Para ser casi sinónimo con el término “industrial” y los sonidos de máquinas acompañados por beats electrónicos, los orígenes de Trent Reznor se remontan hasta el corazón rural de los Estados Unidos. Criado por sus abuelos maternos en el pueblo de Mercer, en el estado de Pensilvania, Reznor siempre señala cuánto los quería a ellos y, al mismo tiempo, la monotonía que se sentía allí durante los sesentas y setentas. Por suerte, había un par de maneras de explorar el mundo más allá de los campos de maíz que le rodeaban: hojear revistas, leer libros, practicar con el skate, participar en las reuniones de los Boy Scouts, actuar en las obras de teatro de la escuela secundaria, etcétera.
La más importante terminaría siendo la música: fue por insistencia de sus abuelos que comenzó a tomar clases de piano cuando tenía cinco años, pero sería un recital de The Eagles el 24 de julio de 1976 junto a Boz Scaggs y Fleetwood Mac que se le ocurriría meterse de lleno en ese mundo. Habiendo tocado la tuba y el saxofón en la marching band y el conjunto de jazz de su escuela, la primera banda de rock de Reznor sería Option 30, un grupo de corte new wave de su zona donde se encargaría de los teclados. Tras graduarse y estudiar un año de ingeniería de computadoras en el Allegheny College, Reznor decidió abandonar la carrera y mudarse a Cleveland, Ohio, para dedicarse a la música de manera seria.
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Como suele pasar con casi cualquier músico novato, sus primeras experiencias musicales en esta nueva ciudad estuvieron lejos de ser grandes desafíos artísticos. La primera sería como cantante y tecladista de The Urge, una banda de covers “de pelo encrespado, muñequeras y algo de delineador”, para luego formar parte de The Innocent, una agrupación a la que años después Reznor describiría como “una banda de rock dinosaurio de mierda a lo Foreigner”, y con la que logró salir en la portada de su álbum debut Livin’ In The Street, aunque no tocara en la grabación y se fuera del grupo a poco de terminada la gira de presentación. Tras ello fue parte de Exotic Birds, grupo de synthpop con el que aparecería como The Problems en Light of Day, una película protagonizada por Michael J. Fox, en 1987, y en una entrevista con un noticiero local.
Por esta época Reznor trabajaba en una tienda de teclados, y más tarde comenzaría a trabajar como ingeniero de sonido y conserje en los Right Track Studios: gracias a esto, y como curiosidad, Reznor aparece en los créditos de Attitude, álbum del grupo de new jack swing Troop, su primer álbum en alcanzar la certificación de disco de oro. Luego de pasar por todos esos grupos de AOR y synthpop, Reznor estaba decidido a crear su propia música, y fue en Right Track donde Reznor llegaría a un acuerdo con Bart Koster, dueño del lugar, para poder grabar sus propios demos en la sala en el tiempo en el que no hubiera otros músicos utilizándolas.
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En sus primeros intentos como compositor, una de sus influencias sería The Clash, aunque luego de varios intentos desistió de escribir letras de corte político “porque no tenía nada inteligente para decir”. Reznor terminaría encontrando su inspiración lírica en su diario íntimo lleno de angustia adolescente, y debido a que no lograba encontrar los músicos con los que pudiera plasmar la música tal cual como quería decidió seguir el ejemplo de Prince y encargarse de todos los instrumentos en las grabaciones. Estos primeros demos mostraban a Reznor influenciado por el sonido oscuro de Depeche Mode, sobre todo por el recientemente editado Black Celebration, y por los industriales Skinny Puppy: un cambio importante comparado con las bandas en las que venía tocando, aunque con bastante camino por recorrer.
Teniendo un lugar para poder grabar sus primeros intentos de composición, Reznor comenzó a darle forma a este proyecto con el que estaba llevando adelante su música, y uno de los primeros detalles a determinar sería el nombre: la primera posibilidad fue Crown of Thorns o The Crown of Thorns (las fuentes difieren sobre la presencia del artículo, y algunas dicen que llegó a ser usado para algunos de los demos), pero eventualmente Reznor se decantó por Nine Inch Nails. El nombre daría lugar a décadas de especulaciones y leyendas urbanas acerca de su significado, a pesar de que Reznor ya dio una explicación aburrida pero obvia: le gustaba cómo sonaba. El hecho de que su abreviatura diera lugar a uno de los logos más reconocibles y al mismo tiempo fácilmente reproducibles de la historia del rock debe haber ayudado.
