Una noche llena de glam rock pelos cardados, purpurina y sleazy, la invasión sueca desembarcó con H.E.A.T, con Crazy Lixx abriendo los fuegos con el acelerador a fondo “Whiskey Tango Foxtrot” fue la mecha que incendió a los fanáticos de este género que gozaba de gran popularidad en los años 80. Dany Rexon es la voz cantante combinación perfecta de maestro de ceremonias teatral, los riffs clásicos del estilo, disparaban canciones de buen calibre “Anthem for America” o la teatralizada “XIII” con máscara de Jason Voorhees de la saga slasher Viernes 13 añadiendo a la performance un micrófono con forma de puñal. El set es reducido pero no por eso bajo en revoluciones prueba de ello son “Silent Thunder”, “Rise Above” interpretadas brillantemente en un duelo de pentatónicas de los guitarristas Chrissie Olson y Jens Lundgren.
Un descanso para el batería titular lo sustituyen en “Rise Above” por su compañero de H.E.A.T. Llega el momento power ballads “Walk The Wire” con coros pegadizos aflojaron un poco en “Blame It On Love” para volver a lo comercial “21 ‘til I Die” el motor del groove integrado por Jens Sjöholm bajo y Joél Cirera batería corrieron con todos sus caballos de potencia calibrados al hard rock. La despedida fue por todo lo alto “Never Die (Forever Wild) se encargó de poner la vara muy alta para sus colegas suecos, bandera en mano Dany incentivo la locura en una sala petada que vitoreó a sus héroes del glam metal oiría más tarde un fan “Crazy Lixx se folló a H.E.A.T.”.
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Una salida al fresco retomar energías y volvemos a los que nos convoca esta noche otoñal H.E.A.T, con una formación renovada tras la partida de Erik Gröndwall a Skid Row una cortina musical “The Heat Is On” de la banda sonora de Beverly Hills interpretada por el ex Eagles Glenn Frey da el vamos para que arribe la banda al completo al ritmo de “Demon Eyes” apostando al todo o nada en la presentación de un viejo conocido en el micro Kenny Leckremo fundador de la banda por allá en 2007. Con un atuendo a lo Bruce Dickinson, las carrerillas sigue su cometido de animar las primeras filas pobladas por el sexo opuesto haciendo del Salamandra un viaje al Sunset Boulevard con los acordes de “Rock You Body” magistralmente ejecutados por el hombre de negro Dave Dalon disparando riffs y solos en las seis cuerdas.
La frescura y el histrionismo de Jimmy Jay son fundamentales a la hora de animar a sus fans en los primeros minutos “Hollywood”, “Downtown”, “One By One” harían descamisar al melenudo vocalista y agitar de un lado a otro para captar la atención. la cosecha de los clásicos de la banda no se detiene en la facilona “Beg Beg Beg” que pone a toda la sala al glam delirium tremen para seguir en la misma estela “Come Clean” para que Leckremo en perfecto español dictamine Barcelona, canten conmigo.
Los roles de baterista se intercambian en “Living On The Run” con Cirera en los parches y Don Crash bajando al foso birra en mano para saludar y estrechar la mano a los fanáticos viendo a su compañeros como un espectador más. “Cry”, una balada llega para dar respiro a tantas emociones en este viaje a los sonidos nostálgicos pero actuales ante tantos estilos artificiales que dominan la música en estos días tan convulsionados. “Point of No Return” retoma los caminos del mal llamado AOR para alargarse hasta las mil en una fiesta que parecía no tener fin. quedan un par de dianas para seguir bailando y cantando al compás de las guitarras, pegadizos estribillos, mucho cuero, pinchos y curvas.
“Dangerous Ground” arranca con las llaves puestas en el final del revival del glam metal en una especie de volver al futuro en 2023. La despedida es inminente, el comienzo country en el bombo de “A Shot At Redemption” pone la sala patas arriba con este himno de los suecos con afilados acordes de guitarras y unos contundentes líneas de bajo de Jay con el pie en el retorno asomando medio cuerpo fuera el escenario, cantando y alentando al respetable bajo el incesante asedio de las máquinas de humo en las que se refugia Jona Tee en los teclados. Un final épico del hard rock que tan bien se les da por tierras escandinavas tomando el relevo generacional de los amados Europe.
Una noche llena de glam rock pelos cardados, purpurina y sleazy, la invasión sueca desembarcó con H.E.A.T, con Crazy Lixx abriendo los fuegos con el acelerador a fondo “Whiskey Tango Foxtrot” fue la mecha que incendió a los fanáticos de este género que gozaba de gran popularidad en los años 80. Dany Rexon es la voz cantante combinación perfecta de maestro de ceremonias teatral, los riffs clásicos del estilo, disparaban canciones de buen calibre “Anthem for America” o la teatralizada “XIII” con máscara de Jason Voorhees de la saga slasher Viernes 13 añadiendo a la performance un micrófono con forma de puñal. El set es reducido pero no por eso bajo en revoluciones prueba de ello son “Silent Thunder”, “Rise Above” interpretadas brillantemente en un duelo de pentatónicas de los guitarristas Chrissie Olson y Jens Lundgren.
Un descanso para el batería titular lo sustituyen en “Rise Above” por su compañero de H.E.A.T. Llega el momento power ballads “Walk The Wire” con coros pegadizos aflojaron un poco en “Blame It On Love” para volver a lo comercial “21 ‘til I Die” el motor del groove integrado por Jens Sjöholm bajo y Joél Cirera batería corrieron con todos sus caballos de potencia calibrados al hard rock. La despedida fue por todo lo alto “Never Die (Forever Wild) se encargó de poner la vara muy alta para sus colegas suecos, bandera en mano Dany incentivo la locura en una sala petada que vitoreó a sus héroes del glam metal oiría más tarde un fan “Crazy Lixx se folló a H.E.A.T.”.
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La frescura y el histrionismo de Jimmy Jay son fundamentales a la hora de animar a sus fans en los primeros minutos “Hollywood”, “Downtown”, “One By One” harían descamisar al melenudo vocalista y agitar de un lado a otro para captar la atención. la cosecha de los clásicos de la banda no se detiene en la facilona “Beg Beg Beg” que pone a toda la sala al glam delirium tremen para seguir en la misma estela “Come Clean” para que Leckremo en perfecto español dictamine Barcelona, canten conmigo.
Los roles de baterista se intercambian en “Living On The Run” con Cirera en los parches y Don Crash bajando al foso birra en mano para saludar y estrechar la mano a los fanáticos viendo a su compañeros como un espectador más. “Cry”, una balada llega para dar respiro a tantas emociones en este viaje a los sonidos nostálgicos pero actuales ante tantos estilos artificiales que dominan la música en estos días tan convulsionados. “Point of No Return” retoma los caminos del mal llamado AOR para alargarse hasta las mil en una fiesta que parecía no tener fin. quedan un par de dianas para seguir bailando y cantando al compás de las guitarras, pegadizos estribillos, mucho cuero, pinchos y curvas.
“Dangerous Ground” arranca con las llaves puestas en el final del revival del glam metal en una especie de volver al futuro en 2023. La despedida es inminente, el comienzo country en el bombo de “A Shot At Redemption” pone la sala patas arriba con este himno de los suecos con afilados acordes de guitarras y unos contundentes líneas de bajo de Jay con el pie en el retorno asomando medio cuerpo fuera el escenario, cantando y alentando al respetable bajo el incesante asedio de las máquinas de humo en las que se refugia Jona Tee en los teclados. Un final épico del hard rock que tan bien se les da por tierras escandinavas tomando el relevo generacional de los amados Europe.