La carrera de esta provocadora formación navarra no ha parado de crecer desde su nacimiento en 2004, de ahí el encabezamiento de este artículo, de su actual gira, XX Años Dándolo Casi Todo, que casa con el título de su octavo disco en estudio Mucho Asco (Casi) Todo. Un ascenso que empezó por su fichaje con la mítica, y recientemente fenecida disquera navarra, Gor Diskak, en su Iruña natal.
Sus primeras visitas a Catalunya se produjeron primero en Tarragona en 2005, y ya en 2007, y 2009 en la denostada sala barcelonesa, KGB a los que asistí con notable estupefacción ante tal locura sobre el escenario, y debajo de él, interpretando sus dos primeros discos, los cuales siguen teniendo una presencia vital en su ya, amplio repertorio discografico. Tras estas primeras visitas a la capital catalana, incluyendo unas fiestas alternativas en el barrio de Prosperitat, y otras localidades cercanas, pasaron en dos ocasiones por la Salamandra, dos más en Apolo, hasta llegar el pasado año a Razzmatazz I, y seguir en modo Dios, de dos en dos, repitiendo hoy en esta sala, aunque con menor presencia de público que junto a Eskorzo en la que se registró un lleno total.
En esta ocasión es la banda catalana Ultimo Rekurso, con K, no confundir con los argentinos del mismo nombre, serían los encargados de calentar a la tropa, al igual que hicieron hace año y medio en esta misma sala con los icónicos Dead Kennedys, que sufrieron un buen baño de cervezas volantes, una costumbre que se ha ido popularizando tras la vuelta a los directos, una vez superada la pandemia, como si la regalaran. Ante un centenar de personas, cifra que iría en ascenso a largo del directo, los de Sant Boi de Llobregat iniciaron una intensa y entregada descarga con “Hijos de la Oscuridad”, desde su álbum Que Parezca Una Democracia (2018), con exceso de batería, hecho que mejoró a lo largo del bolo. Al igual que junto a los Kennedys se marcaron la versión castellanizada del “Punk Rock Song” de Bad Religion, seguido por algo inverosímil, lo (casi) nunca visto, un solo de batería en un concierto punk, y en una banda telonera que no suele disponer de demasiado tiempo, a cargo de un batería que sustituía al oficial Josu Julià, y que se había aprendido el repertorio en una semana. Tras la exhibición del baterista llegan “Hasta que el Estado nos Separe”, y una coreada “Nada que Perder” con notables solos de guitarra desde su Adictos al Kaos (2020), entre las cuales su vocalista, Sergi Perpinyà pregunto si en España se tortura, ¿o no? Pues va a ser que sí.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: Richie Ramone en Buenos Aires: “El legado ramonero sigue vigente”
Apoyo a Palestina, y palabras para el recuerdo de “Gritos en la Pared (Guillem Agulló)”, joven independentista, asesinado por nazis españolistas en 1993, una pieza bien dura tanto en lo musical como en las letras, mitad en catalán y castellano. Finalizaron sus treinta minutos de actuación con “A Cara y Cruz”, también desde su quinto trabajo Memorándum de Combate (2022) y “Adictos al Kaos” para terminar. Pues muy bien, correctos, y diría que mejor que con DK, con un inicio complicado en un ambiente gélido que se fue animando, y completando con unas cuatrocientas, o quinientas personas cuando abandonaron el escenario.
La última vez que gocé del alocado espectáculo de los pamplonicas fue hace un par veranos en la Festa Major de Ripollet, a unos veinte kilómetros de la capital, ya con su nuevo guitarrista, el melenas Iván Karmona, ex Guilty Brigade, y único de los miembros del grupo que no ha adoptado el apellido de ninguno de los Primeros Ministros Vascos, o Lehendakariak como ha hecho el resto de miembros, o ex miembros del grupo.
Media hora larga de espera, para que salte al rectángulo el ahora quinteto, tras la reincorporación del guitarrista fundador del grupo, y hermano de Aitor, Asier, que abandonó la nave en 2013, y que es uno de los grandes alicientes de la actual gira, así como las composiciones que engrosan su nuevo artefacto.
