The Rime of Memory (2023)
Bindrune Recordings
TRACKLIST
1. I Erindringens Høstlige Dysterhet
2. Winter´s Ghost
3. Cedar Skeletons
4. An Autumn Storm
5. Enduring the Snow Drought
6. The Blue Against the White
Austin Lunn comenzó este proyecto unipersonal de black metal en 2007. En aquel entonces, todavía vivía en Louisville, Kentucky, al sur de los Estados Unidos, y allí permaneció hasta hace poco tiempo, cuando se mudó a Ely, en el estado de Minnesota. El origen no es un dato menor, ya que el ambiente natural sureño y la cultura de la zona, con esa psicósfera Southern Gothic, representan elementos constitutivos de la estética fundacional de Panopticon. Esto se vincula, también, con la influencia de la música folk y country, evidente no solo en las melodías, sino en la instrumentación (guitarra acústica, violín, banjo, acordeón, etc.). En términos musicales, la inspiración de este compositor y multi-instrumentista, que cuenta con colaboradores para tocar en vivo en formato grupo, proviene de bandas clásicas del género como Darkthrone y Emperor, en especial por su apego a la tierra, no tanto como nación, sino como madre. Un dato curioso: además de hacer black metal, Lunn tiene su propia cervecería artesanal.
Volviendo a las raíces de su propuesta artística, aparte de lo estrictamente sonoro, se nutre de una ideología de izquierda, más precisamente anarquista (incluso lanzó, en 2008, un single llamado “La Passione de Sacco & Vanzetti”). Sin embargo, el anarquismo de Lunn no se manifiesta mediante una posición militante, de participación activa en espacios políticos, ni tampoco con una presencia muy notoria de estas doctrinas en sus letras, sino con una actitud del tipo “off the grid”, viviendo en áreas rurales, totalmente dedicado a su arte, su familia y su cerveza. Podríamos compararlo con Herny David Thoreau (1817-1862), un naturalista y escritor estadounidense que, viviendo en una pequeña cabaña, redactó numerosos textos acerca de la desobediencia civil del individuo en contra de los gobiernos autoritarios, aunque en su vida, justamente, el aislamiento en la naturaleza era el máximo acto de expresión de su pensamiento.
Recorrer la discografía de Panopticon es una invitación a perdernos en la vertiente más idiosincrática, localista, del black metal de los Estados Unidos o USBM, a diferencia de muchas otras que podríamos considerar más “universales” tales como Krieg, Leviathan, Xasthur y Agalloch. Algunas propuestas bastante en línea con Panopticon son Wolves in the Throne Room y Mizmor, es especial su último disco de este año, “Prosaic”. Con cada nuevo álbum, el espíritu creativo de Lunn fue desarrollándose aceleradamente. Sin abandonar el aspecto folk/country/gothic Americana, todo fue adquiriendo dimensiones monumentales, empujando a Panopticon desde el black metal atmosférico hacia el post-black metal. Así llegamos hasta “The Rime of Memory”, que quizás sea uno de sus mejores discos o, para mucha gente, indudablemente el mejor.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: Krieg – Ruiner (2023)
Haré referencia a las cumbres más altas que Lunn había alcanzado hasta el momento. “Kentucky” (2012), fue un homenaje a su hogar, con una fuerte presencia de instrumentos de la música sureña, en una oda a los paisajes y la vida en las minas de carbón. Con la inercia de los primeros lanzamientos, el sonido es bastante crudo, pero siempre hubo complejidad en la composición. Más allá de tocar una decena de instrumentos, Lunn es un gran baterista y un excelente guitarrista (ejecuta las seis cuerdas de manera que, por momentos, recuerda a Iron Maiden). Es un disco muy testimonial, con intenciones de ser un registro histórico (abundan los samples de discursos), tiene muchos atributos tradicionalistas (sobre todo canciones típicas). Luego se destacan “Roads to the North” (2014) y “Autumn Eternal” (2015), en los que la naturaleza pasa a estar en primer plano, con el paso de las estaciones. Son obras más pesadas, que, sin perder el lado folk, ni las bases black (blast beats, trémolos, shrieks), adquieren cualidades de death metal sueco, tendiendo al estilo de Gotemburgo. “…And Again Into the Light” (2021) se planteó como el comienzo de una trilogía que tiene su segunda parte en “The Rime of Memory”, de modo que, comprensiblemente, anticipó mucho de lo que se consolida en este nuevo disco de una hora y quince minutos de duración. Se trató de una excelente obra que mostraba una actitud épica, un enfoque de música progresiva, casi a lo Pink Floyd, y mucha mayor cohesión en cuanto a la incorporación de las diversas fuentes sonoras que crean la identidad de Panopticon.
