Fotos: Facundo Rodriguez
Este sábado 23 de noviembre me encontró realizando una nueva cobertura para Track to Hell. En esta oportunidad, los locales Azeroth se presentaron en el Roxy Live de Palermo para dar cierre a sus presentaciones en la Ciudad de Buenos Aires.
Al llegar y luego de obtener la correspondiente acreditación que agradezco a Gaby Sisti y su equipo, era hora de disfrutar de los actos soporte. La apertura del evento estuvo a cargo de Cernunnos, una banda que nunca había tenido la oportunidad de ver en vivo, aunque sus discos han sido reproducidos en mi viejo MP3 varias veces a lo largo de los años.
Unas 80 personas, entre público, fotógrafos y cronistas, presenciaron la actuación de los muchachos, quienes ofrecieron su propuesta entre death y folk metal. Con un buen sonido en general y una ejecución más que correcta de cada uno de los músicos, sonaron temas de todas sus épocas, “The Battle of Moytirra”, “Survivors”, “Capricornvs” (que da nombre al disco de 2021), “CuChulainn” e incluso su último single, “Grita”, lanzado este mismo año.
Tras desplegar todo su arsenal, que incluyó violines, gaitas, gritos guturales como voces limpias, se retiraron bajo el aplauso cálido de todos los presentes.
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Con una demora considerable, los brasileños Armored Dawn salieron a escena a las 21:15. Sin embargo, fue una falsa alarma, ya que las cortinas volvieron a cerrarse por inconvenientes técnicos. Esta segunda espera fue más breve, y finalmente, la banda pudo comenzar con su show.
El set que ofrecieron fue correcto, destacando las guitarras de Tiago de Moura y Timo Kaarkoski, aunque este último sufrió algunos problemas con su instrumento. A esto se sumaron ciertas fallas en el teclado, que fueron solucionadas con el transcurso de las canciones.
Con el correr del show, lograron conectar profundamente con el público, que los aplaudió respetuosamente tanto que los músicos, agradecidos, obsequiaron remeras y púas. El momento más épico llegó con “Beware of the Dragon”, que cerró su actuación de 30 minutos como un broche de oro.
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Cerca de las 22:15 llegó el momento más esperado. El telón se abrió una vez más, y los gritos del público se escucharon el Roxy Live. Azeroth tomó el escenario para cerrar la noche con una presentación que quedará en el recuerdo de todos.
Con más de tres décadas en la escena siendo un pilar del power metal argentino, los liderados por el bajista y único miembro fundador, Fernando Ricciardulli, ofrecieron un show que combinó clásicos con material fresco de Senderos del Destino.
Abrieron con “Condena Eterna”, seguida de “Entre las cenizas”, donde la banda mostró su maestría técnica y su capacidad para conectar con la audiencia, que coreaba cada canción como si fuera un himno.
La energía no decayó en ningún momento. El entusiasmo de Leo Miceli en los teclados, la sonrisa constante de David Zambrana mientras lanzaba riffs, Nacho Rodríguez dándolo todo en las voces, los increíbles solos de Pablo Gamarra, Dani Esquivel siendo el motor tras los parches y la postura firme, casi solemne, de Fernando, se acoplaron a un público que no dejó de apoyar a una de las bandas argentinas con sonido internacional que merece triunfar en cualquier festival del mundo.
El set incluyó 13 joyas. Sonaron, entre otras, “Randall Flagg”, “Más allá del caos”, “La promesa”, la clásica “La salida”, que fue cantada a viva voz por los presentes, y la conmovedora “Historias de hoy”.
El cierre estuvo a cargo de dos clásicos del excelente álbum debut: Senderos del Destino y Campaña al desierto, donde el vocalista se acercó a la valla de contención para cantar junto a los fanáticos.
La presentación de Azeroth en el Roxy Live fue mucho más que un show: fue una celebración de la música, el esfuerzo, la perseverancia y la pasión que definen al power metal argentino. Lo seguro es que, donde sea y cuando sea que toque Azeroth, la gente ahí estará brindando aguante.
