos para incursionar en el Rock en el sentido más amplio. Sé que Soundgarden y Radiohead están entre sus influencias, por ejemplo, pero también percibo componentes industriales. ¿Cuáles son sus principales referencias como banda?
AS: Definitivamente acertaste algunas de ellas. Tal vez haya ciertas comparaciones más directas que puedan hacerse con bandas de Post/Sludge/Doom como Russian Circles, Sumac y Pallbearer, sólo por nombrar algunas. Para mí, si bien no podés notar mi influencia en el disco, yo me muevo más dentro del campo del Punk y el Post Hardcore. Bandas como Thrice, Refused, Rancid, NOFX, Suicidal Tendencies, ese tipo de grupos. De hecho, no estaba buscando específicamente una banda de Metal cuando me uní a Sarin, pero cuando oí que ellos habían tocado con Poison the Well, ahí se cerró el trato. Creo que cuando estamos tocando nuevo material, la influencia Post Hardcore emerge un poco más, así que quizás puedan esperarse algunas líneas de bajo en esa veta para el próximo disco… Veremos…
– El videoclip de “Reckoner” es impresionante. El de “Thick Mire” también está muy bueno, pero se encuadra más dentro del estilo esperable de Chariot of Black Moth, que tiene ciertos patrones estéticos. ¿Qué nos podés contar sobre los mismos, en especial el de “Reckoner”?
AS: El video de “Thick Mire” fue más fácil porque nos encanta el trabajo de Chariot y su proceso creativo. No tuvimos más que dejar al artista hacer su arte. Solamente le dijimos “la canción se llama ‘Thick Mire’, sería bueno incorporar imaginería viscosa, tipo lava…” Y eso fue suficiente para que creara algo oscuro e increíble, como sabíamos que haría. No le dimos ninguna anotación de vuelta cuando nos presentó su primera versión: era perfecta.
Para “Reckoner” estuvimos mucho más involucrados en el proceso creativo. Trabajamos con Gabriel Masewich, y lo elegimos porque su estética y sus habilidades para la animación nos abrían un mundo de posibilidades al que queríamos acceder. En contraste con Chariot, teníamos la intención de que hubiera una narrativa coherente con el concepto fundamental del disco. El video comienza en entornos salvajes, oscuros y ominosos, gradualmente ingresando en paisajes urbanos, más presentes en la sección lenta de la canción. La imaginería en esa parte sigue siendo fría, inmutable, carente de vida. Cuando el video va llegando al final, la animación del vidrio rompiéndose y las rocas explotando revelan un portal que transporta a un mundo natural, brillante, lleno de energía y vida. La metáfora que buscamos es que todos gravitamos hacia la ciudad, creyendo que allí está toda la acción y es donde todo sucede, pero todos conocemos ese espacio en la naturaleza que nos brinda paz, tranquilidad, vitalidad, y allí queremos finalmente regresar como sujetos. La canción y el video expresan esa cuestión de la autorrealización, y estamos contentos con los resultados.
– Ustedes son una banda canadiense, como Vile Creature y Sumac, en los que me voy a enfocar porque también tensionan los límites de las categorías musicales que mencionamos previamente. Pero bien sabemos que hay otras bandas canadienses históricas dentro de otros estilos, como Voivod o Gorguts, y tengo la impresión de que existe cierta tendencia hacia la experimentación, a animarse a crear más allá de lo convencional. ¿Opinás que hay algo idiosincrático o cultural en eso?
AS: Es una pregunta interesante. Acá hay mucho talento, pero no estoy seguro acerca de cuáles podrían ser los rasgos musicales que serían pasibles de caracterizarse como canadienses. Hay una frase chistosa que proclama “nada en Canadá es verdaderamente canadiense.” Somos un crisol de muchas culturas distintas que son originarias de varios países distintos. Me parece que la experimentación viene de que eso es un reflejo también de tantas influencias distintas, y en nuestro caso, un proceso de composición realmente democrático hace que surja algo único.
– ¿Cuál es la situación de la escena underground en Canadá? ¿Pensás que existen características propias que la distinguen de las de otros lugares?
AS: Definitivamente creo que hay mucha pasión por el Metal en Canadá. Si una banda sale de gira acá, tiene que tener claro que tendrá miles de kilómetros que recorrer, así que más vale prepararse y estar seguros de que puedan manejar eso. Somos el segundo país más grande del mundo y con una densidad poblacional muy baja, lo cual hace que las distancias entre ciudades sean enormes. Lo bueno es que podés cubrir el mercado canadiense mucho más rápido que el de Estados Unidos, aunque estaríamos felices de repartirnos entre ambos países, al momento de salir de gira.
