

Hay noches que quedan grabadas en la memoria colectiva del metal argentino, y lo sucedido el pasado 30 de agosto en el Marquee fue sin dudas una de ellas. Con el cartel de “sold out”, Helker demostró por qué después de más de 25 años de carrera y diez discos en el mercado siguen siendo una fuerza imparable del heavy metal nacional.
La velada arrancó con Forte, que desde el primer acorde dejó en claro que la noche sería de puro metal sin concesiones. Su heavy metal potente y bien ejecutado fue el aperitivo perfecto, con un sonido limpio que permitió apreciar cada detalle instrumental. Los veteranos Abeydon tomaron la posta con su clásico heavy metal tradicional matizado con aires de power metal, calentando motores para lo que sería el plato fuerte de la noche.
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Cuando las luces se apagaron para dar paso a Helker, el local ubicado en Villa Crespo era un hervidero. La composición del público llamaba la atención: un saludable 60% de hombres y 40% de mujeres, con familias enteras que se acercaron a vivir el ritual del metal argentino. Esa diversidad se hizo notar en cada grito, en cada coro masivo que acompañó las canciones. El sonido fue impecable: nítido, fuerte, sin fisuras técnicas que opacaran la potencia de una banda que ha sabido evolucionar manteniendo su esencia. Matías Ochoa, quien ya lleva casi cinco años como vocalista oficial, se mostró completamente integrado al ADN de Helker, conectando emocionalmente con un público que celebró cada interpretación. Un arranque demoledor con “Todavía vivo” a la que le siguió “El bien y el mal” se le sumó una de las sorpresas de la noche como el regreso de “Seremos lo que fuimos”, interpretada por primera vez desde 2019. La nostalgia se apoderó del Marquee cuando sonaron los primeros acordes, generando una comunión instantánea entre banda y público que recordó por qué ciertos temas trascienden el tiempo.
Llegaba el momento de la presentación en sociedad de un nuevo tema que será parte del próximo disco: “Heridas del Pasado”, con una estructura que navega entre el heavy y el hard rock. La canción llegó precedida de un momento genuinamente emotivo cuando Matías compartió con el público una situación personal que está atravesando, generando una conexión humana que trasciende lo musical.
Otra que se llevó todos los aplausos entre las nuevas composiciones fue “Desistir o avanzar”. En su debut en vivo, este tema demostró ser un fiel reflejo del poderío de Helker: firmes contra todos, inquebrantables ante las adversidades. La excelencia tanto musical como lírica de esta canción encapsula perfectamente la filosofía de una banda que nunca ha bajado los brazos a lo largo de su carrera. La emotividad alcanzó su punto máximo con “En mis sueños” y luego, ante el pedido de un fan, Matías sorprendió cantando “Volar” a capella mientras el público respondió masivamente con los coros. Esos momentos espontáneos son los que transforman un show en una experiencia inolvidable.
“Esta es mi vida” también tuvo su debut en vivo, completando una trilogía de material nuevo que fue recibido con la misma pasión que los clásicos más queridos. Y es que ahí radica la grandeza de Helker: su capacidad de seguir creando canciones que conectan inmediatamente con su audiencia. El público no solo recibió con los brazos abiertos el material nuevo, sino que lo celebró como si fuera un clásico de toda la vida.
Con un disco nuevo en camino y demostraciones como la de aquella noche en el Marquee a sala llena, Helker reafirma que el metal argentino no solo está vivo, sino que sigue evolucionando. La banda supo combinar la nostalgia de los clásicos con la frescura de las nuevas composiciones, ofreciendo un show que satisfizo tanto a los fans de la primera hora como a las nuevas generaciones.
Entre el público se pudieron divisar rostros conocidos de la escena: Fernando Ricciardulli de Azeroth y Javier Barrozo, ex vocalista de Magnos, dando fe del respeto que Helker genera entre sus pares. Su presencia no fue casualidad; fue el reconocimiento de una banda que ha sabido mantener la llama del metal argentino encendida durante más de dos décadas.
El Marquee fue testigo de una noche donde se celebró no solo la música, sino la comunidad que se forma alrededor del metal. Porque al final del día, eso es lo que hace especiales a bandas como Helker: la capacidad de crear momentos que van más allá de las canciones, generando experiencias que quedan grabadas en la piel y en el corazón de quienes las vivieron.
