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Iotunn
Kinship (2024)
Metal Blade

1 – Kinship Elegiac
2 – Mistland
3- Twilight
4 – I Feel the Night
5 – The Coming End
6 – Iridescent Way
7 – Earth to Sky
8 – The Anguished Ethereal

Es común que, en vísperas de Navidad, momento en el que me encuentro desarrollando esta reseña, aprovechemos esa pequeña pausa de feriados laborales para reflexionar sobre lo que aconteció durante nuestro último año y lo que esperamos en lo venidero. Por mi parte y como aquí se habla esencialmente de metal, debo confesar que aún hoy en día me siento un poco afligido respecto a la reciente renuncia del aclamado Nicko McBrain a la actividad en directo con Iron Maiden. Y no es esto una simple angustia moral por tratarse específicamente de la doncella, banda que seguramente a ustedes, como a mí, nos ha acompañados desde los primeros momentos de plena consciencia. Más bien lo que a mi realmente me acongoja es reconocer el hecho de pertenecer a una generación que quedará marcada por ver partir a las grandes leyendas y nombres del género.

Pero como todos ustedes saben y como dice el famoso proverbio “por muy larga que sea la noche, amanecerá” y aun en tiempos como los descriptos en el párrafo anterior, tenemos la oportunidad de hacernos de grandes agrupaciones que siguen poniendo al metal en el más alto nivel de la música. Bandas como Gojira, Ghost, Bring Me The Horizon, Spiritbox, Jinjer, Alcest y un sinfín más, están pujando fuertemente por mantener las diversas variantes del metal en estado de plenitud y a pesar de la aceptable resistencia de los más nostálgicos y conservadores, parecieran estar lográndolo. ¿Y a qué viene toda esta reflexión? Pues, bien, me he topado este 2024 con lo que yo creo que es un nombre que dará mucho que hablar en los próximos años (si es que ya no lo está haciendo).

TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: In Vain – Solemn (2024)

Hoy vengo a predicarles la música de Iotunn, una banda de origen danés-feroés, que, si bien puede parecernos emergente o desconocida, no debería resultarnos extraño verla en los principales festivales del viejo continente (estarán, por ejemplo, participando en la próxima edición del Wacken). Iotunn, que en la cultura escandinava significa “gigantes”, es una banda del tipo death metal melódico progresivo, pero como no me gustan las etiquetas extensas y a veces pueden ser confusas, confíen esta vez en mi palabra y quedemos en que es por, sobre todo, un moderno metal progresivo.

El motivo de mi ridícula euforia no es el nombre en sí de la banda, sino su más reciente y majestuosa obra Kinship, un álbum que fuere lanzado el pasado 25 de octubre bajo el conocido sello Metal Blade Records y que sin duda alguna se coloca con facilidad en mi top de los 10 mejores albums del año 2024. Conformado por 8 piezas de larga duración, Kinship nos invita a un viaje de reflexión sobre la vida misma y la muerte, de cuestionamiento, de introspección, donde los progresivos cambios musicales acompañan una secuencia de estados de ánimo como el enojo, la tristeza, el miedo y la melancolía, pero que al mismo tiempo y a pesar de ello, uno podría disfrutarlo tranquilamente bajo lo que es propio de la cultura danesa, el “Hygge” (que se define como una completa filosofía de vida asociada a los sentimientos de bienestar). En las composiciones de la banda, es también muy recurrente las referencias a los bosques, la naturaleza y la mitología que deviene de la cultura pagana. Todo esto es representado en Kinship a través de las narraciones en primera persona de lo que pareciera ser un miembro de una tribu prehistórica.

El álbum comienza con “Kinship Elegiac”, una canción de unos espectaculares casi 14 minutos donde la epicidad no deja de faltar en ninguno de los segundos transcurridos. Aquí los constantes cambios de ritmo y melodías acompañan junto con el gran desempeño vocal del cantante y espectaculares guitarras, a una pequeña historia en la que el personaje principal se encuentra en medio de una catarsis producto del abandono de alguien cercano, donde también podemos inferir a partir de ciertas líneas, que esta persona se siente amparada por sus creencias relacionadas al bosque. A continuación, es el turno de “Mistland” (Tierra de niebla) que no tiene nada que envidiar a la del comienzo, con sus casi 10 minutos de duración y donde nuevamente lo épico, las referencias al paganismo, el bosque y los relatos en primera persona están presentes, además de contar con un espectacular videoclip con ilustraciones de muy buena producción.

Mistland, junto con “Feel the Night”, “Twilight” e “Iridescent Way” conforman los 4 singles promocionales de Kinship. En general, todo el disco transcurre con el mismo formato que las 2 primeras: sumamente progresivo, de piezas de larga duración y tintes épicos, recurriendo a las temáticas paganas con letras de significado ambiguo o algo implícito, escritas de forma poética. Si quieren saber más detalles de esta magnífica obra, los invito amablemente a escucharla en sus medios favoritos. Por mi parte no me extenderé más porque se haría excesivamente largo y porque al final de la cuenta terminaría coartando su imaginación. A pesar de ello, quiero antes destacar a mi favorita del álbum “The Coming End” que con ese impresionante riff de guitarra del comienzo consiguió poner mi piel de gallina en su primera escucha.

