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Slipknot
The End, So Far (2022)
Roadrunner Reecords

Tracklist:

1. Adderall
2. The Dying Song (Time to Sing
3. The Chapeltown Rag
4. Yen
5. Hivemind
6. Warranty
7. Medicine for the Dead
8. Acidic
9. Heirloom
10. H377
11. De Sade
12. Finale

Hablar de Slipknot, es hacerlo ya de una de las bandas más importantes en la historia del metal de los últimos treinta años, le pese a quien le pese, desde su incendiario debut homónimo, los d Iowa se han ido convirtiendo en una referencia básica para millones de bandas alrededor del mundo, desde Parkway Drive y Trivium hasta Whitechapel y Suicide Silence, pasando por Ghostemane y Bring Me The Horizon, todas han reconocido la calidad musical de Corey Taylor y los suyos, admitiendo lo mucho que les han influenciado en algún momento de sus vidas tanto personales como artísticas.

Pero y aún con tantos años de carrera, cada vez que Slipknot lanza un nuevo álbum, las voces cansinas se hacen presentes y sale a la luz, la eterna pregunta, sigue mereciendo la pena escuchar un nuevo disco de Slipknot, teniendo los 4 primeros en casa? , pues una vez analizado este séptimo álbum de la banda, mi respuesta es un rotundo SI y os iré contando porque este regreso de Sipknot merece de sobra la pena escuchar y prestarle la atención correspondiente.

El comienzo es algo dubitativo, ya que “Adderall”, es un extenso corte de cinco minutos que comienza de una forma medio tétrica pero que conforme va avanzando la canción se torna mucho más accesible y cercana al sonido alternativo de Stone Sour, muy lejos de aquellos explosivos comienzos de “742617000027” o “515” y te hace fruncir el ceño y pensar, a ver si por una vez, los purtistas van a tener razón.

Por suerte con “The Dying Song (Time To Sing)”, las cosas vuelven a su sitio y la banda recupera (al menos en espíritu) el sonido de sus días dorados, con un estribillo escrito en oro y un Jay Weinberg infernal a la batería, dando unos redobles brutales y que se complementan con la base instrumental de las guitarras de Jim Root y Mick Thomson y el bajo de Alessandro Venturella.

Y posiblemente mucho mejor sea la siguiente en aparecer y es que “The Chapeltown Rag” nos trae el sonido más bruto de la banda, siendo este, un corte que perfectamente podría haber encajado en el “Vol.3” sin despeinarse y en donde Sid Wilson empieza a hacer de las suyas y hacerse notar con los scratches y recuperando ese toque old school que Slipknot siempre han tenido.

“Yen”, ha sido uno de los cortes elegidos para ser single dentro del disco y nos trae esa versión medio alternativa oscura de Slipknot que se ha ido viendo a lo largo de los años, sobre todo desde el “All Hope Is Gone”, en este caso con un corte medio lento, con una calma que no llega a ser y que recuerda a canciones como “Vermellion Pt.2”, con esa intensidad que te envuelve pero que tiene la suficiente melodía como para llegar al gran público.

Pero quizás esta no sea de los singles más recordados en la historia de la banda de Iowa, ya que los recursos utilizados aquí, ya los hemos oído en otras piezas a lo largo de su discografía.

La furia vuelve de la mano de “Hive Mind”, un eléctrico y potente corte, donde vemos a Corey dejarse las cuerdas vocales en los fraseados más cañeros y brillar bastante en el estribillo melódico, este si, que en directo puede ser un auténtico pelotazo.

El ecuador del disco lo cerramos con “Warranty”, muy en la línea de su predecesora y mostrando la cara cañera de Slipknot que nos gusta, pero añadiendo el toque moderno de sus últimos trabajos.