– “You Can’t Go Back” tiene que ver con la reflexión sobre el cambio como una fuerza incontrolable. Está claro que las cosas están yendo bien para ustedes, pero seguramente están al tanto de que mucha gente en la industria musical está aterrada con la posibilidad de que algunas cosas ya no vuelvan a ser como antes. ¿Cuál es tu perspectiva sobre el impacto de la pandemia en ese sentido?
AS: Entiendo que los músicos hicieron un gran esfuerzo por tratar de adaptarse a la situación de la pandemia, ya sea mediante el live streaming, la grabación en estudios caseros, o lo que sea. Muchos artistas ya lo venían haciendo desde antes, pero las circunstancias llevaron a muchos más a hacerlo.
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Habiendo dicho eso, me conmueve la lucha de tanta gente en esta época, sobre todo la que trabaja en el negocio de los conciertos. Dueños de locales en la quiebra, productoras que no tienen eventos que producir, agencias de giras que no tienen clientes, es terrible. Me preocupa mucho lo que vamos a ver una vez que todas las restricciones se levanten en todas partes. ¿Cuántos locales para tocar van a quedar? ¿Cuánta gente va a seguir concurriendo a conciertos en los que sabe que habrá concentración de gente? Espero que esta pandemia aumente el hambre por ir a recitales, pero ojalá no alcancemos el punto de morir de inanición.
– ¿Hay algo que te gustaría decirle a la gente en América Latina y España?
AS: ¡Sí! Si están leyendo esto, me siento súper honrado y alagado de que hayan llegado hasta el final de la entrevista, y estoy agradecido de que hayas prestado el oído a nuestra música. A quienes les guste y quieran estar atentos a lo que se viene, conéctense con nosotros a través de las redes sociales. Estamos teniendo bastante actividad en las mismas mientras dure esta pandemia, que esperamos termine pronto y podamos volver a tocar en vivo. ¡Gracias!.


Sarin es un grupo que acaba de editar un muy buen disco, You Can’t Go Back, lanzado por Prosthetic Records. Tuvimos la posibilidad de entrevistar a Andrew Salmon, su bajista y abordar cuestiones sumamente interesantes acerca de la banda, el álbum, los videoclips, la escena musical canadiense y las consecuencias de la pandemia.
Antes que nada, quería agradecerte, Andrew, por brindar esta entrevista a Head-banger.com.
– Estamos frente a su primer álbum editado por Prosthetic Records, pero ya tienen bastante material publicado. ¿Cómo presentarías a Sarin a la gente que todavía no los escuchó? ¿Considerás que hubo algún cambio importante en el sonido que lograron para su nuevo trabajo?
AS: Lo primero que algunas personas podrán notar, desde la perspectiva sonora, es que quitamos los sintetizadores y los recursos de electrónica para volver a un sonido más despojado, más crudo. Mantenemos el espíritu experimental cuando sentimos que la canción así lo requiere, pero se materializa de una manera distinta, ya sea mediante elementos más aleatorios, o variando la estructura en la composición. Creemos que dimos unos buenos pasos en definir nuestro sonido con este disco.
– ¿Qué nos podés comentar acerca del proceso creativo detrás de “You Can’t Go Back”? ¿Se vio afectado de alguna manera por la pandemia?
AS: El proceso de composición probablemente haya sido el más fácil para nosotros hasta la fecha. La música fue escrita por Dave (vocalista y guitarrista) en un momento en el que estaba atravesando una ruptura complicada, y logró capturar algo de esa polaridad emocional con la que todos podemos relacionarnos. Hay bajones profundos causados por el sufrimiento, enojo, confusión y sentimiento de pérdida, pero también picos de euforia dados por el impacto positivo de la reflexión acerca de uno mismo, el cambio de perspectiva y, en definitiva, la transformación. Creo que ese es el aspecto que termina sobresaliendo, y se manifiesta triunfante hacia el final con “Leave Your Body”.
En cuanto a lo que es el Metal, puede que haya una exploración de estados anímicos un tanto más notable que lo usual dentro del género, más espacio para lo contemplativo, incluso hermoso por momentos, y me encanta como quedó.
