


Las corrientes modernas de metal suelen mezclar el género con el pop o el trap, estilos que hoy atraen de manera masiva a la juventud. Sin embargo, muchas bandas actuales, gracias a esta combinación, logran que los jóvenes se acerquen al sonido pesado y se empapen de él. Estas propuestas híbridas dividen las aguas, ya que muchos consideran que no es metal y que atrae a un público ajeno a los valores del género.
Por suerte, una gran cantidad de jóvenes se ha interesado por subgéneros más extremos y underground, aportando frescura a esta música sin mezclarla de manera tan evidente con estilos externos al metal. Tal es el caso de Neckbreakker, banda danesa de death metal que se está ganando una reputación internacional. De invitados a la fecha estuvieron los también daneses Guttural Disgorge. La particularidad de ambas bandas es que todos sus integrantes tienen menos de 20 años. Ya cuentan con algunos años de trayectoria, pues las formaron siendo prácticamente niños.
Tras una breve introducción, los jóvenes tomaron posición e iniciaron una catarata de breakdowns pesadísimos. Su propuesta se basa en el Slam Death Metal, con secciones muy bien encadenadas y con una identidad propia. Estos pasajes están intercalados con momentos más grooveros, con riffs simples pero rítmicos, y otros más violentos, con blast beats muy rápidos y la guitarra principal generando sonidos de carácter más atmosférico.
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La interpretación de los músicos fue precisa. En ningún momento se desfasaron de tiempo ni de ritmo. Todo fue ejecutado con exactitud y buen criterio. Los que más deslumbraron fueron el bajista, dueño de una técnica de slap y un groove envidiable, y el baterista, ambidiestro y con muy buen gusto para adornar los breakdowns sin caer en la repetición. La velocidad en los blast beats fue la adecuada, alternando entre pasajes muy rápidos y otros más pausados. Muy versátil.
El vocalista contó con una técnica límite pero eficiente, basada en guturales profundos y los famosos pig squeals, que fueron protagonistas de la noche.
La brutalidad y el ritmo de la banda, junto con la buena onda de los músicos y su constante comunicación con el público, hicieron que la audiencia enloqueciera y diera inicio a los primeros pits de la velada. Tímidamente comenzaron los pogos, que luego se transformaron en enormes circle pits y culminaron en dos violentos walls of death.
El final del concierto contó con un vocalista invitado: el baterista de Neckbreakker, quien también canta en una banda de hardcore. Con este cierre, la presentación concluyó. Los músicos se retiraron aplaudidos y las expectativas por lo que vendría quedaron por los cielos.
Tras una extensa introducción musicalizada por una pieza de la banda sonora de Star Wars, el plato principal dio comienzo a su concierto. La locura se desató con “Face-Splitting Madness” y “Putrefied Body Fluid”, que marcaron la intensidad del show. El público, completamente desatado, hizo pogo sin descanso, subió al escenario y realizó crowdsurfing por todo el recinto colmado, incluso llegando hasta las escaleras del fondo de la sala.
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Musicalmente, apuestan por un death metal moderno con mucho groove, haciendo énfasis en los tiempos medios. Por supuesto, también incluyen breakdowns y momentos veloces para aportar dinamismo a las canciones. El sonido comenzó dudoso, desbalanceado, con el bajo muy fuerte, una guitarra baja y la otra demasiado alta. Esto fue corregido para la segunda canción, donde la mezcla mejoró considerablemente y se mantuvo sólida hasta el final.
Las canciones se interpretaron con precisión quirúrgica, como exige este género. Todos los músicos tuvieron su momento de lucimiento, ya sea con algún solo o un pasaje donde tomaban mayor protagonismo. El que más destacó fue el baterista, aportando numerosos fills y marcando transiciones entre canciones. Quiero resaltar también la mejora técnica del vocalista, quien en presentaciones anteriores forzaba demasiado la voz y se quedaba sin aire rápidamente. En esta ocasión se lo vio más firme, sin forzarse y cuidando mejor su garganta, alternando entre guturales profundos, gritos hardcore y algunas frases limpias.
La lista fue una locura total, alternando entre canciones próximas a editar y las pertenecientes a su único trabajo Within the Viscera. Los momentos más altos del show fueron los finales, con “Between the Sun and the Gallows”, donde el vocalista de Split subió como invitado, y el gran cierre con la seguidilla de los hits del disco: “Horizon of Spikes” y “SILO”. Ambos temas generaron los pogos más intensos de la noche, con los músicos arrojándose al público. Al terminar, los chicos saludaron, se tomaron una foto y se retiraron con una sonrisa de oreja a oreja.
