


Con el retorno de Halford a Judas Priest en 2003, el sueño se desvaneció, y el de Akron se unió a Iced Earth, unos años después a Yngwie Malmsteen, y a posteriori a otros proyectos personales como Beyond Fear, la super banda Charred Walls of the Damned, un mega grupo de versiones llamado Hail!, el tributo Dio Disciples, y desde 2020 en KK’s Priest junto KK Downing.
Tras todo este trasiego, el de Ohio es culo de mal asiento, y vuelve a la carretera por su cuenta y riesgo arropado por miembros de Pulsa Denura, que ejercieron de anfitriones, y teloneros en el concierto de Sevilla. Aunque antes de volver a disfrutar de la espeluznante voz de Tim “Ripper” Owens, teníamos a unos desconocidos invitados, los roqueros asturianos Baja California, que empezaron su actuación ante poco más de una treintena de individuos, una cantidad que fue aumentado progresivamente, a medida que avanzaba su meritoria descarga.
Y es que, a pesar de todo, no se amedrentaron ni un ápice, y lo dieron todo durante cuarenta y cinco minutos, repasando sus dos últimos discos, Horizontes (2018), y Electricidad (2024), así como nuevos singles como “El Mejor Error”, tema con el que iniciaron la tanda final compuesta por esta nueva composición, “Dueños de la Noche” y “Electricidad”.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: Saurom en Málaga: “La magia juglar se adueñó de la ciudad”
Bien curiosas y sorpresivas fueron las presentaciones a cargo de un desenfadado Manuel Roz, como preguntar si alguien ha estado enamorado alguna vez, para acto seguido decir, que la siguiente canción va de follar. O al explicar el tema “A-66”, sobre la dificultad añadida que supone los peajes para desplazarse a tocar por la península, algunos de los presentes pensamos en lo que se paga en Catalunya al respecto daría para hacer un disco completo. Pues bien, por estos hard rockers que acompañaran a Owens en su tramo final de gira estatal.
En esta ocasión el cambio de equipo e instrumentos fue bastante rápido, dada la mínima escenografía, y una batería que parece pertenecer a los chicos de Oviedo, o Uviéu en astur. Cuando pasan unos minutos de las nueve de la noche, van apareciendo los chicos que acompañan al norteamericano, y pertenecientes a la banda metalera andaluza Pulsa Denura, con José Pineda y Miguel Salvatierra a las guitarras, Rafael Vázquez al bajo, y el Overdrive Fran Santamaría a la batería. Unos instantes después aparece en escena Ripper con gorra con la bandera estadounidense, que también luce en su hebilla, muy patriota el hombre.
La primera en caer de su variopinto setlist sería “Jugulator” la cual daba título a su primer álbum con los británicos en 1997, del que también ejecutarían “Burn in Hell” y “Blood Stained”, fuera quedaron temazos como “Dead Meat”, o quizás la más poderosa de ese debut en Judas, esa replica de “Painkiller” que fue “Bullet Train”. De las composiciones de la época con Rob Halford al frente, la primera en hacernos vibrar y cantar a pulmón fue la versión del “The Green Manalishi”, original de Fleetwood Mac, durante la cual Owens fue recorriendo el escenario de lado a lado señalando a los guitarras en el mano a mano alternándose los solos de esta memorable pieza. Otra que no podía faltar de ningún modo, es la que Tim escogió como nombre de guerra artístico, “The Ripper”, y siempre precedida por la pregunta, What’s my Name?