En octubre de 1988, mientras se encontraba buscando algún sello dispuesto a firmar con él, Trent Reznor dio sus primeros recitales con Nine Inch Nails, con él en voces y guitarra y sumando los servicios de dos ex compañeros de Reznor en bandas anteriores: el tecladista Chris Vrenna (Exotic Birds) y Ron Musarra (Slam Bamboo). Estos conciertos fueron con Nine Inch Nails como teloneros de los industriales canadienses Skinny Puppy, justamente una de las grandes influencias de Reznor, en la gira de presentación de su álbum VIVIsectVI.
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Ya en 1989 y luego de mandar demos a una larga lista de sellos, uno por fin mordió el anzuelo y le ofreció un contrato a Reznor, aunque este sería uno de los más inesperados de la lista: TVT Records. Años más tarde TVT se anotaría un par de éxitos con gente como Nothingface, Nashville Pussy, Sevendust, Dashboard Confessional, Snoop Dogg y Lil Jon, pero a fines de los ochentas el fuerte del sello estaba en lanzar compilados de temas de series de televisión (su nombre era una abreviatura de TeeVee Toons) y Nine Inch Nails era una de las primeras bandas tradicionales de rock con la que firmaban. Las cosas no terminarían saliendo del todo como se esperaban, pero en ese momento Reznor parecía feliz de haber encontrado un sello que quisiera sacar múltiples álbumes.
Grabando en estudios de Cleveland, Boston, Nueva York y Londres, Reznor y una variedad de productores (el principal de estos siendo John Fryer, conocido por su trabajo junto a Depeche Mode) comenzaron a darle forma al álbum debut de Nine Inch Nails. Tanto las canciones nuevas como las que fueron tomadas de los demos tomarían un carácter más agresivo y distorsionado, manteniendo el sonido sintetizado pero dándole un toque más oscuro. El álbum se terminaría llamando Pretty Hate Machine, un nombre que al día de hoy genera especulaciones y que podría haber sido inspirado por la relación con una ex novia de Reznor conocida sólo como “Krissy”
El 15 de septiembre de 1989, poco más de un mes antes de la salida del álbum, TVT lanzó “Down In It”, el primer single de Pretty Hate Machine y el primer lanzamiento a nombre de Nine Inch Nails. Según Reznor esta fue la primera canción que compuso y, en sus propias palabras, es “un calco de ‘Dig It’”, canción de Skinny Puppy salida en 1986. Las similitudes pueden notarse escuchando las canciones una después de la otra, pero las diferencias también son claras, incorporando un par de elementos muy particulares dentro de la obra de Nine Inch Nails que se pueden atribuir a que haya sido de las primeras composiciones de Reznor. Una de las diferencias importantes está en las voces, con Reznor cantando con una cadencia influenciada por el hip hop, además de sumarle una extrañísima referencia a la canción infantil “Rain Rain Go Away” en el final.
Esta canción también daría lugar al primer video de la banda. A cargo de los directores Eric Zimmerman y Benjamin Stokes, parte del grupo H-Gun, el video de “Down In It” mostraría el uso de la edición frenética, los efectos especiales y las grabaciones de calidad amateur que influenciarían gran parte de la estética de los noventas.
Como curiosidad, los ejecutivos de MTV no serían los únicos que se opondrían al contenido mostrado en el video, sino también el FBI. Esto fue porque durante la grabación utilizaron globos para sostener la cámara que filmaba el “cadáver” de Reznor y debido a un descuido la cámara salió volando y aterrizó en una granja a 320 kilómetros en el estado de Michigan: el dueño de la granja encontró la cámara y se la entregó a unos policías, que al ver el contenido de la cinta la confundieron con una película “snuff” que mostraba crímenes y muertes reales, abriendo una investigación al respecto.
Este caso terminaría apareciendo en el programa sensacionalista Hard Copy en 1991, lo que llevó a Trent Reznor (o “Trent Resnor”, como lo escribieron en el programa) a describirlo como “el peor programa de los Estados Unidos”.
Ahora sí, hablemos del álbum en sí.