Con una gran lona de fondo con la portada de Mucho Asco (Casi) Todo, que para quien no la haya visto es un dibujo más o menos fidedigno del Presidente Pedro Sánchez, ciertamente perturbador tenerlo ahí omnipresente. Empezaron el show igual que el disco con “Lejía Conejo” dedicada a una juventud cada vez más preparada, pero a la vez acomodada y egoísta. Pero con la que empieza el karaoke general es con la relajada “Estamos en Esto por las Drogas”, aunque el despertar salvaje de la batería de Potxeta se produce con “El Ultimo Txakurra”, apelativo cariñoso para la policía en Euskadi, perro. Tras este divertido corte, el “Esto no es Punki” sobre quien decide que es lo auténtico en lo que a estilos musicales se refiere, otro tema serio es el dedicado a la era pandémica con “Coctel Molotov al Chivato del Balcón”, una triste realidad que tuvimos que vivir.
Aitor saluda al respetable con un Bona nit, y Buenas noches, informa de la reincorporación de su hermano Asier, y que ahora ya son mayoría euskaldún en la banda, tres vascoparlantes contra dos, pero lo que hacen Asier y Aitor es echarse unos diálogos en pseudo inglés antes de atacar con “Fuimos Ikastoleros”, o los que fueron a las escuelas donde el euskera es la lengua principal de enseñanza, con una letra que juega con las vinculaciones que les dio la prensa fascista con ser escuelas de formación de terroristas, y con el Jokin, el que fuera bajista de los geniales Tijuana in Blue camuflado con un pasamontañas negro.
“Pasao de Rosca” me recuerda a Def Con Dos, una banda con ciertas similitudes con los navarricos en cuestión de letras, sacándole punta a la actualidad y a la sociología humana. Otra de las nuevas es “Tormenta de Mierda” que suena simple y llanamente tremebunda con esas frases finales extraídas del “Don Vito y la Revuelta en el Frenopático” de Kortatu. “Violencia en Acción” escupe rock radikal vasko de la época, y es en la que Aitor realiza su primera incursión a las catacumbas. Tras “Cómeme la Franja de Gaza” delicado está el tema en Palestina, y Jokin se tumba en plan camilla mientras Aitor le coloca el micro en la boca, y el bajista emula a Freddie Mercury con ese clásico dialogo con el público a base de gorgoritos, del que Jokin se reincorpora medio mareado, la tensión dice, y Aitor le contesta que tranquilo a los Kiss también les pasa. Esto es un no parar.
Una de las nuevas es la dedicada los pijos españolistas, la titulada “Todos Mis Amigos se Llaman Cayetano”, aunque también aparece algún Jordi, etc. Más material del primero con la buenísima “Detector de Gilipolleces”, y “Cerveza sin Alcohol”, el café descafeinado, etcétera, es a lo que estamos todos predestinados. Tras la del avión, otra novedad con “Se Dice Taitanic” y recuerdos para Leonardo, la soviética “Héroes de la Clase Obrera” con Iván, Jokin y Aitor en el foso, y el cantante llegando hasta las inmediaciones de la mesa de sonido, y llevado en volandas de vuelta al escenario. Situación que aprovecha Potxeta para ir al camerino a vete a saber que, deja algo para los demás le suelta Aitor mientras esperamos su retorno.
Vuelven a la carga con las geniales “Centro Comercial”, y “Gaupasa o Speed” o que fue primero, el hecho de seguir de fiesta sin dormir, o los estupefacientes para poder conseguirlo. Entre las cuales Aitor hizo comentarios sobre que iban a comerle la oreja a Alice Cooper en el Resurrection Fest, se refirió a alguna otra banda calificándoles de fachas, pero no entendimos quiénes fueron los aludidos. También del primer álbum es “Cabrón”, antes de llegar al tema más corto de la historia dicen, superando al “You Suffer” de Napalm Death de tan solo tres segundos, la repitieron como cuatro veces para a ver si la gente pillaba el ritmo y la letra.
Txapela y pasamontañas blanco para Jokin de nuevo, en otra de las clásicas, “Veteranos de la Kale Borroka”, la lucha callejera en la Euskal Herria de los noventa, quemando buses, y demás movidas. También novedosa es la dedicada al político de Podemos “Pablo Echenique”, “Drogolegas”, y “Drogopropulsado”, no necesitan demasiada explicación. Más drogas.
