Una inteligencia artificial creó una nueva canción de Nirvana y eso generó un sin fin de preguntas en mi interior. Cuando estos avances tecnológicos se perfeccionen van a generar una nueva ola de cambios de escala apocalíptica. Cuando todos podamos crear nuestras propias canciones de Nirvana y ningún oyente nuevo sepa distinguir las originales de las nuevas, y la figura de Kurt Cobain pase a ser de “leyenda del Rock” a “él que le puso la voz a la inteligencia artificial”, la percepción y valor que teníamos sobre la figura de Rockstar (especie en extinción) va a desaparecer para siempre. La preservación histórica de la música que me gusta la siento, a largo plazo, una batalla perdida.
Hace poco volví a escuchar el disco El capitán de este barco soy yo (2014) de Coralies, ya que hablé del mismo en un especial sobre discos conceptuales argentinos (y este es uno de mis favoritos) y no deja de sorprenderme la cantidad de gente que no conocía ni a la banda. Si no quedan esperanzas para las leyendas imaginense donde va a quedar el recuerdo de lo que alguna vez fue el under, por eso me gusta reivindicar y darle visibilidad a esos músicos que supieron crear obras únicas y que, lamentablemente, no pudieron llegar a más personas.
Pero para contradecir mis palabras y bañarnos de mainstream abril cerró de la mejor manera posible: disco nuevo de Gojira bajo el brazo y junto a mis colegas del podcast compartimos el entusiasmo por la obra y aceleré el tiempo que suelo tomarme en general para analizar un disco, corriendo enormes riesgos al tomar un punto de vista en un lapso tan breve. En realidad el único riesgo es, por supuesto, mi propio inconformismo.
Un disco con tantas capas como Fortitude no se puede tomar a la ligera, y es que esa mezcla de denuncia social, con mensajes de inspiración y lucha entrelazados de pesimismo, genera un cóctel explosivo en mi que representa toda esa ira a punto de estallar que uno siente cuando tomamos real conciencia del estado en que nuestros antepasados dejaron el mundo y cómo se encuentra hoy en día.
Me resulta hasta maquiavélico pensar que una obra que comienza con “Born for one thing” y contenga mensajes de lucha tan álgidos en el transcurso, cómo “Amazonia” y “The Chant”, cierre con “Grind”, una canción que no da lugar a la esperanza: rendirse a la rutina de la locura del día a día es lo único que nos queda. Y si bien a lo largo de la obra el pesimismo no se esconde (“Another World”), siento y sé que el mensaje del disco es: hay que luchar aunque no haya esperanza.
Se que la banda francesa nunca va a abandonar el mensaje de lucha, y sí el mundo se hunde que así sea, pero rendirse jamás. Tocar hasta el final, como los músicos del Titanic. La preservación histórica será una batalla perdida, pero es mi batalla, y mientras existan bandas haciendo las cosas bien en el mundo, ahí voy a estar haciendo mi labor, aportando mi grano.
Discos que pienso escuchar hasta el hartazgo en Mayo:
- 14.05 Scar Of The Sun – Inertia
- 14.05 Bala – Maleza
- 15.05 Panopticon – ...And Again Into The Light
- 21.05 Vola – Witness
- 21.05 Vexed – Culling Culture
- 21.05 Impure Wilhelmina – Antidote
Juegan de suplente:
- 07.05 Ghost Iris – Comatose
- 11.05 Teramaze – Sorella Minore
- 14.05 Subterranean Masquerade – Mountain Fever
- 14.05 Zombi – Liquid Crystal [EP]
- 14.05 Canvas Solaris – Chromosphere
- 21.05 Jess And The Ancient Ones – Vertigo
Hace unos años le dije a mi novia que sí Mudvayne algún día se reunía, aunque sea por un solo show, iba a viajar a verlos. Después de 12 años de silencio Mudvayne anunció su regreso, tienen 4 fechas confirmadas en Estados Unidos y estoy en cuarentena por una pandemia mundial. Tal vez no falte tanto para el apocalipsis después de todo.
Más escuchado en Abril: Greeta Van Fleet, Gojira, Epica, Coralies, Moonspell, Evanescence, Avaland, Slaine y Lake of Tears.
