

Mudhoney tienen raíces profundas en la escena del “grunge” de Seattle: se habrán formado en 1988, pero Mark Arm y Steve Turner (ambos guitarristas, con Arm siendo también el cantante) habían dado sus primeros pasos en Green River, una de las bandas pioneras de este rock ruidoso y descuidado. Y también se pueden contar entre las poquísimas que se han mantenido activas hasta el día de hoy, puesto que pueden compartir con Pearl Jam y no muchos más, en un círculo plagado de tragedias por las que se lo puede caracterizar de las escenas más malditas de la historia del rock.
¿Habrá sido porque Mudhoney nunca tuvo su gran momento de explosión? El sello Reprise, subsidiaria de Warner Music Group, probó suerte con ellos en los noventas a ver si podían tener un nuevo Nirvana entre sus manos, pero tras tres álbumes les dieron el olivo a fines de los noventas y el cuarteto volvió a Sub Pop, donde se han mantenido desde entonces. Así que no serán un grupo que llene estadios por sí solo, pero es innegable que Mudhoney se ha granjeado una reputación propia como banda de culto de la movida, y eso es algo que se pudo ver el 26 de marzo de 2025 en el Teatro Vorterix de Buenos Aires, Argentina, donde la banda se presentó en el marco de la gira de presentación de Plastic Eternity, su LP número 11 en poco más de 35 años de carrera.
Este era el quinto recital del grupo en el país y el tercero como banda principal, tras esos dos recitales de 2005 en el estadio de Ferro como teloneros de Pearl Jam. Habían pasado casi 11 años desde la última vez que el cuarteto había pasado por tierras argentinas, y la expectativa… no sé si decir que “se sentía en el aire”, pero había un cúmulo respetable de gente reunida para verlos, sin que Lacroze 3455 se sintiera verdaderamente lleno. A las 19:40 estaba sonando Alice In Chains de fondo y muchas remeras de Nirvana, Pearl Jam y un par de Mudhoney, tal vez menos porque en el lugar de merchandising el talle más grande era el M. También había de Killing Joke, Black Flag, The Stooges e incluso varias de Tool, seguramente por el concierto que habían dado en el Lollapalooza hacía poco.
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A las 20.00 en punto comenzaron a escucharse los primeros sonidos de la prueba de sonido, y a las 20.10 el telón se abrió para darle la bienvenida a Poseidótica, la banda que tendría la tarea de ser la única telonera de la fecha. Está claro que con algunas bandas es un tanto complicado pensar un telonero que esté más o menos en la misma onda que ellos, así que simplemente voy a decir que la elección de este cuarteto porteño está entre extraña y ciertamente original, con su stoner / prog instrumental de paisajes post rockeros llenos de distorsión de las dieciséis cuerdas del grupo y los ritmos repetitivos de la batería. Fue media hora de recital por parte de Poseidótica, con un sonido alto y un contexto que no habrá sido el mejor para explotar toda su propuesta pero que dejó una buena impresión de su parte, teniendo su primer álbum en una década y tal vez ganándose un par de fans nuevos en el camino.
No hubo que esperar mucho tras ese primer cierre del telón, y a las 21:05 escuchamos una nota de bajo y vimos la apertura del telón de Vorterix, revelando todo el setup de Mudhoney y a Arm, Turner, el bajista Guy Maddison y el baterista Dan Peters ya apostados en sus puestos. Arm tira un “Hello!” rápido y dan comienzo a “If I Think”, clásico de su EP debut Superfuzz Bigmuff que con una dosis extra de volumen y distorsión puede arrancar como una versión garagera de “War Pigs” de Black Sabbath. Es un inicio que tuvo bastante prendido al público, y algo que siguió con las siguientes “Move Under” y “Get Into Yours”, tras lo cual tomaron un poco de agua mientras se escuchaba cómo el público coreaba el nombre de la banda.
No sé si será algo de siempre de Mudhoney, si es algo de esta gira o de aquella presentación específica en Vorterix, pero quedó claro que el cuarteto no sería de los más comunicativo: nada de arengas ni largos agradecimientos, la noche estaría centrada en las canciones garageras llenas de distorsión que el grupo tiene como marca registrada. Puede sonar como que los estoy acusando de agretas… bueno, en realidad sí, pero voy a admitir que centrarse en tocar las canciones nos permitió escuchar 28 composiciones del extenso catálogo de Mudhoney. Clásicos como “Touch Me I’m Sick”, “Sweet Young Thing (Ain’t Sweet No More)”, la coreada por el público “Judgement, Rage, Retribution and Thyme”, y más nuevas como “Little Dogs” y “Souvenir Of My Trip”, esta última con un sonido que no hubiera quedado fuera de lugar en alguno de los discos de principios de los noventas.