A la que Aitor se enfunda la camiseta de la selección española, ya sabemos que canción viene, y los gritos de Puta España son mayoritarios, con lluvia de vasos incluida, Aitor a hombros entre un gentío empecinado en quitarle la camiseta, y Aitor pidiéndole caña a Potxeta para seguir con “Marido y Mujerta” también queda claro de qué va, otra triste realidad. Llegamos a los dos temas que cierran el disco Cicatriz en la Matriz, nombre original de la mítica banda gasteiztarra, los dedicados a un amor platónico versus “Urrusolo Sistiaga”, miembro arrepentido de ETA que formó parte del Comando Madrid, con un estribillo final repetido una y mil veces hasta la saciedad, y el aburrimiento con la que desaparece de escena toda la banda, excepto Aitor que va pasándole el micro a la gente para que siga berreando Esto no va para nada de política, esto no va de apología del terror.
Tras cinco minutos con la rayada del pasamicro, y cinco más de descanso llegamos a los bises con la dedicada al Presidente Sánchez, “Sanchista y Jujano”, la versión lendakarizada del “KKK Took my Babe Away” de Ramones transformada en “El 4K se Llevó a mi Chica”, la única extraída de su séptimo disco, Podrán Cortar la Droga, Pero no la Primavera (2017). Más candela con la speedica “E.T.A. Deja Alguna Discoteca”, y para “Modo Dios” Aitor se sube a un altavoz, sube al escena un espontaneo con cabeza de panda, e interpretar el emblemático “Oso Panda” con el que termina esta vorágine de noventa minutos triturando treinta y seis cortes a toda castaña.
Curiosamente echamos en falta algún tema nuevo más, no es lo habitual, siempre sueles echar de menos algún clásico, pero es que piezas como “Yositecreo”, dedicada a la caída del vocalista de Los Suaves, y que contiene notas del “All My Friends Are Dead” de Turbonegro, o la anti futbolera “Fuck Osasuna”, la escuadra rojilla de Pamplona, de la que Iván no dudo en lucir en la parte final del concierto una de sus camisetas.
Para un antiespañol, independista de toda la vida, y fanático del futbol sigue siendo difícil de corear según que letras de esta panda de mordaces lumbreras, pero a veces la vida hay que tomársela a broma, y con filosofía, sobre todo esto de la política, y el futbol. Y si quieres más, pero en euskera, Aitor tiene otra banda de igual porte llamada Aberri Txarrak (Malas Patrias).
La carrera de esta provocadora formación navarra no ha parado de crecer desde su nacimiento en 2004, de ahí el encabezamiento de este artículo, de su actual gira, XX Años Dándolo Casi Todo, que casa con el título de su octavo disco en estudio Mucho Asco (Casi) Todo. Un ascenso que empezó por su fichaje con la mítica, y recientemente fenecida disquera navarra, Gor Diskak, en su Iruña natal.
Sus primeras visitas a Catalunya se produjeron primero en Tarragona en 2005, y ya en 2007, y 2009 en la denostada sala barcelonesa, KGB a los que asistí con notable estupefacción ante tal locura sobre el escenario, y debajo de él, interpretando sus dos primeros discos, los cuales siguen teniendo una presencia vital en su ya, amplio repertorio discografico. Tras estas primeras visitas a la capital catalana, incluyendo unas fiestas alternativas en el barrio de Prosperitat, y otras localidades cercanas, pasaron en dos ocasiones por la Salamandra, dos más en Apolo, hasta llegar el pasado año a Razzmatazz I, y seguir en modo Dios, de dos en dos, repitiendo hoy en esta sala, aunque con menor presencia de público que junto a Eskorzo en la que se registró un lleno total.
En esta ocasión es la banda catalana Ultimo Rekurso, con K, no confundir con los argentinos del mismo nombre, serían los encargados de calentar a la tropa, al igual que hicieron hace año y medio en esta misma sala con los icónicos Dead Kennedys, que sufrieron un buen baño de cervezas volantes, una costumbre que se ha ido popularizando tras la vuelta a los directos, una vez superada la pandemia, como si la regalaran. Ante un centenar de personas, cifra que iría en ascenso a largo del directo, los de Sant Boi de Llobregat iniciaron una intensa y entregada descarga con “Hijos de la Oscuridad”, desde su álbum Que Parezca Una Democracia (2018), con exceso de batería, hecho que mejoró a lo largo del bolo. Al igual que junto a los Kennedys se marcaron la versión castellanizada del “Punk Rock Song” de Bad Religion, seguido por algo inverosímil, lo (casi) nunca visto, un solo de batería en un concierto punk, y en una banda telonera que no suele disponer de demasiado tiempo, a cargo de un batería que sustituía al oficial Josu Julià, y que se había aprendido el repertorio en una semana. Tras la exhibición del baterista llegan “Hasta que el Estado nos Separe”, y una coreada “Nada que Perder” con notables solos de guitarra desde su Adictos al Kaos (2020), entre las cuales su vocalista, Sergi Perpinyà pregunto si en España se tortura, ¿o no? Pues va a ser que sí.
