

A pesar de los contratiempos que amenazaron con empañar la cita musical, los conciertos de Taraban y Dool en Barcelona resultaron ser un triunfo absoluto. Cambios de sala y fecha de última hora, coincidencia con un partido del Barça, e incluso un apagón eléctrico previo no impidieron que la velada brillara con intensidad. La promotora Noise on Tour merece mención especial por su perseverancia y capacidad de gestión en un contexto europeo donde los eventos musicales enfrentan crecientes dificultades logísticas y económicas.
La banda polaca Taraban fue la encargada de abrir la noche en la Sala Wolf, regalando al público un poderoso cóctel de stoner rock, proto-metal y sonidos de raíz que evocan tierras como Turquía o Ucrania. Su setlist, encabezado por el contagioso “Country Song” y seguido por temas como “Die in Peace“, demostró tanto solidez técnica como una conexión inmediata con el público. La presencia escénica de su vocalista, Daniel Suder, añadió carisma y teatralidad a un show vibrante.
Tras el encendido arranque, llegó el turno de DOOL, banda holandesa liderada por Raven van Dorst, quien ha sabido tejer en su música un tapiz de metal progresivo, rock gótico y psicodelia. Su nuevo disco, Shapes of Fluidity, influyó claramente en la estructura del concierto, que comenzó con el tema homónimo y continuó con piezas intensas como “Self Dissection” y “Hands of Creation“. La calidad del sonido en directo y la entrega de la banda fueron impecables, llevando al público a una experiencia inmersiva.
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El segundo bloque del concierto se centró en repasar momentos clave de sus discos anteriores. “Wolf Moon” del álbum Summerland y “The Alpha” de su debut dejaron claro que la banda sabe equilibrar el pasado y el presente. La ejecución de “The God Particle” y “Venus in Flames” fue especialmente destacada, con riffs poderosos y pasajes instrumentales hipnóticos que reafirmaron el talento técnico de todos los integrantes.
El tramo final ofreció una mezcla de emoción y reivindicación. Raven tomó el micrófono para lanzar un mensaje contra el abuso y la opresión antes de interpretar la emotiva “House of Thousand Dreams“, creando uno de los momentos más conmovedores de la noche. El cierre con “Oweynagat” fue tan poderoso como catártico, dejando al público con la sensación de haber presenciado algo realmente especial.


A pesar de los contratiempos que amenazaron con empañar la cita musical, los conciertos de Taraban y Dool en Barcelona resultaron ser un triunfo absoluto. Cambios de sala y fecha de última hora, coincidencia con un partido del Barça, e incluso un apagón eléctrico previo no impidieron que la velada brillara con intensidad. La promotora Noise on Tour merece mención especial por su perseverancia y capacidad de gestión en un contexto europeo donde los eventos musicales enfrentan crecientes dificultades logísticas y económicas.
La banda polaca Taraban fue la encargada de abrir la noche en la Sala Wolf, regalando al público un poderoso cóctel de stoner rock, proto-metal y sonidos de raíz que evocan tierras como Turquía o Ucrania. Su setlist, encabezado por el contagioso “Country Song” y seguido por temas como “Die in Peace“, demostró tanto solidez técnica como una conexión inmediata con el público. La presencia escénica de su vocalista, Daniel Suder, añadió carisma y teatralidad a un show vibrante.
Tras el encendido arranque, llegó el turno de DOOL, banda holandesa liderada por Raven van Dorst, quien ha sabido tejer en su música un tapiz de metal progresivo, rock gótico y psicodelia. Su nuevo disco, Shapes of Fluidity, influyó claramente en la estructura del concierto, que comenzó con el tema homónimo y continuó con piezas intensas como “Self Dissection” y “Hands of Creation“. La calidad del sonido en directo y la entrega de la banda fueron impecables, llevando al público a una experiencia inmersiva.
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El segundo bloque del concierto se centró en repasar momentos clave de sus discos anteriores. “Wolf Moon” del álbum Summerland y “The Alpha” de su debut dejaron claro que la banda sabe equilibrar el pasado y el presente. La ejecución de “The God Particle” y “Venus in Flames” fue especialmente destacada, con riffs poderosos y pasajes instrumentales hipnóticos que reafirmaron el talento técnico de todos los integrantes.
El tramo final ofreció una mezcla de emoción y reivindicación. Raven tomó el micrófono para lanzar un mensaje contra el abuso y la opresión antes de interpretar la emotiva “House of Thousand Dreams“, creando uno de los momentos más conmovedores de la noche. El cierre con “Oweynagat” fue tan poderoso como catártico, dejando al público con la sensación de haber presenciado algo realmente especial.