La Sala Sol se convirtió en un hervidero de rock’n’roll el pasado 3 de octubre cuando Nashville Pussy hizo su aparición en la capital española. La expectación era máxima, y así lo demostró el sold out que congregó a cientos de fans ávidos de adrenalina y buen rock.
La espera se hizo larga, y los ánimos comenzaron a caldearse. Entre pitos y aplausos, la banda finalmente irrumpió en el escenario, desatando una euforia contenida. La sala, abarrotada hasta la última butaca, vibró al ritmo de los primeros acordes.
La puesta en escena, con las típicas luces de la Sala Sol que creaban zonas de luz y sombra, proporcionó un ambiente ideal para sumergirse en el espectáculo. Sin embargo, la disposición del escenario, en una esquina de la sala y a una altura reducida, dificultó la visibilidad para los más bajos. A pesar de este inconveniente, la energía de la banda contagió al público desde el primer momento. Las melenas al viento, la cercanía con los artistas, la gente loca con los riffs y ritmos…
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Nashville Pussy demostró una vez más por qué son considerados una de las bandas de rock más enérgicas y divertidas del panorama musical. Sus clásicos y nuevos temas fueron coreados a todo pulmón por un público entregado que no paró de saltar y mover la cabeza. Los gestos de aprobación fueron constantes, y la sala se convirtió en un mar de puños en alto y cuernos de rock, sonrisas y saltos.
La banda, fiel a su estilo, ofreció un espectáculo lleno de energía y humor. Las pausas para “hidratarse” con bourbon y cerveza, ya se han convertido en un sello distintivo de sus conciertos, y en esta ocasión no fueron la excepción. La descarga de energía fue constante, y el público respondió con la misma intensidad. Sí, volvimos a ver un sombrero lleno de cerveza vaciarse en segundos con la explosión de risas y la ovación al terminar…
En definitiva, el concierto de Nashville Pussy en la Sala Sol fue una experiencia inolvidable para todos los asistentes. La banda demostró una vez más por qué son una de las bandas de rock más auténticas y divertidas de la escena.
La Sala Sol se convirtió en un hervidero de rock’n’roll el pasado 3 de octubre cuando Nashville Pussy hizo su aparición en la capital española. La expectación era máxima, y así lo demostró el sold out que congregó a cientos de fans ávidos de adrenalina y buen rock.
La espera se hizo larga, y los ánimos comenzaron a caldearse. Entre pitos y aplausos, la banda finalmente irrumpió en el escenario, desatando una euforia contenida. La sala, abarrotada hasta la última butaca, vibró al ritmo de los primeros acordes.
La puesta en escena, con las típicas luces de la Sala Sol que creaban zonas de luz y sombra, proporcionó un ambiente ideal para sumergirse en el espectáculo. Sin embargo, la disposición del escenario, en una esquina de la sala y a una altura reducida, dificultó la visibilidad para los más bajos. A pesar de este inconveniente, la energía de la banda contagió al público desde el primer momento. Las melenas al viento, la cercanía con los artistas, la gente loca con los riffs y ritmos…
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La banda, fiel a su estilo, ofreció un espectáculo lleno de energía y humor. Las pausas para “hidratarse” con bourbon y cerveza, ya se han convertido en un sello distintivo de sus conciertos, y en esta ocasión no fueron la excepción. La descarga de energía fue constante, y el público respondió con la misma intensidad. Sí, volvimos a ver un sombrero lleno de cerveza vaciarse en segundos con la explosión de risas y la ovación al terminar…
En definitiva, el concierto de Nashville Pussy en la Sala Sol fue una experiencia inolvidable para todos los asistentes. La banda demostró una vez más por qué son una de las bandas de rock más auténticas y divertidas de la escena.