Fotos: Facundo Rodriguez
Este sábado 23 de noviembre me encontró realizando una nueva cobertura para Track to Hell. En esta oportunidad, los locales Azeroth se presentaron en el Roxy Live de Palermo para dar cierre a sus presentaciones en la Ciudad de Buenos Aires.
Al llegar y luego de obtener la correspondiente acreditación que agradezco a Gaby Sisti y su equipo, era hora de disfrutar de los actos soporte. La apertura del evento estuvo a cargo de Cernunnos, una banda que nunca había tenido la oportunidad de ver en vivo, aunque sus discos han sido reproducidos en mi viejo MP3 varias veces a lo largo de los años.
Unas 80 personas, entre público, fotógrafos y cronistas, presenciaron la actuación de los muchachos, quienes ofrecieron su propuesta entre death y folk metal. Con un buen sonido en general y una ejecución más que correcta de cada uno de los músicos, sonaron temas de todas sus épocas, “The Battle of Moytirra”, “Survivors”, “Capricornvs” (que da nombre al disco de 2021), “CuChulainn” e incluso su último single, “Grita”, lanzado este mismo año.
Tras desplegar todo su arsenal, que incluyó violines, gaitas, gritos guturales como voces limpias, se retiraron bajo el aplauso cálido de todos los presentes.
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Con una demora considerable, los brasileños Armored Dawn salieron a escena a las 21:15. Sin embargo, fue una falsa alarma, ya que las cortinas volvieron a cerrarse por inconvenientes técnicos. Esta segunda espera fue más breve, y finalmente, la banda pudo comenzar con su show.
El set que ofrecieron fue correcto, destacando las guitarras de Tiago de Moura y Timo Kaarkoski, aunque este último sufrió algunos problemas con su instrumento. A esto se sumaron ciertas fallas en el teclado, que fueron solucionadas con el transcurso de las canciones.
Con el correr del show, lograron conectar profundamente con el público, que los aplaudió respetuosamente tanto que los músicos, agradecidos, obsequiaron remeras y púas. El momento más épico llegó con “Beware of the Dragon”, que cerró su actuación de 30 minutos como un broche de oro.
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Cerca de las 22:15 llegó el momento más esperado. El telón se abrió una vez más, y los gritos del público se escucharon el Roxy Live. Azeroth tomó el escenario para cerrar la noche con una presentación que quedará en el recuerdo de todos.
Con más de tres décadas en la escena siendo un pilar del power metal argentino, los liderados por el bajista y único miembro fundador, Fernando Ricciardulli, ofrecieron un show que combinó clásicos con material fresco de Senderos del Destino.
Abrieron con “Condena Eterna”, seguida de “Entre las cenizas”, donde la banda mostró su maestría técnica y su capacidad para conectar con la audiencia, que coreaba cada canción como si fuera un himno.
La energía no decayó en ningún momento. El entusiasmo de Leo Miceli en los teclados, la sonrisa constante de David Zambrana mientras lanzaba riffs, Nacho Rodríguez dándolo todo en las voces, los increíbles solos de Pablo Gamarra, Dani Esquivel siendo el motor tras los parches y la postura firme, casi solemne, de Fernando, se acoplaron a un público que no dejó de apoyar a una de las bandas argentinas con sonido internacional que merece triunfar en cualquier festival del mundo.
El set incluyó 13 joyas. Sonaron, entre otras, “Randall Flagg”, “Más allá del caos”, “La promesa”, la clásica “La salida”, que fue cantada a viva voz por los presentes, y la conmovedora “Historias de hoy”.
El cierre estuvo a cargo de dos clásicos del excelente álbum debut: Senderos del Destino y Campaña al desierto, donde el vocalista se acercó a la valla de contención para cantar junto a los fanáticos.
La presentación de Azeroth en el Roxy Live fue mucho más que un show: fue una celebración de la música, el esfuerzo, la perseverancia y la pasión que definen al power metal argentino. Lo seguro es que, donde sea y cuando sea que toque Azeroth, la gente ahí estará brindando aguante.