“I Erindringens Høstlige Dysterhet” es una introducción instrumental que nos transporta a una cabaña de madera azotada por el gélido invierno del norte. Se oye el aullido de un lobo, al igual que en el primer track de “Autumn Eternal”. Así, “Winter’s Ghost” sigue con un largo pasaje acústico y coros rituales que generan el clima perfecto para desatar la tormenta, que, en efecto, acontece con toda fuerza. La batería es demoledora y la voz, que con el tiempo fue tornándose más grave, eleva un canto de semblante altivo. Lunn tiene algo del Zaratustra de Nietzsche, bajando de la montaña, reflexionando ante un público circunstancial. “Cedar Skeletons” es un track brutal. Los solos de guitarra, realmente virtuosos, se elevan entre la avalancha blanca que nos impacta. También aparecen samples vocales, tan frecuentes en la obra de Panopticon, que nos convoca a una introspección feroz. La temática que atraviesa todo el disco es la búsqueda del sentido de la vida ante la conciencia de la mortalidad, las formas de hacer que la existencia tenga un significado que valga la pena. Hacia la mitad hay una transición calma, con más samples. Los trémolos que van marcando la conclusión son memorables, sobrevolando etéreos sobre un fondo de coros cinematográficos. Como si fuera poco, emergen más gloriosos solos de guitarra.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: Dødheimsgard – Black Medium Current (2023)
En la convulsión de “An Autumn Storm” adquieren protagonismo los sintetizadores y, otra vez en el medio del track, todo se torna más reflexivo, ralentizando el ritmo y recurriendo a melodías sencillas. A la vez, surge una sutil percusión melódica que luego lleva a un piano y acordeón. En “Enduring the Snow Drought” se alzan orgullosas esas guitarras al estilo Iron Maiden que ya mencionamos y son frecuentes en la obra de Lunn. En esta ocasión, la parte “relajada”, casi de espíritu jazzero, llega hacia el final, aunque el track vuelve a intensificarse, antes de un cierre con violines y contrabajo. “The Blue Against the White” arranca con apacibles y melancólicas reminiscencias de post-rock. Era esperable que todo se sacudiera y nos impactara directo en los huesos, como el frío cuando es cruel e implacable, tanto como era anticipable el retorno a la quietud, que sea, quizás, lo único que podríamos señalar como algo que ya se volvió un tanto esquemático en Panopticon, como si tan solo faltara dar el paso de animarse a abandonar la convencionalidad en la escritura. El bajo saturado de efectos que se destaca en los últimos tramos es un acierto absoluto.
“The Rime of Memory” es un álbum colosal, aunque no me atrevo a afirmar que sea el magnum opus. La música de Lunn me conmueve, más aún después de haber recorrido el sur de los Estados Unidos, pero sigo sintiendo que su búsqueda personal en medio de la dinámica entre la sencillez folk y las dimensiones míticas de lo sinfónico que pueden tener el black y el death metal, todavía tiene un largo camino que puede alcanzar puntos insospechados.
The Rime of Memory (2023)
Bindrune Recordings
TRACKLIST
1. I Erindringens Høstlige Dysterhet
2. Winter´s Ghost
3. Cedar Skeletons
4. An Autumn Storm
5. Enduring the Snow Drought
6. The Blue Against the White
Austin Lunn comenzó este proyecto unipersonal de black metal en 2007. En aquel entonces, todavía vivía en Louisville, Kentucky, al sur de los Estados Unidos, y allí permaneció hasta hace poco tiempo, cuando se mudó a Ely, en el estado de Minnesota. El origen no es un dato menor, ya que el ambiente natural sureño y la cultura de la zona, con esa psicósfera Southern Gothic, representan elementos constitutivos de la estética fundacional de Panopticon. Esto se vincula, también, con la influencia de la música folk y country, evidente no solo en las melodías, sino en la instrumentación (guitarra acústica, violín, banjo, acordeón, etc.). En términos musicales, la inspiración de este compositor y multi-instrumentista, que cuenta con colaboradores para tocar en vivo en formato grupo, proviene de bandas clásicas del género como Darkthrone y Emperor, en especial por su apego a la tierra, no tanto como nación, sino como madre. Un dato curioso: además de hacer black metal, Lunn tiene su propia cervecería artesanal.
Volviendo a las raíces de su propuesta artística, aparte de lo estrictamente sonoro, se nutre de una ideología de izquierda, más precisamente anarquista (incluso lanzó, en 2008, un single llamado “La Passione de Sacco & Vanzetti”). Sin embargo, el anarquismo de Lunn no se manifiesta mediante una posición militante, de participación activa en espacios políticos, ni tampoco con una presencia muy notoria de estas doctrinas en sus letras, sino con una actitud del tipo “off the grid”, viviendo en áreas rurales, totalmente dedicado a su arte, su familia y su cerveza. Podríamos compararlo con Herny David Thoreau (1817-1862), un naturalista y escritor estadounidense que, viviendo en una pequeña cabaña, redactó numerosos textos acerca de la desobediencia civil del individuo en contra de los gobiernos autoritarios, aunque en su vida, justamente, el aislamiento en la naturaleza era el máximo acto de expresión de su pensamiento.
