Texto y Fotografías: Suso Pardal
El pasado miércoles 18 de septiembre, la Sala 16 Toneladas de Valencia vibró al ritmo del metal extremo con las potentes actuaciones de Vermilia y Litost. Los amantes del género acudieron en masa para presenciar una noche inolvidable, y ambas bandas no hicieron más que superar expectativas, ofreciendo una velada cargada de energía, oscuridad y conexión con su público.
La noche arrancó con Litost que, pese a la baja de uno de sus guitarristas por enfermedad, se plantó en el escenario con una determinación que conquistó a todos. La banda valenciana suplió la ausencia con una entrega absoluta, llenando cada espacio con su potente sonido. Sorprendieron al incluir una versión metalizada de “Libre” de Nino Bravo, homenajeando así a uno de los grandes de su tierra. El público, entregado desde el primer acorde, respondió con entusiasmo, coreando cada estribillo y demostrando que Litost es una banda que sabe enfrentarse a los desafíos sin perder ni un ápice de fuerza.
Tras la intensidad de Litost, llegó el turno de Vermilia. Desde el primer acorde, la banda finlandesa sumergió a los presentes en un viaje oscuro y melódico con su característico black metal pagano. Canciones como “Maisema” y “Nocturne” hipnotizaron a la audiencia con sus afilados riffs y atmósferas envolventes. Sin embargo, fue con “Marras” cuando el ambiente se tornó electrizante, liberando una energía tan brutal como emotiva que dejó a los asistentes extasiados. La fusión de furia y belleza en su música creó una atmósfera casi mística.
Uno de los puntos álgidos de la noche fue cuando Vermilia interpretó “Vakat”, su sencillo más reciente, lanzado apenas cinco días antes del show. La acogida del público fue impresionante, demostrándose la devoción de los seguidores por la banda. Cada nota resonaba con fuerza en la sala, creando una conexión casi palpable entre la banda y sus fans. El cierre llegó con “Kaipaus”, una pieza que puso el broche final a una actuación monumental, dejando a todos los presentes con la piel erizada.
Tras el espectáculo, los miembros de Vermilia y Litost sorprendieron a sus seguidores saliendo al área de merchandising para compartir un rato con ellos. Firmas, fotos y conversaciones se sucedieron, demostrando una cercanía y gratitud que pocos artistas mantienen con su público. Este gesto fue la guinda perfecta para una noche redonda, en la que no solo se vivió la intensidad del metal, sino también la calidez humana de las bandas.
El concierto de Vermilia y Litost en Valencia fue mucho más que una noche de metal; fue una experiencia que dejó huella. Con actuaciones que navegaron entre la brutalidad y la emoción, y una conexión inquebrantable entre artistas y público, esta velada se consolidó como una de esas que quedan grabadas en la memoria. Metal en su estado más puro, acompañado de la magia única que solo un concierto en vivo puede ofrecer.
Texto y Fotografías: Suso Pardal
El pasado miércoles 18 de septiembre, la Sala 16 Toneladas de Valencia vibró al ritmo del metal extremo con las potentes actuaciones de Vermilia y Litost. Los amantes del género acudieron en masa para presenciar una noche inolvidable, y ambas bandas no hicieron más que superar expectativas, ofreciendo una velada cargada de energía, oscuridad y conexión con su público.
La noche arrancó con Litost que, pese a la baja de uno de sus guitarristas por enfermedad, se plantó en el escenario con una determinación que conquistó a todos. La banda valenciana suplió la ausencia con una entrega absoluta, llenando cada espacio con su potente sonido. Sorprendieron al incluir una versión metalizada de “Libre” de Nino Bravo, homenajeando así a uno de los grandes de su tierra. El público, entregado desde el primer acorde, respondió con entusiasmo, coreando cada estribillo y demostrando que Litost es una banda que sabe enfrentarse a los desafíos sin perder ni un ápice de fuerza.
Tras la intensidad de Litost, llegó el turno de Vermilia. Desde el primer acorde, la banda finlandesa sumergió a los presentes en un viaje oscuro y melódico con su característico black metal pagano. Canciones como “Maisema” y “Nocturne” hipnotizaron a la audiencia con sus afilados riffs y atmósferas envolventes. Sin embargo, fue con “Marras” cuando el ambiente se tornó electrizante, liberando una energía tan brutal como emotiva que dejó a los asistentes extasiados. La fusión de furia y belleza en su música creó una atmósfera casi mística.
Uno de los puntos álgidos de la noche fue cuando Vermilia interpretó “Vakat”, su sencillo más reciente, lanzado apenas cinco días antes del show. La acogida del público fue impresionante, demostrándose la devoción de los seguidores por la banda. Cada nota resonaba con fuerza en la sala, creando una conexión casi palpable entre la banda y sus fans. El cierre llegó con “Kaipaus”, una pieza que puso el broche final a una actuación monumental, dejando a todos los presentes con la piel erizada.
Tras el espectáculo, los miembros de Vermilia y Litost sorprendieron a sus seguidores saliendo al área de merchandising para compartir un rato con ellos. Firmas, fotos y conversaciones se sucedieron, demostrando una cercanía y gratitud que pocos artistas mantienen con su público. Este gesto fue la guinda perfecta para una noche redonda, en la que no solo se vivió la intensidad del metal, sino también la calidez humana de las bandas.
El concierto de Vermilia y Litost en Valencia fue mucho más que una noche de metal; fue una experiencia que dejó huella. Con actuaciones que navegaron entre la brutalidad y la emoción, y una conexión inquebrantable entre artistas y público, esta velada se consolidó como una de esas que quedan grabadas en la memoria. Metal en su estado más puro, acompañado de la magia única que solo un concierto en vivo puede ofrecer.