The Aristocrats, jugando a ser dioses bajo la petición de la crew, la inutilización de los smarts el manager se abalanzó sobre mí como león tras su presa afectando mi labor como periodista, al encararlo y defender mi posición como redactor me dejó en paz. Estamos en el siglo XXI y el libre albedrío no puede opacarse con decisiones dictatoriales cuando dependen del dinero que religiosamente pagan sus seguidores. Ya nos visitaron en 2020 esta vez, nos trasladamos al extrarradio específicamente a Salamandra en L’Hospitalet con un lleno total mas una puntualidad británica a las 20:30 la stoniana intro de “Satisfaction” reinterpretada por Devo sirve de apertura al reino aristocrático el melenudo guitarrista Guthrie Grovan luciendo una camiseta de los icónicos Itchy y Scratchy de la longeva serie The Simpsons pulsa las cuerdas para dar el vamos con “Stupid 7” un ataque de estilos, la virtuosidad de Steve Vai, los teclados Hammond Deep Purple y lo progresivo de King Crimson bañados de jazz culminando con el redoble final del batería Marco Minnemann.
Entre el varieté de Bryan Beller como maestro de ceremonias le puso el tono humorístico a la rigidez instrumental de la banda, “Hey… Where ‘s My Drink Package”. Volvemos al salón de clases con la cátedra de la extinción de los dinosaurios expuesta por el barbudo bajista para presentar “Bad Asteroid” un torbellino de estilos a la velocidad de la luz del jazz como base de la pieza musical para caer en las sutilezas de Grovan. Las historias prosiguen “The Ballad of Bonnie and Clyde”, nombre muy ad hoc a la experiencia de ser víctima del robo de sus instrumentos sin resultado positivo para su tragedia personal, pero nada que pueda solucionar el señor dinero.
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El anuncio de una composición nueva “Aristoclub” que se alargó con el solo de batería de Minnemann que ya arriba al ecuador del concierto presentando al trío multinacional con unos flirteos a los noventas interpretando el riff de “Gonna Make You Sweat (Everybody Dance Now)” de los estadounidenses C&C Factory. la intensidad baja en la siguiente interpretación “Through The Flower” sin orquestación en una especie de balada jazz en que Grovan perdió una de las seis cuerdas que rápidamente soluciono el técnico de guitarras al facilitarle otra de su colección, pasando el mal trago con una cerveza en mano.
“Ohhh Noooo” un tributo a los dioses de la guitarra John Petrucci, Joe Satriani, Steve Vai lo más heavy que sonaron esa noche en el maratónico concierto. Con largos pasajes de improvisación que te hace renunciar a tocar cualquier instrumento ante tal exhibición de destreza musical que continuaría en “Furtive Jack” con la respectiva alucinación de los presentes que alzaban manos al aire en plan air bass-drum-guitar al ritmo de las acrobacias partituras de estos eruditos del solfeo cromático. “Last Orders” sería el final de una noche en la master class del trío y una indirecta a ese irritante sonido de campana en los pubs ingleses tras los agradecimientos pertinentes abandonan el escenario.
El ritual para aparecer en escena nuevamente con la participativa “Blues Fuckers” en la que interaccionan con la audiencia con eternos estribillos “Hey” (al estilo de Freddie Mercury en el Live Aid de Wembley 1985) con grado de dificultad llegando a los 22 heys. para dar paso a la jam en la que se pudo apreciar “D’yer Maker” de los legendarios Led Zeppelin. Cerrando así una noche para entendidos en la materia y para los aspirantes a músicos que se dieron cita a esta pequeña clase de la escuela del rock.
The Aristocrats, jugando a ser dioses bajo la petición de la crew, la inutilización de los smarts el manager se abalanzó sobre mí como león tras su presa afectando mi labor como periodista, al encararlo y defender mi posición como redactor me dejó en paz. Estamos en el siglo XXI y el libre albedrío no puede opacarse con decisiones dictatoriales cuando dependen del dinero que religiosamente pagan sus seguidores. Ya nos visitaron en 2020 esta vez, nos trasladamos al extrarradio específicamente a Salamandra en L’Hospitalet con un lleno total mas una puntualidad británica a las 20:30 la stoniana intro de “Satisfaction” reinterpretada por Devo sirve de apertura al reino aristocrático el melenudo guitarrista Guthrie Grovan luciendo una camiseta de los icónicos Itchy y Scratchy de la longeva serie The Simpsons pulsa las cuerdas para dar el vamos con “Stupid 7” un ataque de estilos, la virtuosidad de Steve Vai, los teclados Hammond Deep Purple y lo progresivo de King Crimson bañados de jazz culminando con el redoble final del batería Marco Minnemann.
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