Lanzado el 20 de octubre de 1989, Pretty Hate Machine arrancaba con una patada directa al pecho titulada “Head Like a Hole”, con su inicio de percusión africana combinada con las baterías programadas dando paso a una línea de bajo sintetizada que tenía una melodía pegadiza aunque manteniendo esa suciedad industrial, seguida por ese estribillo con guitarras distorsionadas y una secuencia de notas descendentes. La canción se volvería una de las más icónicas de Nine Inch Nails, siendo casi una infaltable en los recitales de la banda y todo un éxito alternativo, y por buenas razones: “Head Like a Hole” es una canción que se puede bailar, pero también da para el circle pit y para subirse al escenario y tirarse al público.
Como curiosidad, el single de “Head Like A Hole” lanzado en EEUU no incluía la versión del álbum sino cuatro remixes, y además tenía remixes de otras canciones de Pretty Hate Machine y un instrumental titulado “You Know Who You Are” que es en realidad otro remix de “Head Like A Hole” con la percusión africana aislada. Todo esto sumaba 53 minutos, haciendo que el single fuera más largo que Pretty Hate Machine y pudiera considerarse todo un álbum aparte.
Escuchado en el 2024, considerando cómo se desarrollaría la carrera de Nine Inch Nails durante la década siguiente y cómo la banda se volvería un sinónimo del sonido de los noventas, tras “Head Like a Hole” Pretty Hate Machine se revela como un álbum llamativamente clavado en los ochentas. Muchos sintetizadores y ritmos bailables, sin tantas guitarras como esa primera canción. Sin embargo, también se pueden notar los ingredientes que convertirían a Nine Inch Nails en una de las bandas más influyentes de la década posterior: como dije anteriormente, entre todos los sonidos electrónicos sigue habiendo una suciedad punk que lo aleja de muchos grupos de los ochentas que también hacían foco en los teclados y baterías programadas.
Y si comparamos a Nine Inch Nails con otros grupos industriales tanto predecesores como contemporáneos como Front 242, Die Krupps, Clock DVA, Nitzer Ebb y Front Line Assembly, hay cierta sensibilidad pop de la que muchos de esos artistas carecían: lejos de las estructuras repetitivas enfocadas en las pistas de baile de algún club gótico, Reznor busca el estribillo, el puente y los versos de una canción tradicional. Es bailable y adictivo, pero también puede tener a la gente acompañando en los coros o participando de algún mosh.
“Terrible Lie” muestra bien esa tendencia, con sus versos minimalistas marcados por la batería programada mientras Reznor recita y grita sus letras de angustia religiosa, seguida por la antes mencionada “Down In It”. “Sanctified” contiene una mezcla de referencias religiosas y sexuales, algo que Reznor ha descrito como refiriéndose a la autodestrucción, combinado con una línea de bajo slap, la única canción de Nine Inch Nails que utiliza esa técnica.
Ese “slap” también marca una cosa importante que hay que entender acerca de Pretty Hate Machine, y es que se nota que era el primer álbum de Nine Inch Nails. Esto se ve claro en que el grupo todavía no tenga su sonido bien definido, al punto de que este debut está más cercano a ser una oveja negra dentro de la discografía de Nine Inch Nails que su experimento ambiental Ghosts I–IV o el acústico Still, y que contiene un par de cosas que Trent Reznor nunca revisitó en composiciones posteriores. Las influencias hip hop de “Down In It”, el bajo slap, y una canción como “Kinda I Want To”, que no suena tan diferente del resto pero que tiene la distinción de ser considerada por Reznor como “la peor canción que haya compuesto”.
A pesar de esto, al día de hoy Pretty Hate Machine es un álbum que se deja escuchar lo más bien. Es amateur en algunos aspectos y hay varias partes que no envejecieron bien, sobre todo en el sonido de algunos teclados y bajos, pero tiene un encanto que va más allá de la curiosidad por los inicios de Nine Inch Nails para los fans de la banda. Y muchas bandas quisieran tener un disco debut así, con una canción como “Sin” que parece diseñada para romper la discoteca industrial o la oscura “Ringfinger”.
Pretty Hate Machine no fue un éxito inmediato, siendo un disco independiente con un sonido poco común en el mainstream, pero fue tomando impulso al poco tiempo de salir, con el video de “Down In It”, en una versión censurada, dando vueltas por MTV y más tarde el de “Head Like a Hole” haciendo lo propio en 1990. Además se daría el boca a boca generado por las presentaciones caóticas en vivo, que incluían el acto de parte de Reznor de destruir los teclados a golpes y patadas, una cosa que se mantendría con los años. Poco a poco, el debut de Nine Inch Nails lograría vender 500,000 copias para marzo de 1992, y un millón de copias en 1995: en varios lugares aparece como el primer álbum independiente en lograrlo.