Slipknot son gente muy hábil y se nota que, en cada disco, meten algún tema con cierto grado de complejidad y en este nuevo disco, esta pieza es “Medicine For The Dead”, un extenso corte que supera los seis minutos de duración y que envuelve en el mismo todos los sonidos que podremos encontrar en el disco, desde voces guturales y melódicas, hasta paisajes más tenebrosos y oscuros , pero todo ejecutado bajo el sello de Slipknot y con la calidad suficiente para que no se te atragante en ningún momento.

La dispersión quizás se haga presente por segunda vez en el disco y es que “Acidic”, se pierde en intervalos musicales que generan muy poco interés al oyente y hacen que si saltas a la siguiente canción, esta sea la mejor decisión ya que esta canción es con diferencia la más floja del disco después de “Adderall”.

El vuelo se vuelve a levantar gracias al sonido alternativo y pegadizo de “Heirloom”, que bien podría ser una prima pequeña de “Psychosocial”, salvando ciertos matices vocales e instrumentales, pero lo importante es que mejora la monotonía de la pieza anterior y deja paso a una ruda y contundente “H377”, que seguramente conquiste a los fans más actuales de la banda de Iowa.

Es un corte frenético y que no deja un segundo para respirar, recuperando el sonido de sus primeros discos para alegría de sus fans más ortodoxos.

La misteriosa y melódica “De Sade”, tiene todo lo que le faltaba a “Acidic”, aquí si la intensidad está muy bien calibrada y las voces de Corey suenan actuales, pero sin perder su esencia y quién sabe si no podría ser un futuro cuarto single del disco, porque tiene el gancho suficiente para colarse en las emisoras de radio alternativas comerciales de medio mundo.

El disco se cierra con “Finale”, un corte que se inicia con un rasgado de guitarra a lo Metallica y unos vientos de fondo, que acompañan a la única voz de Corey, creando una falsa calma que va a ir in crescendo y en donde asoman ciertas influencias de bandas como Metallica (sobre todo del And Justice For All), Alice In Chains y si, ciertos destellos de Stone Sour.

Pero que sirve como un buen cierre a un álbum que, si bien no mata como sus dos primeros trabajos, sí que supera y por bastantes puntos a lo ofrecido en sus últimos dos discos.

Quizás Slipknot no necesiten rendir cuentas a nadie más que a ellos mismos, ya que su discografía, la cual es bastante sólida, le avala y con creces, pero es muy satisfactorio como una de las bandas más importantes de los últimos 25 años, sigue sonando con fuerza y contundencia y que en su búsqueda constante de hacer más completo su sonido, son capaces de entregar un disco tan sólido como este, el cual sin ser una obra maestra, si le das las escuchas necesarias, estoy convencido de que acabará por conquistarte.

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Slipknot
The End, So Far (2022)
Roadrunner Reecords

Tracklist:

1. Adderall
2. The Dying Song (Time to Sing
3. The Chapeltown Rag
4. Yen
5. Hivemind
6. Warranty
7. Medicine for the Dead
8. Acidic
9. Heirloom
10. H377
11. De Sade
12. Finale




Hablar de Slipknot, es hacerlo ya de una de las bandas más importantes en la historia del metal de los últimos treinta años, le pese a quien le pese, desde su incendiario debut homónimo, los d Iowa se han ido convirtiendo en una referencia básica para millones de bandas alrededor del mundo, desde Parkway Drive y Trivium hasta Whitechapel y Suicide Silence, pasando por Ghostemane y Bring Me The Horizon, todas han reconocido la calidad musical de Corey Taylor y los suyos, admitiendo lo mucho que les han influenciado en algún momento de sus vidas tanto personales como artísticas.

Pero y aún con tantos años de carrera, cada vez que Slipknot lanza un nuevo álbum, las voces cansinas se hacen presentes y sale a la luz, la eterna pregunta, sigue mereciendo la pena escuchar un nuevo disco de Slipknot, teniendo los 4 primeros en casa? , pues una vez analizado este séptimo álbum de la banda, mi respuesta es un rotundo SI y os iré contando porque este regreso de Sipknot merece de sobra la pena escuchar y prestarle la atención correspondiente.

