Fotos y crónica: Julieta G. López
El lunes 8 de octubre en Rockville fue una noche marcada en el calendario de los fanáticos del punk-rock, ya que Michale Graves, exvocalista de los míticos Misfits, se despedía tras 28 años de legado. La expectación era palpable: la noche prometía ser íntima y legendaria, una velada para recordar.
El ambiente en la sala madrileña era especial, con camisetas de Misfits y el icónico Crimson Ghost adornando a los asistentes. Sin foso ni barreras entre la banda y el público, los fanáticos comenzaron a acercarse al escenario, sabiendo que estaban a punto de vivir una experiencia única. El primer acto de la noche fue Horror Wolf, banda española que entregó un show cargado de energía, con letras inspiradas en Halloween, películas de terror y un estilo horror-rock que encajó a la perfección. El vocalista Jan ofreció una actuación enérgica, revoleando el micrófono y haciendo gala de movimientos que atraparon a los presentes, mientras el bajista Andy, bajando del escenario, interactuaba con el público. El momento culminante fue cuando el mismísimo Graves se unió a ellos para una canción.
Tras Horror Wolf, subieron al escenario los murcianos de House Of Dawn, quienes han acompañado a Graves durante toda su gira y además comparten músicos con él. Con un estilo que fusiona el rock estadounidense y el soul, la banda demostró un sonido impecable. Jason, el cantante y bajista, no dejó de animar al público, incluso bajando del escenario en más de una ocasión, generando una conexión especial que mantuvo la energía de la sala a tope durante toda su presentación.
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Y entonces llegó el momento más esperado de la noche: la aparición de Michale Graves. Para muchos, es difícil decidir entre él o Danzig como el mejor vocalista de Misfits, pero lo cierto es que Graves tiene una legión fiel de seguidores, y esa noche no fue la excepción. Acompañado por los músicos de House of Dawn, arrancó con “Abominable Dr. Phibes”, desatando una explosión de energía que obligó a la seguridad a intervenir para contener al público, que ya se abalanzaba sobre el escenario.
El setlist estuvo cargado de clásicos de su época con Misfits, cada canción era recibida con una mezcla de euforia y nostalgia. Temas como “Dig Up Her Bones”, “Forbidden Zone”, “Scream” y “Saturday Night” llevaron a la sala a un nivel de éxtasis difícil de describir. En especial, “Saturday Night” destacó como el punto álgido de la noche, generando un pogo que dejó a todos los asistentes comprimidos en una masa de energía desbordante.
A sus 49 años, Michale Graves demostró que sigue siendo una fuerza en el escenario. Entre canción y canción, se tomó momentos para hablar con el público, mostrando una emoción genuina al reflexionar sobre su carrera. Fue una despedida cargada de intensidad y emoción, un cierre a la altura de un legado que, sin duda, seguirá vivo en los corazones de sus fans.
Etiquetas: Bin Producciones, madrid, Michale Graves
Fotos y crónica: Julieta G. López
El lunes 8 de octubre en Rockville fue una noche marcada en el calendario de los fanáticos del punk-rock, ya que Michale Graves, exvocalista de los míticos Misfits, se despedía tras 28 años de legado. La expectación era palpable: la noche prometía ser íntima y legendaria, una velada para recordar.
El ambiente en la sala madrileña era especial, con camisetas de Misfits y el icónico Crimson Ghost adornando a los asistentes. Sin foso ni barreras entre la banda y el público, los fanáticos comenzaron a acercarse al escenario, sabiendo que estaban a punto de vivir una experiencia única. El primer acto de la noche fue Horror Wolf, banda española que entregó un show cargado de energía, con letras inspiradas en Halloween, películas de terror y un estilo horror-rock que encajó a la perfección. El vocalista Jan ofreció una actuación enérgica, revoleando el micrófono y haciendo gala de movimientos que atraparon a los presentes, mientras el bajista Andy, bajando del escenario, interactuaba con el público. El momento culminante fue cuando el mismísimo Graves se unió a ellos para una canción.
Tras Horror Wolf, subieron al escenario los murcianos de House Of Dawn, quienes han acompañado a Graves durante toda su gira y además comparten músicos con él. Con un estilo que fusiona el rock estadounidense y el soul, la banda demostró un sonido impecable. Jason, el cantante y bajista, no dejó de animar al público, incluso bajando del escenario en más de una ocasión, generando una conexión especial que mantuvo la energía de la sala a tope durante toda su presentación.
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Y entonces llegó el momento más esperado de la noche: la aparición de Michale Graves. Para muchos, es difícil decidir entre él o Danzig como el mejor vocalista de Misfits, pero lo cierto es que Graves tiene una legión fiel de seguidores, y esa noche no fue la excepción. Acompañado por los músicos de House of Dawn, arrancó con “Abominable Dr. Phibes”, desatando una explosión de energía que obligó a la seguridad a intervenir para contener al público, que ya se abalanzaba sobre el escenario.
El setlist estuvo cargado de clásicos de su época con Misfits, cada canción era recibida con una mezcla de euforia y nostalgia. Temas como “Dig Up Her Bones”, “Forbidden Zone”, “Scream” y “Saturday Night” llevaron a la sala a un nivel de éxtasis difícil de describir. En especial, “Saturday Night” destacó como el punto álgido de la noche, generando un pogo que dejó a todos los asistentes comprimidos en una masa de energía desbordante.
A sus 49 años, Michale Graves demostró que sigue siendo una fuerza en el escenario. Entre canción y canción, se tomó momentos para hablar con el público, mostrando una emoción genuina al reflexionar sobre su carrera. Fue una despedida cargada de intensidad y emoción, un cierre a la altura de un legado que, sin duda, seguirá vivo en los corazones de sus fans.
Etiquetas: Bin Producciones, madrid, Michale Graves