Mientras las cosas parecían ir bien para Pretty Hate Machine, no se podía decir lo mismo en el seno de Nine Inch Nails, o al menos en la relación de Trent Reznor con TVT Records, sobre todo con su jefe Steve Gottlieb. Durante las tres décadas y media desde la salida del álbum se han ido acumulando las acusaciones cruzadas entre ambas partes, pero la narrativa más aceptada es que el sello tomó varias decisiones a las que Reznor se opuso: reemplazar la versión original de “Down In It” con un remix en el álbum fue una de ellas, pero también conflictos sobre portadas, precios y regalías, además de restricciones sobre cómo debería sonar el siguiente material por parte de la banda.
Este conflicto sería una enorme influencia en Broken, el EP de 1992 que Reznor y el productor Flood grabaron a espaldas de TVT, con un sonido mucho más distorsionado y rockero, y que terminarían editando a través de Nothing Records, el sello que Reznor fundaría luego de llegar a un acuerdo con la gente de Interscope y que marcaría un antes y un después en el desarrollo de la escena y estética industrial durante los noventas, no sólo a través de la libertad creativa que Reznor mostraría en los legendarios The Downward Spiral y Fragile, sino también por las bandas que firmarían con el sello. Una de ellas sería un particular grupo oriundo del estado de Florida conocido como Marilyn Manson, dirigido por un frontman del mismo nombre, que sacarían sus cinco primeros álbumes a través de ellos.
Como había dicho, Pretty Hate Machine es un disco que tiene sus falencias y estará varios escalones por debajo de los siguientes lanzamientos de Nine Inch Nails tanto en originalidad como en profundidad, pero es una instancia indispensable al momento de entender la evolución no solo de la banda, sino de los sonidos alternativos en el mainstream, algo que obviamente explotaría a principios de los noventas pero que tenía sus semillas plantadas desde hacía tiempo. Y además, como un primer paso en la carrera de un grupo legendario en la música pesada.
Para ser casi sinónimo con el término “industrial” y los sonidos de máquinas acompañados por beats electrónicos, los orígenes de Trent Reznor se remontan hasta el corazón rural de los Estados Unidos. Criado por sus abuelos maternos en el pueblo de Mercer, en el estado de Pensilvania, Reznor siempre señala cuánto los quería a ellos y, al mismo tiempo, la monotonía que se sentía allí durante los sesentas y setentas. Por suerte, había un par de maneras de explorar el mundo más allá de los campos de maíz que le rodeaban: hojear revistas, leer libros, practicar con el skate, participar en las reuniones de los Boy Scouts, actuar en las obras de teatro de la escuela secundaria, etcétera.
La más importante terminaría siendo la música: fue por insistencia de sus abuelos que comenzó a tomar clases de piano cuando tenía cinco años, pero sería un recital de The Eagles el 24 de julio de 1976 junto a Boz Scaggs y Fleetwood Mac que se le ocurriría meterse de lleno en ese mundo. Habiendo tocado la tuba y el saxofón en la marching band y el conjunto de jazz de su escuela, la primera banda de rock de Reznor sería Option 30, un grupo de corte new wave de su zona donde se encargaría de los teclados. Tras graduarse y estudiar un año de ingeniería de computadoras en el Allegheny College, Reznor decidió abandonar la carrera y mudarse a Cleveland, Ohio, para dedicarse a la música de manera seria.
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Como suele pasar con casi cualquier músico novato, sus primeras experiencias musicales en esta nueva ciudad estuvieron lejos de ser grandes desafíos artísticos. La primera sería como cantante y tecladista de The Urge, una banda de covers “de pelo encrespado, muñequeras y algo de delineador”, para luego formar parte de The Innocent, una agrupación a la que años después Reznor describiría como “una banda de rock dinosaurio de mierda a lo Foreigner”, y con la que logró salir en la portada de su álbum debut Livin’ In The Street, aunque no tocara en la grabación y se fuera del grupo a poco de terminada la gira de presentación. Tras ello fue parte de Exotic Birds, grupo de synthpop con el que aparecería como The Problems en Light of Day, una película protagonizada por Michael J. Fox, en 1987, y en una entrevista con un noticiero local.