El comienzo es algo dubitativo, ya que “Adderall”, es un extenso corte de cinco minutos que comienza de una forma medio tétrica pero que conforme va avanzando la canción se torna mucho más accesible y cercana al sonido alternativo de Stone Sour, muy lejos de aquellos explosivos comienzos de “742617000027” o “515” y te hace fruncir el ceño y pensar, a ver si por una vez, los purtistas van a tener razón.

Por suerte con “The Dying Song (Time To Sing)”, las cosas vuelven a su sitio y la banda recupera (al menos en espíritu) el sonido de sus días dorados, con un estribillo escrito en oro y un Jay Weinberg infernal a la batería, dando unos redobles brutales y que se complementan con la base instrumental de las guitarras de Jim Root y Mick Thomson y el bajo de Alessandro Venturella.

Y posiblemente mucho mejor sea la siguiente en aparecer y es que “The Chapeltown Rag” nos trae el sonido más bruto de la banda, siendo este, un corte que perfectamente podría haber encajado en el “Vol.3” sin despeinarse y en donde Sid Wilson empieza a hacer de las suyas y hacerse notar con los scratches y recuperando ese toque old school que Slipknot siempre han tenido.

“Yen”, ha sido uno de los cortes elegidos para ser single dentro del disco y nos trae esa versión medio alternativa oscura de Slipknot que se ha ido viendo a lo largo de los años, sobre todo desde el “All Hope Is Gone”, en este caso con un corte medio lento, con una calma que no llega a ser y que recuerda a canciones como “Vermellion Pt.2”, con esa intensidad que te envuelve pero que tiene la suficiente melodía como para llegar al gran público.

Pero quizás esta no sea de los singles más recordados en la historia de la banda de Iowa, ya que los recursos utilizados aquí, ya los hemos oído en otras piezas a lo largo de su discografía.

La furia vuelve de la mano de “Hive Mind”, un eléctrico y potente corte, donde vemos a Corey dejarse las cuerdas vocales en los fraseados más cañeros y brillar bastante en el estribillo melódico, este si, que en directo puede ser un auténtico pelotazo.

El ecuador del disco lo cerramos con “Warranty”, muy en la línea de su predecesora y mostrando la cara cañera de Slipknot que nos gusta, pero añadiendo el toque moderno de sus últimos trabajos.

Slipknot son gente muy hábil y se nota que, en cada disco, meten algún tema con cierto grado de complejidad y en este nuevo disco, esta pieza es “Medicine For The Dead”, un extenso corte que supera los seis minutos de duración y que envuelve en el mismo todos los sonidos que podremos encontrar en el disco, desde voces guturales y melódicas, hasta paisajes más tenebrosos y oscuros , pero todo ejecutado bajo el sello de Slipknot y con la calidad suficiente para que no se te atragante en ningún momento.

La dispersión quizás se haga presente por segunda vez en el disco y es que “Acidic”, se pierde en intervalos musicales que generan muy poco interés al oyente y hacen que si saltas a la siguiente canción, esta sea la mejor decisión ya que esta canción es con diferencia la más floja del disco después de “Adderall”.

El vuelo se vuelve a levantar gracias al sonido alternativo y pegadizo de “Heirloom”, que bien podría ser una prima pequeña de “Psychosocial”, salvando ciertos matices vocales e instrumentales, pero lo importante es que mejora la monotonía de la pieza anterior y deja paso a una ruda y contundente “H377”, que seguramente conquiste a los fans más actuales de la banda de Iowa.

Es un corte frenético y que no deja un segundo para respirar, recuperando el sonido de sus primeros discos para alegría de sus fans más ortodoxos.

La misteriosa y melódica “De Sade”, tiene todo lo que le faltaba a “Acidic”, aquí si la intensidad está muy bien calibrada y las voces de Corey suenan actuales, pero sin perder su esencia y quién sabe si no podría ser un futuro cuarto single del disco, porque tiene el gancho suficiente para colarse en las emisoras de radio alternativas comerciales de medio mundo.

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