La primera sorpresa de la noche es la inclusión de una de Black Sabbath, uno correspondiente a los inicios con Ozzy Osbourne, aunque no hubo dedicatoria al Príncipe de las Tinieblas al presentar “Children of the Grave”, tan solo su devoción por los de Birmingham. Seguida por un mini solo de guitarra de Pineda, que da paso a “Hellfire Thunderbolt” de su primer disco con KK’s Priest, Sermons of the Sinner (2021). Otra reliquia de Judas con la grandiosa “Beyond the Realms of Death”, interpretada a la perfección por el quinteto.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: Atreyu en Glasgow: “Celebrando 21 años de The Curse”
Otra elección discutible de su repertorio actual, es uno de su estadía en Iced Earth, como es la balada “When the Eagle Cries”, extraída del disco The Glorious Burden (2004), habiendo canciones más potentes en este mismo álbum como “Greenface” o “Red Baron”, por ejemplo. Después de discutir si tomarse una cerveza ahora o más tarde, y un agradecimiento para todo el crew que le está acompañando en esta gira, una de su disco más reciente con KK Downing, The Sinner Rides Again (2023), siendo la elegida “One More Shot at Glory”, durante la esta observe como giraba hábilmente con un pie las páginas de un cuaderno de letras apoyado sobre uno de los monitores.
Una dosis de humor cantando algunas estrofas del tema de Lionel Richie “Hello”, antes de tener unas palabras recordando a Paul Di Anno, del que hace poco han editado el documental Di’ Anno: Iron Maiden’s Lost Singer, e interpretando un potente “Wrathchild”. Tras este inmenso regalo, Tim decide colgar su gorra del pie de micro, y mostrar de nuevo su cabeza afeitada, comentando que así parece alguien totalmente distinto, antes de atacar con “Hel lis Home”, rescatada de su segundo disco con J. Priest, Demolition (2001), en la que gesticula con golpes y movimientos típicos de boxeador.
Tras un extenso solo de batería aderezado con efectos, o ruidos incalificables, entramos en la parte final del show, con una inconmensurable “Electric Eye”, el clásico “Living After Midnight”. Y un pequeño receso durante el cual felicita y canta Happy Birthday a una chica llamada Grace, así como, firmarle unas fotografías a un tipo de primera fila que le decía que después, pero Owens insistió en hacerlo en ese mismo instante. Todo ello, antes de disparar la última bala con “One on One”, rematándola con una serie de chillidos de alto voltaje, mostrando de nuevo el alto rango al que pueden llegar sus cuerdas vocales. Un prodigio, el bueno de Tim.




Con el retorno de Halford a Judas Priest en 2003, el sueño se desvaneció, y el de Akron se unió a Iced Earth, unos años después a Yngwie Malmsteen, y a posteriori a otros proyectos personales como Beyond Fear, la super banda Charred Walls of the Damned, un mega grupo de versiones llamado Hail!, el tributo Dio Disciples, y desde 2020 en KK’s Priest junto KK Downing.
Tras todo este trasiego, el de Ohio es culo de mal asiento, y vuelve a la carretera por su cuenta y riesgo arropado por miembros de Pulsa Denura, que ejercieron de anfitriones, y teloneros en el concierto de Sevilla. Aunque antes de volver a disfrutar de la espeluznante voz de Tim “Ripper” Owens, teníamos a unos desconocidos invitados, los roqueros asturianos Baja California, que empezaron su actuación ante poco más de una treintena de individuos, una cantidad que fue aumentado progresivamente, a medida que avanzaba su meritoria descarga.
Y es que, a pesar de todo, no se amedrentaron ni un ápice, y lo dieron todo durante cuarenta y cinco minutos, repasando sus dos últimos discos, Horizontes (2018), y Electricidad (2024), así como nuevos singles como “El Mejor Error”, tema con el que iniciaron la tanda final compuesta por esta nueva composición, “Dueños de la Noche” y “Electricidad”.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: Saurom en Málaga: “La magia juglar se adueñó de la ciudad”
Bien curiosas y sorpresivas fueron las presentaciones a cargo de un desenfadado Manuel Roz, como preguntar si alguien ha estado enamorado alguna vez, para acto seguido decir, que la siguiente canción va de follar. O al explicar el tema “A-66”, sobre la dificultad añadida que supone los peajes para desplazarse a tocar por la península, algunos de los presentes pensamos en lo que se paga en Catalunya al respecto daría para hacer un disco completo. Pues bien, por estos hard rockers que acompañaran a Owens en su tramo final de gira estatal.