Por esta época Reznor trabajaba en una tienda de teclados, y más tarde comenzaría a trabajar como ingeniero de sonido y conserje en los Right Track Studios: gracias a esto, y como curiosidad, Reznor aparece en los créditos de Attitude, álbum del grupo de new jack swing Troop, su primer álbum en alcanzar la certificación de disco de oro. Luego de pasar por todos esos grupos de AOR y synthpop, Reznor estaba decidido a crear su propia música, y fue en Right Track donde Reznor llegaría a un acuerdo con Bart Koster, dueño del lugar, para poder grabar sus propios demos en la sala en el tiempo en el que no hubiera otros músicos utilizándolas.
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En sus primeros intentos como compositor, una de sus influencias sería The Clash, aunque luego de varios intentos desistió de escribir letras de corte político “porque no tenía nada inteligente para decir”. Reznor terminaría encontrando su inspiración lírica en su diario íntimo lleno de angustia adolescente, y debido a que no lograba encontrar los músicos con los que pudiera plasmar la música tal cual como quería decidió seguir el ejemplo de Prince y encargarse de todos los instrumentos en las grabaciones. Estos primeros demos mostraban a Reznor influenciado por el sonido oscuro de Depeche Mode, sobre todo por el recientemente editado Black Celebration, y por los industriales Skinny Puppy: un cambio importante comparado con las bandas en las que venía tocando, aunque con bastante camino por recorrer.
Teniendo un lugar para poder grabar sus primeros intentos de composición, Reznor comenzó a darle forma a este proyecto con el que estaba llevando adelante su música, y uno de los primeros detalles a determinar sería el nombre: la primera posibilidad fue Crown of Thorns o The Crown of Thorns (las fuentes difieren sobre la presencia del artículo, y algunas dicen que llegó a ser usado para algunos de los demos), pero eventualmente Reznor se decantó por Nine Inch Nails. El nombre daría lugar a décadas de especulaciones y leyendas urbanas acerca de su significado, a pesar de que Reznor ya dio una explicación aburrida pero obvia: le gustaba cómo sonaba. El hecho de que su abreviatura diera lugar a uno de los logos más reconocibles y al mismo tiempo fácilmente reproducibles de la historia del rock debe haber ayudado.
En octubre de 1988, mientras se encontraba buscando algún sello dispuesto a firmar con él, Trent Reznor dio sus primeros recitales con Nine Inch Nails, con él en voces y guitarra y sumando los servicios de dos ex compañeros de Reznor en bandas anteriores: el tecladista Chris Vrenna (Exotic Birds) y Ron Musarra (Slam Bamboo). Estos conciertos fueron con Nine Inch Nails como teloneros de los industriales canadienses Skinny Puppy, justamente una de las grandes influencias de Reznor, en la gira de presentación de su álbum VIVIsectVI.
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Ya en 1989 y luego de mandar demos a una larga lista de sellos, uno por fin mordió el anzuelo y le ofreció un contrato a Reznor, aunque este sería uno de los más inesperados de la lista: TVT Records. Años más tarde TVT se anotaría un par de éxitos con gente como Nothingface, Nashville Pussy, Sevendust, Dashboard Confessional, Snoop Dogg y Lil Jon, pero a fines de los ochentas el fuerte del sello estaba en lanzar compilados de temas de series de televisión (su nombre era una abreviatura de TeeVee Toons) y Nine Inch Nails era una de las primeras bandas tradicionales de rock con la que firmaban. Las cosas no terminarían saliendo del todo como se esperaban, pero en ese momento Reznor parecía feliz de haber encontrado un sello que quisiera sacar múltiples álbumes.