Hablando de la pandemia, en lo único que nos afectó fue en la fecha de lanzamiento. Ya habíamos acordado con Prosthetic varios meses antes de que el COVID empezara a cerrar todo, y pienso que todos tratamos de dar lo mejor para posponer el lanzamiento con la idea de que demorarlo podría permitir -eventualmente- la correspondiente gira promocional. Eso obviamente no va a suceder, pero no podíamos seguir reteniendo el material por más tiempo.
– También leí que tuvieron algunos cambios de formación. ¿Te parece que influyeron sobre el sonido del grupo?
AS: Justamente yo entré en enero de 2019. Como te decía, no tuve mucho que ver en la escritura de la música, es más, me incorporé cuando la grabación estaba terminada y el disco iba a ser mezclado. Como podrás imaginarte, mi contribución al álbum fue muy sutil. No obstante, ya empezamos a componer para el próximo disco y creo que en lo nuevo estará mi marca, así que estoy ansioso por ver cómo mi participación afecta la evolución del sonido. Pero como te decía antes, la diferencia más evidente en este disco en comparación con los anteriores pasa por el abandono de los sintetizadores y la electrónica. Opino que es un paso, un capítulo que recordaremos como un avance en la búsqueda de nuestra propia identidad.
– ¿Qué nos podés decir sobre las letras? ¿Cuáles son las temáticas que abordan y por qué?
AS: La verdad es que las partes cantadas son bastante escasas en el disco, y la voz se usa como un instrumento más, como la batería, la guitarra limpia, etc. Suma un efecto deseado, pero la música no se apoya en el hecho de que la voz provea una narrativa, no completamente, al menos. Dos de los seis temas son instrumentales y “When You Melt”, que dura ocho minutos, tiene letra en los últimos veinte segundos. Cuando aparece el canto, es para reforzar el concepto transversal a todo el álbum que es la auto-transformación luego de un evento difícil. La temática principal gira en torno a la ruptura y el cambio personal que conlleva, aunque creo que eso remite también a cualquier tipo de experiencia que derive en un mayor autoconocimiento.
– Las categorías Doom/Sludge/Post Metal vienen a mi mente cuando escucho Sarin pero también encuentro elementos que hacen que su música sea más dinámica, trascendiendo los límites de esos estilos para incursionar en el Rock en el sentido más amplio. Sé que Soundgarden y Radiohead están entre sus influencias, por ejemplo, pero también percibo componentes industriales. ¿Cuáles son sus principales referencias como banda?
AS: Definitivamente acertaste algunas de ellas. Tal vez haya ciertas comparaciones más directas que puedan hacerse con bandas de Post/Sludge/Doom como Russian Circles, Sumac y Pallbearer, sólo por nombrar algunas. Para mí, si bien no podés notar mi influencia en el disco, yo me muevo más dentro del campo del Punk y el Post Hardcore. Bandas como Thrice, Refused, Rancid, NOFX, Suicidal Tendencies, ese tipo de grupos. De hecho, no estaba buscando específicamente una banda de Metal cuando me uní a Sarin, pero cuando oí que ellos habían tocado con Poison the Well, ahí se cerró el trato. Creo que cuando estamos tocando nuevo material, la influencia Post Hardcore emerge un poco más, así que quizás puedan esperarse algunas líneas de bajo en esa veta para el próximo disco… Veremos…
– El videoclip de “Reckoner” es impresionante. El de “Thick Mire” también está muy bueno, pero se encuadra más dentro del estilo esperable de Chariot of Black Moth, que tiene ciertos patrones estéticos. ¿Qué nos podés contar sobre los mismos, en especial el de “Reckoner”?
AS: El video de “Thick Mire” fue más fácil porque nos encanta el trabajo de Chariot y su proceso creativo. No tuvimos más que dejar al artista hacer su arte. Solamente le dijimos “la canción se llama ‘Thick Mire’, sería bueno incorporar imaginería viscosa, tipo lava…” Y eso fue suficiente para que creara algo oscuro e increíble, como sabíamos que haría. No le dimos ninguna anotación de vuelta cuando nos presentó su primera versión: era perfecta.