Recorrer la discografía de Panopticon es una invitación a perdernos en la vertiente más idiosincrática, localista, del black metal de los Estados Unidos o USBM, a diferencia de muchas otras que podríamos considerar más “universales” tales como Krieg, Leviathan, Xasthur y Agalloch. Algunas propuestas bastante en línea con Panopticon son Wolves in the Throne Room y Mizmor, es especial su último disco de este año, “Prosaic”. Con cada nuevo álbum, el espíritu creativo de Lunn fue desarrollándose aceleradamente. Sin abandonar el aspecto folk/country/gothic Americana, todo fue adquiriendo dimensiones monumentales, empujando a Panopticon desde el black metal atmosférico hacia el post-black metal. Así llegamos hasta “The Rime of Memory”, que quizás sea uno de sus mejores discos o, para mucha gente, indudablemente el mejor.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: Krieg – Ruiner (2023)
Haré referencia a las cumbres más altas que Lunn había alcanzado hasta el momento. “Kentucky” (2012), fue un homenaje a su hogar, con una fuerte presencia de instrumentos de la música sureña, en una oda a los paisajes y la vida en las minas de carbón. Con la inercia de los primeros lanzamientos, el sonido es bastante crudo, pero siempre hubo complejidad en la composición. Más allá de tocar una decena de instrumentos, Lunn es un gran baterista y un excelente guitarrista (ejecuta las seis cuerdas de manera que, por momentos, recuerda a Iron Maiden). Es un disco muy testimonial, con intenciones de ser un registro histórico (abundan los samples de discursos), tiene muchos atributos tradicionalistas (sobre todo canciones típicas). Luego se destacan “Roads to the North” (2014) y “Autumn Eternal” (2015), en los que la naturaleza pasa a estar en primer plano, con el paso de las estaciones. Son obras más pesadas, que, sin perder el lado folk, ni las bases black (blast beats, trémolos, shrieks), adquieren cualidades de death metal sueco, tendiendo al estilo de Gotemburgo. “…And Again Into the Light” (2021) se planteó como el comienzo de una trilogía que tiene su segunda parte en “The Rime of Memory”, de modo que, comprensiblemente, anticipó mucho de lo que se consolida en este nuevo disco de una hora y quince minutos de duración. Se trató de una excelente obra que mostraba una actitud épica, un enfoque de música progresiva, casi a lo Pink Floyd, y mucha mayor cohesión en cuanto a la incorporación de las diversas fuentes sonoras que crean la identidad de Panopticon.
“I Erindringens Høstlige Dysterhet” es una introducción instrumental que nos transporta a una cabaña de madera azotada por el gélido invierno del norte. Se oye el aullido de un lobo, al igual que en el primer track de “Autumn Eternal”. Así, “Winter’s Ghost” sigue con un largo pasaje acústico y coros rituales que generan el clima perfecto para desatar la tormenta, que, en efecto, acontece con toda fuerza. La batería es demoledora y la voz, que con el tiempo fue tornándose más grave, eleva un canto de semblante altivo. Lunn tiene algo del Zaratustra de Nietzsche, bajando de la montaña, reflexionando ante un público circunstancial. “Cedar Skeletons” es un track brutal. Los solos de guitarra, realmente virtuosos, se elevan entre la avalancha blanca que nos impacta. También aparecen samples vocales, tan frecuentes en la obra de Panopticon, que nos convoca a una introspección feroz. La temática que atraviesa todo el disco es la búsqueda del sentido de la vida ante la conciencia de la mortalidad, las formas de hacer que la existencia tenga un significado que valga la pena. Hacia la mitad hay una transición calma, con más samples. Los trémolos que van marcando la conclusión son memorables, sobrevolando etéreos sobre un fondo de coros cinematográficos. Como si fuera poco, emergen más gloriosos solos de guitarra.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: Dødheimsgard – Black Medium Current (2023)
En la convulsión de “An Autumn Storm” adquieren protagonismo los sintetizadores y, otra vez en el medio del track, todo se torna más reflexivo, ralentizando el ritmo y recurriendo a melodías sencillas. A la vez, surge una sutil percusión melódica que luego lleva a un piano y acordeón. En “Enduring the Snow Drought” se alzan orgullosas esas guitarras al estilo Iron Maiden que ya mencionamos y son frecuentes en la obra de Lunn. En esta ocasión, la parte “relajada”, casi de espíritu jazzero, llega hacia el final, aunque el track vuelve a intensificarse, antes de un cierre con violines y contrabajo. “The Blue Against the White” arranca con apacibles y melancólicas reminiscencias de post-rock. Era esperable que todo se sacudiera y nos impactara directo en los huesos, como el frío cuando es cruel e implacable, tanto como era anticipable el retorno a la quietud, que sea, quizás, lo único que podríamos señalar como algo que ya se volvió un tanto esquemático en Panopticon, como si tan solo faltara dar el paso de animarse a abandonar la convencionalidad en la escritura. El bajo saturado de efectos que se destaca en los últimos tramos es un acierto absoluto.
“The Rime of Memory” es un álbum colosal, aunque no me atrevo a afirmar que sea el magnum opus. La música de Lunn me conmueve, más aún después de haber recorrido el sur de los Estados Unidos, pero sigo sintiendo que su búsqueda personal en medio de la dinámica entre la sencillez folk y las dimensiones míticas de lo sinfónico que pueden tener el black y el death metal, todavía tiene un largo camino que puede alcanzar puntos insospechados.