Dream Master: banda de origen argentino que viene pisando fuerte desde sus orígenes allá por el año 2001. Si bien nunca han dejado de estar activos, ya que durante la pandemia estuvieron al pie del cañón presentando trabajos musicales, una vez más vuelven a la escena con una nueva propuesta. A World Without People, séptimo trabajo discográfico del grupo de power metal progresivo, nos tiene con altas expectativas de lo que esperamos que sea otro gran álbum.

“With Honour” desde los primeros acordes de esta canción podemos notar las técnicas pulidas en las cuerdas desde las guitarras a lo pesado del bajo que a lo largo del tema se revelarán cada vez más cruzando por un solo fantástico, una percusión fluida, y una voz que parece no convencernos al principio hasta que cruza a la siguiente estrofa, se llega a notar que acomoda su respiración y su voz tiende a volverse más armoniosa en relación a las notas que surgen.

“Circle of Deceit” busca unos tonos del heavy metal y, diablos que hace sonar esa guitarra, no cabe duda de que el talento que tienen se demuestra en cada minuto, y la combinación del bajo con la voz y la batería le dan a este tema un peso y un sonido distinto de lo que uno se espera. El dueto de cuerdas tiene una melodía preciosa, que acompañadas de las notas que alcanza Ezequiel Wiurnos hacen de esta canción una de mis favoritas de este álbum.

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Tanto “House Of Cards” como “Surrender Is No Option” contienen una sinfonía llena de rabia, ideal para pegarle al saco de boxeo si necesitas sacarte la bronca del día. Reproduce un escenario sonoro de una batalla en la que te encantaría ser protagonista. En el caso de “Surrender Is No Option” el tempo parece ser muy veloz en comparación con otros temas, buscando más el power metal.

Con una gran introducción llega “Dreamland” me arriesgo a decir que el sonido en conjunto tiene una esencia de Iron Maiden muy presente en cada instrumento y sobre todo por momentos en la voz se siente muy marcado, pueden detectar algo muy similar en la canción “Drop your Swords” salvo en el área instrumental.

Con “Don’t let the darkness win”, no sé por qué, pensé que esta podía ser una balada, y por suerte me equivoqué: escuchar el bajo en esta canción es simplemente maravilloso, sin exagerar. El conjunto entre cuerdas y percusión lleva esta sinfonía a ser una gran experiencia auditiva, con alguna que otra nota que parece no encajar por segundos, pero que en breve encaja con el resto de la melodía.

“Unlock the code” y “Fortune Roulette” tienen más o menos una misma fórmula que va logrando el misticismo en la intro, con un riff pesado y un tempo que por momentos es lento y denso va tratando de fluir a través de las notas del ritmo progresivo. Con un sonido acústico en la canción “Unlock the code” que quizás no te convenza a la primera, pero que queda muy bien en la composición, mientras que con “Fortune Roulette” las cuerdas tienen un protagonismo impactante.

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“How’s the future looking now”, puedo decir, es una de las mejores canciones que tiene este álbum, porque realmente la armonía que se ha logrado en este tema es precisa, compleja y contiene el corazón y la entonación que todos podemos disfrutar en distintos aspectos tanto técnicos como emotivos. Un caso distinto es “Mental breakdown”, donde digamos que la monotonía con la que fluye este tema simula el derrumbe mental que sufre el protagonista de esta canción.

“Resources Drying”, el último tema de este álbum, comienza con lentitud, peso, heroísmo y una percusión envidiable.

Quiero concluir expresando que esta banda es una joya argentina, con letras muy cargadas de significado en cada temática que buscó abarcar y que han sabido adherirse a la emoción que desean transmitir. Esta banda es popular en la escena argenta por no tener miedo de expresar sus sentimientos ante cualquier evento, sea patrio o político, ahí van a estar dando en la tecla justa para llevar su mensaje.