Para “Reckoner” estuvimos mucho más involucrados en el proceso creativo. Trabajamos con Gabriel Masewich, y lo elegimos porque su estética y sus habilidades para la animación nos abrían un mundo de posibilidades al que queríamos acceder. En contraste con Chariot, teníamos la intención de que hubiera una narrativa coherente con el concepto fundamental del disco. El video comienza en entornos salvajes, oscuros y ominosos, gradualmente ingresando en paisajes urbanos, más presentes en la sección lenta de la canción. La imaginería en esa parte sigue siendo fría, inmutable, carente de vida. Cuando el video va llegando al final, la animación del vidrio rompiéndose y las rocas explotando revelan un portal que transporta a un mundo natural, brillante, lleno de energía y vida. La metáfora que buscamos es que todos gravitamos hacia la ciudad, creyendo que allí está toda la acción y es donde todo sucede, pero todos conocemos ese espacio en la naturaleza que nos brinda paz, tranquilidad, vitalidad, y allí queremos finalmente regresar como sujetos. La canción y el video expresan esa cuestión de la autorrealización, y estamos contentos con los resultados.
– Ustedes son una banda canadiense, como Vile Creature y Sumac, en los que me voy a enfocar porque también tensionan los límites de las categorías musicales que mencionamos previamente. Pero bien sabemos que hay otras bandas canadienses históricas dentro de otros estilos, como Voivod o Gorguts, y tengo la impresión de que existe cierta tendencia hacia la experimentación, a animarse a crear más allá de lo convencional. ¿Opinás que hay algo idiosincrático o cultural en eso?
AS: Es una pregunta interesante. Acá hay mucho talento, pero no estoy seguro acerca de cuáles podrían ser los rasgos musicales que serían pasibles de caracterizarse como canadienses. Hay una frase chistosa que proclama “nada en Canadá es verdaderamente canadiense.” Somos un crisol de muchas culturas distintas que son originarias de varios países distintos. Me parece que la experimentación viene de que eso es un reflejo también de tantas influencias distintas, y en nuestro caso, un proceso de composición realmente democrático hace que surja algo único.
– ¿Cuál es la situación de la escena underground en Canadá? ¿Pensás que existen características propias que la distinguen de las de otros lugares?
AS: Definitivamente creo que hay mucha pasión por el Metal en Canadá. Si una banda sale de gira acá, tiene que tener claro que tendrá miles de kilómetros que recorrer, así que más vale prepararse y estar seguros de que puedan manejar eso. Somos el segundo país más grande del mundo y con una densidad poblacional muy baja, lo cual hace que las distancias entre ciudades sean enormes. Lo bueno es que podés cubrir el mercado canadiense mucho más rápido que el de Estados Unidos, aunque estaríamos felices de repartirnos entre ambos países, al momento de salir de gira.
– “You Can’t Go Back” tiene que ver con la reflexión sobre el cambio como una fuerza incontrolable. Está claro que las cosas están yendo bien para ustedes, pero seguramente están al tanto de que mucha gente en la industria musical está aterrada con la posibilidad de que algunas cosas ya no vuelvan a ser como antes. ¿Cuál es tu perspectiva sobre el impacto de la pandemia en ese sentido?
AS: Entiendo que los músicos hicieron un gran esfuerzo por tratar de adaptarse a la situación de la pandemia, ya sea mediante el live streaming, la grabación en estudios caseros, o lo que sea. Muchos artistas ya lo venían haciendo desde antes, pero las circunstancias llevaron a muchos más a hacerlo.
Te puede interesar: RESEÑA: SARIN – YOU CAN’T GO BACK (2021)
Habiendo dicho eso, me conmueve la lucha de tanta gente en esta época, sobre todo la que trabaja en el negocio de los conciertos. Dueños de locales en la quiebra, productoras que no tienen eventos que producir, agencias de giras que no tienen clientes, es terrible. Me preocupa mucho lo que vamos a ver una vez que todas las restricciones se levanten en todas partes. ¿Cuántos locales para tocar van a quedar? ¿Cuánta gente va a seguir concurriendo a conciertos en los que sabe que habrá concentración de gente? Espero que esta pandemia aumente el hambre por ir a recitales, pero ojalá no alcancemos el punto de morir de inanición.
– ¿Hay algo que te gustaría decirle a la gente en América Latina y España?
AS: ¡Sí! Si están leyendo esto, me siento súper honrado y alagado de que hayan llegado hasta el final de la entrevista, y estoy agradecido de que hayas prestado el oído a nuestra música. A quienes les guste y quieran estar atentos a lo que se viene, conéctense con nosotros a través de las redes sociales. Estamos teniendo bastante actividad en las mismas mientras dure esta pandemia, que esperamos termine pronto y podamos volver a tocar en vivo. ¡Gracias!.