Etiquetas: Coralies, Gojira, Lo que dejo, Nirvana, Sebastian GiardinoUna inteligencia artificial creó una nueva canción de Nirvana y eso generó un sin fin de preguntas en mi interior. Cuando estos avances tecnológicos se perfeccionen van a generar una nueva ola de cambios de escala apocalíptica. Cuando todos podamos crear nuestras propias canciones de Nirvana y ningún oyente nuevo sepa distinguir las originales de las nuevas, y la figura de Kurt Cobain pase a ser de “leyenda del Rock” a “él que le puso la voz a la inteligencia artificial”, la percepción y valor que teníamos sobre la figura de Rockstar (especie en extinción) va a desaparecer para siempre. La preservación histórica de la música que me gusta la siento, a largo plazo, una batalla perdida.
Hace poco volví a escuchar el disco El capitán de este barco soy yo (2014) de Coralies, ya que hablé del mismo en un especial sobre discos conceptuales argentinos (y este es uno de mis favoritos) y no deja de sorprenderme la cantidad de gente que no conocía ni a la banda. Si no quedan esperanzas para las leyendas imaginense donde va a quedar el recuerdo de lo que alguna vez fue el under, por eso me gusta reivindicar y darle visibilidad a esos músicos que supieron crear obras únicas y que, lamentablemente, no pudieron llegar a más personas.
Pero para contradecir mis palabras y bañarnos de mainstream abril cerró de la mejor manera posible: disco nuevo de Gojira bajo el brazo y junto a mis colegas del podcast compartimos el entusiasmo por la obra y aceleré el tiempo que suelo tomarme en general para analizar un disco, corriendo enormes riesgos al tomar un punto de vista en un lapso tan breve. En realidad el único riesgo es, por supuesto, mi propio inconformismo.
Un disco con tantas capas como Fortitude no se puede tomar a la ligera, y es que esa mezcla de denuncia social, con mensajes de inspiración y lucha entrelazados de pesimismo, genera un cóctel explosivo en mi que representa toda esa ira a punto de estallar que uno siente cuando tomamos real conciencia del estado en que nuestros antepasados dejaron el mundo y cómo se encuentra hoy en día.
Me resulta hasta maquiavélico pensar que una obra que comienza con “Born for one thing” y contenga mensajes de lucha tan álgidos en el transcurso, cómo “Amazonia” y “The Chant”, cierre con “Grind”, una canción que no da lugar a la esperanza: rendirse a la rutina de la locura del día a día es lo único que nos queda. Y si bien a lo largo de la obra el pesimismo no se esconde (“Another World”), siento y sé que el mensaje del disco es: hay que luchar aunque no haya esperanza.
Se que la banda francesa nunca va a abandonar el mensaje de lucha, y sí el mundo se hunde que así sea, pero rendirse jamás. Tocar hasta el final, como los músicos del Titanic. La preservación histórica será una batalla perdida, pero es mi batalla, y mientras existan bandas haciendo las cosas bien en el mundo, ahí voy a estar haciendo mi labor, aportando mi grano.
Discos que pienso escuchar hasta el hartazgo en Mayo:
- 14.05 Scar Of The Sun – Inertia
- 14.05 Bala – Maleza
- 15.05 Panopticon – ...And Again Into The Light
- 21.05 Vola – Witness
- 21.05 Vexed – Culling Culture
- 21.05 Impure Wilhelmina – Antidote
Juegan de suplente:
- 07.05 Ghost Iris – Comatose
- 11.05 Teramaze – Sorella Minore
- 14.05 Subterranean Masquerade – Mountain Fever
- 14.05 Zombi – Liquid Crystal [EP]
- 14.05 Canvas Solaris – Chromosphere
- 21.05 Jess And The Ancient Ones – Vertigo
Hace unos años le dije a mi novia que sí Mudvayne algún día se reunía, aunque sea por un solo show, iba a viajar a verlos. Después de 12 años de silencio Mudvayne anunció su regreso, tienen 4 fechas confirmadas en Estados Unidos y estoy en cuarentena por una pandemia mundial. Tal vez no falte tanto para el apocalipsis después de todo.
Más escuchado en Abril: Greeta Van Fleet, Gojira, Epica, Coralies, Moonspell, Evanescence, Avaland, Slaine y Lake of Tears.
Etiquetas: Coralies, Gojira, Lo que dejo, Nirvana, Sebastian Giardino