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Apoyo a Palestina, y palabras para el recuerdo de “Gritos en la Pared (Guillem Agulló)”, joven independentista, asesinado por nazis españolistas en 1993, una pieza bien dura tanto en lo musical como en las letras, mitad en catalán y castellano. Finalizaron sus treinta minutos de actuación con “A Cara y Cruz”, también desde su quinto trabajo Memorándum de Combate (2022) y “Adictos al Kaos” para terminar. Pues muy bien, correctos, y diría que mejor que con DK, con un inicio complicado en un ambiente gélido que se fue animando, y completando con unas cuatrocientas, o quinientas personas cuando abandonaron el escenario.
La última vez que gocé del alocado espectáculo de los pamplonicas fue hace un par veranos en la Festa Major de Ripollet, a unos veinte kilómetros de la capital, ya con su nuevo guitarrista, el melenas Iván Karmona, ex Guilty Brigade, y único de los miembros del grupo que no ha adoptado el apellido de ninguno de los Primeros Ministros Vascos, o Lehendakariak como ha hecho el resto de miembros, o ex miembros del grupo.
Media hora larga de espera, para que salte al rectángulo el ahora quinteto, tras la reincorporación del guitarrista fundador del grupo, y hermano de Aitor, Asier, que abandonó la nave en 2013, y que es uno de los grandes alicientes de la actual gira, así como las composiciones que engrosan su nuevo artefacto.
Con una gran lona de fondo con la portada de Mucho Asco (Casi) Todo, que para quien no la haya visto es un dibujo más o menos fidedigno del Presidente Pedro Sánchez, ciertamente perturbador tenerlo ahí omnipresente. Empezaron el show igual que el disco con “Lejía Conejo” dedicada a una juventud cada vez más preparada, pero a la vez acomodada y egoísta. Pero con la que empieza el karaoke general es con la relajada “Estamos en Esto por las Drogas”, aunque el despertar salvaje de la batería de Potxeta se produce con “El Ultimo Txakurra”, apelativo cariñoso para la policía en Euskadi, perro. Tras este divertido corte, el “Esto no es Punki” sobre quien decide que es lo auténtico en lo que a estilos musicales se refiere, otro tema serio es el dedicado a la era pandémica con “Coctel Molotov al Chivato del Balcón”, una triste realidad que tuvimos que vivir.
Aitor saluda al respetable con un Bona nit, y Buenas noches, informa de la reincorporación de su hermano Asier, y que ahora ya son mayoría euskaldún en la banda, tres vascoparlantes contra dos, pero lo que hacen Asier y Aitor es echarse unos diálogos en pseudo inglés antes de atacar con “Fuimos Ikastoleros”, o los que fueron a las escuelas donde el euskera es la lengua principal de enseñanza, con una letra que juega con las vinculaciones que les dio la prensa fascista con ser escuelas de formación de terroristas, y con el Jokin, el que fuera bajista de los geniales Tijuana in Blue camuflado con un pasamontañas negro.
“Pasao de Rosca” me recuerda a Def Con Dos, una banda con ciertas similitudes con los navarricos en cuestión de letras, sacándole punta a la actualidad y a la sociología humana. Otra de las nuevas es “Tormenta de Mierda” que suena simple y llanamente tremebunda con esas frases finales extraídas del “Don Vito y la Revuelta en el Frenopático” de Kortatu. “Violencia en Acción” escupe rock radikal vasko de la época, y es en la que Aitor realiza su primera incursión a las catacumbas. Tras “Cómeme la Franja de Gaza” delicado está el tema en Palestina, y Jokin se tumba en plan camilla mientras Aitor le coloca el micro en la boca, y el bajista emula a Freddie Mercury con ese clásico dialogo con el público a base de gorgoritos, del que Jokin se reincorpora medio mareado, la tensión dice, y Aitor le contesta que tranquilo a los Kiss también les pasa. Esto es un no parar.
