Cuarta visita y séptimo recital en tierras españolas de los australianos Ne Obliviscaris, este sexteto que provocara sensación con su demo The Aurora Veil allá por el lejano 2007, y que desde esa fecha cuatro álbumes de puro metal progresivo de tendencias extremas, con la particularidad de incluir a un violinista en su formación. Desde ya que siempre es una suerte verlos en vivo, en este caso presentando su nuevo álbum Exul.
La velada arrancó con la magistral presentación del trío australiano The Omnific, formado por Matthew Fackrell en bajo, Toby Peterson-Stewart también en bajo y el baterista Jerome Lematua. Notarán que no mencioné a guitarrista o vocalista alguno, y es porque el grupo de Melbourne prescinde de toda guitarra para que todo el poder de su música recaiga en el dúo de bajos de seis cuerdas, dando como resultado un sonido extremadamente poderoso centrándose sólo en las frecuencias bajas. Lo de Fackrell, Peterson-Stewart y Lematua es denso y muy técnico, con el dúo de bajistas sacándole todos los sonidos posibles a sus instrumentos mientras Lematua toca unos ritmos alienígenas que podrían sonar completamente aleatorios y ridículos para el oído no entrenado, pero que con un análisis rápido notamos que siguen una lógica, por más ajena que sea.
La banda repasó un puñado de canciones de su LP debut Escapades, editado en octubre de 2021 de manera independiente, con nombres como “Fountainhead”, “Merlin’s Id” y “Objets de Vertu” estando entre el tracklist. Aunque lo del grupo esté dirigido a los que ya son músicos, quienes seguramente puedan apreciar mejor lo hecho por la banda, creo que cualquiera puede llegar a encontrar valor en la propuesta tan particular de The Omnific, que nada por las aguas donde chocan el metal progresivo, el sonido djent y el jazz, demostrando que no hacen falta seis cuerdas (al menos, no las de la guitarra) o voces de cualquier tipo para causa una impresión.
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Tras la formación reducida de los australianos, seguimos la seguidilla de bandas con otro telonero de lujo, en este caso una banda multitudinaria proveniente de la vecina y compañera Andorra: el sexteto Persefone. Había un público importante para ver a los andorranos, con la sala llenándose al momento que el grupo salió a escena, y tiene mucho sentido, considerando que hablamos por lejos del nombre más importante de la minúscula escena pesada de su país.
Ya pasando a las canciones en sí, la banda de Andorra La Vella se despachó con un setlist con una mitad enfocada en el ya lejano Spiritual Migration (2013), con la otra mitad dividida en partes iguales entre Aathma (2017) y el flamante Metanoia (2022). Vaya uno a saber la razón detrás de esta distribución, pero es indudable que Persefone es un rejunte de músicos de la hostia, con una precisión en cada una de sus notas que dejaría a cualquiera con los dedos acalambrados. Su mezcla de death metal y elementos progresivos es muy propia, logrando sonar épicos y violentos sin que un costado termine tomando control del otro.
Luego de esas dos entradas, era momento del plato principal con la aparición de Ne Obliviscaris en el escenario de La Nau, dando comienzo a su presentación con “Intra Venus”, canción de su álbum Urn. Desde un principio quedó en claro que estamos ante músicos de otra galaxia, que trasladan perfectamente sus composiciones del estudio al escenario. Y eso lo logran teniendo a dos músicos recién llegados a sus filas: el baterista francés Kévin Paradis (Benighted, Mithridatic) fue anunciado para ocupar el puesto de manera provisoria durante la gira, luego de la salida de Dan Presland en 2022, mientras que el estadounidense James Dorton (Black Crown Initiate) cubre al histórico Xenoyr en las voces guturales, debido a una emergencia que hizo imposible que este fuera parte de la gira europea.
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A pesar de estas dos bajas, la banda sonó precisa como un reloj suizo y poderosa como un puesto de artillería, con un setlist donde casi la mitad de las canciones salieron de su flamante Exul, editado en marzo de este año. Claro que cuando tu setlist es de apenas nueve canciones casi cualquier disco puede parecer sobrerrepresentado, pero cuando es rutina que estas superen los diez minutos decir que “tocaron nueve canciones” es extremadamente engañoso.
“Equus”, las dos partes de “Misericorde” (“I – As The Flesh Falls” y “II – Anatomy of Quiescence”) y “Forget Not” fueron sólo un puñado de las que el público de La Nau pudo disfrutar esa noche, con la banda tocando estas piezas de complejidad enorme como si estuvieran dándole a tres acordes frente a una fogata, demostrando su enorme técnica y talento. Antes de empezar con “Libera”, le agradecieron a Dorton por haberse sumado a la gira, destacando su trabajo en los diez recitales que lo habían tenido al frente. El enorme pelirrojo estuvo animando a la gente durante todo el recital, con su voz contrastando con los hermosos cantos limpios del también violinista Tim Charles.
Algún desinformado hubiera pensado que la noche terminaba con la canción “Graal”, pero los oriundos de Melbourne estaban para quemar un último cartucho, desatando otra muestra de sonidos progresivos y extremos con “And Plague Flowers the Kaleidoscope”, una que es casi inamovible de su setlist desde hace varios años.