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El público nunca se habrá puesto en modo “fiesta de papel picado y destrucción”, pero todo el medio del campo estaba bastante animado, saltando al ritmo de las canciones y pasándola bien. Y es verdad que Mark Arm no será el mejor cantante del mundo, pero es innegable que el tipo ha logrado mantenerse en una forma envidiable a lo largo de casi cuatro décadas de estar al frente de la banda, sonando casi indistinguible de lo que grabara décadas atrás: ciertamente no me creería que esa voz de tintes juveniles vendría de parte de un tipo de pelo canoso largo que parece Diego Capusotto. También es llamativo que todos en la banda pudieran pasar como cualquier tipo de la calle si no tuvieran los instrumentos colgados, tal vez con la excepción de Dan Peters a causa de su fedora de músico de ska y el hecho de no tener su instrumento musical colgado.
Cuando llegó el momento de tocar “Next Time”, Mark Arm se descolgó la guitarra y se enfocó en el micrófono, con la banda ahora en un formato a lo The Stooges que ciertamente le dio más energía a todo el asunto. Con Mark gritando las canciones y la gente más emocionada, siguieron “Chardonnay”, “I’m Now” y “21st Century Pharisees”, cerrando con “One Bad Actor” para ya retirarse del escenario. Claro que ese no iba a ser el final de la presentación de Mudhoney, con el cuarteto volviendo obviamente para darnos un par de bises de regalo: así pasarían “Here Comes Sickness”, “Beneath the Valley of the Underdog” y ya el final definitivo con “In ‘n’ Out of Grace”, con un solo de batería y el público explotando. Hubo un cierre con aplausos de parte de la gente y agradecimientos por parte de la banda, y sin mucha ceremonia más se cerró ya el telón.
¿Eso fue todo? Sí, básicamente: como dije, no hubo muchas frases por parte de Mudhoney, y hasta diría que Poseidótica dirigieron más palabras a la gente a pesar de ser una banda instrumental. Claramente me hubiera gustado un poco más de ¿cariño? por parte del grupo, pero si nos enfocamos simplemente en la música lo de Mudhoney fue una clase de cómo mantenerse en forma a pesar del paso de los años. Esperemos que la próxima oportunidad se dé sin tanta espera de por medio, y que tal vez los tengamos de vuelta de mejor humor ahora que se demostró la fidelidad de la gente.
Etiquetas: argentina, Garage Rock, Grunge, Mudhoney, Poseidotica, Rock Alternativo

Mudhoney tienen raíces profundas en la escena del “grunge” de Seattle: se habrán formado en 1988, pero Mark Arm y Steve Turner (ambos guitarristas, con Arm siendo también el cantante) habían dado sus primeros pasos en Green River, una de las bandas pioneras de este rock ruidoso y descuidado. Y también se pueden contar entre las poquísimas que se han mantenido activas hasta el día de hoy, puesto que pueden compartir con Pearl Jam y no muchos más, en un círculo plagado de tragedias por las que se lo puede caracterizar de las escenas más malditas de la historia del rock.
¿Habrá sido porque Mudhoney nunca tuvo su gran momento de explosión? El sello Reprise, subsidiaria de Warner Music Group, probó suerte con ellos en los noventas a ver si podían tener un nuevo Nirvana entre sus manos, pero tras tres álbumes les dieron el olivo a fines de los noventas y el cuarteto volvió a Sub Pop, donde se han mantenido desde entonces. Así que no serán un grupo que llene estadios por sí solo, pero es innegable que Mudhoney se ha granjeado una reputación propia como banda de culto de la movida, y eso es algo que se pudo ver el 26 de marzo de 2025 en el Teatro Vorterix de Buenos Aires, Argentina, donde la banda se presentó en el marco de la gira de presentación de Plastic Eternity, su LP número 11 en poco más de 35 años de carrera.
Este era el quinto recital del grupo en el país y el tercero como banda principal, tras esos dos recitales de 2005 en el estadio de Ferro como teloneros de Pearl Jam. Habían pasado casi 11 años desde la última vez que el cuarteto había pasado por tierras argentinas, y la expectativa… no sé si decir que “se sentía en el aire”, pero había un cúmulo respetable de gente reunida para verlos, sin que Lacroze 3455 se sintiera verdaderamente lleno. A las 19:40 estaba sonando Alice In Chains de fondo y muchas remeras de Nirvana, Pearl Jam y un par de Mudhoney, tal vez menos porque en el lugar de merchandising el talle más grande era el M. También había de Killing Joke, Black Flag, The Stooges e incluso varias de Tool, seguramente por el concierto que habían dado en el Lollapalooza hacía poco.