Grabando en estudios de Cleveland, Boston, Nueva York y Londres, Reznor y una variedad de productores (el principal de estos siendo John Fryer, conocido por su trabajo junto a Depeche Mode) comenzaron a darle forma al álbum debut de Nine Inch Nails. Tanto las canciones nuevas como las que fueron tomadas de los demos tomarían un carácter más agresivo y distorsionado, manteniendo el sonido sintetizado pero dándole un toque más oscuro. El álbum se terminaría llamando Pretty Hate Machine, un nombre que al día de hoy genera especulaciones y que podría haber sido inspirado por la relación con una ex novia de Reznor conocida sólo como “Krissy”
El 15 de septiembre de 1989, poco más de un mes antes de la salida del álbum, TVT lanzó “Down In It”, el primer single de Pretty Hate Machine y el primer lanzamiento a nombre de Nine Inch Nails. Según Reznor esta fue la primera canción que compuso y, en sus propias palabras, es “un calco de ‘Dig It’”, canción de Skinny Puppy salida en 1986. Las similitudes pueden notarse escuchando las canciones una después de la otra, pero las diferencias también son claras, incorporando un par de elementos muy particulares dentro de la obra de Nine Inch Nails que se pueden atribuir a que haya sido de las primeras composiciones de Reznor. Una de las diferencias importantes está en las voces, con Reznor cantando con una cadencia influenciada por el hip hop, además de sumarle una extrañísima referencia a la canción infantil “Rain Rain Go Away” en el final.
Esta canción también daría lugar al primer video de la banda. A cargo de los directores Eric Zimmerman y Benjamin Stokes, parte del grupo H-Gun, el video de “Down In It” mostraría el uso de la edición frenética, los efectos especiales y las grabaciones de calidad amateur que influenciarían gran parte de la estética de los noventas.
Como curiosidad, los ejecutivos de MTV no serían los únicos que se opondrían al contenido mostrado en el video, sino también el FBI. Esto fue porque durante la grabación utilizaron globos para sostener la cámara que filmaba el “cadáver” de Reznor y debido a un descuido la cámara salió volando y aterrizó en una granja a 320 kilómetros en el estado de Michigan: el dueño de la granja encontró la cámara y se la entregó a unos policías, que al ver el contenido de la cinta la confundieron con una película “snuff” que mostraba crímenes y muertes reales, abriendo una investigación al respecto.
Este caso terminaría apareciendo en el programa sensacionalista Hard Copy en 1991, lo que llevó a Trent Reznor (o “Trent Resnor”, como lo escribieron en el programa) a describirlo como “el peor programa de los Estados Unidos”.
Ahora sí, hablemos del álbum en sí.
Lanzado el 20 de octubre de 1989, Pretty Hate Machine arrancaba con una patada directa al pecho titulada “Head Like a Hole”, con su inicio de percusión africana combinada con las baterías programadas dando paso a una línea de bajo sintetizada que tenía una melodía pegadiza aunque manteniendo esa suciedad industrial, seguida por ese estribillo con guitarras distorsionadas y una secuencia de notas descendentes. La canción se volvería una de las más icónicas de Nine Inch Nails, siendo casi una infaltable en los recitales de la banda y todo un éxito alternativo, y por buenas razones: “Head Like a Hole” es una canción que se puede bailar, pero también da para el circle pit y para subirse al escenario y tirarse al público.
Como curiosidad, el single de “Head Like A Hole” lanzado en EEUU no incluía la versión del álbum sino cuatro remixes, y además tenía remixes de otras canciones de Pretty Hate Machine y un instrumental titulado “You Know Who You Are” que es en realidad otro remix de “Head Like A Hole” con la percusión africana aislada. Todo esto sumaba 53 minutos, haciendo que el single fuera más largo que Pretty Hate Machine y pudiera considerarse todo un álbum aparte.
Escuchado en el 2024, considerando cómo se desarrollaría la carrera de Nine Inch Nails durante la década siguiente y cómo la banda se volvería un sinónimo del sonido de los noventas, tras “Head Like a Hole” Pretty Hate Machine se revela como un álbum llamativamente clavado en los ochentas. Muchos sintetizadores y ritmos bailables, sin tantas guitarras como esa primera canción. Sin embargo, también se pueden notar los ingredientes que convertirían a Nine Inch Nails en una de las bandas más influyentes de la década posterior: como dije anteriormente, entre todos los sonidos electrónicos sigue habiendo una suciedad punk que lo aleja de muchos grupos de los ochentas que también hacían foco en los teclados y baterías programadas.
Y si comparamos a Nine Inch Nails con otros grupos industriales tanto predecesores como contemporáneos como Front 242, Die Krupps, Clock DVA, Nitzer Ebb y Front Line Assembly, hay cierta sensibilidad pop de la que muchos de esos artistas carecían: lejos de las estructuras repetitivas enfocadas en las pistas de baile de algún club gótico, Reznor busca el estribillo, el puente y los versos de una canción tradicional. Es bailable y adictivo, pero también puede tener a la gente acompañando en los coros o participando de algún mosh.