Es muy lindo ver bandas con integrantes tan jóvenes honrar la música pesada antigua y darle su ímpetu sin caer en mezclas ajenas. Esto demuestra que la buena música siempre persiste, aunque no esté de moda, y que, pese a la tendencia actual, todavía hay una parte importante de la juventud interesada en el arte creado en el pasado.
FOTOS: Mercedes Nogués



Las corrientes modernas de metal suelen mezclar el género con el pop o el trap, estilos que hoy atraen de manera masiva a la juventud. Sin embargo, muchas bandas actuales, gracias a esta combinación, logran que los jóvenes se acerquen al sonido pesado y se empapen de él. Estas propuestas híbridas dividen las aguas, ya que muchos consideran que no es metal y que atrae a un público ajeno a los valores del género.
Por suerte, una gran cantidad de jóvenes se ha interesado por subgéneros más extremos y underground, aportando frescura a esta música sin mezclarla de manera tan evidente con estilos externos al metal. Tal es el caso de Neckbreakker, banda danesa de death metal que se está ganando una reputación internacional. De invitados a la fecha estuvieron los también daneses Guttural Disgorge. La particularidad de ambas bandas es que todos sus integrantes tienen menos de 20 años. Ya cuentan con algunos años de trayectoria, pues las formaron siendo prácticamente niños.
Tras una breve introducción, los jóvenes tomaron posición e iniciaron una catarata de breakdowns pesadísimos. Su propuesta se basa en el Slam Death Metal, con secciones muy bien encadenadas y con una identidad propia. Estos pasajes están intercalados con momentos más grooveros, con riffs simples pero rítmicos, y otros más violentos, con blast beats muy rápidos y la guitarra principal generando sonidos de carácter más atmosférico.
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La interpretación de los músicos fue precisa. En ningún momento se desfasaron de tiempo ni de ritmo. Todo fue ejecutado con exactitud y buen criterio. Los que más deslumbraron fueron el bajista, dueño de una técnica de slap y un groove envidiable, y el baterista, ambidiestro y con muy buen gusto para adornar los breakdowns sin caer en la repetición. La velocidad en los blast beats fue la adecuada, alternando entre pasajes muy rápidos y otros más pausados. Muy versátil.
El vocalista contó con una técnica límite pero eficiente, basada en guturales profundos y los famosos pig squeals, que fueron protagonistas de la noche.
La brutalidad y el ritmo de la banda, junto con la buena onda de los músicos y su constante comunicación con el público, hicieron que la audiencia enloqueciera y diera inicio a los primeros pits de la velada. Tímidamente comenzaron los pogos, que luego se transformaron en enormes circle pits y culminaron en dos violentos walls of death.
El final del concierto contó con un vocalista invitado: el baterista de Neckbreakker, quien también canta en una banda de hardcore. Con este cierre, la presentación concluyó. Los músicos se retiraron aplaudidos y las expectativas por lo que vendría quedaron por los cielos.
Tras una extensa introducción musicalizada por una pieza de la banda sonora de Star Wars, el plato principal dio comienzo a su concierto. La locura se desató con “Face-Splitting Madness” y “Putrefied Body Fluid”, que marcaron la intensidad del show. El público, completamente desatado, hizo pogo sin descanso, subió al escenario y realizó crowdsurfing por todo el recinto colmado, incluso llegando hasta las escaleras del fondo de la sala.
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Las canciones se interpretaron con precisión quirúrgica, como exige este género. Todos los músicos tuvieron su momento de lucimiento, ya sea con algún solo o un pasaje donde tomaban mayor protagonismo. El que más destacó fue el baterista, aportando numerosos fills y marcando transiciones entre canciones. Quiero resaltar también la mejora técnica del vocalista, quien en presentaciones anteriores forzaba demasiado la voz y se quedaba sin aire rápidamente. En esta ocasión se lo vio más firme, sin forzarse y cuidando mejor su garganta, alternando entre guturales profundos, gritos hardcore y algunas frases limpias.
La lista fue una locura total, alternando entre canciones próximas a editar y las pertenecientes a su único trabajo Within the Viscera. Los momentos más altos del show fueron los finales, con “Between the Sun and the Gallows”, donde el vocalista de Split subió como invitado, y el gran cierre con la seguidilla de los hits del disco: “Horizon of Spikes” y “SILO”. Ambos temas generaron los pogos más intensos de la noche, con los músicos arrojándose al público. Al terminar, los chicos saludaron, se tomaron una foto y se retiraron con una sonrisa de oreja a oreja.
Es muy lindo ver bandas con integrantes tan jóvenes honrar la música pesada antigua y darle su ímpetu sin caer en mezclas ajenas. Esto demuestra que la buena música siempre persiste, aunque no esté de moda, y que, pese a la tendencia actual, todavía hay una parte importante de la juventud interesada en el arte creado en el pasado.
FOTOS: Mercedes Nogués
