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Iotunn está conformada actualmente por Jón Aldará en voces, los hermanos Jesper y Jens Gräs en guitarras, Bjørn Wind Andersen en batería y Eskil Rask en bajos.

De todos ellos, si hay alguien que se lleva todos los laureles en esta producción, es Jón con su superador desempeño vocal, combinando voces limpias y guturales, ambos matices a la perfección. Podemos notar, si prestamos atención, la facilidad con que hace uso de sus resonadores faciales para enmascarar la voz y lograr así el característico brillo de su cantar. Los guturales también están al mismo nivel, con una voz más profunda y oscura, pero al mismo tiempo aguda, lo que resulta en un efecto donde parecieran haber 2 personas diferentes cantando en simultaneo. Las guitarras se encuentran también muy bien logradas, con un sonido y solos muy típicos de los 80s, como los que suenan en In the Air Tonight de Phil Collins.

La producción en términos generales es muy buena, pero totalmente esperable para una banda producida bajo el sello mencionado, lo cual ayuda también a posicionar a Iotunn como una banda con futuro prometedor. Sin mucho para cuestionar sobre la producción (Hansen Studios), mezcla y masterizado, quiero destacar el trabajo del ilustrador Saprophial en el arte de tapa de este disco, donde con el uso profesionalizado del grafito y tinta, nos deja una excelente figura de un gigante en forma de árbol bajo una iluminada noche estrellada en el bosque (Si, como los Ents del Señor de los Anillos) que ilustra muy bien lo que acontecerá en el mismo.

En resumen y para despedirme, con Kinship, esta joven agrupación nórdica no trata de vendernos un simple disco, sino una experiencia completa, de larga escucha, en la que buscan conectar con los oyentes en una relación más íntima y donde personalmente, los cuestionamientos y pensamientos profundos vienen a mí con facilidad. Y resalto realmente esto como un logro para alguien como yo, que gran parte de su vida se ha visto inmerso en el lado pueril del género propuesto por el sunset strip californiano (y no se ofendan por favor, amo el glam metal) y que a esta altura de la vida busca que los artistas tengan algo realmente valioso que decir o mostrarnos. Si a ti te van muy bien los artistas como Alcest, Dream Theater, Porcupine Tree, Gojira o incluso la extravagante Aurora, esta banda y este álbum podrían llegar a gustarte mucho.

 

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Kinship (2024)
Metal Blade

1 – Kinship Elegiac
2 – Mistland
3- Twilight
4 – I Feel the Night
5 – The Coming End
6 – Iridescent Way
7 – Earth to Sky
8 – The Anguished Ethereal




Es común que, en vísperas de Navidad, momento en el que me encuentro desarrollando esta reseña, aprovechemos esa pequeña pausa de feriados laborales para reflexionar sobre lo que aconteció durante nuestro último año y lo que esperamos en lo venidero. Por mi parte y como aquí se habla esencialmente de metal, debo confesar que aún hoy en día me siento un poco afligido respecto a la reciente renuncia del aclamado Nicko McBrain a la actividad en directo con Iron Maiden. Y no es esto una simple angustia moral por tratarse específicamente de la doncella, banda que seguramente a ustedes, como a mí, nos ha acompañados desde los primeros momentos de plena consciencia. Más bien lo que a mi realmente me acongoja es reconocer el hecho de pertenecer a una generación que quedará marcada por ver partir a las grandes leyendas y nombres del género.

Pero como todos ustedes saben y como dice el famoso proverbio “por muy larga que sea la noche, amanecerá” y aun en tiempos como los descriptos en el párrafo anterior, tenemos la oportunidad de hacernos de grandes agrupaciones que siguen poniendo al metal en el más alto nivel de la música. Bandas como Gojira, Ghost, Bring Me The Horizon, Spiritbox, Jinjer, Alcest y un sinfín más, están pujando fuertemente por mantener las diversas variantes del metal en estado de plenitud y a pesar de la aceptable resistencia de los más nostálgicos y conservadores, parecieran estar lográndolo. ¿Y a qué viene toda esta reflexión? Pues, bien, me he topado este 2024 con lo que yo creo que es un nombre que dará mucho que hablar en los próximos años (si es que ya no lo está haciendo).

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Hoy vengo a predicarles la música de Iotunn, una banda de origen danés-feroés, que, si bien puede parecernos emergente o desconocida, no debería resultarnos extraño verla en los principales festivales del viejo continente (estarán, por ejemplo, participando en la próxima edición del Wacken). Iotunn, que en la cultura escandinava significa “gigantes”, es una banda del tipo death metal melódico progresivo, pero como no me gustan las etiquetas extensas y a veces pueden ser confusas, confíen esta vez en mi palabra y quedemos en que es por, sobre todo, un moderno metal progresivo.