En esta ocasión el cambio de equipo e instrumentos fue bastante rápido, dada la mínima escenografía, y una batería que parece pertenecer a los chicos de Oviedo, o Uviéu en astur. Cuando pasan unos minutos de las nueve de la noche, van apareciendo los chicos que acompañan al norteamericano, y pertenecientes a la banda metalera andaluza Pulsa Denura, con José Pineda y Miguel Salvatierra a las guitarras, Rafael Vázquez al bajo, y el Overdrive Fran Santamaría a la batería. Unos instantes después aparece en escena Ripper con gorra con la bandera estadounidense, que también luce en su hebilla, muy patriota el hombre.
La primera en caer de su variopinto setlist sería “Jugulator” la cual daba título a su primer álbum con los británicos en 1997, del que también ejecutarían “Burn in Hell” y “Blood Stained”, fuera quedaron temazos como “Dead Meat”, o quizás la más poderosa de ese debut en Judas, esa replica de “Painkiller” que fue “Bullet Train”. De las composiciones de la época con Rob Halford al frente, la primera en hacernos vibrar y cantar a pulmón fue la versión del “The Green Manalishi”, original de Fleetwood Mac, durante la cual Owens fue recorriendo el escenario de lado a lado señalando a los guitarras en el mano a mano alternándose los solos de esta memorable pieza. Otra que no podía faltar de ningún modo, es la que Tim escogió como nombre de guerra artístico, “The Ripper”, y siempre precedida por la pregunta, What’s my Name?
La primera sorpresa de la noche es la inclusión de una de Black Sabbath, uno correspondiente a los inicios con Ozzy Osbourne, aunque no hubo dedicatoria al Príncipe de las Tinieblas al presentar “Children of the Grave”, tan solo su devoción por los de Birmingham. Seguida por un mini solo de guitarra de Pineda, que da paso a “Hellfire Thunderbolt” de su primer disco con KK’s Priest, Sermons of the Sinner (2021). Otra reliquia de Judas con la grandiosa “Beyond the Realms of Death”, interpretada a la perfección por el quinteto.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: Atreyu en Glasgow: “Celebrando 21 años de The Curse”
Otra elección discutible de su repertorio actual, es uno de su estadía en Iced Earth, como es la balada “When the Eagle Cries”, extraída del disco The Glorious Burden (2004), habiendo canciones más potentes en este mismo álbum como “Greenface” o “Red Baron”, por ejemplo. Después de discutir si tomarse una cerveza ahora o más tarde, y un agradecimiento para todo el crew que le está acompañando en esta gira, una de su disco más reciente con KK Downing, The Sinner Rides Again (2023), siendo la elegida “One More Shot at Glory”, durante la esta observe como giraba hábilmente con un pie las páginas de un cuaderno de letras apoyado sobre uno de los monitores.
Una dosis de humor cantando algunas estrofas del tema de Lionel Richie “Hello”, antes de tener unas palabras recordando a Paul Di Anno, del que hace poco han editado el documental Di’ Anno: Iron Maiden’s Lost Singer, e interpretando un potente “Wrathchild”. Tras este inmenso regalo, Tim decide colgar su gorra del pie de micro, y mostrar de nuevo su cabeza afeitada, comentando que así parece alguien totalmente distinto, antes de atacar con “Hel lis Home”, rescatada de su segundo disco con J. Priest, Demolition (2001), en la que gesticula con golpes y movimientos típicos de boxeador.
Tras un extenso solo de batería aderezado con efectos, o ruidos incalificables, entramos en la parte final del show, con una inconmensurable “Electric Eye”, el clásico “Living After Midnight”. Y un pequeño receso durante el cual felicita y canta Happy Birthday a una chica llamada Grace, así como, firmarle unas fotografías a un tipo de primera fila que le decía que después, pero Owens insistió en hacerlo en ese mismo instante. Todo ello, antes de disparar la última bala con “One on One”, rematándola con una serie de chillidos de alto voltaje, mostrando de nuevo el alto rango al que pueden llegar sus cuerdas vocales. Un prodigio, el bueno de Tim.











