

Foto de Portada: Gonzalo Soutric
Después de décadas de espera, la escena metalera argentina finalmente pudo abrazar en vivo a una leyenda. Elisa C. Martín —la icónica voz de Dark Moor, Dreamaker, Fairyland y Hamka— se presentó por primera vez en nuestro país y dejó una marca indeleble. La cita fue el pasado 14 de junio en Galpón B, donde ofreció un show cargado de historia, emoción y potencia. Fue un recorrido por su carrera que no solo cumplió las expectativas: las desbordó.
La noche arrancó con Arpeghy como banda soporte, ofreciendo una dosis de muy buen hard rock pulido y eficaz que “compró” al público desde el inicio quienes respondieron con entusiasmo y marcando una sintonía inmediata entre banda y aquellos que se acercaron temprano al lugar.
Cuando las luces se apagaron y comenzó a sonar la épica intro “Dies Irae (Amadeus)” que cierra el ya clásico The Gates of Oblivion de Dark Moor, el ambiente se electrificó. Lo que siguió fue una celebración a cielo cerrado, con Elisa al frente de un dream team de músicos locales. No fueron simples acompañantes: fueron parte vital del rugido sonoro que arropó cada canción. Desde el arranque con “Carry On” (de su carrera solista), pasando por “Earth’s Call” (Hamka) y “Take Off the Mask”, hasta piezas más sinfónicas como “The Fellowship” (Fairyland) o las sentimentales “No Fear” y “Forever in Your Arms” (Dreamaker), la cantante madrileña desplegó su registro, su garra y esa calidez tan cercana que trasciende cualquier escenario. Luego de cada interpretación, el pequeño grupo que se acercó al venue hizo emocionar casi hasta las lágrimas a la vocalista con los cantitos clásicos demostrandole todo su cariño y respeto.
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Uno de los puntos sorpresa de la noche llegó con el medley homenaje a Rata Blanca, donde “Paty” (vocalista y guitarra de Innerforce) subió al escenario para compartir la voz en “El sueño de la gitana”, “Mujer amante” y “La leyenda del hada y el mago”. El público explotó: había emoción, historia y comunión.Y como si eso fuera poco, el cierre fue un viaje directo al corazón del power metal español. Otro medley, en esta oportunidad, “Somewhere in Dreams”, “A New World”, “Silver Lake”, “Maid of Orleans”, “Beyond the Fire”, “The Night of the Age”, “Nevermore” y “Quest for the Eternal Flame” sonaron con toda la fuerza de Dark Moor, demostrando que esas canciones, aunque hayan nacido hace más de veinte años, siguen siendo gemas eternas.
La presentación organizada por Heresy Metal Media, a quienes, por supuesto, agradecemos la invitación y pese al frío intenso en Buenos Aires, el calor del público lo pudo todo. Desde la apertura de puertas ya se respiraba expectativa y, sobre todo, cariño por una artista que marcó a generaciones.
“La guerrera” no solo brindó un show: dio una clase de cómo se mantiene vigente una carrera de más de dos décadas sin perder la humildad ni la pasión. Se mostró agradecida, cercana, emocionada. Pidió que gritemos, que sintamos, que nos dejemos llevar. Y eso hicimos. Como muestra de su gratitud, tuvo el gran gesto de sacarse fotos y firmar recuerdos para los fanáticos luego de culminado el show. Si algo quedó claro es que Elisa C. Martín no necesita reinventarse: ya es única. Lo suyo es autenticidad, entrega total y una voz que, como el buen metal, no envejece: se endurece, se afila y cobra más sentido con el tiempo.
Etiquetas: Arpeghy, Dark Moor, Dreamaker, Elisa C. Martin, Fairyland, Heresy Metal Media, Innerforce, Rata Blanca

Foto de Portada: Gonzalo Soutric
Después de décadas de espera, la escena metalera argentina finalmente pudo abrazar en vivo a una leyenda. Elisa C. Martín —la icónica voz de Dark Moor, Dreamaker, Fairyland y Hamka— se presentó por primera vez en nuestro país y dejó una marca indeleble. La cita fue el pasado 14 de junio en Galpón B, donde ofreció un show cargado de historia, emoción y potencia. Fue un recorrido por su carrera que no solo cumplió las expectativas: las desbordó.
La noche arrancó con Arpeghy como banda soporte, ofreciendo una dosis de muy buen hard rock pulido y eficaz que “compró” al público desde el inicio quienes respondieron con entusiasmo y marcando una sintonía inmediata entre banda y aquellos que se acercaron temprano al lugar.
Cuando las luces se apagaron y comenzó a sonar la épica intro “Dies Irae (Amadeus)” que cierra el ya clásico The Gates of Oblivion de Dark Moor, el ambiente se electrificó. Lo que siguió fue una celebración a cielo cerrado, con Elisa al frente de un dream team de músicos locales. No fueron simples acompañantes: fueron parte vital del rugido sonoro que arropó cada canción. Desde el arranque con “Carry On” (de su carrera solista), pasando por “Earth’s Call” (Hamka) y “Take Off the Mask”, hasta piezas más sinfónicas como “The Fellowship” (Fairyland) o las sentimentales “No Fear” y “Forever in Your Arms” (Dreamaker), la cantante madrileña desplegó su registro, su garra y esa calidez tan cercana que trasciende cualquier escenario. Luego de cada interpretación, el pequeño grupo que se acercó al venue hizo emocionar casi hasta las lágrimas a la vocalista con los cantitos clásicos demostrandole todo su cariño y respeto.
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Uno de los puntos sorpresa de la noche llegó con el medley homenaje a Rata Blanca, donde “Paty” (vocalista y guitarra de Innerforce) subió al escenario para compartir la voz en “El sueño de la gitana”, “Mujer amante” y “La leyenda del hada y el mago”. El público explotó: había emoción, historia y comunión.Y como si eso fuera poco, el cierre fue un viaje directo al corazón del power metal español. Otro medley, en esta oportunidad, “Somewhere in Dreams”, “A New World”, “Silver Lake”, “Maid of Orleans”, “Beyond the Fire”, “The Night of the Age”, “Nevermore” y “Quest for the Eternal Flame” sonaron con toda la fuerza de Dark Moor, demostrando que esas canciones, aunque hayan nacido hace más de veinte años, siguen siendo gemas eternas.
La presentación organizada por Heresy Metal Media, a quienes, por supuesto, agradecemos la invitación y pese al frío intenso en Buenos Aires, el calor del público lo pudo todo. Desde la apertura de puertas ya se respiraba expectativa y, sobre todo, cariño por una artista que marcó a generaciones.
“La guerrera” no solo brindó un show: dio una clase de cómo se mantiene vigente una carrera de más de dos décadas sin perder la humildad ni la pasión. Se mostró agradecida, cercana, emocionada. Pidió que gritemos, que sintamos, que nos dejemos llevar. Y eso hicimos. Como muestra de su gratitud, tuvo el gran gesto de sacarse fotos y firmar recuerdos para los fanáticos luego de culminado el show. Si algo quedó claro es que Elisa C. Martín no necesita reinventarse: ya es única. Lo suyo es autenticidad, entrega total y una voz que, como el buen metal, no envejece: se endurece, se afila y cobra más sentido con el tiempo.
Etiquetas: Arpeghy, Dark Moor, Dreamaker, Elisa C. Martin, Fairyland, Heresy Metal Media, Innerforce, Rata Blanca