“Terrible Lie” muestra bien esa tendencia, con sus versos minimalistas marcados por la batería programada mientras Reznor recita y grita sus letras de angustia religiosa, seguida por la antes mencionada “Down In It”. “Sanctified” contiene una mezcla de referencias religiosas y sexuales, algo que Reznor ha descrito como refiriéndose a la autodestrucción, combinado con una línea de bajo slap, la única canción de Nine Inch Nails que utiliza esa técnica.
Ese “slap” también marca una cosa importante que hay que entender acerca de Pretty Hate Machine, y es que se nota que era el primer álbum de Nine Inch Nails. Esto se ve claro en que el grupo todavía no tenga su sonido bien definido, al punto de que este debut está más cercano a ser una oveja negra dentro de la discografía de Nine Inch Nails que su experimento ambiental Ghosts I–IV o el acústico Still, y que contiene un par de cosas que Trent Reznor nunca revisitó en composiciones posteriores. Las influencias hip hop de “Down In It”, el bajo slap, y una canción como “Kinda I Want To”, que no suena tan diferente del resto pero que tiene la distinción de ser considerada por Reznor como “la peor canción que haya compuesto”.
A pesar de esto, al día de hoy Pretty Hate Machine es un álbum que se deja escuchar lo más bien. Es amateur en algunos aspectos y hay varias partes que no envejecieron bien, sobre todo en el sonido de algunos teclados y bajos, pero tiene un encanto que va más allá de la curiosidad por los inicios de Nine Inch Nails para los fans de la banda. Y muchas bandas quisieran tener un disco debut así, con una canción como “Sin” que parece diseñada para romper la discoteca industrial o la oscura “Ringfinger”.
Pretty Hate Machine no fue un éxito inmediato, siendo un disco independiente con un sonido poco común en el mainstream, pero fue tomando impulso al poco tiempo de salir, con el video de “Down In It”, en una versión censurada, dando vueltas por MTV y más tarde el de “Head Like a Hole” haciendo lo propio en 1990. Además se daría el boca a boca generado por las presentaciones caóticas en vivo, que incluían el acto de parte de Reznor de destruir los teclados a golpes y patadas, una cosa que se mantendría con los años. Poco a poco, el debut de Nine Inch Nails lograría vender 500,000 copias para marzo de 1992, y un millón de copias en 1995: en varios lugares aparece como el primer álbum independiente en lograrlo.
Mientras las cosas parecían ir bien para Pretty Hate Machine, no se podía decir lo mismo en el seno de Nine Inch Nails, o al menos en la relación de Trent Reznor con TVT Records, sobre todo con su jefe Steve Gottlieb. Durante las tres décadas y media desde la salida del álbum se han ido acumulando las acusaciones cruzadas entre ambas partes, pero la narrativa más aceptada es que el sello tomó varias decisiones a las que Reznor se opuso: reemplazar la versión original de “Down In It” con un remix en el álbum fue una de ellas, pero también conflictos sobre portadas, precios y regalías, además de restricciones sobre cómo debería sonar el siguiente material por parte de la banda.
Este conflicto sería una enorme influencia en Broken, el EP de 1992 que Reznor y el productor Flood grabaron a espaldas de TVT, con un sonido mucho más distorsionado y rockero, y que terminarían editando a través de Nothing Records, el sello que Reznor fundaría luego de llegar a un acuerdo con la gente de Interscope y que marcaría un antes y un después en el desarrollo de la escena y estética industrial durante los noventas, no sólo a través de la libertad creativa que Reznor mostraría en los legendarios The Downward Spiral y Fragile, sino también por las bandas que firmarían con el sello. Una de ellas sería un particular grupo oriundo del estado de Florida conocido como Marilyn Manson, dirigido por un frontman del mismo nombre, que sacarían sus cinco primeros álbumes a través de ellos.
Como había dicho, Pretty Hate Machine es un disco que tiene sus falencias y estará varios escalones por debajo de los siguientes lanzamientos de Nine Inch Nails tanto en originalidad como en profundidad, pero es una instancia indispensable al momento de entender la evolución no solo de la banda, sino de los sonidos alternativos en el mainstream, algo que obviamente explotaría a principios de los noventas pero que tenía sus semillas plantadas desde hacía tiempo. Y además, como un primer paso en la carrera de un grupo legendario en la música pesada.