El motivo de mi ridícula euforia no es el nombre en sí de la banda, sino su más reciente y majestuosa obra Kinship, un álbum que fuere lanzado el pasado 25 de octubre bajo el conocido sello Metal Blade Records y que sin duda alguna se coloca con facilidad en mi top de los 10 mejores albums del año 2024. Conformado por 8 piezas de larga duración, Kinship nos invita a un viaje de reflexión sobre la vida misma y la muerte, de cuestionamiento, de introspección, donde los progresivos cambios musicales acompañan una secuencia de estados de ánimo como el enojo, la tristeza, el miedo y la melancolía, pero que al mismo tiempo y a pesar de ello, uno podría disfrutarlo tranquilamente bajo lo que es propio de la cultura danesa, el “Hygge” (que se define como una completa filosofía de vida asociada a los sentimientos de bienestar). En las composiciones de la banda, es también muy recurrente las referencias a los bosques, la naturaleza y la mitología que deviene de la cultura pagana. Todo esto es representado en Kinship a través de las narraciones en primera persona de lo que pareciera ser un miembro de una tribu prehistórica.

El álbum comienza con “Kinship Elegiac”, una canción de unos espectaculares casi 14 minutos donde la epicidad no deja de faltar en ninguno de los segundos transcurridos. Aquí los constantes cambios de ritmo y melodías acompañan junto con el gran desempeño vocal del cantante y espectaculares guitarras, a una pequeña historia en la que el personaje principal se encuentra en medio de una catarsis producto del abandono de alguien cercano, donde también podemos inferir a partir de ciertas líneas, que esta persona se siente amparada por sus creencias relacionadas al bosque. A continuación, es el turno de “Mistland” (Tierra de niebla) que no tiene nada que envidiar a la del comienzo, con sus casi 10 minutos de duración y donde nuevamente lo épico, las referencias al paganismo, el bosque y los relatos en primera persona están presentes, además de contar con un espectacular videoclip con ilustraciones de muy buena producción.

Mistland, junto con “Feel the Night”, “Twilight” e “Iridescent Way” conforman los 4 singles promocionales de Kinship. En general, todo el disco transcurre con el mismo formato que las 2 primeras: sumamente progresivo, de piezas de larga duración y tintes épicos, recurriendo a las temáticas paganas con letras de significado ambiguo o algo implícito, escritas de forma poética. Si quieren saber más detalles de esta magnífica obra, los invito amablemente a escucharla en sus medios favoritos. Por mi parte no me extenderé más porque se haría excesivamente largo y porque al final de la cuenta terminaría coartando su imaginación. A pesar de ello, quiero antes destacar a mi favorita del álbum “The Coming End” que con ese impresionante riff de guitarra del comienzo consiguió poner mi piel de gallina en su primera escucha.

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Iotunn está conformada actualmente por Jón Aldará en voces, los hermanos Jesper y Jens Gräs en guitarras, Bjørn Wind Andersen en batería y Eskil Rask en bajos.

De todos ellos, si hay alguien que se lleva todos los laureles en esta producción, es Jón con su superador desempeño vocal, combinando voces limpias y guturales, ambos matices a la perfección. Podemos notar, si prestamos atención, la facilidad con que hace uso de sus resonadores faciales para enmascarar la voz y lograr así el característico brillo de su cantar. Los guturales también están al mismo nivel, con una voz más profunda y oscura, pero al mismo tiempo aguda, lo que resulta en un efecto donde parecieran haber 2 personas diferentes cantando en simultaneo. Las guitarras se encuentran también muy bien logradas, con un sonido y solos muy típicos de los 80s, como los que suenan en In the Air Tonight de Phil Collins.

La producción en términos generales es muy buena, pero totalmente esperable para una banda producida bajo el sello mencionado, lo cual ayuda también a posicionar a Iotunn como una banda con futuro prometedor. Sin mucho para cuestionar sobre la producción (Hansen Studios), mezcla y masterizado, quiero destacar el trabajo del ilustrador Saprophial en el arte de tapa de este disco, donde con el uso profesionalizado del grafito y tinta, nos deja una excelente figura de un gigante en forma de árbol bajo una iluminada noche estrellada en el bosque (Si, como los Ents del Señor de los Anillos) que ilustra muy bien lo que acontecerá en el mismo.

En resumen y para despedirme, con Kinship, esta joven agrupación nórdica no trata de vendernos un simple disco, sino una experiencia completa, de larga escucha, en la que buscan conectar con los oyentes en una relación más íntima y donde personalmente, los cuestionamientos y pensamientos profundos vienen a mí con facilidad. Y resalto realmente esto como un logro para alguien como yo, que gran parte de su vida se ha visto inmerso en el lado pueril del género propuesto por el sunset strip californiano (y no se ofendan por favor, amo el glam metal) y que a esta altura de la vida busca que los artistas tengan algo realmente valioso que decir o mostrarnos. Si a ti te van muy bien los artistas como Alcest, Dream Theater, Porcupine Tree, Gojira o incluso la extravagante Aurora, esta banda y este álbum podrían llegar a gustarte mucho.

 

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