Una de las nuevas es la dedicada los pijos españolistas, la titulada “Todos Mis Amigos se Llaman Cayetano”, aunque también aparece algún Jordi, etc. Más material del primero con la buenísima “Detector de Gilipolleces”, y “Cerveza sin Alcohol”, el café descafeinado, etcétera, es a lo que estamos todos predestinados. Tras la del avión, otra novedad con “Se Dice Taitanic” y recuerdos para Leonardo, la soviética “Héroes de la Clase Obrera” con Iván, Jokin y Aitor en el foso, y el cantante llegando hasta las inmediaciones de la mesa de sonido, y llevado en volandas de vuelta al escenario. Situación que aprovecha Potxeta para ir al camerino a vete a saber que, deja algo para los demás le suelta Aitor mientras esperamos su retorno.
Vuelven a la carga con las geniales “Centro Comercial”, y “Gaupasa o Speed” o que fue primero, el hecho de seguir de fiesta sin dormir, o los estupefacientes para poder conseguirlo. Entre las cuales Aitor hizo comentarios sobre que iban a comerle la oreja a Alice Cooper en el Resurrection Fest, se refirió a alguna otra banda calificándoles de fachas, pero no entendimos quiénes fueron los aludidos. También del primer álbum es “Cabrón”, antes de llegar al tema más corto de la historia dicen, superando al “You Suffer” de Napalm Death de tan solo tres segundos, la repitieron como cuatro veces para a ver si la gente pillaba el ritmo y la letra.
Txapela y pasamontañas blanco para Jokin de nuevo, en otra de las clásicas, “Veteranos de la Kale Borroka”, la lucha callejera en la Euskal Herria de los noventa, quemando buses, y demás movidas. También novedosa es la dedicada al político de Podemos “Pablo Echenique”, “Drogolegas”, y “Drogopropulsado”, no necesitan demasiada explicación. Más drogas.
A la que Aitor se enfunda la camiseta de la selección española, ya sabemos que canción viene, y los gritos de Puta España son mayoritarios, con lluvia de vasos incluida, Aitor a hombros entre un gentío empecinado en quitarle la camiseta, y Aitor pidiéndole caña a Potxeta para seguir con “Marido y Mujerta” también queda claro de qué va, otra triste realidad. Llegamos a los dos temas que cierran el disco Cicatriz en la Matriz, nombre original de la mítica banda gasteiztarra, los dedicados a un amor platónico versus “Urrusolo Sistiaga”, miembro arrepentido de ETA que formó parte del Comando Madrid, con un estribillo final repetido una y mil veces hasta la saciedad, y el aburrimiento con la que desaparece de escena toda la banda, excepto Aitor que va pasándole el micro a la gente para que siga berreando Esto no va para nada de política, esto no va de apología del terror.
Tras cinco minutos con la rayada del pasamicro, y cinco más de descanso llegamos a los bises con la dedicada al Presidente Sánchez, “Sanchista y Jujano”, la versión lendakarizada del “KKK Took my Babe Away” de Ramones transformada en “El 4K se Llevó a mi Chica”, la única extraída de su séptimo disco, Podrán Cortar la Droga, Pero no la Primavera (2017). Más candela con la speedica “E.T.A. Deja Alguna Discoteca”, y para “Modo Dios” Aitor se sube a un altavoz, sube al escena un espontaneo con cabeza de panda, e interpretar el emblemático “Oso Panda” con el que termina esta vorágine de noventa minutos triturando treinta y seis cortes a toda castaña.
Curiosamente echamos en falta algún tema nuevo más, no es lo habitual, siempre sueles echar de menos algún clásico, pero es que piezas como “Yositecreo”, dedicada a la caída del vocalista de Los Suaves, y que contiene notas del “All My Friends Are Dead” de Turbonegro, o la anti futbolera “Fuck Osasuna”, la escuadra rojilla de Pamplona, de la que Iván no dudo en lucir en la parte final del concierto una de sus camisetas.
Para un antiespañol, independista de toda la vida, y fanático del futbol sigue siendo difícil de corear según que letras de esta panda de mordaces lumbreras, pero a veces la vida hay que tomársela a broma, y con filosofía, sobre todo esto de la política, y el futbol. Y si quieres más, pero en euskera, Aitor tiene otra banda de igual porte llamada Aberri Txarrak (Malas Patrias).