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A las 20.00 en punto comenzaron a escucharse los primeros sonidos de la prueba de sonido, y a las 20.10 el telón se abrió para darle la bienvenida a Poseidótica, la banda que tendría la tarea de ser la única telonera de la fecha. Está claro que con algunas bandas es un tanto complicado pensar un telonero que esté más o menos en la misma onda que ellos, así que simplemente voy a decir que la elección de este cuarteto porteño está entre extraña y ciertamente original, con su stoner / prog instrumental de paisajes post rockeros llenos de distorsión de las dieciséis cuerdas del grupo y los ritmos repetitivos de la batería. Fue media hora de recital por parte de Poseidótica, con un sonido alto y un contexto que no habrá sido el mejor para explotar toda su propuesta pero que dejó una buena impresión de su parte, teniendo su primer álbum en una década y tal vez ganándose un par de fans nuevos en el camino.
No hubo que esperar mucho tras ese primer cierre del telón, y a las 21:05 escuchamos una nota de bajo y vimos la apertura del telón de Vorterix, revelando todo el setup de Mudhoney y a Arm, Turner, el bajista Guy Maddison y el baterista Dan Peters ya apostados en sus puestos. Arm tira un “Hello!” rápido y dan comienzo a “If I Think”, clásico de su EP debut Superfuzz Bigmuff que con una dosis extra de volumen y distorsión puede arrancar como una versión garagera de “War Pigs” de Black Sabbath. Es un inicio que tuvo bastante prendido al público, y algo que siguió con las siguientes “Move Under” y “Get Into Yours”, tras lo cual tomaron un poco de agua mientras se escuchaba cómo el público coreaba el nombre de la banda.
No sé si será algo de siempre de Mudhoney, si es algo de esta gira o de aquella presentación específica en Vorterix, pero quedó claro que el cuarteto no sería de los más comunicativo: nada de arengas ni largos agradecimientos, la noche estaría centrada en las canciones garageras llenas de distorsión que el grupo tiene como marca registrada. Puede sonar como que los estoy acusando de agretas… bueno, en realidad sí, pero voy a admitir que centrarse en tocar las canciones nos permitió escuchar 28 composiciones del extenso catálogo de Mudhoney. Clásicos como “Touch Me I’m Sick”, “Sweet Young Thing (Ain’t Sweet No More)”, la coreada por el público “Judgement, Rage, Retribution and Thyme”, y más nuevas como “Little Dogs” y “Souvenir Of My Trip”, esta última con un sonido que no hubiera quedado fuera de lugar en alguno de los discos de principios de los noventas.
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El público nunca se habrá puesto en modo “fiesta de papel picado y destrucción”, pero todo el medio del campo estaba bastante animado, saltando al ritmo de las canciones y pasándola bien. Y es verdad que Mark Arm no será el mejor cantante del mundo, pero es innegable que el tipo ha logrado mantenerse en una forma envidiable a lo largo de casi cuatro décadas de estar al frente de la banda, sonando casi indistinguible de lo que grabara décadas atrás: ciertamente no me creería que esa voz de tintes juveniles vendría de parte de un tipo de pelo canoso largo que parece Diego Capusotto. También es llamativo que todos en la banda pudieran pasar como cualquier tipo de la calle si no tuvieran los instrumentos colgados, tal vez con la excepción de Dan Peters a causa de su fedora de músico de ska y el hecho de no tener su instrumento musical colgado.
Cuando llegó el momento de tocar “Next Time”, Mark Arm se descolgó la guitarra y se enfocó en el micrófono, con la banda ahora en un formato a lo The Stooges que ciertamente le dio más energía a todo el asunto. Con Mark gritando las canciones y la gente más emocionada, siguieron “Chardonnay”, “I’m Now” y “21st Century Pharisees”, cerrando con “One Bad Actor” para ya retirarse del escenario. Claro que ese no iba a ser el final de la presentación de Mudhoney, con el cuarteto volviendo obviamente para darnos un par de bises de regalo: así pasarían “Here Comes Sickness”, “Beneath the Valley of the Underdog” y ya el final definitivo con “In ‘n’ Out of Grace”, con un solo de batería y el público explotando. Hubo un cierre con aplausos de parte de la gente y agradecimientos por parte de la banda, y sin mucha ceremonia más se cerró ya el telón.
¿Eso fue todo? Sí, básicamente: como dije, no hubo muchas frases por parte de Mudhoney, y hasta diría que Poseidótica dirigieron más palabras a la gente a pesar de ser una banda instrumental. Claramente me hubiera gustado un poco más de ¿cariño? por parte del grupo, pero si nos enfocamos simplemente en la música lo de Mudhoney fue una clase de cómo mantenerse en forma a pesar del paso de los años. Esperemos que la próxima oportunidad se dé sin tanta espera de por medio, y que tal vez los tengamos de vuelta de mejor humor ahora que se demostró la fidelidad de la gente.
Etiquetas: argentina, Garage Rock, Grunge, Mudhoney, Poseidotica, Rock Alternativo