

Llegamos a Polonia con más ganas que nunca, bajo un cielo cubierto por una lluvia intermitente que convertía el ambiente en una incógnita constante. El Mystic Festival celebraba su 25º aniversario con un cartel de lujo, encabezado por nombres como In Flames, Opeth, Sepultura, W.A.S.P. y Jinjer.
La capital de Pomerania, Gdánsk, se transformó en un punto de encuentro internacional. Entre la multitud se escuchaban acentos de Australia, Grecia, Estados Unidos, Finlandia, Noruega, México y muchos más. Esta diversidad consolidaba al Mystic como un evento clave en el circuito global de festivales.
El Park Stage —el segundo escenario más importante— fue el encargado de abrir la jornada con Alcest. La banda ofreció un baño de post-metal hipnótico que sirvió como una excelente antesala para lo que vendría, marcando un “in crescendo” emocional y sonoro a lo largo del día.
Nos acercamos luego a cubrir a Burner, una prometedora banda británica de hardcore/deathcore que debutaba por primera vez fuera de las islas. Su actuación fue sólida, intensa, y dejó claro que estamos ante una banda con un futuro brillante.
TAMBIEN TE PUEDE INTERESAR: Whitechapel – Hymns In Dissonance (2025)
Uno de los momentos que más esperaba por fin llegó: Whitechapel subía al escenario. Como si fuera una señal, la lluvia arreció justo cuando la banda de Tennessee empezó su set. Aun así, nadie se movía. Nadie quería perderse ni un segundo de su potente directo. El repertorio fue variado, desde temas de su más reciente Hymns of Dissonance hasta clásicos como This Is Exile o A New Era of Corruption. Irónicamente, justo al salir del foso de fotógrafos, la lluvia cesó… pero la espina de ese aguacero se quedó clavada.
El siguiente en tomar el relevo fue Jerry Cantrell. Su actuación fue simplemente impactante. Desde el mismo foso, con la piel de gallina, observé cómo la audiencia coreaba cada tema casi de forma automática, como si cada canción formara parte de su ADN musical. Un momento inolvidable.
La noche cerró con los veteranos del thrash, Exodus. Sin embargo, una pobre iluminación y algunos fallos técnicos en el sonido deslucieron un poco su actuación. A pesar de eso, el espíritu seguía intacto.
Así concluía el primer día, con la emoción de saber que esto era solo el comienzo de un festival impresionante. El Mystic prometía —y mucho.



Llegamos a Polonia con más ganas que nunca, bajo un cielo cubierto por una lluvia intermitente que convertía el ambiente en una incógnita constante. El Mystic Festival celebraba su 25º aniversario con un cartel de lujo, encabezado por nombres como In Flames, Opeth, Sepultura, W.A.S.P. y Jinjer.
La capital de Pomerania, Gdánsk, se transformó en un punto de encuentro internacional. Entre la multitud se escuchaban acentos de Australia, Grecia, Estados Unidos, Finlandia, Noruega, México y muchos más. Esta diversidad consolidaba al Mystic como un evento clave en el circuito global de festivales.
El Park Stage —el segundo escenario más importante— fue el encargado de abrir la jornada con Alcest. La banda ofreció un baño de post-metal hipnótico que sirvió como una excelente antesala para lo que vendría, marcando un “in crescendo” emocional y sonoro a lo largo del día.
Nos acercamos luego a cubrir a Burner, una prometedora banda británica de hardcore/deathcore que debutaba por primera vez fuera de las islas. Su actuación fue sólida, intensa, y dejó claro que estamos ante una banda con un futuro brillante.
TAMBIEN TE PUEDE INTERESAR: Whitechapel – Hymns In Dissonance (2025)
Uno de los momentos que más esperaba por fin llegó: Whitechapel subía al escenario. Como si fuera una señal, la lluvia arreció justo cuando la banda de Tennessee empezó su set. Aun así, nadie se movía. Nadie quería perderse ni un segundo de su potente directo. El repertorio fue variado, desde temas de su más reciente Hymns of Dissonance hasta clásicos como This Is Exile o A New Era of Corruption. Irónicamente, justo al salir del foso de fotógrafos, la lluvia cesó… pero la espina de ese aguacero se quedó clavada.
El siguiente en tomar el relevo fue Jerry Cantrell. Su actuación fue simplemente impactante. Desde el mismo foso, con la piel de gallina, observé cómo la audiencia coreaba cada tema casi de forma automática, como si cada canción formara parte de su ADN musical. Un momento inolvidable.
La noche cerró con los veteranos del thrash, Exodus. Sin embargo, una pobre iluminación y algunos fallos técnicos en el sonido deslucieron un poco su actuación. A pesar de eso, el espíritu seguía intacto.
Así concluía el primer día, con la emoción de saber que esto era solo el comienzo de un festival impresionante. El Mystic prometía —y mucho.