Puede que para algunos la propuesta de Ne Obliviscaris sea pretenciosa o exagerada, pero desde hace rato los australianos han demostrado que tienen talento de sobra para llevarla a buen puerto, con canciones épicas que justifican sin problemas sus duraciones extremas. Esperemos tenerlos por España de vuelta lo antes posible, y que sigan demostrando las posibilidades de este sonido. ¡Salud!
Cuarta visita y séptimo recital en tierras españolas de los australianos Ne Obliviscaris, este sexteto que provocara sensación con su demo The Aurora Veil allá por el lejano 2007, y que desde esa fecha cuatro álbumes de puro metal progresivo de tendencias extremas, con la particularidad de incluir a un violinista en su formación. Desde ya que siempre es una suerte verlos en vivo, en este caso presentando su nuevo álbum Exul.
La velada arrancó con la magistral presentación del trío australiano The Omnific, formado por Matthew Fackrell en bajo, Toby Peterson-Stewart también en bajo y el baterista Jerome Lematua. Notarán que no mencioné a guitarrista o vocalista alguno, y es porque el grupo de Melbourne prescinde de toda guitarra para que todo el poder de su música recaiga en el dúo de bajos de seis cuerdas, dando como resultado un sonido extremadamente poderoso centrándose sólo en las frecuencias bajas. Lo de Fackrell, Peterson-Stewart y Lematua es denso y muy técnico, con el dúo de bajistas sacándole todos los sonidos posibles a sus instrumentos mientras Lematua toca unos ritmos alienígenas que podrían sonar completamente aleatorios y ridículos para el oído no entrenado, pero que con un análisis rápido notamos que siguen una lógica, por más ajena que sea.
La banda repasó un puñado de canciones de su LP debut Escapades, editado en octubre de 2021 de manera independiente, con nombres como “Fountainhead”, “Merlin’s Id” y “Objets de Vertu” estando entre el tracklist. Aunque lo del grupo esté dirigido a los que ya son músicos, quienes seguramente puedan apreciar mejor lo hecho por la banda, creo que cualquiera puede llegar a encontrar valor en la propuesta tan particular de The Omnific, que nada por las aguas donde chocan el metal progresivo, el sonido djent y el jazz, demostrando que no hacen falta seis cuerdas (al menos, no las de la guitarra) o voces de cualquier tipo para causa una impresión.
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Ya pasando a las canciones en sí, la banda de Andorra La Vella se despachó con un setlist con una mitad enfocada en el ya lejano Spiritual Migration (2013), con la otra mitad dividida en partes iguales entre Aathma (2017) y el flamante Metanoia (2022). Vaya uno a saber la razón detrás de esta distribución, pero es indudable que Persefone es un rejunte de músicos de la hostia, con una precisión en cada una de sus notas que dejaría a cualquiera con los dedos acalambrados. Su mezcla de death metal y elementos progresivos es muy propia, logrando sonar épicos y violentos sin que un costado termine tomando control del otro.
Luego de esas dos entradas, era momento del plato principal con la aparición de Ne Obliviscaris en el escenario de La Nau, dando comienzo a su presentación con “Intra Venus”, canción de su álbum Urn. Desde un principio quedó en claro que estamos ante músicos de otra galaxia, que trasladan perfectamente sus composiciones del estudio al escenario. Y eso lo logran teniendo a dos músicos recién llegados a sus filas: el baterista francés Kévin Paradis (Benighted, Mithridatic) fue anunciado para ocupar el puesto de manera provisoria durante la gira, luego de la salida de Dan Presland en 2022, mientras que el estadounidense James Dorton (Black Crown Initiate) cubre al histórico Xenoyr en las voces guturales, debido a una emergencia que hizo imposible que este fuera parte de la gira europea.
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“Equus”, las dos partes de “Misericorde” (“I – As The Flesh Falls” y “II – Anatomy of Quiescence”) y “Forget Not” fueron sólo un puñado de las que el público de La Nau pudo disfrutar esa noche, con la banda tocando estas piezas de complejidad enorme como si estuvieran dándole a tres acordes frente a una fogata, demostrando su enorme técnica y talento. Antes de empezar con “Libera”, le agradecieron a Dorton por haberse sumado a la gira, destacando su trabajo en los diez recitales que lo habían tenido al frente. El enorme pelirrojo estuvo animando a la gente durante todo el recital, con su voz contrastando con los hermosos cantos limpios del también violinista Tim Charles.
Algún desinformado hubiera pensado que la noche terminaba con la canción “Graal”, pero los oriundos de Melbourne estaban para quemar un último cartucho, desatando otra muestra de sonidos progresivos y extremos con “And Plague Flowers the Kaleidoscope”, una que es casi inamovible de su setlist desde hace varios años.
Puede que para algunos la propuesta de Ne Obliviscaris sea pretenciosa o exagerada, pero desde hace rato los australianos han demostrado que tienen talento de sobra para llevarla a buen puerto, con canciones épicas que justifican sin problemas sus duraciones extremas. Esperemos tenerlos por España de vuelta lo antes posible, y que sigan demostrando las posibilidades de este sonido. ¡Salud!