Etiquetas: Abeydon, Azeroth, Forte, Hard Rock, Heavy Metal, Helker, Magnos, Power Metal

Hay noches que quedan grabadas en la memoria colectiva del metal argentino, y lo sucedido el pasado 30 de agosto en el Marquee fue sin dudas una de ellas. Con el cartel de “sold out”, Helker demostró por qué después de más de 25 años de carrera y diez discos en el mercado siguen siendo una fuerza imparable del heavy metal nacional.
La velada arrancó con Forte, que desde el primer acorde dejó en claro que la noche sería de puro metal sin concesiones. Su heavy metal potente y bien ejecutado fue el aperitivo perfecto, con un sonido limpio que permitió apreciar cada detalle instrumental. Los veteranos Abeydon tomaron la posta con su clásico heavy metal tradicional matizado con aires de power metal, calentando motores para lo que sería el plato fuerte de la noche.
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Cuando las luces se apagaron para dar paso a Helker, el local ubicado en Villa Crespo era un hervidero. La composición del público llamaba la atención: un saludable 60% de hombres y 40% de mujeres, con familias enteras que se acercaron a vivir el ritual del metal argentino. Esa diversidad se hizo notar en cada grito, en cada coro masivo que acompañó las canciones. El sonido fue impecable: nítido, fuerte, sin fisuras técnicas que opacaran la potencia de una banda que ha sabido evolucionar manteniendo su esencia. Matías Ochoa, quien ya lleva casi cinco años como vocalista oficial, se mostró completamente integrado al ADN de Helker, conectando emocionalmente con un público que celebró cada interpretación. Un arranque demoledor con “Todavía vivo” a la que le siguió “El bien y el mal” se le sumó una de las sorpresas de la noche como el regreso de “Seremos lo que fuimos”, interpretada por primera vez desde 2019. La nostalgia se apoderó del Marquee cuando sonaron los primeros acordes, generando una comunión instantánea entre banda y público que recordó por qué ciertos temas trascienden el tiempo.
Llegaba el momento de la presentación en sociedad de un nuevo tema que será parte del próximo disco: “Heridas del Pasado”, con una estructura que navega entre el heavy y el hard rock. La canción llegó precedida de un momento genuinamente emotivo cuando Matías compartió con el público una situación personal que está atravesando, generando una conexión humana que trasciende lo musical.
Otra que se llevó todos los aplausos entre las nuevas composiciones fue “Desistir o avanzar”. En su debut en vivo, este tema demostró ser un fiel reflejo del poderío de Helker: firmes contra todos, inquebrantables ante las adversidades. La excelencia tanto musical como lírica de esta canción encapsula perfectamente la filosofía de una banda que nunca ha bajado los brazos a lo largo de su carrera. La emotividad alcanzó su punto máximo con “En mis sueños” y luego, ante el pedido de un fan, Matías sorprendió cantando “Volar” a capella mientras el público respondió masivamente con los coros. Esos momentos espontáneos son los que transforman un show en una experiencia inolvidable.
“Esta es mi vida” también tuvo su debut en vivo, completando una trilogía de material nuevo que fue recibido con la misma pasión que los clásicos más queridos. Y es que ahí radica la grandeza de Helker: su capacidad de seguir creando canciones que conectan inmediatamente con su audiencia. El público no solo recibió con los brazos abiertos el material nuevo, sino que lo celebró como si fuera un clásico de toda la vida.
Con un disco nuevo en camino y demostraciones como la de aquella noche en el Marquee a sala llena, Helker reafirma que el metal argentino no solo está vivo, sino que sigue evolucionando. La banda supo combinar la nostalgia de los clásicos con la frescura de las nuevas composiciones, ofreciendo un show que satisfizo tanto a los fans de la primera hora como a las nuevas generaciones.
Entre el público se pudieron divisar rostros conocidos de la escena: Fernando Ricciardulli de Azeroth y Javier Barrozo, ex vocalista de Magnos, dando fe del respeto que Helker genera entre sus pares. Su presencia no fue casualidad; fue el reconocimiento de una banda que ha sabido mantener la llama del metal argentino encendida durante más de dos décadas.
El Marquee fue testigo de una noche donde se celebró no solo la música, sino la comunidad que se forma alrededor del metal. Porque al final del día, eso es lo que hace especiales a bandas como Helker: la capacidad de crear momentos que van más allá de las canciones, generando experiencias que quedan grabadas en la piel y en el corazón de quienes las vivieron.
Etiquetas: Abeydon, Azeroth, Forte, Hard Rock, Heavy Metal, Helker, Magnos, Power Metal